Para Atraparlo Desde Las Sombras

Jean asintió.

—Exactamente. No me casé con Logan por poder. O estatus. Se suponía que era un acuerdo de negocios. Era por mi venganza. Pero ahora... las cosas se están difuminando. Sus padres son dulces conmigo, su hermana me sigue como un cachorro perdido, y Logan... —dudó.

Emma levantó una ceja.

—¿Logan...?

Jean desvió la mirada.

—Está siendo demasiado suave. Demasiado paciente. Es... inquietante.

Emma sonrió con picardía, su tono volviéndose juguetón.

—Aww, ¿el gran y malo Kingsley está siendo amable contigo?

—Emma —advirtió Jean, pero sus mejillas la traicionaron... tornándose ligeramente rosadas.

La boca de Emma se abrió.

—Oh. Por. Dios. ¿Estás sonrojándote?

—No —dijo Jean rápidamente.

—¡Sí lo estás!

—Déjalo ya.

—No lo voy a dejar, mi reina —Emma se rió y se dejó caer a su lado—. ¿Y qué sigue? ¿Un castillo? ¿Cenas familiares reales? ¿Coronas a juego?

Jean enterró la cara entre sus manos.

—Necesito café. Un galón entero. Y posiblemente una nueva identidad.