Destino impensado

Jeff seguía enraizado, aparentemente sosegado aunque por dentro maldecia sin parar al gran magnate.

- Dije que te pongas cómodo. - insistió el presidente, haciendo un ademán para que Jeff se sentará de una buena vez.

- Oh vaya, cuanto pasa el tiempo. Sigues siendo el mismo. - mencionó Jeff mientras a regañadientes se dirigió al sofá.

Tiró la mochila de Etna al piso. Luego de manera despreocupada acomodó a Etna en el sofá, sin tomarse el atrevimiento de mirarla. Y finalmente, él se sentó con una mueca de disgusto total.

- También sigues siendo el mismo de siempre. No te importa en lo más mínimo tu trato a los humanos. Pero me pregunto, ¿qué hace esta niña aquí? - inquirió el Presidente Orson, lanzando una mirada inquisitiva a la chica inconsciente.

¿Qué relación tenía esta niña con el chico problemático?

Por supuesto que lo averiguaría a fondo. Estaba más interesado ya que al analizar la complexión de la chica, se percató de la similitud de aquella niña envuelta en un incidente del año pasado.

El Presidente Orson, nunca se interesó por nadie que no tuviera relación a él.

Jeff: - Tsk...vete al grano. Esto es un problema. Tus hombres me sobornaron.

- Pfft...¿En serio? Supongo que tuvieron una buena razón. - dijo el presidente, sonriendo con ápice de burla por la declaración de Jeff.

Enseguida Jeff se rasco la nuca por lo que escuchó. Era cierto, ¿cuál era la razón para qué accediera?

Ni él mismo lo sabía; no ocultaba el hecho que la chica era una carga para él y un problema mayor pero al mismo tiempo estaba confundido por tenerla justo a su lado.

- Aaah Joder...habla. ¿Qué quieres de mí?. - preguntó Jeff, ignorando su propia confusión.

- Tú lo sabes. No me hagas decirlo ni menos repetirlo. - respondió el presidente seriamente. Su mirada de ahora era sombría sin pizca de gentileza.

Pero Jeff no se inmutó para nada. Al contrario, curvo sus labios en una sonrisa maliciosa.

- Ah si, es verdad...pero adivina qué. Ni loco te lo daré. - desafío Jeff, remarcando cada una de sus palabras.

Jeff sabía que por esto lo buscaban. El tenía en su poder una arma secreta y valorada en miles millones de dólares así como una pieza clave para la comunidad científica.

El Presidente Orson tenso su mandíbula ante la arrogancia de Jeff. Conocía perfectamente a este chico. Era terco hasta la médula; malvado hasta lo más recóndito de su ser. Nadie era capaz de enfrentarlo.

Por supuesto que el único era el magnate.

El año pasado el Presidente Orson contribuyó en la captura de Jeff y darle aviso de la muerte de su hermana Denisse. Desde luego que conocía su plan para vengar la muerte de su hermana y acabar con aquellos quiénes estuvieran involucrados.

Una ira descomunal se desató cuando se enteró que su hermana murió. Fue asesinada. Jeff cómo el atroz ser alienígena, mataría a cualquiera. Es por eso mismo que fue llevado y encerrado a su planeta de origen para recatar su mal comportamiento.

Y sin embargo, ver a Jeff totalmente despreocupado, con los planes para una venganza letal, se percató de algo...

Jeff emanaba una aura misteriosa e indescifrable. El Presidente Orson tuvo un déjà Vu. Hace años él mismo contempló a alguien, similar que Jeff. Con esa fuerza de hacer justicia por mano propia.

Al siguiente segundo, el asistente Remi llegó a la sala de estar. Colocó seriamente la taza de té para el presidente y Jeff, excepto por Etna ya que seguía hundida en un profundo sueño.

Enseguida el asistente Remi se puso al lado del magnate y como siempre con la Tablet en su mano.

- Presidente, es código A79. - anunció Remi.

Hace unos minutos él recibió la noticia que código A79 fue vista deambulando por las calles de la Región B.

