Capitulo XVIII

Noche.

Hubo una explosión.

Algunos dicen que fue un ataque terrorista por parte del culto. Al final no salimos ya que Enrs junto con Victoria tuvieron que salir y comenzar una investigación, los dos fueron con sus armas listas para cualquier problema.

- Escucha Augusto, por nada del mundo salgas esta noche o mañana- me recomendó Enrs- es posible que entremos en combate contra el culto así que.

- No te preocupes Enrs, para eso estamos nosotras- interviene Tera relajada.

- Eso espero- responde preocupado Enrs- la amenaza es nivel calamidad, la magia que usaron era de fuego. Pero las llamas creadas eran azules.

Victoria guarda dos pistolas.

- ¡Vamos! - apura Victoria colocándole una mano en el hombro a Enrs, este asiente.

Los dos se veían serios.

- Recuerda no salir- comenta nuevamente Enrs antes de salir a toda prisa.

Tera cierra los ojos mientras levanta los brazos como si fuera un espectro de las películas antiguas.

Algunas plantas empiezan a crecer en las paredes de la casa, esas plantas forman aberturas de las cuales crecen flores moradas.

Luego de eso Tera baja los brazos suavemente, mientras abre los ojos.

- Listo con eso estamos seguros en casa- exclama ella mientras se limpia las manos.

- ¿A qué te refieres? – pregunto. Alpha estaba recostada junto a mí.

- Si alguien intenta entrar inmediatamente las flores lanzaran gas toxico entra por los poros de la piel e inmediatamente reacciona carcomiendo la piel, músculos y huesos de la víctima. Excepto a mí y el maestro, la mocosita no me interesa, quizá se retuerza por el dolor y muera.

Alpha se aferra a mi brazo asustada.

- ¡Amo, amo, la anciana me quiere matar! - grita temblorosa Alpha.

- Tera….

Tera voltea los ojos.

- Es broma mocosita, los tres somos inmunes a cualquiera de mis habilidades, agradece que te inocule contra eso.

- ¿Cuándo hiciste eso?

- Lo hago desde que iniciamos el pacto maestro, todas las noches le aplicaba una vacuna contra mis habilidades, hice los mismo con la mocosita la cual lloraba cuando la pinchaba.

No esperaba que ella hiciera esas cosas.

- De todas formas, maestro, usted es inmune a todo eso, ¿no sé de qué se preocupa? ¿o acaso no se ha dado cuenta que no ha vuelto a enfermar?

- Si lo había estado pensando, ¿es debido a lo que me habías dicho hace unos meses de que ningún efecto de estado me hace algo?

- Correcto- señala ella- creo que eso es un bonus por volverse hechicero.

- Es lo único bueno, si me lanzan un conjuro mágico me mataría inmediatamente, hasta la magia blanca me rompe los huesos.

- Bueno. Nadie viene con cheats a otro mundo, unas por otras, ningún mago que use ilusiones o efectos de estado le hará algo en su vida.

- Eso díselo a los protagonistas de las novelas ligeras- apunta Alpha.

- Bueno viendo que se nos arruino el día ¿Qué deberíamos hacer? - me levanto del mueble mientras les pregunto a mis dos pactos.

- Si estoy irritada, deberíamos hacer un trio para animarnos maestro.

- Muy graciosa Tera- respondo.

- Se lo colocamos así fácil amo, estamos extremadamente excitadas por todo lo que le paso en la cancha, o lo hacemos a las buenas o a las malas- amenaza Alpha.

- Eso me suena a amenaza- respondo.

- Si es porque lo es- interviene Tera- eso pasa cuando usted se dedica a antojar.

- Ustedes no cambian.

- Se que usted también tiene ganas- apunta Alpha.

- Quizá, pero no con ustedes- respondo sin querer, cuando me doy cuenta de mi error ya era demasiado tarde.

Alpha esboza una picara sonrisa.

- ¡LO SABIA! Salta del mueble ¡YO SI SABIA! Repite gritando mientras me señala.

- ¡No lo digas en voz alta! Le digo apenado.

- ¡Ya es muy tarde maestro! - exclama Tera- se burla Tera.

- Me-me-mejor voy a leer- respondo zafándome de la burla de ambas.

No puedo sacarme de la cabeza a Liara. Es imposible que olvide ese beso, tampoco a Bast.

En verdad no se si ella hace eso enserio o solo está jugando conmigo. Para mí sería la segunda, pienso lo mismo de Bast. Aunque ella me agrade mucho también creo que solo juega conmigo.

¿Qué podía esperar? Dudo que alguna vez le guste a alguien.

Es decepcionante pensar eso.

Porque aún amo a mi esposa, pero me gusta alguien. Siento que estoy traicionándola ¿Qué puedo hacer?

