Aiko sintió su cuerpo tensarse. Sabía que no tenía oportunidad en una pelea directa, y huir parecía casi imposible con aquel hombre acechándola.
El destello metálico en su mano la hacía temblar, aunque su expresión se mantenía firme.
Pero antes de que pudiera moverse…
Shinji: ¡No te muevas!
La voz de Shinji irrumpió en la oscuridad como un trueno.
Aiko giró la cabeza y lo vio: estaba en la escalera de emergencia, con la pistola firmemente apuntada al desconocido. Su postura rígida demostraba que no estaba jugando.
El hombre misterioso no reaccionó de inmediato. Solo inclinó la cabeza levemente, como si evaluara la amenaza.
Shinji: ¡las manos arriba!
dijo, con la misma intensidad inquietante de antes
???: No querrás hacer algo de lo que te arrepientas
Shinji: Lo mismo podría decirte
replicó Shinji, sin bajar la mirada
Shinji: ¡¡Aléjate de Aiko!!
La tensión en el aire se volvió insoportable. Aiko sintió su corazón golpear su pecho con fuerza.
Entonces, todo pasó en un parpadeo
El hombre movió la mano, Shinji reaccionó
Y el disparo rompió el silencio de la noche.
Un estruendo seco retumbó entre los edificios.
Aiko sintió su sangre helarse.
El hombre se quedó inmóvil por un momento. Luego, su cuerpo se tambaleó.
Un hilo de sangre brotó de su pecho.
Los ojos de Shinji se abrieron de par en par, y su respiración se volvió errática.
El desconocido intentó dar un paso, pero sus piernas fallaron, Se desplomó pesadamente sobre el techo, con la mirada clavada en el cielo nocturno.
Shinji: N-no…
Shinji bajó el arma con las manos temblorosass
Shinji: Yo… yo no quería…
Aiko tampoco podía moverse. No sabía qué decir.
El hombre tosió, su voz ahora débil.
???: La arena… no para... de caer…
Y entonces, exhaló por última vez.
El silencio que siguió fue insoportable.
Shinji dejó caer la pistola, Sus manos estaban frías.
Aiko lo miró con preocupación
Aiko: Sh-Shinji…
Pero él no respondía.
Solo miraba sus manos, como si no las reconociera.
Porque en ese instante, se dio cuenta de la verdad:
Había matado a un hombre.
Y eso era algo de lo que nunca podrá escapar
Aiko se arrodilló junto al cadáver, su mente aún atrapada entre el shock y la adrenalina, La sangre oscura se filtraba en las grietas del concreto, formando un charco que reflejaba las luces distantes de la ciudad.
Con manos temblorosas, revisó los bolsillos del hombre. Y entonces lo encontró.
una pequeña grabadora antigua con un casete adentro
Cuando Aiko lo encendió, Un zumbido eléctrico rompió el silencio y de inmediato una voz distorsionada emergió de los altavoces. No era un mensaje claro, sino un poema, un enigma envuelto en metáforas:
El lobo duerme entre acero y cenizas,
pero su sombra aún camina en la tormenta
Aiko sintió un escalofrío recorrerle la espalda.
Shinji, miró la escena con una mezcla de horror y confusión La realidad de lo que acababa de hacer aún no había terminado de hundirse en su mente, pero una cosa era clara: Aiko sabía algo que él no.
Shinji: ¿Qué demonios significa eso?
preguntó, su voz apenas un susurro.
Aiko apretó los dientes, Quería explicarle pero no ahora, No cuando cada segundo que pasaban allí los acercaba al peligro.
Aiko: Tengo que irme.
Shinji la miró con incredulidad.
Shinji: ¿Solo así? ¿Sin decirme nada?
Aiko se levantó con dificultad y lo miró fijamente.
Aiko: Escucha... No puedo detenerme ahora. Pero cuando todo esto termine… te lo explicaré todo... ¿Ok?
Shinji guardó silencio por un momento, Luego exhaló pesadamente y metió el arma en su funda.
Shinji: Bien, pero me debes una explicación, Aiko, Y me la cobraré.
Sin decir más, se giró y desapareció en la oscuridad, dejando a Aiko con el cuerpo, la grabación y una nueva pista.
