Mientras intenta usar su propia magia de fuego con precisión para cerrar la herida, le sucede otro imprevisto, siente como si algo se le hubiera metido debajo de su piel, entonces ve un bulto negro moverse en su brazo, el cual desaparece muy rápido, para luego ser remplazado por un dolor indescriptible.
De repente pierde toda movilidad en el brazo.
- ¡Mira abajo!- grita Augusto entre risas entrecortadas.
El sujeto llevado por la incertidumbre obedece y ve una creatura parecida a las sanguijuelas acercarse lentamente a sus pies, instintivamente utiliza su pie para aplastar dicha creatura. Cosa que le costaría muy caro.
Apenas su zapato toca al engendro de mana este utiliza su juego de colmillos para traspasar el zapato, luego su media y finalmente meterse en su carne, para luego adentrarse en sus venas de mana, mordiendo salvajemente, mientras la otra sanguijuela de mana que ya estaba adentro del sujeto pasa de sus venas del mana a sus arterias, donde ambas aberraciones se encuentran y empiezan a hacer su verdadero trabajo, el cual es alimentarse de su huésped mientras lo destruyen desde adentro, tal como su creador dicto a la hora de darles vida, el especifico "quiero crear algo que cause tanto terror y miedo para que con solo ver lo que pueden hacer nadie se atreva a tocar a mi familia" esas "cositas" solo eran la punta de la lanza.
Augusto solo ve como el sujeto empieza a revolcarse en el suelo, aullando de dolor al no saber dónde van sus creaciones el tipo empieza a rascarse el pecho con desesperación mientras escupe sangre.
Los espectadores no reaccionan a lo que parecía una masacre contra un sin magia se transforma en un espectáculo lamentable de un mago, ya que solo ven a un hombre revolcarse mientras el sin magia sigue allí sin inmutarse.
- ¿Qué diablos me pasa? Me pregunto, mientras aprieto mi pecho.
- ¿Está bien joven ama? Pregunta Lissa al ver mi comportamiento.
¿Por qué todo empieza a verse distorsionado?
- Deberías ver bien Mackenzie- dice tía Velvet- esto se va a descontrolar solo porque el estúpido de tu padre se encuentra fuera de si.
- ¿Qué tengo que ver? ¿y como que papá esta fuera de sí? El que sienta ese dolor punzante en mi pecho no tiene que ver con papá y que las hadas de Isabel se comportan de manera errática menos, eso debe tener una explicación que no tenga que ver con papá.
Entonces el dolor vuelve.
- Esto ya se terminó- comenta tía Velvet levantándose.
En efecto los engendros del éter estaban devorando desde adentro el mana que recorre el cuerpo del sujeto, dejándolo en un estado lamentable.
Augusto detiene a sus creaciones.
Lo que dijo Velvet no se alejaba de la realidad, Augusto si se encontraba mal tanto física como psicológicamente, esa puñalada hizo que empezara a recordar el dolor de sus 4 años.
El escudo va desapareciendo de apoco hasta que el campo queda sin protección. Momento que aprovecha Maki para teletransportarse y aparecer junto a su padre.
Aparezco frente a papá.
- Hola, cariño- me dice y continua- ¿Qué paso?
Le doy un abrazo, entonces noto unas feas llagas en toda su piel, si tan solo fuera eso… pero su mano tiene una herida profunda e infectada por ¿magia?
- Papi, esto…
- Tranquila cariño, creo que Tera la puede reparar- responde con una sonrisa.
Noto algo raro en el color de los ojos de papá, su típico color dorado ahora presenta pequeños destellos de un plateado. Sangre sale de sus lagrimales, lo que me alerta a que algo le pasa a papá.
- ¡Papi, tus ojos! - toco sus mejillas con cariño- ¿Qué te está pasando?
el sostiene mi mano mientras dice.
- No es nada cariño, solo fue por la magia de ese señor.
- No es cierto, algo te pasa.
¿Qué es ese extraño color en sus ojos? ¿Por qué cambia entre plateado y dorado?
Papá saca un pañuelo y se limpia la sangre de su mano, no parece notar que esta malherido.
- ¿Qué le pasa a tus ojos papá?- pregunto preocupada- ¡por favor dime!
- No es nada cariño, algunas veces me pasa- responde despreocupadamente.
No…
Papá no actúa así normalmente…
Nunca se comporta así.
¿Qué le esta pasando?
Las hadas de Isabel desvían su mirada hacia el Augusto.
Con sus frías miradas dispuestas a eliminar al humano, pero algo las detiene.
Velvet y sus guardianas están atentas ante cualquier movimiento, en realidad eso no les preocupa si fuera necesario harían uso de todo el éter disponible para mantera su promesa de proteger a su reina, la cual esta mareada debido a la distorsión de éter que se causó por la pequeña aberración.