El Presidente Orson sólo sonrió para sí mismo. Sabía que el Escuadrón UECRA se encontraba en la zona. La posibilidad para atrapar a código A79 era al cien por ciento. Ya que la chica Venus destacaba por su increíble apariencia.

- Déjalo. Ahora eso no me importa. - respondió el presidente sin importarle demasiado a la chica Venus.

Lo más importante para el magnate era que Jeff le entregará esa pieza extremadamente valiosa.

- Jeff, tú me conoces. Sabes que no andaré por las ramas. Si tú me das aquello, tengo información muy útil que puede servirte. Te diré exactamente quiénes son los responsables de ese incidente. - dijo el presidente con seriedad. Estaría dispuesto a conseguir esa pieza. Pero antes tenía que ablandar al chico.

Jeff miró al Presidente Orson con incredulidad.

¿Acaso el gran magnate estaba negociando con él? ¿Tan desesperado por conseguir esa pieza?

Para Jeff fue absurdo. No se dejaría engañar fácilmente. Quizás sólo era parte de una estratagema elaborada fríamente por el presidente.

Su entrenamiento para serlo un mejor alienígena de buen comportamiento le hizo agudizar sus sentidos de peligro y astucia.

Tal vez para el chico problemático era un plan bien elaborado para atraerlo. Sin embargo, el Presidente Orson tenía la información concisa y veraz de cómo ocurrió el accidente y quienes eran los involucrados.

El asistente Remi ya tenía la información de la chica. Previamente él mismo investigó a la chica; absolutamente todo lo relacionado con ella.

Solo bastó mirar fijamente a su presidente y pasarle la información de la identidad de la chica que tenía enfrente.

Entonces el Presidente Orson supo que la persona quien buscaba vengarse el chico problemático, estaba justo a su lado.

¿Por qué él no lo sabía aún? ¿Qué le pasó a ese chico frívolo y calculador de antes?

<>, pensó el magnate.

Jeff todavía seguía incrédulo ante la declaración del presidente.

Jeff: - No sé qué intenciones buscas. Pero no te daré nada. Esta es mi misión. Yo seré quien investigue a esos seres despreciables. Los haré pedazos sin importar quienes sean. - habló firmemente y con molestia

Empuño con fuerzas sus manos por todavía no ser capaz de conseguir su objetivo de vengar a su hermana.

- ¿A cualquiera? - inquirió el magnate, interesado ante la aura indescifrable que emanaba Jeff.

- ¡A quien sea! Los haré polvo con mis propias manos. - respondió Jeff, reafirmando sus palabras.

El magnate dibujo una sonrisa malvada y siniestra. El chico problemático estaba más que decidido. Entonces comprobaría sus palabras.

Pero antes de eso, primero nccesitaba asegurarse si la chica humana era alguien importante para Jeff.

- Oh ya veo. Volviendo a lo de antes. Me dijeron que la chica es tu...novia.

Inmediatamente Jeff sintió escalofríos dejando un lado la ira de su vengaza. Para él que le dijeran que la chica humana era su novia, no le gustaba para nada.

- Qué pésima broma. No lo es. Ella no es nada mío. No entiendo porque tus hombres la involucraron conmigo. - respondió Jeff, rotando sus ojos por doquier. No quería hablar de Etna y menos dar explicaciones sobre su presencia.

- Entonces, ¿por qué está aquí?. - inquirió el presidente.

<>, pensó Jeff, irritado y llegando al límite de su misma paciencia.

- No me jodas. Solo...es solo... - se detuvo Jeff porque su mente se bloqueó.

Era cierto, ¿por qué ella estaba aquí?

Si él mismo acabó de decir que no era nada; no era nadie, pero por qué Etna estaba junto a él.

Él quería expresar que sólo se toparon por una terrible casualidad. Que sólo era una pista para su investigación. Sin embargo, ¿qué era eso que no le permitía hablar?

El Presidente Orson analizó el estado de Jeff y notó su confusión.

Por otra lado, el asistente Remi se mantuvo en margen. Sabía que la situación tomó otro camino.

- Despiertala. - ordenó el magnate. Él quería una respuesta rápida y eficaz.

Y sólo entonces Jeff se puso en guardia.