Las dos dejaron el tema. Ya que querían preguntarle a su amo.
Despierto con el trasero de Alpha sobre mi cara, como siempre hace ella no llevaba nada puesto.
- Lo siento amo, pero no voy a perder esta oportunidad.
Se estaba sobando las manos mientras se dirigía a mi pantalón. Chasqueo los dedos y la devuelvo a su forma básica.
- Ya te he dicho que no hagas eso Alpha- la levanto y ella me lame la cara, cuando se encuentra en esa forma no le digo nada ya que es como tener un cachorrito sumamente tierno.
Tera se asoma, ella llevaba un delantal. Si solo llevaba un delantal…
- Maestro el desayuno está listo.
- Tera.
- Si maestro.
- Colócate algo de ropa.
- No.
Cielos santos estas dos.
Dejando eso de lado y que por fin Tera se colocó por lo menos ropa interior. Sobre Alpha… solo llevaba una camiseta mía encima.
Estábamos los tres en la mesa.
Ellas me preguntan sobre ayer en la noche.
- Maestro la mocosa me conto sobre lo que hizo, ¿Por qué creo eso?
- Quería probar algo- respondo- me pareció curioso intentar hacer algo, entonces pensé en crear un parasito de mana.
- ¡Un qué! - Tera se levanta de la mesa.
No entiendo su reacción, solo intente crear algo y me salió bien.
- Solo use mi habilidad.
- ¿Puede hacerlo nuevamente? - pregunta Tera con cierta preocupación.
- ¡Claro!
Estiro las manos y muevo los dedos, entonces me concentro.
- Alpha trae el frasco de ayer, está en el cajón de la mesa de noche.
Comienzo el proceso de creación.
Entonces Tera detiene a su maestro.
Le cubre las manos con enredaderas no dejándolo terminar el hechizo.
Sudor frio recorre la frente de Tera. No solo por alzarle la mano a su maestro, sino por lo que estaba presenciando.
Alpha esta allí paralizada.
No planeaba atacar a Tera por lo que hizo, ya que prima la seguridad de su amo por sobre todo y lo que él estaba haciendo era peligroso.
- Maestro por favor pare- exclama asustada Tera- cuando la niña me dijo sobre esto no le podía creer, pero ahora que lo veo con mis propios ojos.
- ¿Por qué debería parar? Comenta Augusto- sus habituales ojos dorados ahora eran plateados- solo estoy creando vida.
- Es por eso por lo que debería parar, eso es hechicería prohibida.
- Patrañas- responde Augusto molesto, el mismo deshace las enredaderas ¿Cómo? ¿ni el mismo lo sabe? - seguiré creándolo y si me intentan detener las revierto.
Su maestro seguía con lo suyo. Pero no parecía el de siempre, su modo de actuar era distinto. La diosa no comprendía porque sus ojos ahora eran de color plateado, hasta que recordó algo que había olvidado.
Hechizos prohibidos.
Su maestro está entregando algo a cambio de poder realizar esas cosas, pero ¿qué es? ¿quizá su cordura? O ¿algo más?
Antes de que pueda continuar Tera hace lo siguiente.
Se quita el brasier.
Al momento Augusto vuelve a la realidad.
- ¡Ya te he dicho que no hagas eso Tera! - le digo a ella.
Alpha mira a su compañera.
- Que buena idea tuviste- felicita a su superior.
Siento algo caliente salir de mi nariz, al revisar noto que es mi sangre.
- Cielos, no esperaba esto.
Alpha se me abraza y empieza a llorar.
- Amo no vuelva a hacer eso- dice entre sollozos.
- ¿Qué te sucede? Le pregunto.
- Normalmente no digo groserías, pero ¡que mierda es lo que intenta hacer! ¡acaso no sabe que estaba haciendo unos putos hechizos prohibidos!
Me rasco la cabeza.
- Mas o menos, solo quería probar- respondo despreocupado.
- ¿Y que dio a cambio para poder hacer eso? Pregunta Tera.
- Unos años de vida, después de todo ustedes dijeron que viviría mucho así que no me preocupa gastar algunos cuantos para eso.
- Entiendo- responde Tera, entonces se levanta y me da una cachetada, luego empieza a llorar.
¿Hoy es el día de ponernos sentimentales?
- Por favor maestro no vuelva a hacer esos hechizos prohibidos, es por su bien. No solo está entregando algo de su vida, sino su humanidad.
Lo pienso un momento.
- Bueno.
