Inojin había salido para comprarse ropas nuevas, ya que necesitaba respirar aire fresco y saber que todo estaba bien.
Pero en el trayecto alguien se le acercó por dentrás tapandole la boca y sujetándolo con fuerza. Por más que fotcejeaba no pudo soltarse, ni gritar le fue posible.
Fue arrastrado al interior de la limousina y al instante siguiente se fueron. Inojin temblaba como una hoja ya que se imaginaba que aquellos que lo tuvieron secuestrado en el club nocturno, volvieron por él sin importarle nada de nada. Ni siquiera el hecho de que ahora era un aristócrata.
- Muy bien, así calladito será mejor para charlar Inojin.
Quien lo hubo enviado a secuestrar estaba en el asiento del frente. Lo miraba con una cruel sonrisa. Cuando la luz iluminó su rostro Inojin abrió sus ojos enormemente asustandose a más no poder.
Era Choji Akimishi, el maldito que le gustaba violarlo y torturarlo a más no poder. Choji encendió un avano y empezó a fumar con intenso placer.
Ese gordo asqueroso lo miraba con pelculiar lujuria, haciendo que Inojin restrigue sus piernas, mientras lloraba en silencia.
- Con Menma muerto, el negocio es mío. No existe competencia alguna ¿sabes? Y tú - Choji empezó a acariciar los dorados cabellos del joven quien cerró los ojos haciendo una mueca de azco - Eres en extremo apetitoso para dejarte ir tan fácilmente.
Respirando entrecortado, Inojin tomó fuerza y apartó la repugnante mano de su violador mirándolo con furia total. Esto solo provocó risas en Choji.
- Tu madre fue una estupida, al negarse a formar parte de mi negocio. Y todo porque a tu padre no le hacía ninguna gracia esto.
-¿Qué? ¿Conociste a mis padres maldito degenerado?
- ¿Qué si los conocí? Tu madre y yo fuimos amigos desde pequeños si. Pero cuando conoció a tu padre ella cambió. Cuando tus padres se casaron, tu madre se alejó y nuestra amistad murió y con ella tu madre.
Inojin solo quería irse, volver a los brazos de su amado esposo.
- Tu padre, por el contrario sigue vivo.
Aquello lo dejó en una piesa. No lo podía creer ¿su papá estaba vivo? ¿Era cierto?
- ¿Cómo dices? ¿Sigue vivo?
-Oh si y en verdad es muy apetitoso.
La furia junto al odio intenso se adueñó de Inojin quien se avalanzó a su violador gritando e intentando arañarlo.
- ¡Maldito bastardo! ¡Liberalo! ¡Degenerdo! ¡Libera a mi padre!
Choji lo sujetó riendo a más no poder debido al gran placer que estaba experimentando. Ya tenía a Inojin donde quería.
- No, no lo haré ya que me está generando muchisimo dinero. Pero si quieres que eso pase, vendrás conmigo voluntariamente luego de divorciarte de Shikadai Nara.
Aquello significaría la muerte para Inojin.
- No, no lo haré.
- Bien, en ese caso tu padre seguirá siendo prostituído.
- ¡Te denunciaré!
- Y cuando la policía llegue, encontrarán el cadáver de tu padre ¿Es eso lo que quiere muchacho?
Inojin lloraba a más no poder debido a la intensa desolación que sentía.
-¿Por qué me haces esto? ¿Qué te hice yo?
- Disfrutar de tu cuerpo, del sexo y del dinero que generas para mí.
- Maldito....¡Maldito! ¡Sueltame!
Inojin pensó en Shikadai, su amado esposo. No quería alejarse de él. Dios sabía que no quería hacerlo.
- ¿Vendrás conmigo entonces?
- ¿Tengo otra opción? Ya me tienes contigo maldito.
- Buen punto - llegaron a una mansión y Choji lo arrastró fuera de la limousina - Llegamos a donde será tu nuevo hogar. Andando señor Nara - Choji reía como una hiena.
La mansión donde lo llevó era nueva ya que jamás la había visto. Inoji empujó a Choji con fuerza haciendolo caer y corrió lo más rápido que le resultó posible alejandose de ese gordo violador.
Llegó a la puerta pero ya estaba cerrada con llave y por más que empujaba, la puerta no se abrió. Desesperado corrió adentro de la mansión al sentir la estrepitosa voz de su secuestrador. Empezaba a perseguirlo.
Inojin lloraba a más no poder intentando abrir las puertas de ese lugar pero para su pesar, todas estaban cerradas con llave. Sin embargo una puerta estaba abierta y entró.
Era una biblioteca, de la desesperación comenzó a arrojar todos los libros que veía a su alcance al suelo en busca de una salida secreta.
Así encontró un celular. Aprovechó para llamar a Shikadai. Tenìa que contarle lo sucedido.
-¿Hola?
- ¡Shikadai! ¡Por dios ayudame! ¡Me secuestró de nuevo! ¡Y tiene a mi padre Sai!
-Inojin ¿dónde estás?
- En una de sus mansiones.
-¿Quién te tiene secuestrado?
- Choji Akimichi, él tomará el lugar de Menma Namikage. Y tiene a mi padre Sai. No está prostituyendo como a mí.
Inojin lloraba de la desesperación.
-¡Te encontré maldito mocoso! ¡Te recordaré mi gran poder!
-¡No! ¡Por dios!
- ¡Inojin!
- ¡Ayudanos Shikadai! ¡Mi papá y yo te necesitamos por dios! - el rubio lloraba con desesperación mientras arrojaba los libros a Choji y retrocedía.
Shikadai sabía que su amado estaba perdido. Le había fallado, pero ahora tenía más información sobre quien movía los hilos tras su secuestro.
- Inojin escuchame bien mi amor. Te falle es cierto, pero te juro que no volverá a suceder. Estás bajo su poder ahora, es verdad. Pero solo te pido que resistas y confíes en mí
- Shikadai....ayudame por dios.
- Lo haré, te liberaré es una promesa mi amor. Los salvaré a los dos, a tu padre y a tí.
- De acuerdo - el rubio lloraba - Confío en tí mi amor.
- Te encontraré y te salvaré. Serás libre otra vez y volverás a reunirte con tu padre. Te lo juro.
En esos momentos la llamada se cortó. El pelinegro cerró los ojos con pesar apretando los labios.
Al abrirlos de nuevo había tomado una desición. Escarvaría hasta el fondo para poder liberar a Inojin y a su padre. A su vez no descansaría hasta acabar con ese cerdo de Choji Akimichi.
- Te salvaré Inojin y destruiré a Choji sin piedad. Como que me llamo Shikadai Nara.