Un aura maligna rodeada de lo que parecen relámpagos rojizos se forman en el lugar de la explosión, no solo eso, una densa neblina grisácea rodea el aura mientras devora los restos de los muertos.
- Carajo- exclamo mientras me levanto.
La explosión no fue "una explosión"
Era un ritual de invocación demoniaco.
El pequeño sector se ve engullido por la tétrica neblina grisácea, plantas, animales e incluso los seres inertes son devorados. Por su puesto también sería su presa, pero gracias a que repelo esa cosa con mi magia de fuego no me sucede nada.
Bocas, ojos y patas de seres que no creía que existieran se vislumbran entre la neblina grisácea. Devorando la carne regada, el cuerpo del jinete fue devorado por múltiples bocas, las cuales se peleaban entre ellas con el fin de ser las primeras en comer la carne humana, le arrancan parte por parte, mordiscos asquerosos en el rostro, carne o hueso les daba igual desde que pudieran probarla arrancando órganos salvajemente, extremidades por las cuales se peleaban, lamian la sangre dejada por los restos de los otros dos sujetos tal como una jauría de monstruos hambrientos.
- Maassss- comienzan a ladrar esas cosas.
- Queremos mass….
La neblina se va despejando a medida que va revelando horrorosas formas de su interior, cosas salidas de las peores pesadillas inimaginables.
Rostros amorfos, cabezas con cuernos y múltiples ojos reptilianos, algunas alargadas parecidas a las de los herbívoros, otros caminan en dos patas, patas peludas con pezuñas o con tres dedos, mientras de manera asquerosa algunos se arrastran con sus purulentos vientres y otros se mueven a cuatro patas, sin cabezas, pero con bocas en sus vientres buscan más alimento para saciar su hambre. Expelen un olor a mortecino penetrante el cual casi me hace vomitar.
Con sus mórbidas y retorcidas narices empiezan a olfatear, luego con sus retorcidos ojos buscan lo que ellos creen es comida.
- Bruja….
- Huele a bruja…
Todas esas asquerosas cosas me miran con hambre y deseo, creyendo que se pueden divertir conmigo para luego comerme, lo que me causa una fuerte carcajada.
Las personas no cambian tan rápido como se desea, el placer de matar seguía latente en mi corazón, aunque me dijera a mí misma que no lo haría más. Sabía que era una mentira y ahora que tengo la oportunidad de matar demonios no la puedo dejar pasar tan fácil.
- Comida.
- Placer.
- Queremos a la bruja.
Mi faceta cambia a mi "verdadero yo" mirada sádica acompañada por sonrisa amenazante.
- Inténtenlo pedazos de mierda- respondo mientras mi hermoso rostro se deforma en una horrible mueca.
Me envuelvo en mis propias llamas mágicas las cuales calcinan a los demonios que venían por mí.
Verlos revolcarse de dolor mientras son consumidos por mis llamas me llena de alegría y satisfacción. ¡!!¡HAAAAAa como amo eso!!!!! Esos aullidos de dolor. Me cubro el rostro con mis manos mientras sonrió.
Cuando se disipan las llamas porto mi llamativa gabardina azulada con bordes naranjas, el cual oculta mis ropas oscuras, botas altas de cuero negro y guantes de la misma tonalidad siempre cubro mi rostro con la máscara de búho.
Me subo la capucha mientras mi mascara de búho la cual utiliza magia para cambiar la voz de su portador le brillan las aberturas en los ojos.
- Que empiece el espectáculo- digo mientras creo una flama en la punta del dedo índice de mi mano derecha, mientras que con la palma de mi mano izquierda creo una esfera de fuego incandescente.
En otro lugar.
La policía estaba allanando varios establecimientos donde se escondían miembros del culto, los cuales no se lo estaban poniendo fácil. Por suerte gracias a la información del emperador los civiles habían sido evacuados.
Desgraciadamente el culto había estado calando fuerte en muchos círculos cerrados del imperio, si esto seguía así podría causar una guerra civil.
Detrás de un muro un policía intentaba apuntarle a un miembro del culto quien disparaba magia como un demente contra todo lo que se acercara, el policía dispara con su arma cargada de munición mágica y asesta en la cabeza del sujeto. Pero debido a eso revela su posición entonces le llueve magia de todo tipo.
Dándose por perdido el policía baja su arma y se resigna a su muerte.
No se sentía triste ya que estaba cumpliendo con su deber, muchos de sus compañeros se encontraban en la misma situación atrincherados y corriendo para ocultarse en barricadas improvisadas mientras cargaban sus armas y respondían a la magia. No todos los policías eran magos, algunos eran semihumanos o humanos sin magia que querían servir en la fuerza pública, otros eran elfos quienes ya habían vivido las anteriores guerras y solo querían una vida medio tranquila en la policía.
