Bueno — contestó amablemente Roberto.
Hola, señor. Soy la asistente del Samurai Negro. Me dijo que lo llamara para informarle que lo invita a ver una pelea en el club "Elixir del Deseo" — se oyó una voz femenina y seria al otro lado de la línea.
Disculpe, se ha confundido, porque no conozco al Samurai Negro — respondió Roberto mientras se levantaba de su escritorio y se acomodaba en la cama.
¿Es usted Roberto Castle? — preguntó la asistente, preocupada al pensar que se había confundido de número.
Sí, yo soy Roberto Castle. ¿Cómo lo sabe? — preguntó Roberto, levantando una ceja.
El Samurai Negro se enteró de su gran apuesta en el Casino "Caminó Dorado" y quiere conocerlo, por eso lo invita —respondió la asistente de manera respetuosa.
Ah, siendo así, ¿a qué hora llego? — dijo Roberto, esbozando una enorme sonrisa.
No se preocupe, lo van a pasar a recoger a las ocho en la puerta de su hotel — indicó la asistente.
No es necesario, no se molesten — intento declinar la solicitud con amabilidad Roberto.
No, ¿qué clase de anfitrión sería el señor Samurai si no lo recoge, permitiendo que le pueda pasar algo en el camino? — la asistente se rió levemente, casi imperceptible al oído.
(Pero Roberto pudo escucharla, aunque no se lo hizo saber. Solo se despidió después de dar la dirección del hotel y luego colgó. Llamó a Carlos para que le diera información acerca del Samurai Negro.)
Hola, señor — respondió Carlos respetuosamente.
Hola, Carlos, quiero que me ayudes en algo — la voz de Roberto sonaba ronca.
Claro, señor, dígame. Haré todo lo que pueda — respondió Carlos.
Quiero que investigues y me digas, ¿quién es el Samurai Negro? — le dijo Roberto mientras bostezaba.
Después de dar la orden, Roberto colgó y durmió un rato. A las siete de la tarde, se levantó para prepararse para ir al club, pero antes revisó su teléfono y vio que tenía una llamada perdida de Carlos. Decidió llamarlo, pero primero se fue a bañar.