"El lobo duerme entre acero y cenizas"
Arata estaba vivo, Y ella iba a encontrarlo, El frío del suelo golpeó a Aiko como un recordatorio brutal de su caída, Cada movimiento que hacía le recordaba lo mucho que estaba lastimada, a pesar del dolor punzante en su costado y la presión ardiente en su brazo vendado, la determinación ardía dentro de ella, No podía detenerse
Con un esfuerzo monumental, se levantó, apoyándose en la pared del edificio, Su respiración era pesada, su cuerpo temblaba, pero su mente estaba fija en un solo objetivo: escapar
Las palabras del misterioso sujeto seguían resonando en su cabeza. "La arena sigue cayendo." ¿Qué significaban realmente? No tenía tiempo de descifrarlo ahora.
Se obligó a moverse, sus pasos eran torpes al principio, pero cada uno la acercaba más a la salida, La parte trasera del hospital parecía menos vigilada. Se deslizó entre las sombras, asegurándose de no hacer ruido.
Cuando alcanzó una salida lateral, se detuvo, Los murmullos de los guardias eran apenas audibles a lo lejos, Inspiró hondo y cruzó la puerta, lanzándose a la noche.
El aire frío golpeó su rostro, y por un instante, sintió que podía respirar de nuevo, Pero su mente no se detenía.
El mensaje distorsionado de la grabación aún ardía en su memoria, Si quería encontrar a Arata, debía seguir las pistas…
Las luces de la ciudad la guiaban, pero también la exponían, Consciente de su vulnerabilidad se perdió entre los callejones, desapareciendo en la oscuridad.
No podía permitirse fallar, Aiko avanzó con dificultad por los callejones, sus piernas tambaleándose con cada paso, El dolor de su caída aún le punzaba en cada fibra de su cuerpo, pero no podía detenerse.
Después de varios minutos de caminata, llegó a un viejo almacén abandonado en los suburbios, Era un refugio que había usado antes, un lugar donde podía desaparecer del radar por un tiempo, Se dejó caer contra la pared, respirando con dificultad, mientras sacaba la grabadora de bolsillo que había tomado del cadáver
Reprodujo la grabación una vez más, La voz distorsionada pronunciaba palabras en un tono casi poético, frases que no tenían sentido inmediato
"Si Arata sigue vivo… esto debe significar algo."
Aiko frunció el ceño, No tenía manera de analizar la grabación en ese momento, pero quizás en otro lugar podría conseguir ayuda.
Horas después, llegó a un cibercafé, Se sentó en una esquina encendió una computadora pública y empezó a buscar información sobre patrones en grabaciones de voz, Estaba tan concentrada que no notó la presencia a su lado hasta que una voz le susurró:
???: Si buscas a Arata, vas en la dirección correcta… pero debes darte prisa.
Aiko se tensó y giró rápidamente, pero la persona (un desconocido con capucha) ya se estaba levantando, Antes de desaparecer entre la multitud, pero dejó una memoria USB sobre el teclado
Aiko la tomó con precaución, ¿Quién era esa persona? ¿Cómo sabía lo que estaba haciendo?
Con el corazón acelerado, conectó la USB. Dentro, encontró un archivo con más fragmentos de audio… más poemas.
Las piezas del rompecabezas estaban encajando, pero aún no sabía si estaba más cerca de Arata… o de una trampa, como ella pudo se levantó y le pagó al encargado y salió del cibercafé con rumbo a su casa, al llegar el aire de la madrugada azotó la puerta detrás de ella, acto seguido se sentó en el sofá de la sala y llamó a Rebeca
Rebeca: ^¡Santo Dios, Aiko!, Pero que te paso^
Aiko: ^larga historia, no importa, lo importante es que tengo más indicios de que Arata está bien^
Rebeca: ^bueno no te quedes callada, dime qué descubriste^
Aiko: ^primero^
Aiko sacó la grabadora y reprodujo la grabación
El lobo duerme entre acero y cenizas,
pero su sombra aún camina en la tormenta
Rebeca: ^¿El lobo descansa entre acero y cenizas?, Que está tratando de decir^
Aiko: ^no lo sé, lo mismo dije yo, pero supongo que quién sea que haya secuestrado a Arata quiere divertirse en el proceso... bien, si diversión es lo que quiere, diversión tendrá^