Ayer me dedique a leer un libro oculto en la biblioteca de Tera, algo que estaba sellado. Se supone que era imposible de abrir. Pero algo me empujo a este, algo me llamaba, cuando lo tome el sello se rompió y me permitió conocer a "eso"
Me vi envuelto en la oscuridad total. No veía, escuchaba o hablaba, pero…
- ¿Qué buscas? Pregunta algo en mi mente.
- ...
No puedo hacer nada, aun así, entiendo lo que me dice esa voz gutural.
- ¿Qué quieres?
- ...
- ¿Poder? ¿Dinero?
- …..
- ¿Qué es lo que realmente quieres?
Hasta que me permite responder.
- Quiero proteger a mi familia- respondo firme- no busco nada más.
- ¿No quieres riqueza o poder? ¿conocimiento, vida eterna?
- No ¿para qué quiero eso? Respondo.
- Curioso….
- ¿Por qué? ¿fuiste tu quien me llamo? Digo.
- Los humanos son extraños…. He visto miles y todos quieren poder, dinero, fama, fortunas, vida eterna o conocimiento. Pero todos terminan igual, el egoísmo, envidia y poder los carcome. Siempre quieren más y más.
- Bueno. Yo solo quiero algo que me ayude a proteger a lo que más amo.
- ¿Amor? Es la primera vez que alguien me pide algo tan ridículo.
- Bueno para mí no lo es, veras.
Era la primera vez que un ser racional se paraba a hablar con "eso" normalmente pedían algo, lo recibían y "eso" tomaba algo de ellos. Este humano solo seguía hablando y hablando mientras "eso" escuchaba. Decía tantas cosas o definiciones del amor que se salía del tema. Parece no callarse. ¿Tiene miedo? Quizá sea la forma de ese humano de lidiar con el miedo o lo desconocido.
- ¿Estoy en otro lugar o estoy en mi cuarto parado como un tonto? Pregunto.
- Están en todo.
- Ya veo… no entiendo, pero imagino que no estoy en mi casa.
- …. Te daré lo que buscas, es un pedido estúpido viniendo de un humano, pero a cambio me llevare 1/5 de tu vida.
- ¿20 años?
- 100 años.
- ¡Haa! ¡Entonces si era verdad lo que me dijo Tera!
- ¿No tienes miedo? ¿no te importa perder la vida?
- ¡Claro que tengo miedo! No sé si estoy hablando con un demonio interdimensional que planea engañarme. ¿Eso pasa cierto?
- Eres consciente de que solo los hechiceros pueden seguir el hilo de la vida o el mismísimo ¿éter? Y no, no soy un demonio, yo soy todo.
- Bueno Tera me ha dicho algo de eso, pero solo se hacer crecer una planta o robar éter con mis manos cuando toco a alguien. De resto no puedo hacer absolutamente nada ¿las líneas del éter son esas mismas que parecen una aurora?
- La ignorancia es una bendición, eso dicen ustedes los humanos y tu eres el vivo ejemplo de ello.
- Jajaja si eso es cierto. Voy a paso lento con mis estudios, es imposible ser el mejor en seis meses, es ridículo.
- Entonces ¿quieres mejorar de golpe?
- No necesariamente, veras lo que quiero es.
El humano le comenta a "eso" lo que quiere. Lo que quería era algo que nadie le había pedido. Era algo bueno y malo al mismo tiempo, pero los 100 años no bastarían para el trato, debía entregar algo más.
- Si te pido aquello ¿Qué dirías?
- No puedo- respondo.
- Ridículo. Si me lo entregas te daré todo.
- Tal vez, pero no quiero hacerlo, porque si lo hago no quedaría nada de mí.
- …. Llegara el momento cuando lo obtenga.
- Quizá, pero no será ahora.
- Que curioso humano.
Era festivo y no teníamos nada que hacer por suerte el toque de queda paro en la mañana.
Bast había perdido su oportunidad por el atentado, pero viendo que ahora se podía salir en la mañana aprovecho. Se vistió con su mejor ropa, maquillaje, tacones, collar, aretes, perfume la joven iría con todo, si no aprovechaba ahora perdería.
Mientras se dirige a la casa de Augusto, la joven semihumana se roba la mirada de muchos transeúntes sean hombres o mujeres.
Confiada llega al barrio mixto y se encuentra a una joven.
- Hola- saluda Astrea con su cara de póker.
Era una joven rubia vestida de sirvienta, su rostro no demostraba emoción alguna, la extraña joven no desvía la mirada de Bast.
