Capitulo XXVII-6

Un señor del bosque no es peligroso por su tamaño, sino que estos poseen una inteligencia superior a cualquier ser racional, aprenden y pueden utilizar magia avanzada. Fuerza, inteligencia y poder mágico en un solo ser. El tamaño puede variar dependiendo de su poder, cuan mas grande sea, mayor será su poder.

- Carajo casi se me sale el corazón- declara Victoria mientras se intenta calmar- esos señores del bosque son cosa de otro mundo.

- Recuerdo una anécdota de un compañero, él dijo que un comando de las tres repúblicas intento acortar camino para emboscarlos se adentraron en uno de los bosques sagrados y al otro día solo encontraron pedazos de ellos.

El corazón de Lilinca late como si no tuviera un mañana, intenta mantenerse serena frente a sus compañeros.

- ¿Estamos seguros Dimitri?

- Por ahora- responde. Sus palabras no denotan confianza.

- Por lo menos sabemos que camino debemos tomar- dice Enrs secándose el sudor de la frente.

Pasado el peligro los guardias imperiales prosiguen su camino.

A medida que avanzan la cantidad de demonios inferiores desaparece.

En su lugar son remplazados por demonios bípedos.

Creaturas que tienen múltiples ojos a los lados y una boca en donde debería estar el cerebro, brazos largos con 3 "dedos" y patas con casquillos tal como los caballos. Cosas sin vello que recubra su asquerosa piel palida y arrugada.

Se supone que este tipo de demonios son poseen mejores instintos que los anteriores, además de que pueden "pensar"

Los 5 guardias imperiales se dividen en dos grupos, mientras se esconden en ruinas o detrás de una pared, los 5 guardias observan como los demonios se mueven erráticamente de un lado para otro. En algunos momentos las cosas reaccionan y miran a los alrededores.

Uno de los demonios se va acercando al lugar donde esta Lilinca y Victoria.

La capitana le hace señas a Dimitri para que no actúe, ya que el hombre lobo estaba listo para asesinar al demonio.

Su camuflaje les ayuda mucho en dicha situación.

Mientras el demonio sigue acercándose hasta el punto de tener cara a cara a Lilinca quien siente el fétido olor que expele dicho demonio, esa cosa que mueve los ojos aleatoriamente mientras. El demonio abre su boca mientras libera una larga lengua pálida, intentando saborear algo que no ve.

Lilinca levanta un dedo lentamente, usa su magia para mover unas rocas lo que hace que el demonio voltee, momento que aprovecha Dimitri para dispararle lanzarle una daga al demonio matándolo sin hacer ruido, mientras que el otro demonio es asesinado por un golpe preciso de Enrs.

- Eso estuvo muy cerca- dice Victoria mientras guarda su arma.

- Ya estamos cerca.

En efecto los 5 guardias imperiales llegaron a unas escaleras las cuales conducían al lugar donde debían llegar, pero.

- Capitana ¿y ahora? - pregunta Enrs cruzado de brazos.

- Ahora viene lo bueno, sin rehenes, nada de preguntas, nada de piedad con los traidores al emperador y el imperio- ordena Lilinca muy seria.

Enrs y Dimitri sonríen.

- Esa es mi parte favorita- responde Dimitri.

Ellos dos se adelantan mientras mueven la tapa que cubre la alcantarilla, salen de estas y observan.

Ambos salen a un agradable jardín recién podado, el olor de las plantas aun inunda el lugar.

A unos pocos metros estaba una pequeña casa de madera en donde se guardan las herramientas de jardín.

El lugar dista mucho de lo que se ve en el pueblo en especial porque todo es verde, no hay nieve por ningún lado, solo el agradable jardín junto a un lago artificial, este surreal paisaje que se encuentra en medio de montañas y nieve se mantiene así debido a que se utiliza un campo mágico que hace de invernadero artificial, el cual permite terraformar la zona a gusto del dueño, tener algo así no es muy barato tanto económicamente como en consumo mágico. La nieve golpea el escudo que mantiene el lugar mientras todo sigue igual, los dos guardias imperiales pasan por el jardín sin detectar alguna forma de vida fuera de las plantas, bestias, insectos o aves, nada.

El silencio reina el lugar, lo que inquieta a los dos compañeros, un lugar de casi 8 hectáreas totalmente en silencio es escabroso…

Nunca se sabe que cosas se escondan más adelante. Después de todo están en terreno hostil.

En medio del camino ven una pequeña capilla blanca, la cual tiene una marca rojiza pintada en la puerta de esta. Los dos compañeros creen adivinar que eso es sangre y que alguien o algo fue sacrificado hace poco allí.

Seguido de estos, van sus otros tres compañeros, un tanto callados.

Pasan el jardín y llegan a un camino de piedra el cual no prefieren pisar, en lugar de eso se desvía, hasta que llegan a la mansión, un lugar construido en la madera grisácea, escaleras construidas en roca fundida, columnas de mármol, ventanales anchos un corredor construido en la misma madera que las paredes de dicha mansión, plantas que adornan cada esquina de esta y una estatua del demonio que el dueño adora.

Los dos guardias imperiales dan un salto y se trepan en los árboles, sin hacer ruido alguno se acercan y abren una ventana del tercer piso de la mansión, con habilidad única los dos guardias pasan por esta y entran a la habitación.

Dentro de dicha mansión encontrarían un reto el cual casi les arranca las vidas.