El Fin de un Comienzo

Logan se quedó inmóvil.

Por primera vez desde que ella entró, un destello de verdadera sorpresa apareció en sus ojos.

—¿Qué acabas de decir?

Jean cuadró los hombros. —Me has oído. Cásate conmigo, y te entregaré la Corporación Adams en bandeja de plata. Cada acción que poseo será tuya. Tendrás un asiento en la junta directiva. Mi padre y mi hermano no podrán impedir que los destruyas.

El silencio se extendió entre ellos.

Logan la estudió cuidadosamente, buscando cualquier señal de que esto fuera algún tipo de juego. Pero ella no estaba mintiendo. Podía verlo, la pura desesperación bajo su oferta fría y calculada.

—Ahora es tu oportunidad de oro para reclamarme como tu esposa trofeo. Te estoy dando permiso total para usarme en tu beneficio.

Y eso era lo que más le inquietaba.

—¿Por qué? —su voz era baja, con un tono de curiosidad—. ¿Qué demonios te hizo tu familia?

Jean desvió la mirada. —Eso no es asunto tuyo.