Culpable (II)

No hay preliminares. Aunque sí uso un poco de lubricante. No por ella. Por mí.

Sin avisar, la penetró de golpe. Hasta el fondo. Rompo su himen en el proceso.

–¡¡¡Aaaaaay!!! ¡Duele! ¡Para! ¡Por favor! ¡No quiero…!– se duele Chun Hua entre sollozos.

Sus quejas son acalladas cuando vuelve a ser golpeada. Se queda muy quieta. Solo sollozando. Gimiendo de dolor.

No me esfuerzo en darle placer. No se lo merece. Simplemente la follo brutalmente. Sin parar. Sin descanso. Sin compasión porque sea su primera vez.

Cojo su cintura con fuerza. Puede que le duela. Entro y salgo de ella para mi propia satisfacción. Es realmente estrecha. Y puedo sentir la euforia de dominarla. De hacerla mía.

Es un sentimiento peligroso. Ya avisó quienquiera que tuviera la Residencia antes que yo. Dejarme llevar podría provocar que cometería actos peligrosos para todos. 

Sus pequeños pechos oscilan sin parar. Su cuerpo está totalmente entregado. Sin los atisbos de resistencia del principio. Se ha rendido totalmente a las circunstancias.

Me corro dentro de ella en unos cinco minutos. No quiero alargarlo más.

La suelto. Su culo, ligeramente alzado, golpea contra el suelo. Apenas se queja del pequeño golpe. Su boca está entreabierta, salivando. Su venda, mojada por las lágrimas. Que recorren sus mejillas. Su respiración entrecortada.

–Está muy estrecho. Un buen coño. ¿Quién es el siguiente?– me levanto.

–Yo. Creo que probaré el otro agujero– dice mi otro yo. Distorsiona la voz de forma diferente.

–No… más…– suplica ella en un susurro.

Su voz suena aterrada. Aunque también rendida. Quizás, creía que se había acabado. No, acaba de empezar.

Yo me siento sobre su pecho. La cojo del pelo. Hago que su cabeza se acerque a mi miembro.

–Abre la boca. Limpia mi polla– le ordeno.

No se atreve a negarse. Abre la boca. Aunque no mucho. Muevo mis caderas para penetrar su boca por la fuerza. Parece ahogarse. Bien. Que sufra.

–Usa tu lengua. Quiero que me des placer mientras me limpias– le vuelvo a ordenar.

Tengo que insistir unas pocas veces para que empiece a hacerlo medio bien. Mientras muevo su cabeza para que entre y salga de su boca. Cogida del pelo. La noto estremecerse de repente. Mi otro yo ha empezado.

—————

Liang está dentro explicando la situación a las demás. Mientras mi otro yo ocupa su boca, yo la cojo de las piernas. Las abro de nuevo. Las tiro hacia atrás. Hasta que consigo dejar visible su ano.

Un poco de lubricante, qi para limpiar, y la penetro de golpe. Se tensa. Lo que la hace aún más apretada. Buen culo.

Violo su ano sin parar. Disfruto de su estrechez. Del estimulante avance en cada embestida. Seguramente, le duele. No uso qi para evitarlo. Aunque no se queja. Claro que tiene su boca ocupada.

Me dejo llevar y me corro en ella en unos minutos. Aunque no paro. Esta vez, sí que la estimulo. La penetro con incluso más brutalidad. Abuso de su ano sin parar. Hago que dolor y placer coexistan. Hasta que acaba corriéndose. Y yo en ella.

–Mira la muy zorra. Su primera vez, y se corre cuando le dan por culo. Es realmente depravada– la acusa Song, dándole una patada a la altura del estómago.

La sigo follando un rato más. Hasta que mi otro yo acaba.

–Aún te queda mejorar, pero no está mal para tu primera vez. Trágatelo todo– se levanta mi otro yo.

