My girl

El café se derramó sobre la alfombra al resbalarse el café. La mujer, conocida en el gremio como "La Sombra Carmesí", cazadora de rango S, quedó petrificada frente al televisor.

Se llevó la mano al vientre, músculos y huesos recordaron el dolor fantasma que había enterrado hacía años, (te vi en el bote de basura, te tire… el hospital se encargó de que- - no, fue aquel hombre). 

Su remordimiento hecho carne, caminaba, estaba tan viva.—No puede ser. Yo te maté.

//"¿Mamá? ¿Por qué estás en la televisión?"

Su hijo de seis años, la devolvió la realidad.

//"No soy yo", mintió. Y, sin embargo, ¿no era esa la verdad más honda? Nunca había sido ella, a pesar del gran parecido, había tristeza en aquellos ojos color mar. Nunca había sido madre de esa criatura que ahora veía luchar en el mundo que le había negado.

//"Pero se parece mucho a ti", insistió con esa ingenuidad de los niños. "¿La salvaste? Como haces con la gente en tu trabajo. Oh, es mi ¿tía?"

No. Había hecho lo contrario. Había decidido que no merecía ser salvada, (fui el villano). Que no merecía existir, (yo tome la decisión).

El impacto contra el suelo fue real, tangible, una confirmación de que esto no era una pesadilla. Las pesadillas eran más amables. Tenían un final al despertar y encontrarse con las personas que uno ama.

//"¿Qué sucede?" 

Su esposo, su puerto seguro al dejar su país natal, México. Se preguntaba quién era esa chica de la televisión. 

"####, a tu habitación", ordenó Jordi al niño.

//"¿Quién es?"

//"¡No es nadie!". Se negaba a admitir su culpa. "Se me hace tarde para ir al trabajo, hoy aplicaré examen a los chicos de preparatoria. También le llevaré el desayuno a ####"

La capital española estaba en caos por los acontecimientos en Asia. La madre de Ami estaba segura de que pronto iría al frente.

"¿Por qué estás viva? Maldición." Se desquitó con una de las estatuas del parque que atravesaba a diario. Su puño impactó contra el mármol. Una parte de ella se alegraba de saber que no había matado a su hija.

"¿Estás enojada? ¿O solo estás triste?", se preguntó a sí misma.

Cuando la veo así… Todo lo que ha de haber tenido que vivir. Yo la aborté. Pero sigue viva. Incluso cuando formé mi propia familia. Ella, mi hija.. mi corazón... no puede... soportarlo.

"¿A quién se suponía que debería odiar?"

"Vete de mi cabeza, aléjate..." Pero las visiones de esa chica, de Ami, persistía.

"Tome una decisión hace tiempo, no hay más palabras que decir. Esa joven no es mi problema." Se mintió en contra de los deseos de esos sentimientos. 

(Qué día tan bonito… y qué horrible es vivirlo)

14.1 El Aquelarre de la Semilla Negra

El filo cortó las venas principales de la masa orgánica que invadía el jardín. 

La tierra se agrietó y pinchos hechos de la misma materia carnosa surgieron del suelo, buscando perforar a sus atacantes. La cazadora de asesinos saltó, evadiendo las púas que emergían bajo su posición.

Disparó una ráfaga continua de energía azul. La masa orgánica central se retorció bajo el impacto, pero contraatacó. Un pincho masivo surgió del suelo, dirigiéndose hacia la yugular.

No tuvo tiempo de esquivarlo, pero no fue necesario. VEN⁂M⁂ reaccionó por ella. Una extremidad emergió de la espalda de Ami, con la apariencia de una columna vertebral que irradiaba una luz púrpura intensa.

"¡Haj!" Ami se tocó la espalda.

"¿Qué es esto?", escribió Ami en su interfaz. "¿Por qué tengo una columna vertebral saliendo de mi espalda?"

El VEN⁂M⁂ flotó a su lado. Su pequeña forma se agitó, ofendida.

//"No te quejes," respondió con voz chillona. "Es una mejora. Deberías estar agradecida. A mis ojos, eres una belleza ahora."

