Finales del tercer mes.
Se supone que el señor cocinero me diría algo.
Así que aprovecho su tiempo libre para ir a mi tienda.
Traiga algo en una bolsa.
- ¿Qué traes hay? Le pregunto.
- Cierra los ojos- me dice.
- ¿Para?
- Ciérralos, es una sorpresa-vuelve a decir animado.
Lo hago de mala gana. No me gusta cerrar los ojos, nunca se sabe que puedan estar vigilándome y planeen matarme.
Se demora un minuto.
- ¿Puedo abrirlos ya? -Pregunto -ya medio sueño de tanto esperar.
- ¡Ya puedes abrirlo!
Llevaba una capucha de color verde, junto a una máscara que imitaba el metal, también tenía unas rodilleras y coderas de cartón mal pintado.
Un cliente pasa por la puerta, ve al señor cocinero con el disfraz y prefiere no entrar.
- ¿Quién se supone que eres? Le pregunto- ¿un espanta clientes?
Se cruza de brazos orgullos y levanta el mentón.
- ¡Yo soy el doctor Victor Von Doom el poderoso supervillano! Imita una voz que me causa gracia, aun así, no parece apenado.
Suelto una carcajada - ¿Cuál es tu superpoder hacerme perder dinero?
Otro cliente pasa por la puerta y apenas ve al señor cocinero con su disfraz se retira.
- ¡No, tengo una tecno armadura, también soy un gran hechicero, además uno de los humanos más inteligentes que existan! Exclama mientras suelta una supuesta sonrisa de villano, un pedazo de cartón se cae mientras dice eso.
- Así no se ríen los villanos- le digo, doy un salto y paso el mostrador.
- ¡Claro los villanos no se ríen así, solo los SUPERVILLANOS LO HACEN! -Responde con orgullo, busca algo en su maleta ¡toma mis poderosos rayos! -me lanza papel de colores a la cara.
Estalle de la risa, mis ojos se llenan de lágrimas, me duele el vientre debido a que no paro de reír, ¡se ve tan ridículo!
Me seco las lágrimas - ¡Así no es un villano o supervillano, te voy a mostrar cómo debe ser!
- ¡¿A si?, entonces adelante! - Expresa el aun en su papel.
- Entonces perdóname, porque voy a hacer un poco violenta.
Lo primero que hago es colocar el cartel de cerrado en la puerta, luego la cierro.
Paso seguido le doy una cachetada en el rostro al señor cocinero, tumbándolo.
- ¡ESCUCHAME SUCIO HUMANO, TE VOY A DESTROZAR POR RETARME!
El intenta levantarse, pero le coloco mi pie en su pecho tumbándolo.
- ¿ACASO NO ENTENDISTE HUMANO? ¡QUIEN MANDA AQUÍ SOY YO, EN ESTE MOMENTO NO ERES NADA MAS QUE MI ESCLAVO!
- ¿Señorita de las flores no cree que te estas pasando?
Lo piso fuerte en el pecho.
- ¿ACASO DIJE QUE PODIAS HABLAR HUMANO? ¿COMO DEBERIA CASTIGARTE?
Lo miro con desprecio.
Entonces.
Él se suelta a reír.
- ¿DE QUE TE RIES HUMANO?
- ¡LO HICISTE, EN VERDAD LO HICISTE! - Dice riendo mientras se soba el rostro, debido a que me excedí termine rompiéndole esa mascara mal pintada- ¡ACASO LOS VILLANOS NO SON GENIALES! - grita a todo pulmón
¿Me engaño? Espera un momento, ¿acaba de jugarme una broma aun sabiendo que era posible que lo golpeara?
Aun así, lo retengo con mi pie en su pecho y no dejo que se levante.
- ¿OSAS ENGAÑARME HUMANO, ME PREGUNTO COMO DEBERIA HACERTE PAGAR?
Él se sigue riendo.
- ¡ACASO ERES MASOQUISTA HUMANO! ¿QUIERES EXPERIMENTAR EL VERDADERO DOLOR? ¡ENTONCES VOY A HACERTE SUFRIR!
- No creo que seas capaz de eso- responde.
- ¿Por qué crees eso señor cocinero? - Le pregunto retirando mi pie de su pecho, regresando a mi tono habitual, lo ayudo a levantarse y me doy cuenta de que lo pise muy fuerte. Me disculpare después.
- Porque eres demasiado buena- me dice.
- ¿Haaah?
Sin darme cuenta hago una mueca fea.
- ¿Y esa mueca por qué?
¿Buena? ¿yo buena?
Que ridiculez, soy una puta asesina, he matado incluso niños, los he vendido al culto he cometido tantas atrocidades que prácticamente no me considero un ser racional. Para que ahora el señor cocinero me diga que soy buena ¿Cuándo he sido buena? Ni recuerdo cuantas personas he matado, cuando ven mis ojos violetas saben que la muerte les ha llegado. Pero con el señor cocinero es distinto.
- Sabes que me gusta mucho el color de tus ojos- me dice.
- ¡Que cursilerías me estás diciendo!
- Y las diré las veces que sean- dice el señor cocinero mientras me hace una mueca.