- Soy Bast una amiga de Augusto, me han dicho que tú lo visitas continuamente los fines de semana.
- Si, el me gusta.
Bast no esperaba tal sinceridad de esa chica.
- Ya veo…. ¿eres una bruja?
- Si, las hijas de Augusto son importantes, trabajo para su tía.
- Aja…
Quizá Bast se sentía insegura. Ya que pensó que esa chica no llevar una conversación.
- Voy a salir con Augusto hoy- le dijo a Astrea.
- Si…
Bast vio cierta reacción en la joven bruja.
- Yo ya salí con él. Vengo a entregarle una carta de sus hijas y también a pasar el día- Astrea vuelve a golpear la puerta como si no pasase nada.
¿Esta chica no entiende o qué? Piensa para sí misma Bast un poco molesta. Pareciera que está aquí para molestarla. Pero no es así, Astrea solo está haciendo lo que siempre hace.
- Ya veo…. ¿entonces hoy quieres salir con él?
- Si.
- Aja, pero lamento informarte que él va a salir conmigo hoy.
- Si.
Se ve un pequeño tic en el ojo de Astrea.
Eso alegra a Bast. Haría flanquear a la bruja.
Pero no esperaba lo siguiente.
- Qué bueno. Entonces esperare, mi ama no me necesita mañana me dio el día libre- responde Astrea y golpea nuevamente la puerta.
¿Pero a esta que le pasa? Se pregunta Bast. ¡Porque siempre me encuentro una molestia tras otra!
- ¡Amo le toca abrir la puerta! - grita Alpha desde el baño.
- Ya lo sé- me levanto de mi cama.
Abro la puerta.
- ¡Hola Astrea como te ha ido! Y ¡hola Bast ¿hoy tenemos la cita?!
- Hola- Astrea busca en su bolsillo- carta de hijas.
- Hola Augusto, si hoy vamos a tener nuestra cita y será todo el día, así que no saques excusas - exclama Bast.
Tomo la carta y las invito a pasar.
Astrea lleva un nuevo uniforme de color azul y una horquilla plateada que adornaba su cabello.
Mientras Bast llevaba puesto un corto y escotado vestido blanco que no dejaba mucho a la imaginación, llevaba un bolso de cuero café.
- Te ves muy bien Bast. Dame un momento mientras me cambio- le digo.
- De acuerdo- responde ella mientras observa el lugar donde viven Augusto y sus dos pactos. Un hogar sencillo, Alpha estaba durmiendo en el sofá, mientras Tera se sienta en el mueble, se sienta e inmediatamente llama a su amiga.
Bast se sienta junto a su amiga, luego Tera le susurra algo al oído.
- Nada de cogérselo en la primera cita.
- ¡Que! ¡yo no….!- Bast no termina de responder ya que se torna roja.
Entonces su amiga suelta una carcajada.
- Es broma has lo que quieras.
Me siento un poco extraño después de intentar hacer ese hechizo. Pienso mientras busco mi mejor ropa.
Visto un conjunto parecido al que mis hijas me eligieron hace tiempo… como las extraño.
Antes de salir Astrea me dice algo.
- ¿Puedo quedarme esta noche?
- Si, de hecho, tenemos un cuarto para invitados, solo dame tiempo para acomodarlo.
- Entiendo- Astrea juega con los pies y mira al suelo- ¿puedo dormir con usted?
- Si claro- respondo sin darle importancia.
Habitualmente su maestro no debería responder cosas así a la ligera, ya que era extremadamente reservado sobre esos temas. Definitivamente había entregado algo más.
Bast le aprieta el brazo a Augusto con cierto recelo y molestia.
La joven bruja se cubre la cara ya que se torna roja como un tomate.
Entonces Bast lo saca rápido antes que las cosas se le compliquen.
¿Por qué Augusto se comporta así? se pregunta ella.
No debería ser tan ¿relajado? Ni idea. Ella se había dado cuenta de que empezaba a tartamudear fuera con ella o con la mujer de la tienda de flores. También escucho que era muy formal con la bruja, pero ahora era totalmente distinto.
- Dime Bast ¿Qué vamos a hacer?
- Quiero que me acompañes a cierto lugar, pero quiero que te coloques esto- Bast saca una venda oscura y me cubre los ojos- no te la quites hasta llegar al lugar.
- Se ve divertido, me recuerda cuando estaba en la escuela y jugaba a la gallina ciega.
Me pongo a reír, lo que alegra a Bast ya que ella también suelta una risita.
- ¡Qué cosas dices Augusto!