// "¿Llamas belleza a tener una protuberancia deforme brotando de mi espalda? ¡Esto tiene que desaparecer!"

//"Ughh, los humanos y su obsesión con la apariencia."

//"Es temporal," dijo el parásito.

//"¡Oye, máscara!", gritó la cazadora sin dejar de moverse. "Mueve esas nalgas, ¿o te quedarás ahí conversando con tus amigitos imaginarios?"

Concentró sus pensamientos, visualizando su motosierra cortando en pedacitos la cosa del cráter. 

Las llamas se extendieron por sus brazos, su torso y envolvieron la motosierra. Cortó a través de la masa central, el núcleo de la infestación fue consumido.

//"Así se hace."

<130 puntos>

El jardín quedó en silencio, con solo los restos carbonizados, humeantes del alienígena.

La extremidad vertebral se contrajo lentamente, retrayéndose hacia la espalda de Ami.

"¿Ves?", dijo el VEN⁂M⁂. "Temporal."

Ami no respondió. La cazadora de asesinos, se acercaba limpiando la hoja de su guadaña con un paño.

La actitud de la cazadora cambió. Sus mejillas se estrecharon, estudiaba la máscara de Ami y la zona donde había emergido la columna vertebral.

//"No sé qué eres exactamente," dijo en voz baja, acercándose cautelosamente. "Lo único que sé es que debo eliminar a cualquier persona que presente los síntomas. Y lo tuyo..." hizo un gesto hacia la espalda de Ami, "es anormal."

//"..."

//"Eh, contéstame," insistió la cazadora, colocando la espada en posición de combate. "¿Alguien te mordió? ¿Te rasguñó? ¿Ese asesino de segunda te hizo algo? ¿Te infectó el alien?"

//"No respondas. Está buscando una excusa para atacar."

//"Hey, contéstame, pimpollo," la cazadora se movió, agarrando a Ami por la camisa. La levantó del suelo unos centímetros y la olfateó

//"Qué extraño," agurro la nariz. "No hueles a esos infectados. Ellos tienen un olor muy particular." Deslizó una mano dentro del bolsillo.

"Qué traviesa," sonrió, sacando una pequeña bolsa con un polvo cristalino azulado. "¿Es esto lo que creo que es? Una pequeña bolsa con drogas."

Ami se la arrebató.

//"Bien."

Se despidióm, moviendo sus manos. Dio un salto que la llevó al techo del edificio escolar, y desapareció entre vendas que se materializaron de la nada.

La señorita Jiménez abrazó a Ami. Le acarició la cabeza como si fuera una niña pequeña, a pesar de que Ami le sacaba varios centímetros.

//"Encontremos a tu hermano, Ami."

Se apartó del abrazo incómodo. Caminó hacia el cráter, rebuscando entre los restos orgánicos carbonizados. En el centro yacía algo el cadáver de un tripulante.

En su cinturón, un smartphone de alta tecnología permanecía intacto. Separó uno de los dedos del cadáver. Presionó el pulgar inerte contra el sensor del dispositivo.

//"¡Hurra! ¡Tenemos acceso al sistema satelital!"

//"Correcto," tenía privilegios de administrador para la red de satélites de vigilancia de la institución. Con esto podría rastrear a su hermano en cualquier parte del país o del mundo.

//"Ami," llamó la señorita Jiménez en el extremo del borde. "¿Qué estás haciendo, ese dedo, suéltalo?"

//"Un segundo."

Buscó registros de las inmediaciones de la escuela durante las últimas 48 horas, filtro específicamente el día que la maestra había mencionado.

Varias chicas vestidas de uniformes extraños, no escolares, arrastraban a un niño con gorra morada hacia un automóvil oscuro. "¡Te encontré!"

Amplió la imagen del vehículo y activó el algoritmo de reconocimiento. El sistema procesó la matrícula, modelo y características distintivas. Segundos después, el rastreo en tiempo real mostró una línea punteada que seguía el recorrido del automóvil desde la escuela hasta detenerse en un punto específico.

"Te encontré, ¡Te encontré!, ¡Te econtreeeeeee!"

