Me quedo de piedra, no me esperaba esa respuesta, o pregunta, es evidente de que sabe de que estoy hablando, pero cómo? Inmediatamente después Jeremy me repite la pregunta a lo que yo le respondo que sí. Jeremy deja su cerveza en la mesita de café y se dirige a su habitación dejándome solo en su salón.
Es una sala pequeña, un viejo sofá verde pegado a la escalera direccionado hacia una televisión plana de pequeño tamaño, una alfombra de color más oscuro del sofá en la que encima tiene una mesita de café de madera oscura. Al lado de la televisión se encuentra una estantería que en la parte inferior hay videojuegos y en la parte superior está su videoconsola. En las paredes hay fotos de Jeremy en la mili, el diploma de Jeremy y una estantería con una caja grande y figuritas de acción de videojuegos.
Jeremy baja de las escaleras agitado con una maleta en la mano, se dirige a su preciada videoconsola y a su colección de juegos para guardarlos en la maleta. Yo le detengo en seco — ¿Pero qué haces?— a lo que él sin siquiera mirarme me contesta — Huir, ¿no lo ves? Paso de volver a enfrentarme a él—.
—Pero ¿Quién es él?, ¿De qué lo conoces?— procede a ignorarme y a guardar sus figuritas en una bolsa para guardarlas en la maleta, entonces lo cojo del brazo y le obligo a mirarme —¡Contéstame!— le grito, a lo que él me mira impactado por mi comportamiento agitado, entonces se para en seco y decide hablar conmigo.
—¿Recuerdas la casa del terror ambientada en la franquicia de Freddy's?— preguntó él esperando que yo sepa algo de la historia —solo se que trabajaste allí y que se incendió, por eso nos devolvieron los derechos— contesté —Bueno, pues yo trabajé allí haciéndole un favor a Henry, me dijeron que no habría ningún animatrónico, ningún peligro pero, al segundo día, pusieron al conejo a la atracción. Un antiguo conejo que encontraron en una habitación oculta en el restaurante de Freddy's, lo que antes era un conejo amarillo amigable con los ojos verdes se convirtió con el paso de los años, o eso decían ellos, en un conejo con tez verdosa, piel putrefacta y ojos grises sin vida.
procede a sentarse en el sofá mientras deja la maleta abierta en el suelo — Yo ya había trabajado con otros animatrónicos "defectuosos" que iban a por mi, pero él era diferente. No seguía patrones lógicos, sabía dónde estaban las cámaras y las tapaba, parecía murmurar algo, era un alma errante que buscaba sangre y yo no estaba dispuesto a dársela. Así que rompí las tuberías de gas y prendí fuego al local con ese monstruo dentro. Pensé que ya había muerto, que se había destruido con el local, pero veo que sigue aquí — Se levanta de un brinco dirigiéndose a la maleta — Y no quiero pasar por eso otra vez, si quieres te vienes conmigo si no, adiós otra vez cabezón— cierra la maleta y se dispone a darme un abrazo.
— Pues lo siento— le digo rechazando su abrazo —Pero ese "conejo" ha intentado matar a mi hermana, así que no se va a ir de rositas— se me queda mirando desesperanzado pero con una sonrisa forzada me da la buena suerte.
Salgo de su casa con la cerveza sin abrir en mi mano y me disponía a irme a mi casa, pero ya se donde puede estar el conejo; en las ruinas.