Velvet-1

Mi maestro es un hombre amable algunas veces me pregunto cómo es que soporta.

- ¡Velvet! ¿te metiste en otra pelea? - mi maestro me regaña usando mi nombre real- ¿Por qué harías algo tan tonto? - pregunta mientras me limpia la sangre que tenia en el rostro. Me habían reventado la nariz y el labio inferior ¡oh! También tenia un ojo morado.

- ¡Los otros niños se burlaban de usted! - respondo furiosa- ¡no me gusta que hablen mal de usted maestro!

- No digas esas cosas Velvet, no te envió al colegio para que te pelees con los demás- responde sin darle importancia a lo sucedido.

- ¡JUM! Esos tres se lo merecían- exclama mientras muevo mi cabeza hacia la izquierda.

- ¿Espera Velvet? ¡te peleaste con tres!

- ¡Correcto! Noquee a dos y empate con el otro- respondo orgullosa por mi logro.

- ¡No vuelvas a pelearte en el colegio Velvet! - me riñe mi maestro.

Los otros niños llaman a mi maestro el "cojo sin ojo" nunca se molesta por esas cosas. Pero yo sí.

Siempre recuerdo que le paso eso por mi culpa, uso todas sus medicinas para que a mi no me pasara nada, mientras que su ojo se infectaba y su pierna empeoraba a tal punto que lo dejo cojo de por vida.

- Velvet…. ¿Por qué estas llorando?

- ¡Yo no estoy llorando! - respondo secándome las lágrimas.

El sonríe y me dice:

- Sabes bien que no fue tu culpa Velvet, son cosas que pasan- me responde mientras termina de hacerme curación.

- ¡Mentiroso si usted no hubiera hecho eso aquella noche..!

- No te hubiera conocido, fue un precio pequeño que pague por conocerte Velvet- me responde.

- ¡Usted es un ridículo! - le grito roja de la vergüenza.

- ¿Enserio? - pregunta burlonamente.

- ¡Ja! Si tiene tiempo para decir esas cursilerías mejor búsquese una novia- le digo mientras me levanto.

- Entonces me pondré en la tarea- me responde riéndose.

- ¡Ja! Si conociera a mi ma… mamá….

He estado pensando en mamá…

No se si esta viva o …. No,no.

Definitivamente ella esta viva, voy a salvarla y cuando lo haga ella vivirá con nosotros, definitivamente la voy a salvar cueste lo que cueste.

Me paso casi todas las noches usando el conocimiento que me ha enseñado mi maestro en aplicaciones para mi magia.

- Raísa ¿Por qué no haces cosas más normales?

- No quiero ser normal.

Le ayudaba a arreglar una máquina destruida que teníamos en el patio. Remplazo todo lo "eléctrico" por piedras mágicas. En más de una ocasión estallaron y a veces la maquina se llenaba de humo y nos tocaba salir de ella.

- ¿Alguna vez ira a funcionar? - le pregunto mientras me limpio el humo negro del rostro.

- Espero que sí. Es mi única conexión con mi antiguo mundo.

- Algunas veces no le creo que sea de otro mundo- comento incrédula- ¿por cierto cuándo?

- ¡No!

- ¡Heeeeee! ¿pero ni siquiera he dicho que es?

- Esta relacionado con el AK ¿cierto?

- ¡Pfuuu! ¡claro que no! - respondo mirando a los lados.

- Ya te dije que no te voy a enseñar a disparar Raísa, y eso no esta en discusión.

- ¡Usted siempre dice que a mi edad ya sabía disparar! - reclamo.

- Puede que sí, pero aquí no debes pelear con lobos u osos.

- Pamplinas aquí existen cosas peores que eso- me quejo.

- No es no Raísa.

Muchas veces yo me comportaba demasiado impulsiva como esa vez que creí que podía llegar a la luna por mi cuenta.

A medio camino me quede sin oxigeno y casi me mato.

Mi maestro me riño toda una semana por ser una irresponsable.

Velvet a los 14 años.

- Velvet te tengo una sorpresa de cumpleaños- me dice mi maestro mientras me cubre los ojos.

- ¿No será una de esas muñecas feas que vi escondidas?

Sus manos tiemblan lo que me dice que es verdad.

- Claro que no, se que no te gustan esas cosas así que te prepare esto ¡tachannn! - mi maestro deja de cubrirme los ojos y ¡sorpresa!

- ¡¡ESSS ENSERIO!!- grito de la emoción, nos encontrábamos en la recién reparada capsula espacial en los asientos se encontraba un traje espacial de adulto y a su lado estaba.

- Fue difícil conseguir materiales que se parecieran, pero luego de dos años puede hacerlo, tu propio traje de cosmonauta.

- ¿Me lo puedo probar? - pregunto saltando de la felicidad.

- Claro, es tu regalo, la capsula también es tuya ahora Velvet.

- ¡PORRRR LAS DONCELLASSSSSSSSSS!- le doy un gran abrazo a mi maestro y entonces se me sale- ¡!GRACIAS PAPÁ!!- me separo rápidamente y me hago la seria.

- … Velvet voy a estar afuera unos minutos.

- Si…

Desde afuera lo escucho gritar ¡SIIIIIIII!

¡Ja! Es tan infantil. Me miro al espejo que tiene la capsula y noto que estoy roja de la vergüenza.

En la tarde nos dedicamos a jugar dentro de la capsula. Imaginando que estábamos fuera en el espacio o que llegábamos a la estación espacial y les decíamos a los americanos que nosotros fuimos los primeros en el espacio a lo que ellos respondían con groserías, las cuales obviamente les devolvíamos.

- Dígame, maestro ¿usted cree que podremos construir un avión?

- Como los que yo conocía lo dudo, a lo mucho uno como el de los hermanos Wright y eso ya sería demasiado.

- Vamos, vamos no sea negativo- le digo.

- ¿De donde vamos a sacar los materiales?

- Pudimos arreglar la capsula, ¿entonces hacer un avión será pan comido?

Mi maestro siempre me cuenta historias de científicos, en su trabajo como cosmonauta el era el ingeniero de la nave, gracias a ello sabe hacer muchas cosas ¡oh! También tiene un doctorado en física nuclear o ¿algo así? !Ha! también sabe poesía.

Siempre anda haciendo planos de motores y otras tantas cosas, los hace para no olvidar, le pedí que me enseñara sobre eso a lo cual accedió.