"Está en la Gran Pirámide," proyectó su máscara. Las palabras aparecieron en letras luminosas.

Se llevó una mano al pecho y exhaló. //"Gracias al cielo. Al menos sabemos la ubicación." Le apretó el hombro a Ami. "Buena suerte. Sé que lo traerás de vuelta."

Los supervivientes que presenciaron la batalla con la criatura aplaudieron. Las demás personas escondidas, salían de sus refugios, reuniéndose alrededor de Ami.

"¡Dele su merecido a esos cabrones!", gritó un hombre.

"¡Que paguen por lo que han hecho!"

Los vítores continuaron mientras Ami se dirigía hacia la salida. Las sirenas de la policía se escuchaban cada vez más cerca. Varias patrullas habían bloqueado las calles adyacentes a la escuela.

Justo frente a la salida principal, de pie entre el caos de luces azules y rojas. Tenía el rímel deslavado.

//"¡Ami##### ######, ¡Te he buscado por todas partes! ¡Llamé a tu escuela, a la policía, fui a los hospitales!"

Se encogió, preparándose para un regaño más severo. //"Aja" le apretó los cachetes.

//"No hagas eso de nuevo," apretó más sus cachetes. "No desaparezcas así. ¿Me lo prometes?"

//"¡Mamá, para! Ya," proyectó su máscara. "Encontré una pista sobre Airam."

Le mostró el teléfono y la ubicación marcada. //"Ami, es tu hermano." 

"Iremos juntas, y una vez termine todo esto, iremos por esos esquites que tanto te gustan. Los de la esquina, con extra queso y chile."

//"Esperen," dijo, ajustándose los lentes manchados de polvo. "Yo también voy. Es mi alumno, y parte de esto es mi responsabilidad. Además," saco de su bolso un pequeño objeto que brillaba, "creo que esto podría sernos útil."

"Es una llave," explicó la maestra. "La encontré después del incidente inicial. Creo que pertenecía a uno de esos... ocultistas. Tiene grabado el mismo símbolo que llevaban en sus túnicas."

//"¡Ahh, un mapa del tesoro!", dijo VEN⁂M⁂ con entusiasmo.

//"Cariño, ¿Por qué no puedes hablar?" Toco la máscara que cubría su rostro y las proyecciones de texto que utilizaba para comunicarse.

//"Es largo de explicar."

//"Necesitamos tratar eso," insistió su madre. "Ahí hay una farmacia. Vamos rápido."

Ya la arrastraba hacia el pequeño local al otro lado de la calle. La maestra las siguió, vigilando sobre su hombro. Asustada.

En la farmacia, su madre compró jarabe para la garganta y una botella de agua.

//"Toma esto," dijo su madre, ofreciéndole el jarabe después de haberlo mezclado con un poco de agua en el tapón. "Te ayudará con la inflamación."

Apartó la mano de su madre, tirando el jarabe al suelo. //"¡Déjame en paz!"

//"Ami… Solo quiero ayudarte."

//"¡Solo te importa lo que cuesto!"

Sus arrugas se tornaron más profundas.

//"Oh, mi niña," musitó . "Esa tarde en la comisaría... las palabras salieron de mi boca... Tu padre nos había dejado un equipaje de deudas, el tratamiento consumía hasta las monedas que guardábamos para los domingos… yo no debí decirte eso. Me desquité contigo. Eso no hace una madre… pp.. perdóname por haber dejado que mi dolor te lastimara."

Tomó las manos de Ami entre las suyas. Eran manos de madre, gastadas en mil batallas cotidianas.

"Eres mi tesoro más valioso, tú y tu hermano. Más que cualquier mañana, más que todas las primaveras. Daría mis horas futuras, mis sueños pendientes, todo lo que soy y lo que nunca llegaré a ser, por borrar esa herida."

"Ustedes son mis estrellitas, de mamá y papá."

Cerró los ojos bajo la máscara. (Papá), evito llorar, para que su madre no cargara otro dolor innecesario, al menos hasta que pudiere hacer algo al respecto. (No hoy).