Dejo de contenerme y me corro en su culo por tercera vez. Se estremece un poco. Tiene el culo lleno de mi semen.

Me levanto. Me quedo esperando mientras la obligan a levantarse. Le tiemblan las piernas. La hacen inclinarse hacia mí.

–Abre la boca. Te toca limpiarme a mí– anuncio.

No se resiste. Abre su boca. Y meto mi miembro en ella. Enseguida empieza a usar la lengua. Temerosa de ser golpeada. Mientras veo a Rong posicionarse detrás de ella. Miro a Liang, extrañado.

–Se ha ofrecido voluntaria– me aclara, encogiéndose de hombros.

Me sorprende un poco. No es de las que quiera colaborar voluntariamente. Lleva un consolador doble atado a la cintura. Penetra a Chun Hua por los dos agujeros. Mientras esta me hace una felación un tanto amateur.

Puedo ver una mueca un tanto sádica en Pu Rong cuando la penetras por los dos agujeros a la vez. Chun Hua se estremece. Aunque no puede hacer nada para evitar ser follada de nuevo. Esta vez, doble.

Un golpe en la cabeza le recuerda que tiene trabajo que hacer. Así que sigue con su felación hasta que me canso y me corro en su boca. Como mi otro yo, la hago tragársela.

Me agacho hasta estar a su altura. La miro. Ella no puede verme por la venda.

–A partir de hoy, eres nuestra, mía. Me llamarás Amo. Ahora, dilo, di que eres mía. O tendré que obligarte– la amenazo.

Se estremece. No sé si de mis palabras o de una nueva embestida. No se resiste

–Aah… Soy tuya… Amo…– dice apenas en un susurro.

Suena cansada, abatida. No parece ni siquiera pensar sus palabras. Está en shock. Probablemente, incrédula por lo que le ha pasado. Ella “solamente” había ido al bosque a asesinar a otra esclava.

–Enséñale a hacer mamadas. Tiene mucho que aprender. Será tu compañera– ordeno entonces a Ning.

–Sí, Amo– ella obedece. Más que sumisa, parece expectante. Al menos, ha cambiado su voz como le he ordenado.

Lleva un consolador en la mano. Se lo hace poner en la boca. Sin preguntar. Solo lo aprieta contra sus labios.

–Abre más la boca. Quiero ver cómo lo haces– le ordena.

Es entonces cuando mando a las tres a la Residencia. A Rong, Ning y Chun Hua. Se ha sometido y puedo llevarla. No debería darse cuenta del cambio.

Me uno y miro a las chicas. Quizás en otra ocasión, hubiéramos aprovechado para ir a entrenar, cortar madera… Ahora, solo queremos volver. Descubrir a la culpable y el inicio de nuestra venganza no nos ha dejado indiferentes.

Así que vamos en la dirección donde debería estar Ken. Pronto, nos reunimos con las gemelas. Aunque Ken también me descubre a mí.

–¡Kong! ¿Qué haces aquí? ¡Te dije que no te preocuparas!– me saluda entre enfadada y conmovida.

Yo me acerco, la miro, la agarro de la cintura, acerco mis labios. No se resiste. Sus manos envuelven mi cuello. Nos besamos apasionadamente. Pensar que podría haberla perdido me hace querer no soltarla.

–Sí haces eso, no puedo regañarte– se queja.

–No volveré a hacerlo– le prometo –. Por ahora.

–Por ahora… Tonto… Tengo que irme ya– quiere despedirse.

Pero no la dejo. La cojo de la mano. Y la acompaño hasta casi la entrada.

Sorprendentemente, se muestra un tanto tímida. Aunque no deja de hablar durante el camino. Y me besa en la mejilla al despedirse. Con una enorme sonrisa. Que pierde inmediatamente cuando se va. Es una pena que no pueda durar más.

Yo me voy a buscar una de las entradas ocultas. Mientras veo como se siguen follando a Chun Hua. De hecho, están en ello durante horas. Mientras, las chicas cogen lo que quieren de su cabaña. La han obligado a darles paso.

