23: Secuestro

"¿Estás seguro de esto?" - preguntó Asuma mientras fruncía el ceño porque esto era más peligroso de lo que había pensado en un principio.

"No gano nada con mentir, Asuma sensei" - respondió Kurama con seriedad - "Ese hombre volvió a aparecer, y esta vez parecía estar rodeado de una fuerte energía negativa"

"Entonces va a actuar pronto" - murmuró Asuma mientras su mirada se afilaba - "Ok, gracias por decírmelo"

"¿Eso es todo?" - preguntó Kurama mientras fruncía el ceño.

"Yo me encargo del resto, Kurama" - dijo Asuma mientras negaba con la cabeza - "Esto es cosa de adultos, además, tengo que pagar por lo que hice en el pasado"

Kurama se quedó en silencio antes de asentir y ver cómo el hombre de cabello desaparecía del lugar - "Tengo un mal presentimiento de esto..."

Luego de pensarlo por unos segundos más, Kurama decidió que era mejor seguir al hijo del Hokage porque era obvio que algo estaba a punto de suceder.

*****

"¡Juro que esto no es lo que parece!" - gritó un hombre de apariencia ligeramente apuesta, quien estaba amarrado a una silla - "¡Lo prometo, no planee nada!"

"¡¿A caso quieres vernos la cara de estúpidos?!" - gritó un hombre de múltiples cicatrices en el rostro - "¡Las pruebas están claras, intentabas secuestrar a un compañero shinobi!"

"¡E-Eso es falso!" - exclamó el hombre capturado con el rostro pálido - "¡Les prometo que todo es una mentira!"

"Tengo métodos para hacer hablar a personas como tú" - dijo Ibiki mientras entrecerraba los ojos.

El hombre estaba a punto de negar las acusaciones, cuando vio a una mujer de cabello morado entrar a la habitación, siendo esta nadie más que Anko Mitarashi, la diosa del hombre capturado y su posible víctima - "¡Anko-chan!"

Anko observó al hombre capturado con asco mientras le susurraba al oído algo a su superior, quien simplemente le lanzó una mirada fría a su víctima - "Logramos recuperar los registros de tu hogar, y en estos estaba no solo la información de tu plan para secuestrar a Anko usando una falsa misión, sino que también encontramos sedantes lo suficientemente fuertes como para noquear a una bestia del bosque de la muerte"

El hombre capturado palideció aún más cuando escuchó esto porque eso no tenía sentido, él sí había planeado capturar a Anko, pero todas las pruebas estaban en un pergamino escondido en un lugar diferente, él no era tan estúpido como para dejar pruebas en un lugar tan fácilmente accesible.

"¡Me están incriminando!" - exclamó el hombre capturado con lágrimas en los ojos - "¡Vamos, nadie puede ser tan estúpido como para dejar pruebas en un lugar tan a la vista!"

"Cierto, aunque tus palabras son fácilmente reconocibles como aceptar los cargos" - dijo Ibiki con desdén mientras golpeaba fríamente su escritorio - "¿Por qué no nos ahorras a los dos el dolor de culo de seguir esta farsa y confiesas todo?"

"No, esto no es cierto" - murmuró el hombre capturado mientras sentía cómo su cerebro se apagaba, aunque esto hizo que descubriera algo que había estado ignorando por la presión de haber sido capturado tan aleatoriamente - "¡Esperen, hay algo que tengo que confesar, pero quiero que reduzcan mi castigo si ayudo!"

"Eso no es necesario, podemos torturarte hasta que hables" - dijo Anko con una bella, pero letal sonrisa, una que congeló la sangre de su admirador - "¿No piensas lo mismo, Ibiki-san?"

"Es cierto" - asintió Ibiki mientras se cruzaba de brazos.

"¡Pueden hacerlo, pero mientras más se demoren, más tiempo estará en peligro esa mujer!" - exclamó el hombre capturado mientras apretaba los dientes, después de todo, no había forma de que las cosas terminaran de esta forma sin que nadie interviniera - "¡Confieso que intenté secuestrar a Anko-san porque no pude quitármela de mis pensamientos, pero ella no es la única víctima!"

La expresión de Anko e Ibiki cambió cuando escucharon esto mientras entrecerraba los ojos, escuchando el relato del hombre capturado, solo para palidecer ligeramente.

"¡Llamen a los Anbu!" - exclamó Ibiki con furia, después de todo, esta era la pieza que le faltaba al puzle, y explicaba el motivo de la confesión anónima, todo esto no era más que una cortina de humo para cubrir el verdadero ataque - "Si lo que dices es cierto, entonces tu castigo será reducido un poco..."

El hombre capturado solo pudo asentir con debilidad, rogando de que las cosas no terminaran tan mal como pensaba.

"Anko, contacta con los escuadrones de reconocimiento, tenemos a una Kunoichi secuestrada" - dijo Ibiki con un tono frío y sin emociones.

"Ni siquiera tienes que repetirlo" - murmuró Anko con un tono igual de gélido que su superior, desapareciendo de la habitación en solo segundos. 

