Un ambiente de tensión y más cítricos

La anciana Naty sólo pudo soltar un suspiro ante la incómoda tensión entre sus nietos. Ella conocía muy bien a los mellizos, no tomaban en cuentan sus acciones y palabras; Walter era el más recatado pero a veces también se salía de control ante la provocación de su misma hermana. Por ahora, la anciana se hablaría para reprenderlos ya que el Señor Franco había hablado duramente a sus hijos.

Por otro lado, Mey cada vez más se sentía incómoda por la inesperada reacción de su hermano Walter.

<>, pensó Mey. Llegó a la conclusión que mejor era retirarse.

- A-Abuela, mejor me retiro. - pronunció Mey bajamente.

Estaba dispuesta a marcharse y cuando iba a levantarse, su abuela la detuvo, poniendo la palma de su mano sobre la de ella.

- Aún no. Falta el postre. No debes sentirte mal, esta es tu casa. Te quedarás aunque otros intenten estropearlo. - comentó la anciana Naty, remarcando sus palabras y mirando al mismo tiempo a su hijo Franco y a su nieta Wendy.

De inmediato, Wendy hizo una mueca de irritación mientras que Isaac se mantuvo al margen, sin interferir para que la situación no se pusiera peor. De todos modos, Isaac tenía en cuenta que era una persona non grata en la residencia de la familia De la Rosa Grey.

El Señor Franco tuvo que soportar las palabras indirectas de su madre anciana; no importaba si Isaac o Wendy no eran bienvenidos, no iba a permitir que su relación con Isaac se fuera al abismo. La única conveniencia hacia su yerno, era que él era un gran socio para la empresa de textiles y la fábrica que poseía Isaac era una de las más influyentes del País Versas. Isaac fabricaba tela de última calidad y el Señor Franco le compraba a buen precio, ahorrandose un buen dinero, aparte que destacaba más en la Ciudad Solé.

Es por eso que el Señor Franco haría lo imposible para mantener su relación de negocios pulcro y sin importar que su familia se opusiera.

Mey solo puso suspirar internamente ante la petición de su abuela. Aceptó quedarse aunque mentalmente contaba los segundos para irse lo antes posible. Deseaba pasar más tiempo con su amaba abuela pero visualizando la tensa atmósfera, sería una mala decisión.

Mientras tanto en la cocina...

La sirvienta Esther, se encontraba rebanando con mucha precisión, el Pay de limón, especialmente preparado para el día de hoy. Anteriormente, Walter había dado la orden que lo prepararán sin importar que su hermana Mey, llegará o no en la residencia. Además, era el postre favorito de Mey.

- Hoy te vez "más sonriente" que de costumbre. - enfatizó la sirvienta hacia Esther.

Esta sirvienta era una mujer de 37 años, llamada Lila que ya tenía 13 años trabajando con la familia De la Rosa.

La sirvienta Esther, la miró frunciendo su ceño y sin borrar la alegría que transmitía.

- Ji Ji Ji...qué va. Así soy todos los días. Aunque el día de hoy... - pronunció en suspenso, destellando la enorme felicidad que se desbordaba a su alrededor al pensar en la imagen del hombre que la asombro por su peculiar aspecto, era Lou.

Al principio, su primera impresión fue que era un modelo, también que se trataba de un nuevo novio de la Señorita Mey pero al observar la seriedad entre ambos y lo distante en todo este tiempo, concluyó que solo era un amigo y que por lo tanto la Señorita Mey no tenía ninguna relación sentimental con ese noble caballero.

Enseguida la sirviente Lila se dio cuenta que Esther se quedó en un ensueño muy profundo.

- Si tú lo dices pero no pongas esos ojitos coquetos en la persona equivocada. Y de una vez apurate, estas demorando en rebanar el postre. - habló la sirvienta Lila, golpeando la espátula contra la barra para despertar a Esther de su ensueño. Ella respingo y se movilizó colocando cada rebanada del Pay en pequeños platos de porcelana.

En el comedor, todos estaban en un silencio donde la tensión de cada uno salía a flote excepto por Lou y Arthur. La anciana Naty no ocultaba su molestia al ver como Isaac se comportaba tan prestigiado sin pizca de su falta de moral.

Esa relación turbia entre su nieta y ese poco hombre para la anciana Naty, no era más que una falta de respecto y sobre todo un escándalo que todavía se seguía murmurando en la Región C.

Si la madre de Mey se encontrará presente, no habría duda alguna que ella pondría en su lugar a cada uno, ya que por su estricta actitud, ella era la persona indicada para disipar la terrible tensión que se vivía.

Sin embargo, ella no estaba presente y menos el día que su querida nieta Mey se iba a casar. No es que no quisiera, sino su trabajo como una excelente mujer de negocios, le impedía faltar a su trabajo.

Solo rogaba para que la madre de Mey regresará lo antes posible.

La sirvienta Esther entró con la charola de plata, guardando sus nervios ante ver el gran hombre de Lou. Entonces con mucho cuidado, colocó respectivamente cada postre a los presentes. Percibiendo la tensa atmósfera.

Desde luego, cuando colocó el postre a Wendy, sintió la aura fría y malévola que emanaba. Wendy, sólo pudo maldecir por dentro al ver el Pay de limón.

Por último, la sirvienta Esther le colocó su postre a Lou; sintiendo el rubor que le corría en sus mejillas al inhalar la colonia afrutada de él.

Aparentemente, él le tocó la porción más grande del Pay, y claro, los demás se dieron cuenta, mirando incrédulos sus respectivos platos.

Para Mey, fue en verdad muy atrevido que la sirviente no perdiera el tiempo para coquetearle a Lou. Pero se sintió aliviada, sonriendo por dentro al saber que Lou no se percataría de ese coqueteo.

Sin más preámbulos, todos degustaron del rico postre. Claro, quien comió a regañadientes fue Wendy, enviando sus malas vibras a Mey. Isaac sólo podía rogar para que todo esto terminará lo más rápido. Tampoco toleraba las dagas invisibles que provenían de Walter.

Por otra parte, Lou al dar el primer mordisco, la crema del Pay se derritió en su boca, provocando que se deleitará al máximo y sus pupilas se dilataran por lo ácido y a la vez por la dulzura que se fundió en su paladar. Sin ser consciente dejo salir: "Mmm"

Estaba satisfecho a la nueva experiencia que sus papilas gustativas funcionarán correctamente.

Enseguida, Walter y Arthur escucharon más de cerca como el hombre disfrutaba del postre.

<>, se preguntó Walter mirando furtivamente a Lou.