- Que mierdas pasa- dice Isabel intentando mantenerse en pie, pero decae nuevamente y empieza a ver borroso.
- Mi reina- su nueva hada le tiende la mano, la cual es aceptada por Isabel.
- Majestad, ese hombre de allí, acaba de hacer algo profano- comenta Bedivere.
- ¿Hee?- Isabel no comprende a quien se refieren, de por si no puede ver bien- ¿Quién?
- El padre de la otra hechicera- apunta Bedivere.
- Que ridiculez- responde Isabel, para luego hacer desaparecer a sus dos hadas.
Los estudiantes empiezan a abuchear.
- Estos hijos de perra- dice Juliana con ira.
La joven rumi había llegado hasta donde estaba Lissa. Lo que sucedió en el campo fue tan surrealista.
Jamás había visto que la magia se descontrolara o que sin razón alguna su cuerpo siente terror. Fue por una pequeña fracción, pero ella lo sintió.
Sintió algo que jamás había sentido, era como si algo o alguien que no debería estar allí, estuviera observándolos a todos, viéndolos como si se tratasen de insectos.
Sedientos de sangre y movidos por el morbo los demás estudiantes junto con algunos profesores no sienten nada.
No se percatan del peligro que se avecinaba.
Como una rata que se dirige a un granero para buscar comida fácil, un hombre pasa oculto entre los estudiantes y profesores. Nadie lo detecta ya que es muy bueno ocultándose, pero como una rata que piensa que al engordar segura en el granero no le pasara nada, no piensa que en los graneros las águilas o lechuzas esperan a sus víctimas desde arriba, dejandolas engordar para que su comida sea mejor.
¿Por qué un hombre iría al campo de batalla?
¿Porque los seres racionales cegados por la xenofobia se creen superiores a los demás, solo porque estos últimos no pueden usar magia? Esa idea impregna el cerebro de los magos de Liare y se extiende como cáncer en la nobleza del imperio.
Después de todo un mago no puede perder contra un sin magia….
Mientras tanto en el campo de entrenamiento.
Por mas que le pregunte el no me responde.
Pero eso no es importante ahora, primero sus horribles heridas.
- Todo es mi culpa…- digo con lágrimas en los ojos
Papá me dice mientras me acaricia el cabello.
- No es culpa tuya cariño, son cosas que pasan. Ese señor solo es un ignorate, pero lo importante es que nadie se murió- responde.
- Todo es mi culpa….- digo mientras se me parte la voz y el corazón- es mi culpa.
Papá sonríe, entonces procede a acariciarme nuevamente.
- No te mates la cabeza pensando en eso cariño, las cosas ya pasaron. Yo estoy bien y tú también.
Siempre intenta suavizar las cosas. Fue igual cuando casi lo matamos…
Nunca nos culpa…
Nunca nos regaña….
Yo.. no cumplí mi promesa con papá… no he dejado mi egoísmo aparte.
Temo que cuando vea la novia de papá cometa una estupidez.
Sobrepone su propia felicidad por la nuestra… lo sé porque si solo le dijera que dejara a su novia, él lo haría sin chistar.
- Lo siento tanto papá- le digo mientras lo abrazo con fuerza, no quiero soltarlo. No quiero alejarme nunca de papá.
El me devuelve el abrazo.
- Te amo mucho Alex.
¡HE! Mi rostro se pone rojo.
¡¿papá me acaba de confundir con mamá?!
Deja que esas dos mocosas que tengo como hermanas se enteren, se van a morir de la envidia.
Astrea muy inquieta en su puesto quiere ir, pero no sabe si a su ama le moleste tal modo de actuar.
Velvet gira los ojos para luego decir:
- Se que quieres ir, ve y atiende las heridas de ese humano.
Se ve un destello de alegría en los ojos de Astrea, quien le agradece a su ama y baja.
- ¡Haaa el amor! - dicen sus guardianas mientras intentan recostarse en Velvet, la bruja primordial responde con brusquedad.
- ¡Ya les dije que no se me acerquen tanto! - reclama Velvet molesta.
- ¡Ohh ama! ¿Por qué es tan brusca con nosotras? - reclama una de ellas rogando.
- Si nos da cariño podemos serles mucho más fieles- comenta una coqueteándole a su jefa.
- Si siguen con esos jueguitos juro que les voy a partir las piernas- amenaza Velvet.
- ¡Ama pártame otra cosa! - ruega una de ellas.
Velvet mira con desagrado a sus dos guardianas.
Ese modo de ser es una de las cosas que mas le molesta a ella, es una de las razones por las cuales prefiere pasar el tiempo con Verónica y Astrea, y últimamente con sus dos sobrinas menores, aunque sea atrapándolas para que vayan a sus clases particulares.