El corazón de Chen Mo latía con fuerza al escuchar esas palabras, su mirada hacia la Hermana Hong cambió al encontrarse con la de ella, todavía rebosante de un encanto que robaba el alma.
Chen Mo dejó a un lado la solemnidad que siempre había mantenido hacia la Hermana Hong, ya que siempre la había considerado como la jefa, lo que le hacía contenerse en ciertas situaciones.
Pero dado que la Hermana Hong le había dado una oportunidad tan buena, no la dejaría escapar fácilmente.
También se sentía oprimido por la Hermana Hong en todos los aspectos, y albergaba mucha insatisfacción en su corazón. ¡Con las cosas como estaban, era el momento perfecto para buscar su venganza!
Al ver las emociones que fluían en los ojos de Chen Mo, la Hermana Hong sabía exactamente lo que pasaba por su mente, y ella necesitaba desesperadamente el odio que Chen Mo albergaba.