Giro para que no vea como esas ñoñerías me hacen sonrojar.
El señor se limpia, su disfraz está roto. (Creo que me excedí) el cartón mal pintado se le cae y su capa está sucia. Su mejilla esta roja debido a la cachetada, su camisa llena de polvo.
- Bueno, me has enseñado a coser, me escuchas, eres desinteresada, divertida, amable- el sigue diciendo cosas ridículas, mientras las enumera con sus dedos.
Que estupidez.
Es la primera persona que me dice semejante estupidez y lo peor es que me gusta que me las diga.
Lo empujo suavemente -eres un tonto- lo miro a sus bellos ojos y me distraigo con su sonrisa -me haces decir tales ridiculeces y luego dices que soy una buena persona.
- ¿Acaso no es verdad?
- Tonto- dejo caer mi cabeza sobre su pecho, no quiero que vea que estoy sonrojada.
- ¿Por qué me gustan los villanos?
- No, por eso no.
- ¿Entonces?
Le agarro la cabeza -por decir que soy buena- entonces me dirijo a sus labios y lo beso.
El villano no se enamora.
El villano no debe enamorarse.
Nadie ama al villano.
El villano no ama a nadie.
El villano no puede ser feliz con nadie.
Pero, aun así.
La villana es feliz.
Porque por primera vez en su vida.
La villana se ha enamorado.
- Ahora que te tengo atrapado no te voy a dejar ir- le digo.
- Pero tengo que ir a mi trabajo- responde y continua -si llego tarde el jefe me va a regañar otra vez- entonces se rasca una mejilla y dice con vergüenza – puedo preguntar ¿Por qué la villana no tenía ropa interior?
Me separo del señor cocinero.
- Te dejare ir por esta vez, pero la próxima no te voy a dejar huir- le digo mientras abro la puerta- y sobre eso, la villana está en su casa y a ella le gusta estar sin ropa interior y la próxima vez que la villana te atrape no te dejara ir impune- saco le lengua.
El señor cocinero se queda mudo mientras baja la cabeza sin decir nada. Es demasiado inocente.
Antes de irse me deja un dibujo que hizo su hija del villano.
Lo miro y ese dibujo si da miedo, tiene una dedicatoria escrita en otro idioma.
- ¿Qué dice? Le pregunto.
- Dice a papá a quien le gustan los villanos M.M.
Nos despedimos besándonos en los labios.
Dos días después.
- ¡No me pellizques ahí Señorita! - exclama preocupado el señor cocinero.
- ¿Heeee por qué? - pregunto inflando los cachetes, acaba de pellizcarle el trasero.
- ¡Porque acosar al camarero tiene una multa! ¿acaso no viste el letrero? - su jefa interviene señalando un letrero donde dice claramente "no tocar o acosar al camarero"- ahora paga la multa.
Suspiro.
- Señorita no creo que le gustara que hicieran eso- dice el señor cocinero intentando actuar lo mejor que puede, pero la vergüenza se ve en sus movimientos apresurados.
- ¿Ah sí? - me levanto, me coloco de espaldas y saco un poco el trasero- adelante hazlo, no seas muy brusco cariño- digo con voz sensual.
El goblin se queda boquiabierto, mientras deja caer su pluma < ¡por el emperador! Que suerte tienen algunos>
Los demás clientes se quedan igual.
La chica demonio se asoma desde la cocina.
- ¡Hazlo de una vez hermano! - anima la chica.
El señor cocinero mira a todos lados, se queda congelado y su jefa se lo lleva para luego regañarlo en la cocina. Entonces yo vuelvo a lo mío que es disfrutar las galletas.
Cuando está por terminar su turno me lo arrastro fuera del restaurante.
- ¡Oye no te lleves mi fuente de dinero! - Reclama su jefa.
- ¿Cómo que su fuente de dinero? - dice el señor cocinero confuso.
- ¿Dime vas a ir a mi casa hoy? - pregunto parándome de puntitas.
- Ya casi son las 10:00 P.M – dice él.
- Te puedes quedar a dormir conmigo, es una gran oportunidad para conocernos mejor- propongo mientras acerco mis labios a los suyos.
- P.per.pero mañana debo trabajar temprano.
- Mi casa está más cerca de tu trabajo- entonces me comienzo a reír- era broma.
El señor cocinero parece aliviado.
Dudo que hubiera salido ileso si me lo llevaba a casa, ya que estoy a poco de no aguantarme y cogérmelo bien duro.
Aprovecha para robarme un beso el cual no resisto.
- Quizá una próxima- responde.
Al final nos daba igual, desde hace un rato nos besábamos.
Cuando venía a "aprender" a mi casa también lo hacíamos.
No tratábamos de ocultarlo, estoy segura de que todo ese basurero sabe que los dos tenemos algo.
- Que atrevido- le digo en burla- pero te advierto que la próxima vez me voy a vengar y por vengar me refiero aaa…- le susurro algo al oído, lo que hace que se quede boquiabierto.
Me entere por chismes que también se besó con la semihumana, al igual que con una bruja, o eso dicen.
Poco me importa eso, ya que.
Ninguna de las dos está con el ahora.