Capitulo XXIV-1

Ambas caemos sobre los bancos de las gradas.

- ¿Planeas cometer otra estupidez? - pregunta tía Velvet mientras baja el dedo índice de su mano izquierda.

- ¡Tía, no voy a dejar que maten a mi papá! - le digo, pero a ella poco le importa- si es necesario entrare a la fuerza.

De hecho, se burla.

Astrea parecía inquieta, las guardianas de tía Velvet se relajaban observando lo que iba a pasar.

- ¿Enserio, no te has dado cuenta Mackenzie? -Pregunta ella dudando de mí inteligencia, mira a Astrea- por las doncellas ¿tú también Astrea?

- ¿Qué? Mientras preguntaba, pensaba en como romper el escudo, estábamos tan cerca del escudo que quizá podría atravesarlo si utilizo un hechizo.

- Intenta una estupidez y yo misma te rompo los brazos- amenaza tía Velvet- además si pasa algo yo intervendré.

¡Espera, espera que acaba de decir! ¡que planea intervenir!

Me seco las lágrimas. Pero aun pienso en intervenir.

- No te alegres de a mucho, a un lo detesto, pero lo necesito vivo por lo menos hasta que Anna termine la universidad y desgraciadamente tanto ustedes como… Astrea lo quieren….- recalca ella mientras se acomoda en su puesto- ahora siéntate y en cuanto a ti Lissa, tenemos que volver a hablar.

Lissa pasa saliva y obedece, en cuanto a mi… me toca obedecer, me calma un poco que ella intervenga, después de todo ¡QUIEN SERIA LO SUFICIENTEMENTE IDIOTA PARA LUCHAR CONTRA LA BRUJA IMPERIAL MAS FUERTE! Exacto ¡YO! Si se trata de la vida de mi padre o mis hermanas seré la primera en luchar.

Papá me ve en las gradas y me saluda. Habían pasado exactamente 5 minutos y el sujeto seguía lanzándole insultos.

Lo raro es el comportamiento de papá, parece no importarle tener esa daga atravesada, la sangre resbala de su mano y mancha el piso, el solo observa como cae la sangre. Desorbitado y despreocupado por lo que sucede. No solo eso, su todo su cuerpo parece estar echando humo, papá presenta quemaduras pero… ¿Por qué?

Cuando el sujeto lanza una bola de fuego, me sostengo con fuerza a la silla pensando en lo peor.

temblaba en solo pensar en perderlo, no quería que ocurriera. De hecho, vuelvo a llorar. repito en mi mente, junto mis manos en plegaria mientras cierro los ojos.

Astrea preocupada solo mira, se movía en su asiento pensando exactamente lo mismo que Maki. No quería ver morir a la persona que le gustaba.

Todo parece suceder en cámara lenta, la bola de fuego la cual ya estaba encima de papá se desvía y empieza a dar vueltas erráticamente hasta que choca con la parte superior del escudo causando una explosión que impresiona al morboso público. Desde mi punto de vista ese sujeto es buen mago.

El sujeto se mira las manos, entonces vuelve a lanzar su magia, pero vuelve a ocurrir lo mismo sus ataques de fuego siempre empiezan a volverse erráticos y luego impactan contra el escudo.

- Hijo de perra, logro tal cosa- comenta al aire tía Velvet.

¿Qué logro papá?

- Interesante- exclama una de sus guardianas, mientras coloca los pies sobre la parte superior del asiento delantero.

- Eso no me lo esperaba- recalca otra reclinándose en su asiento.

No veo nada, solo veo a papá moviéndose erráticamente, mientras le sale sangre de su mano.

Conjuro tras conjuro, las bolas de fuego se vuelven erráticas e impactan contra el escudo en diferentes direcciones.

Ni siquiera una ráfaga de fuego concentrada lo toca. La ráfaga solo empieza a apagarse cual fosforo al acercarse a papá.

Los bastardos sentados en las gradas abuchean, ya que esperaban ver como calcinaban a papá. Hijos de puta, si por mi fuera los mataría.

Mis dos amigas iban bajando las escalerillas.

