Luego de un rato llegué a la última torre, la cual era de color azul. Destruí la barrera y subí las escaleras llegando a la parte superior de la torre.
Allí encontré a una de las últimas hijas de Gea, ella tenía el cabello de color celeste. Y al igual que su madre y sus hermanas, tenía una figura envidiable.
—¿Quién eres?—Preguntó la mujer al sentir mi presencia frente a ella.—Tranquila, no ver venido a hacerte daño.—Respondí de forma tranquila mientras miraba a la mujer.
—Mi nombre es Orión Lucifer, ¿Puedo conocer el tuyo?.—Pregunté.
—Mi nombre es....—La mujer no pudo terminar de hablar ya que cuando levantó la vista y me vió, se quedó completamente congelada.
Podía ver qué un claro enrojecimiento aparecía en sus mejillas.—M-Mnemósine.—Respondió la mujer como si de un robot se tratase.
—Entonces Mnemósine, ¿Lista para ser libre?.—Le sonreí a la bella mujer, quien aún manteniendo la vista en mí, asintió distraídamente.
Me pareció divertida su reacción, ya que si no me equivoco, este debe ser el resultado de mi rasgo [Deseo de los mares].
Según leí, está habilidad es similar a mi [Atracción inevitable], solo que tiene un efecto excelente en mujeres seres que tengan que ver con el agua.
Saliendo de mis pensamientos, me acerqué a las cadenas que sostenían a Mnemósine y destruí las cadenas que la ataban.
Luego de eso, saque el Tridente de los mares y empezé a curarla.—¿C-Cómo es que tienes eso?.—Mnemósine salió de su estado robótico al ver el Tridente de los mares por lo que la sorpresa invadió su rostro.
Al escuchar su pregunta, le empezé a contar lo ocurrido con Zeus y sus hermanos, así también lo ocurrido con su madre y con sus hermanas.
Al enterarse de esto, obviamente las lágrimas empezaron a fluir de sus ojos, ya que ella pensó que nunca más volvería a ver a su querida madre.
Al ver su estado, simplemente la abracé y use mi aura para calmarla, algo similar a lo que hize con Phoebe. Pero no podía quedarme mucho tiempo con ella ya que tenía que ir a la cuidad de Argos.
Así que usando mi [Demon Song] la hice dormir. Con mi energía invoque una hermosa cama y con mucho cuidado la puse encima de ella.
La cubrí con una manta y a su lado puse el Tridente de los mares. Éste creo una barrera, la cual protegería a Mnemósine hasta que las demás chicas lleguen aquí.
Luego de eso, me acerque al lugar donde ella estaba encadenada y tome la gema de color azul. Al hacerlo, active el último rayo, el cual llevo a una nueva dirección en el interior del Tártaro.
------------------------------------------------------------------
POV EQUIDNA:
—Me alegro que al fin todas podamos estar juntas de nuevo.—Dije mientras miraba a mis cuatro hermanas y a mi madre con una sonrisa nostálgica.
—Tienes razón.....Orión Lucifer, le estaré eternamente agradecida.—Dijo mi hermana Phoebe mientras ponía una sonrisa.
—Nunca podremos pagarle lo suficiente por todo lo que ha por nosotras.—Dijo Thea.
—No será necesario, pude ver que a través de él y nunca ví segundas intenciones en su accionar.—Agregó Temis.
Ellas tenían razón, desde que lo conocí no ha gacho más que ayudarme a mí, a mi gente y a mi familia. Me pregunto si la edad será un problema....
—Yo lo he decidido, cuando salgamos de aquí me casaré con él.—Mnemósine me sacó de mis pensamientos y sus palabras me sorprendieron.
—!No hija mía!....y-yo s-soy la que....se casará con él.—Esta vez no solo yo, si no que todas mis hermanas también abrieron los ojos como nunca al escuchar lo que dijo mi madre.
Podía ver qué sus orejas y sus mejillas estaban completamente rojas. Podía sentir que todas iban a replicar pero entonces sentimos un aura y un poder aterrador provenir cerca de nuestra posición.
—!Ese poder....no puede ser....—Reconocí el aura, era nada más y nada menos que la de mi hermano mayor....pero ésta, era cientos de veces más fuerte que cuando ocurrió la Titanomaquia.
—C-Chronos.....no me digas que Orión llegó a Argos....si es así él....—A mi mente vinieron las peores escenas posibles. Pero entonces un aura aún mayor apareció, suprimiendo la primera.
Dicha aura hizo que un sudor frío recorriera mi espalda, jamás había sentido algo así. El miedo creció en mi interior, ya que cualquiera que tuviera dicha aura podría matarme con total facilidad.
—H-Hay que ir a Argos de inmediato. D-Debemos descubrir quién es el portador de esa aura.—Thea habló de forma seria, pero podía ver en ella (al igual que en el resto de mis hermanas) el miedo.
—Delphyne, Bennia, les encargamos a madre. Nosotros nos adelantaremos a la ciudad de Argos.—Dije mientras el resto de nuestras hermanas asentían.
—No se preocupe mi señora, nosotras la protegeremos.....pero, ayude a O-Orión.—Me sorprendió el escuchar a Delphyne referirse de esa forma forma a un hombre.
Ella nunca había mostrado interés en ellos, pero ahora aquí estaba, sonrojada y desvíando la mirada al decir el nombre de Orión.
