Escuchar eso me hace soltar una risa, es claro que la pequeña sabía lo que estaba haciendo su padre, solo fingió para ayudar con la mentira de su padre. Aprovecho para terminar de vestirme.
Entonces salgo con una sonrisa en mi rostro, mientras observo a mi cariño rojo como un tomate.
Cuando mi cariño quiere decir algo ella lo detiene.
Esa niña que no aparenta más de 8 años increíblemente astuta ya que hábilmente maneja la conversación a su favor, se nota que tiene una confianza en sí misma de tal modo que actúa como adulta.
La saludo y ella responde al saludo con suma elegancia.
La pequeña quien es una invocadora hace que una de sus invocaciones me entregue el tacón, al juzgar su actuar se nota que por lo menos hay 3 invocaciones activas en la habitación, y las 3 me están observando, esperando inquietas las ordenes mentales de su invocadora.
Como tal le pido que salga un momento ya que me falta "algo" muy importante.
Ella accede sin rechistar.
Es posible que aquella pequeña sea el vivo reflejo de su madre.
La pequeña de ojos azules y cabello negro liso lleva un vestidito rojo con lunares negros grandes por todas partes, medias largas blancas y zapatos cafés atados con cordones negros, parece más la hija de un noble que la de alguien de un pueblo, la pequeña me analiza detenidamente, quiere ver los cambios en mis gestos, movimientos y modo de hablar, desgraciadamente para ti pequeñita yo no soy una novata.
Quiere corroborar ambas historias preguntándonos por separado, es buena, pero sigue siendo una niña. Inventarme una mentira es sencillo y hacer que mi cariño la siga es aún más fácil.
¿Qué fue lo que me dijo mi cariño?
….
¡Lo de la villana!
Juguemos un rato a eso.
La pequeña me pregunta sobre si me da frio con mi vestido, a lo que le respondo que su padre me mantiene "caliente", mi cariño lo entiende a la primera, pero desvió todo diciendo que él es calientico a lo que su hija dice que sí, aunque sea muy lista ella sigue siendo una niña.
Incluso le dijo a su padre que no tuviera pena de decir que yo era su novia frente a sus hijas. La pequeña debacle entre una actitud madura e infantil dependiendo de la situación.
Es extraño.
La pequeña nombra a alguien, pero puedo escuchar correctamente el nombre de esa persona, ella lo dice 2 veces, pero en ambas oportunidades no comprendo.
Cuando me doy la mano con la pequeña llega su hermana junto a una joven que creo ver visto. La pequeña tiene los ojos del mismo color que su padre, diría que tiene la misma mirada inocente que su padre, pero es una mentira ya que recuerdo claramente por su voz que fue ella la que quería abrir la puerta del baño.
Por unos segundos la pequeña se queda boquiabierta y abre los ojos de par en par cuando mira mi disfraz de enfermera.
Mi cariño, aunque sea discreto no puede de dejar de mirarme el escote (después de todo soy yo quien lo tienta), cosa que notan sus hijas y lo dicen.
Aquello me hace reír nuevamente.
¿Acaso esto es lo que se vive en una familia? Recuerdo que a papá le pasaba lo mismo cuando salía mamá. Siempre decía algún alago que hacia que mamá se sonrojara y le diera un puño en el hombro para que dejara de ser tan cursi.
Esto se pone bueno, sigamos jugando.