Sabía desde mi corazón que ellas evitaron que cometiera una idiotez. Así que debía disculparme con mis mejores amigas, las cuales siempre me detienen cuando quiero hacer algo estúpido.

Juliana se adelante para decirme algo mientras Isabel va bajando cuando, dos de sus hadas aparecen a su lado, los estudiantes que estaban en los asientos cercanos a las escaleras gritan de miedo.

- ¡Oigan porque salen así! - exclama Isabel molesta, sus dos hadas hacen oídos sordos de lo que dice su ama, ambas optan por una posición defensiva. Una de esas hadas era Bedivere y la otra no la conocía, esa era la nueva hada de la que tanto alardeaba la joven, esa hada la cual es unos centímetros más alta que Bedivere. Su nueva hada está cubierta con una armadura pesada plateada, la cual recubre una capa rojiza con bordes dorados, sus alas son entre doradas y gris. Por suerte ninguna de las dos lleva armas.

- Mi reina, por favor no salga de nuestro resguardo- dice la nueva hada.

- ¿Qué diablos les pasa a las dos? - pregunta Isabel, ella nota algo. Una gota de sudor recorre la frente de Bedivere, mientras su otra hada parece temblar de miedo- ¿Bedivere, Gwein que sucede? - el tono de Isabel se torna serio.

- Aberración del éter- dice Bedivere- por ningún motivo majestad se aleje de nosotras.

Las dos hadas se preparan para lo peor.

Las dos hechiceras sienten un extraño corrientazo el cual recorre sus cuerpos.

Isabel empieza a sentir fuertes punzadas en su cabeza.

Mientras Maki siente como si su corazón fuera arrancado.

La reacción de ambas hechiceras pone en alerta a las hadas y a la mismísima Velvet.

- ¿Qué demonios está pasando? -Se pregunta el sujeto, sus manos le tiemblan sin saber porque, el sin magia solo está parado allí. Pero por alguna razón se siente diferente. Cuando lo mira a los ojos este solo sonríe mientras dice algo en otro idioma imposible de reconocer.

Sigue lanzando magia, pero nada sucede.

Cada bola de fuego se descontrola, algunas se apagan otras solo salen en direcciones erráticas.

Inmediatamente cambia de magia, esta vez conjura una lanza de hielo, la cual sale disparada a gran velocidad. Pero sucede lo mismo, la lanza de hielo impacta la parte superior del escudo.

El sujeto empieza a retroceder mientras observa como la daga mágica desaparece con un solo toque del sin magia, prácticamente la magia se vuelve polvo.

También empieza a experimentar algo extraño, se siente débil, como si su mana fuera desvaneciéndose paulatinamente, desde que entró al combate empezó a sentirse así, pero no le tomo importancia ya que pensó que era debido a la excitación del momento.

Sujetos como este no están acostumbrados a que alguien que no pueda usar magia les lleve la contraria, cuando pasa eso siempre piden un duelo y es obvio el resultado, pero esta vez es distinto.

El sujeto tiene miedo, miedo que el mismo no puede explicarse. Se siente como si estuviera atrapado con una bestia. Una bestia que solo juega con él.

Cuando mira directamente a los ojos al Augusto siente pavor, esos ojos que hace poco eran dorados ahora son plateados, el sujeto intenta usar magia visual para ver que tiene dentro el humano, pero lo que recibe por intentarlo no es agradable.

El miedo en los seres racionales se expresa en las guerras, monstruos, demonios, seres mágicos, cosas que ellos no pueden explicarse fácilmente.

Pero eso no era nada a comparación de lo que vio el sujeto antes de que uno de sus ojos estallara.

Velvet observa como el padre de sus sobrinas sonríe y habla en otro idioma con alguien que no esta allí.

Los espectadores se quedan fríos.

Algunos piensan que fue debido al uso excesivo de su magia.

Otros simplemente mala suerte.

Pero la bruja primordial no….

El sujeto intenta parar el sangrado de donde alguna vez tuvo su ojo piensa en lo que acaba de ver y sentir.