Mientras tanto en otro lugar.
Un grupo de policías se estaban equipando con trajes resistentes a la magia, estas no son cosas pesadas ni nada parecido. De hecho, son muy livianas, casi como la ropa habitual.
- Capitán el carruaje se aleja lo suficiente de las zonas residenciales- exclama un policía humano.
- De acuerdo, ya tenemos autorización de la jefa, entonces es hora de actuar- dice el capitán de la policía, un orco de piel gris.
- Si señor- responden varios policías alistando sus cosas.
La policía junto con la alcaldesa de la ciudad y la gobernadora de la región norte una de las tres brujas primordiales por orden del mismísimo emperador se les asigno la misión de erradicar al culto, habían estado siguiendo por meses a esos sujetos. Muchos informes de dos guardias imperiales estacionados en el sur "estaban desapareciendo" pero gracias a que el comandante de la guardia imperial guardo algunos de estos y los envió en secreto al emperador quien los leyó detenidamente y comenzó a hacer una investigación aparte, junto a las tres brujas primordiales y los generales de confianza. En los dos últimos meses se habían desplegado tropas en las regiones más afectadas por el culto. Mientras el mismísimo emperador investigaría a los altos cargos que estaban relacionados con el culto.
La policía imperial ya estaba lista, el equipamiento resistente a la magia parecía sencillo, pero era extremadamente útil, los diseños fueron robados por un espía que estaba en las tres repúblicas. Dicho espía fue recompensado con una pensión vitalicia.
El equipamiento fue realizado por una herramienta llamada aguja del destino, en total existen 9 de esas cosas. El imperio solo posee 1, las otras 8 se encuentran en regiones desconocidas, pero según fuentes imperiales, las tres repúblicas poseen 4 de estas.
Para crear una sola de esas prendas se necesitan 3 de las 5 ramas de la magia, lo que se traduce en que varios magos profesionales deben intervenir para la realización de esta.
Pero esa información quedara para después.
Las cosas se ven interrumpidas cuando uno de los subalternos recibe un mensaje por medio de un enlace mágico.
- Capitán….
- ¿Qué sucede? - pregunta el orco, quien se estaba colocando las botas.
Quien recibió la información le habla en voz baja a su capitán.
- ¿Es confiable dicha información? Pregunta el orco.
- Si señor, una calamidad…
- Por las doncellas- dice el capitán orco con preocupación.
- Si la información es cierta significa..
- Significa que todos vamos a morir.
Para enfrentar una sola calamidad se necesita como mínimo 3 guardias imperiales o uno de los dedos del emperador.
Los policías aterrados por la noticia se detienen, pero su capitán sigue con lo suyo, termina de colocarse su traje.
- Entonces que así sea- exclama- si así podemos acabar con una de las ramas del culto me sacrificare con gusto.
De repente vuelven a recibir un mensaje por enlace mágico.
- Nos cambiaron de misión capitán- comenta confundido el subalterno.
- ¡¿Qué?! ¿Cómo demonios? ¿Quién dio esa orden?
- Capitán, lo voy a enlazar- su subalterno, con dos dedos le toca la frente al orco para que pueda comunicarse.
- ¿Con quién me comunico? Esta operación fue autorizada por la jefa y el emperador- dice el orco molesto.
- Capitán, esto es un asunto delicado, no quiero que mi pueblo muera así que se lo he designado a el- responde una delicada y elegante voz.
El orco no se podía cree con quien estaba comunicándose.
- Ee.empe.
- Los necesito en otro lugar, su subalterno le dará los detalles.
- Si señor.
La conexión se corta.
Su subalterno le cuenta los detalles, los cuales el orco escucha atentón.
El capitán de la policía se dirige a sus subalternos.
- Bueno muchachos el emperador nos envía a otro lugar.
Los policías comienzan a murmurar. El mismísimo emperador acababa de comunicarse con su capitán.
- ¿Por qué? Pregunta uno.
- Porque se la dieron a ese guardia, esa misión así que debemos crear un perímetro en otras zonas de la capital- responde el orco- en marcha muchachos vamos a sacar esa basura del imperio.
Los policías sabían quién era "ese guardia"
- ¡SI!
En el carruaje.
- ¡OH mami despierta! - me dice la niña.
- ¡EH!
Vuelvo en mí.
Le parto el cuello al sujeto mientras al otro le atravieso el pecho.
Que mierda intentaban hacerme.
Desgraciadamente Liara no recuerda el intento de seducción del señor demonio, ya que este borro dicha parte.
¿Acaso ya sabían sobre esto? Me pregunto.
Escucho risas, las cuales provienen de los dos muertos.
- Te estaré esperando- dice el gordo, para luego hincharse y estallar.
El carruaje explota arrojando metal y madera, la cual mata al conductor y esto hace desaparecer sus invocaciones.
Por fortuna salte antes de que la explosión me tocara.
¡Mierda! He sido muy descuidada…
Digo mientras pienso mis opciones y analizo mi estado.
1. Estoy bien, no tengo heridas.
2. Ese sujeto no tenía veneno adentro.
3. Estamos fuera de la ciudad lo que me da a entender de que ¿Cuánto tiempo ha pasado? Me estoy convirtiendo en una inútil.
Me levanto rápidamente y lo único que perdí fue parte de mi vestido, el cual quería mostrárselo a mi cariño.
Los trozos de carne, órganos y huesos de ambos sujetos se encuentran esparcidos por el camino empedrado.
- Maldita sea- exclamo mientras le doy un golpe al suelo.
Perdí toda pista por un error básico y ahora no recuerdo de que estaban hablando.
Algo mareada debido a quien sabe que…
¿Por qué diablos soñé con la niña en aquel instante? Pero fue eso lo que me saco del transe.
¿Quién es esa niña? ¿Qué es esa niña? ¿Quién ese ese papi?