Ya era media noche.

Tera estaba durmiendo, pero Alpha aun me acompañaba.

La hechicería depende de la imaginación.

Entonces si lo imagino lo puedo crear.

Estaba repasando los libros del padre de Tera.

Cuando se me ocurrió algo, no es lo mejor, pero.

- Alpha tráeme un frasco pequeño- le digo a mi pacto.

- Voy amo.

Al momento ella trae el frasco de vidrio.

- Que planea hacer- pregunte ella curiosa mientras se acurruca y mira lo que hago.

Pensé en su forma, su contextura, color, tamaño y lo que debía hacer. Si lo imagino lo creo, tal como los orkos del warhammer 40k.

Lo crearía solo con un fin.

Reúno el éter en un solo punto entonces le doy forma.

Alpha observa atenta la cosa que está creando su amo, lo que no se da cuenta es que mientras crea esa cosa el color de los ojos de su amo se tornan plateados o que esboza una sonrisa malvada. El éter se va uniendo hasta darle forma a algo parecido a una lamprea dorada del tamaño de 5 centímetros. Inmediatamente su amo la toma y la guarda en el frasco.

- Por ningún motivo abras este frasco- le advierte su amo.

Alpha es un demonio y hasta ella sintió escalofríos cuando vio esa cosa creada con éter en el frasco.

- Ee-e-ee que es esa cosa- exclama aterrada Alpha.

La extraña creatura golpeaba el vidrio del frasco intentando salir.

- Un devorador de mana- le digo a Alpha mientras me sobo los ojos.

- ¡Amo está llorando sangre! Señala Alpha asustada.

me toco y en efecto entonces voy al baño para limpiarme.

- Amo el color de sus ojos y expresión cambio cuando hizo esa cosa- dice Alpha.

- ¿A qué te refieres? Le pregunto- yo me siento igual.

- Y que planea hacer con esa cosa- señala Alpha el frasco.

Tomo el frasco y entonces la creatura se calma.

- Lo cree por si acaso, lo guarde en el frasco debido a que cualquier cosa que tenga mana en su cuerpo es su alimento.

- Esa cosa es peligrosa.

- Si y bastante, pero- respondo, al momento el ser creado de éter se vuelve polvo- no vive mucho. Es una lástima.

Alpha nota el cambio repentino en su amo. Habitualmente no debería dar una respuesta como esa.

- Quizá debería intentar hacer otro- digo mientras me rasco la barbilla.

- Mejor vamos a dormir amo- dice Alpha intentando convencer a su amo.

- Si tienes razón, estoy cansado.

Era de mañana.

- Tera, tera ¡despierta! - Alpha empuja a Tera.

- Que quieres mocosa- responde Tera soñolienta.

Su amo aún estaba durmiendo.

De hecho, eso es raro, ya que comúnmente es el primero que se despierta.

Alpha saca a Tera con sumo cuidado para no despertar a su amo.

Cuando las dos están en la sala le cuenta.

- ¡El amo creo una cosa muy rara ayer! Explica ella asustada.

- Dime como era esa cosa- le dice Tera.

Alpha le describe la cosa.

Tera bosteza y se cruza de brazos.

- Creo una aberración.

- ¿Una qué?

- Una aberración mocosa, algo que no debe existir ¿acaso crees que algo así es real? ¿una cosa que se alimenta de mana? Esa cosa que dices que hizo es mortal, si se libera prácticamente puede acabar con todo.

- Cielos, quería que el amo fuera malo, pero no a ese extremo, no quiero que pierda su humanidad.

- Sobre su humanidad, la ira perdiendo de a poco, eso lo debes tenerlo claro. Empecemos que ningún humano debe vivir más de 100 años.

- Pero…

- Lo único que podemos hacer es no dejar que pierda su cordura, por eso necesitamos un tercer pacto.

- ¡Heeee un tercero! - dice Alpha con cierta incredulidad.

- Si mocosa, su estabilidad depende de nosotras, un tercer pacto vendría bien.

- Buenooooooooooooooooooooooo….

- Solo dime una cosa mocosa.

- ¿Qué?

- ¿Cuándo lo hizo algo cambio?

- Si el color de sus ojos e hizo una mueca de malvado, parecía que estuviera disfrutándolo.

- Ya veo… - piensa Tera mientras se sienta en el mueble principal- ¿Qué otra cosa?

- Le sangraron los ojos, pero no pareció no importarle, de hecho, iba a continuar.

- Entiendo- Tera mira a Alpha- ¿Qué sentiste tu?

- Miedo.

- ¿Un demonio con miedo?

- Si… lo que estaba haciendo el amo no era normal.

Las dos dejaron el tema. Ya que querían preguntarle a su amo.