Sus recuerdos pasan rápidamente por su mente, como si se detuviera el tiempo a su alrededor ve como sus compañeros rescatan a otros, unos caen y otros siguen. Su propio capitán va al frente matando a esos bastardos.
Cuando la magia está a pocos centímetros de su rostro esta es bloqueada por un muro invisible.
Del cielo cae una jovencita quien lleva el uniforme que solo pueden llevar ellos.
- Arriba, debemos tomar esta posición- comenta la joven.
El policía señala un relámpago de magia eléctrica que se les acerca.
La jovencita consciente de ello empieza a trazar líneas invisibles.
El relámpago impacta contra una barrera invisible y se destruye.
- ¿Viste de donde vino eso? - pregunta la joven mientras se coloca dos dedos en la oreja.
Alguien responde desde otro lado.
- Escucha voy a cubrir a todos con escudos, así que no te muevas- dice la jovencita.
Los disparos mágicos continúan cayendo contra los demás policías, pero esta vez son reflejados. El cuerpo policial agradece eso, pero no sabían cómo era posible dicho acto, ya que para ello se necesita que el mago fuera un experto en magia de refuerzo y eso era precisamente en lo que ella era profesional.
El capitán de la policía dirige la mirada a la persona que acaba de salvar a sus compañeros.
- Cielos, no esperaba esta ayuda- el capitán de policía realiza un saludo conforme al rango de quien los apoya.
Alguien le habla a la jovencita nuevamente.
- De acuerdo- nuevamente la jovencita empieza a trazar formas en el aire, al terminar responde a la persona con quien se comunicaba- ya puedes disparar.
Luego se escucha un estruendo seguido por la explosión del escondite de los cultistas.
La jovencita suspira y se limpia las manos.
- Un poco exagerada, pero cumple su propósito- comenta la joven, luego mira al policía- ¿y bien te vas a quedar aquí o vamos a terminar con esos bastardos?
El policía asiente, busca su casco y sigue a la jovencita de uniforme blanco.
La jovencita mejor conocida como Lilinca "la bruja de los escudos" capitana de los guardias imperiales siempre va al frente de las batallas.
- Sabes bien como son mis invocaciones "capitana" responde por medio de enlace mágico un troll, quien lo acompañaba una dríada, esta asiente como agradecimiento, el troll señala otra posición, la dríada mide la distancia y las fuerzas que pueden intervenir en su disparo de magia, levanta el pulgar para informar a su maestro que ya está lista.
- ¿Va a disparar? Pregunta la bruja.
- Sep, prepara los escudos en todo el cuerpo policial.
- Correcto.
El troll de 2 metros de altura levanta ambos pulgares, su invocación asiente, levanta su brazo derecho, mientras con su mano izquierda va señalando las posiciones enemigas, abre la palma de su mano derecha y crea una flecha de magia, esta empieza a temblar debido a lo potente que es. Entonces la dríada la impulsa hacia arriba, la flecha da unas vueltas en el aire y luego se dirige al punto donde señala la dríada.
El troll de piel verdosa con ojos pequeños de color café saca unos binoculares y observa como la flecha cae en su objetivo creando una pequeña explosión.
Este silva asombrado por el resultado.
- Capitana ¿crees que van a suceder revueltas por esto?
- Es muy posible, el emperador va a estar muy ocupado con eso.
La dríada levanta el pulgar como aprobación.
- Muy graciosa- comenta el troll.
El troll llamado Z´dass también pertenece a la guardia imperial.
- (¿Me pregunto cómo seguirán Enrs, Victoria y Dimitri?) -piensa el troll mientras busca en sus bolsillos una cajetilla con cigarros, saca un encendedor y se pone a fumar.
Su invocación baja el pulgar en señal de desaprobación.
- Que quisquillosa eres- exclama el troll mientras fuma.
A lo lejos se eleva un gran hongo de fuego, el troll sigue fumando muy tranquilo mientras observa. Al momento tiembla debido a la fuerza del impacto.
(Entonces la información era cierta) piensa el troll, luego recibe un mensaje por medio de enlace mágico.
- ¿Es lo que creo que es? - pregunta su capitana.
- Seep, es la calamidad, el emperador nunca se equivoca- responde el troll.
- De acuerdo, nuestro querido y santurrón amigo ya debería de llegar a ese lugar.
- Me preocupa más el regaño que me va a dar el comandante por usar una invocación de tal calibre en la capital- dice el troll con cierto desaire.
- Prefiero eso a que lidiar con las revueltas que van a suceder- responde Lilinca.