—E-Esto....no creo que sea necesario temer o preocuparse.—La voz de Bennia hizo que todas giráramos a mirarla de forma algo extraña.
—¿Por qué dices eso?.—Pregunto Temis de forma seria.—V-Verás, esa aura es la Orión.
A todas se nos quedó la mente en blanco.—V-Verán, Orión uso esa misma aura cuando luchó contra Cleo.—Bennia mostró a Cleo quien dió un lindo ladrido.
—E-Espera, ¿Estás diciendo que este cachorro hizo que ese chico usara semejante aura?.—Preguntó de forma algo incrédula mi hermana Phoebe.
—S-Sí, pero Cleo no es un simple cachorro, vamos Cleo, muéstrales.—Cleo salió del agarre de Bennia al escuchar sus palabras y en eso ella empezó a brillar.
Un aura monstruosa, similar al aura que suprimió a la de Chronos, salió disparada de ella, y poco a poco todos pudimos ver cómo es que su tamaño aumentaba.
La torre empezó a temblar y al final todas tuvimos que salir de ésta, ya que se acabó derrumbando debido al exceso de poder.
Cuando la nube de polvo desapareció, todas nos quedamos sorprendidas al ver la enorme criatura de tres cabezas y ojos celestes.
La criatura estaba por encima de todas en poder, aura. Pero lo que me llamo la atención era que mi madre estaba en shock. Sus piernas fallaron y terminó cayendo al suelo.
—No puede ser....Cerbero, el Cazador de Almas.—Todas miramos a mi madre quien no apartaba la vista del enorme can.
Esta, mantuvo contacto con mi madre y al cabo de unos segundos su expresión seria se suavizó y empezó a lamerla con su lengua.
—¿Eh?, acaso....no me guardas rencor...—Pregunto mi madre sorprendida al ver cómo reaccionó Cleo.
Ella negó con sus cabezas y lanzó un ladrido.—E-Ella quiere que subamos a su espalda, nos llevará a Argos.—Dijo Bennia.
Al ver que Cleo asentía todas subimos a su enorme espalda y ella empezó a caminar. De camino mi madre nos contó a todas lo ocurrido el día que desapareció.
Ella y Urano sintieron la presencia de Cleo, dicha presencia asustó a Urano, y éste convenció a mi madre para marcar a Cleo.
Ambos bajaron a la zona de la muerte y se enfrentaron a la criatura. Pero ella era muy fuerte, incluso para ambos. Así que mi padre decidió sellarla en una prisión que hizo con su poder.
Pero para mantener la prisión activa, uso a mi madre como núcleo de poder. Él no tenía problemas con eso, ya que estaba teniendo sueños de presagio sobre nosotros. Mi madre nos contó que él le dijo que la maldecía por darle hijos que atentaran contra su reinado.
Que era una inútil y muchos más insultos que hicieron que mi madre derramará una lágrima. Pero luego como si el estado de ánimo cambiara radicalmente ella sonrió.
Nos contó que Orión llegó frente a ella y la saco de ese lugar, que la ayudo a reunirse con todas nosotras y sobre todo que no sentía maldad o segundas intenciones en su accionar.
Por eso y como pago por todo lo que hizo, ella dijo que se iba a casar con él, ya que sentía un calor que nunca había sentido antes.
Debo admitir que fue algo raro ver a mi madre actuar de manera tan tímida. Pero tenía razón, Orión era alguien muy especial.
Fue entonces que me decidí. No iba a encontrar a un hombre similar hoy en día, así que pese a tener cientos de años más que él yo.....
*BOOM*
Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando escuchamos una explosión ensordecedora. Así que cuando nos dimos cuenta nos conmocionamos como nunca.
En la entrada de Argos, un hombre de pelo blanco largo estaba en el suelo jadeando y escupiendo sangre. Pero la imagen frente a él fue la que más nos sorprendió.
Orión vestía una armadura azul, mientras 20 alas negras, similares a la de un dragón salían de su espalda. Pero lo que llamo nuestra atención fue la espada que poseía en sus manos.
Una espada de color azul con bordes dorados. La hoja tenía venas de color azul recorriendo a través de ella, dando la impresión de estar viva.
—Bien Chronos, eso es todo.—Dijo Orión con un claro tono de superioridad.
—M-Maldito....—Chronos no podía ponerse de pie. Era una locura, ni siquiera Zeus y los dioses Olímpicos lo habían dejado en semejante estado.
—Te lo dije bien claro, Rhea vendrá conmigo. Ella ya no será juguete tuyo ni de tu patética gente.—Todas pudimos notar el odio y disgusto en la voz de Orión.—Ya veo de dónde Poseidón saco su horrible afición.
—!Cállate, ¿Crees que esto a terminado?, Jajajaja. Pues te equivocas, él está aquí.—Al decir eso, el suelo empezó a temblar. Una grieta se abrió de él y dos enormes brazos surgieron.
Esos dos brazos, pronto se convirtieron en cuatro, seis, ocho, diez.....y al igual que los brazos, las cabezas aterradoras de una criatura salieron después.
—E-El....Hecatónquiro....—Murmuré con una expresión aterrada.
La criatura era enorme, y desprendía un aura aterradora. Pero Orión no pareció verse afectado por eso.
—Si eso es todo lo que tienes, déjame decirte que eres patético Chronos.—Con eso dicho Orión empezó a brillar y detrás de él se forma una figura que todas reconocimos al instante.....