Mackenzie Memore 15% de su capacidad hechicera.
Isabel II Castilla 65% de su capacidad hechicera.
Allí estaba yo con mis dos amigas, frente a nosotras se encontraba uno de esos locos del otro mundo y detrás de nosotras una jodida invocación, un dragón zombi, el hedor que expelía es suficiente para desmayarse, la baba que se desprende de su pútrida mandíbula corroe lo que toca cuando cae, tan alto como un edificio de 10 metros, y tan ancho como la calle, debido a su peso las calles y asfalto se agrieta, la monstruosa invocación ruge intentando paralizarnos.
- ¡Ahora! - le grita su invocadora.
El zombi abre sus mandíbulas donde se forma una esfera de magia oscura la cual dispara contra nosotras.
Por instinto creo un portal y redirijo el ataque contra el propio monstruo, hacer tal cosa me rompe un dedo debido a la presión que requiere absorber tal cosa y luego redirigirla hacia su propio atacante, abriéndole un agujero en su lomo haciéndolo explotar desde adentro. Rápidamente creo tres portales, empujo a mis dos amigas y luego me lanzo al portal.
- ¡Malditas mocosas! - grita la del otro mundo mientras me esfumo y le levanto el dedo medio.
- ¡Eso estuvo increíble Maki! - grita Juliana con ¿emoción?
- Si, actuaste demasiado rápido Maki- dice Isabel agradeciéndome.
- Lo hice instintivamente, entrenar con tía Velvet me ha vuelto buena para crear portales- respondo mientras me acomodo el dedo, cosa que debería de doler como un carajo, pero por la adrenalina no lo siento.
¡Mierda! Estoy que me muero del miedo, sé que mis amigas también deben sentir lo mismo.
Pero lo cierto es que no podemos dejar que destruyan la capital.
Por si se preguntan.
Mi tía está en una reunión con el emperador.
- Bueno idiotas, tengo un plan y como esto no es un juego, debemos ganar si o si- nos dice Juliana mientras se truena los dedos, puedo usar sobre ustedes dos enlaces mágicos por tiempo limitado, debido a que ustedes dos no tienen venas mágicas el tiempo máximo del enlace sería de unos 10 minutos a lo mucho- comenta agitada, casi temblando.
Con un plan a medias y cagadas de miedo nos lanzamos a la nada o eso pensábamos ya que.
- ¡Las encontré! - señala la mujer quien estaba encima de su próxima invocación, un jodido ¡hipogrifo con armadura! La del otro mundo posa como si estuviera tensando un arco invisible. Para nuestra desgracia se crea el jodido arco el cual tensa con fuerza al hacerlo se crea una flecha mágica, la cual posee un círculo mágico en su punta, seguida de otras 5- ¡adiós mocosas! - la del otro mundo lanza una oleada de flechas mágicas.
Espera, espera ¡espera! ¿no se supone que los invocadores solo pueden "invocar"? y esta desgraciada está haciendo ambas cosas al tiempo.
- ¡Maki! – ordena Juliana.
- ¡Lo se! - creo portales desviando las flechas hacia la del otro mundo, lo que no esperaba era que ¡las jodidas flechas se desviaran nuevamente contra nosotras.
La del otro mundo sonríe y dice:
- Me di cuenta de lo que puedes hacer, así que no caeré en lo mismo.
Aun aturdida por todo lo que está pasando, me bloqueo mentalmente y no puedo usar mis hechizos.
En un movimiento rápido Isabel usa su hechicería de tierra para crear un muro que nos protege de las flechas, las cuales al tocar dicho muro explotan.
- ¡Concéntrate Maki! ¿o acaso quieres que nos maten! - me grita Isabel tomándome del cuello de mi vestido.
Chasqueo los dedos y cambiamos de ubicación.
- ¡Maldición no de nuevo! – se queja la del otro mundo.