- He visto en lo que te has convertido, solo eres la sombra de lo que deberías ser.
No había pasado ni 30 segundos desde el incidente de la distorsión de mana.
El tipo encapuchado me habla mediante conexión mágica, aparece y desaparece cual sombra entre la multitud que intenta huir del lugar.
- ¿Dime calamidad? ¿es mas importante ese humano que tu propio sueño?
A lo lejos sucede una explosión de gran calibre, dicha explosión es lo suficientemente fuerte como para hacer temblar por medio segundo.
- ¿Qué tanto valoras la vida del sujeto que es padre de tu objetivo?
En el punto de la distorsión de mana empieza a fracturarse el mismísimo éter.
La muchedumbre huye mientras las exposiciones siguen, la propia realidad cercana empieza a fracturarse. Mientras que yo sigo de pie tan serena como me es posible.
Porque me siento tan intranquila…
- ¿Enserio cree que puedes jugar a la casita? - exclama el sujeto con su voz distorsionada mientras se acerca, es imposible determinar su verdadera forma ya que esta cubierto por una gabardina larga de azul oscuro- se lo que has hecho durante años, nada ni nadie puede cambiar lo que es.
- Cállate.
- ¿Heeee? ¿toque algo sensible? Pequeña bruja. De entre todos los seres racionales que existen en este mundo las brujas son las mas curiosas. Criaturas…
Le apunto con mi dedo índice derecho.
- Muere- me importa una mierda que me vean, solo le lanzo un conjuro de fuego lo suficientemente fuerte como para calcinar toda una cuadra entera.
El sujeto desconocido chasque los dedos de ambas manos y.
El tiempo se congela, todo absolutamente todo se detiene. Excepto la visión de Liara. No puede respirar, no puede moverse, su sangre se detiene, su mana deja de fluir por su cuerpo lo que representa un potencial peligro para ella ya que si el flujo se detiene significaría una muerte por combustión espontanea. No solo eso, su conjuro quedo a medio camino dejando la calle derritiéndose.
- Me encanta hacer esto- exclama el sujeto mientras se acerca a una mujer que estaba huyendo, procede a introducir su mano izquierda en su pecho de la mujer hasta que alcanza su cometido el cual era su corazón- que frágiles son estas criaturas- comenta con curiosidad mientras extrae el corazón y juega con este hasta que se aburre y lo aplasta.
¡Qué demonios! Intento moverme, pero mi cuerpo no responder por ningún medio, los músculos están tan tensos como una barra de metal, el oxígeno que normalmente debería circular por la sangre no lo hace ya que todas las células involucradas están tan quietas como una roca lo que afecta todo el sistema nervioso y demás sistemas.
- Pobre criaturita- exclama el sujeto mientras siento que el mana dentro de mi cuerpo empieza a reaccionar- no sabes que soy y aun así ¿intentas atacarme? - dice mientras se acerca a mi magia, como me es imposible saber sus reacciones debido a que su rostro esta cubierto por la capucha pero el sujeto simplemente la toca con el dedo índice y mi magia se comprime hasta desaparecer- fuerte pero no tan fuerte ¡En fin! Pequeña criaturita, tu destino esta ligado con el mío, tú serás mía y juntos llevaremos a este mundo a su ruina ¡o cierto! - el sujeto chasquea los dedos y el tiempo vuelve a fluir en mí momento que uso para atacarlo con todo. Pero… - eres muy impaciente dice el sujeto con aires de tristeza- dejare que tus órganos funcionen normalmente, excepto los músculos y demás cosas que permiten tu movilidad.
El desconocido da pasos lentos y refinados hasta que lo tengo cara a cara. Estoy tan molesta, me siento igual que cuando era una niña desprotegida, incapaz de defenderme, tan débil. Mi respiración se acelera.
El día lenta y progresivamente se transforma en noche, una noche demasiado oscura, no se divisan estrellas, solo el vacío de la noche.
El desconocido coloca su mano en mi mejilla y la jala mientras dice:
- Pequeña criaturita ya es hora- el desconocido baja su mano hasta mi mentón y entonces levanta mi cabeza lo suficiente como para que nos veamos directamente a los ojos.
Sus ojos negros como la noche y con un enorme punto rojo en todo el centro, idénticos a la luna sangrienta me llevan a un trance del cual no puedo escapar, siento que ya he pasado por esto…
- Si… ¡Si! Ahora serás mía Liara. No sabes cuanto he esperado por esto.
Liara empieza a perder su voluntad mientras lentamente sus ojos se vuelven pesados el desconocido acerca su otra mano lentamente al rostro de Liara, cuando esta por cumplir su cometido sucede lo impensable.
- ¿He?
Sus ojos acaban de explotar, el sujeto parece no entender lo que le ocurre, de hecho, no existe explicación para lo sucedido. Solo explotaron y ya, dejando las hendiduras donde se suponía que estaban sus globos oculares.
A mi me importa una mierda, ya que termina el control sobre mi cuerpo y ahora puedo moverme con cierta libertad, libertad que aprovecho para arrancarle el rostro con fuerza, dejándolo en carne viva luego uso mi otra mano para atravesarle el estomago y desde adentro lanzarle mi magia de fuego haciéndolo explotar.
Los pedazos de órganos y carne vuelan por los aires, pero esto no me contenta, no quiero que quede nada de este hijo de puta, agarro lo que queda de su cuerpo y lo calcino.
- ¡Hijo de Puta!
Lo único que había quedado era su cabeza o mejor dicho un pedazo de carne a medio derretir.
- ¡Reconozco esto! ¡no es magia! ¡es hechicería! Tal como aquella vez ¡sí! Es como aquella vez- dicha cabeza que ahora era no más que un cráneo que no debería estar facultado para hablar lo hace.
Como me importa una mierda de lo que este balbuceando, solo me interesa aplastar esa puta cabeza, me acerco y la aplasto con todas mis fuerzas.
Aunque el sujeto había muerto, el tiempo seguía detenido.
- Entonces no era un error….
Exclama una voz en el aire.
- Es lo mismo de aquella vez…. ese bastardo sigue vivo.
Que sucede aquí….
Una estruendosa carcajada sale de la nada.
- ¡No lo puedo creer! ¡es mi día de suerte!
Las cosas van tomando nuevamente su marcha.
- Liara tú serás mía.
- Yo no soy de nadie, da la cara cobarde.
- Tranquila pequeña, lo que mataste no era mas que un peón con el cual no podías, ahora mucho menos podrías contra mi en persona.