*****

"¡Lo logré!" - exclamó un hombre mientras soltaba una carcajada emocionada - "¡Sabía que unirme a su causa me ayudaría a cumplir mi más grande deseo!"

Frente al hombre estaba una hermosa mujer de cabello negro, inconsciente debido al poderoso sedante que él le había administrado, uno que él había conseguido gracias a su maestro.

"Veo que estás feliz" - dijo una voz juvenil desde las sombras.

"Guarda silencio, tú eres un simple intermediario" - gruñó el hombre con un tono frío ante la silueta que había aparecido en la habitación - "Ahora solo tienes que ayudarme a salir de aquí"

La silueta simplemente guardó silencio mientras observaba la situación con unos fríos ojos azules como el hielo.

"¿Y bien?" - dijo el hombre mientras entrecerraba los ojos.

"Ok" - murmuró la silueta juvenil - "Vamos"

"Solo tenías que cumplir con tu misión" - dijo el hombre con una expresión de intoxicación, ya que todo había salido de acuerdo con su plan.

Luego de entrar a la habitación de su 'amigo' y dejar las pruebas, él había mandado un mensaje directo al departamento de Interrogación y tortura, para así crear una pantalla de humo y capturar a su amada, aunque hacer esto último no fue tan fácil, de hecho, si no fuera porque su distribuidor le ayudó, él no había logrado capturar a Kurenai Yuhi con tanta facilidad.

"Pronto estaremos juntos por toda la eternidad, mi amada Kurenai" - dijo el hombre mientras acariciaba la mejilla de la mujer inconsciente, solo para soltar una carcajada de emoción y lujuria, después de todo, ella era hermosa.

"Te recomiendo que te apures" - dijo la voz juvenil mientras aparecía de nuevo en la habitación - "Tenemos a alguien pisándonos los talones"

La expresión del hombre cambió ligeramente mientras apretaba los dientes con furia porque no esperaba que Konoha reaccionara tan rápido, aunque era posible que esto fuera una simple coincidencia, aunque era mejor prevenir que lamentar.

"Ok, vamos" - dijo el hombre mientras cargaba a Kurenai sobre su hombro - "Mientras más rápido salgamos de aquí, más rápido podré casarme con mi amada, y nuestro maestro tendrá a otro Jonin con potencial"

La silueta juvenil simplemente guardó silencio mientras los dos avanzaban hacia la entrada de la habitación, la cual parecía conectar con un oscuro túnel.

"¿Este túnel para dónde nos enviará?" - preguntó el hombre con molestia.

"Sígueme sin hacer preguntas" - dijo la voz juvenil con un tono frío - "Y no me pierdas de vista porque este túnel conecta con múltiples ubicaciones debido a que es como un laberinto"

El hombre chasqueó la lengua antes de seguir a la silueta del joven, aunque por dentro él estaba pensando en que mataría al bastardo cuando los tres escaparan de Konoha, después de todo, era mejor eliminar todos los cabos sueltos.

El joven pareció sentir la hostilidad de su 'compañero', lo que causó que sus ojos brillaban con frialdad, aunque esto pasó desapercibido para el secuestrador porque este estaba más concentrado en la bella mujer que traía a cuestas.

*****

"¡Mierda!" - rugió Asuma al ver que las cosas habían salido tal como había pensado - "¡Te juro que si pongo mis manos encima, voy a matarte, hijo de puta!"

Kurama estaba observando todo en silencio mientras veía grupos de shinobis de los clanes Hyuga e Inuzuka andar corriendo de un lado para otro como pollos sin cabeza.

"Kurenai sensei" - murmuró Kurama mientras continuaba siguiendo a Asuma, quien al ser hijo del Hokage, posiblemente supiera sobre algunas rutas secretas.

Asuma corrió hacia una callejón cercano y luego de pensarlo por unos segundos, activó una entrada secreta, entrando de un salto por el conducto, Kurama le siguió casi pisándole los talones porque había notado cómo la entrada se estaba cerrando rápidamente, llegando a lo que parecía ser un enorme y oscuro pasillo.

"¿Qué es este lugar?" - pensó Kurama mientras miraba alrededor, notando cómo Asuma había desaparecido sin dejar rastro - "Mierda... voy a tener que usar mis sentidos..."

Kurama cerró lentamente los ojos para concentrar sus sentidos y así poder sentir la presencia de Asuma, aunque su expresión cambió a una fría cuando no solo logró detectar al hijo de Hiruzen Sarutobi, sino también el leve aroma a rosas que era imposible de no reconocer.

"Tal parece que la predicción de Asuma sensei era correcta" - pensó Kurama mientras sus ojos ahora eran de un intenso color rojo sangre por la ira que sentía - "Kurenai sensei está en este lugar..."

Kurama soltó un suspiro para intentar calmar su respiración, aunque lejos de ayudarle, solo hizo que su presión arterial aumentara, causando que un oscuro instinto asesino brotara desde su interior - "Es hora de cazar..."