Por la noche, la dejamos sobre su cama. Totalmente inconsciente, exhausta. Cubierta de sudor y otros fluidos. Sus ropas destrozadas, las dejamos en el suelo. Su espada, decidimos no devolvérsela. Si eso le ocasiona algún problema, mejor.

Tiene la orden de estar lista mañana por la noche. En su cabaña. Veremos que pasa. Las gemelas han dicho que vigilarían. Están furiosas, como todas. No conocían a Heng. Pero nuestra furia es su furia. Igual que la suya es la nuestra.

—————

–¡AAaaaaahh~! Tan grande… ¡¡AAAAaaaahhh~!! Tan profunda… ¡¡AAaaaaahhh~!! No como el pichacorta de Dai Fen… ¡Aaaaaah~!– gime Guo Hai.

La estoy follando yo de pie. Ella a cuatro patas sobre la cama. Hong la está grabando desde delante. Lo ha encontrado divertido. Así que se ha ofrecido voluntaria. ¿Se está masturbando?

–¡¡Aaaahhh~!! Sabes… Mi ex quiso violarme una vez. Quería follar antes del matrimonio. Puso droga en mi bebida… ¡AAAAAaaaahhh~! El muy idiota… Creía que no me había dado cuenta… ¡¡¡AAAAAAAAAHHH~!!! ¡Maaás! ¡¡AAAaaaaahhhh!! Abrí los ojos cuando se había bajado los pantalones… ¡¡AAAAAAAHHHH~!! La tenía tan pequeña… Je, je… ¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAHHHHH~!!!

Está muy mojada. Muy excitada. El vídeo de ella desnuda siendo follada desde atrás lo planeamos distribuir. A mí no se me ve. Pero a ella sí. Y mi exhibicionista se moja solo de pensarlo. Su madre también lo es un poco, pero mucho menos. O lo tiene más reprimido.

–He oído que tiene una nueva prometida… ¡¡AAAaaaaahhh~!! Me pregunto si lo habrá intentado ya con ella… ¡¡¡AAAAAAAHHHH!!! O si ella sabe de las muchas sirvientas que ha follado, quisieran o no… ¡¡¡¡AAAAAAAAAAAAAHHHH~!!!!

Se corre. Le doy un pequeño descanso antes de continuar.

–Aah… Aaaahh… interrogué a algunas. Las pobres no habían disfrutado nada. Cuando no había sido una insoportable tortura y humillación. Aaaahh… Solo se preocupa de él mismo… Aaaaahhh… Cuanto me alegro de haberme librado de él… ¡¡¡AAAAAAAAAAHHHH~!!!

Vuelvo a empujar y añadir qi. Ella explica anécdotas entre gemido y gemido. Todas lo exponen como un sádico cruel, egoísta, mal amante y peor amigo. Parece ser que violó a la hermana de un supuesto amigo aprovechando que confiaban en él. La pobre chica se suicidó por la deshonra y humillación. Es un caso que taparon, supongo que con dinero.

Incluso expone como ha sacado dinero de su propia familia. Se llevaba parte de los beneficios en algunos acuerdos que le habían encargado. A pesar de ya tener una asignación generosa.

Eso lo sabe Guo Hai porque había presumido frente a ella. Espero que sus padres se enteren

–¡¡AAAAAahhh~!! El muy idiota presumía porque las putas le decían que era bueno… ¡AAAAAAAHHH! Hay que ser estúpido. No solo… ¡¡Aaaaaahhh~!! No solo reconocía que iba de putas, sino que se creía lo que le decían. ¡¡AAAAAAAaaahhh~!! ¿Cómo no van a adular a un cliente rico? ¡¡¡AAAAAAHH~!!!

–¿Y sabes? ¡¡Aaaaaaah~!! Lo expulsaron cuando quería sodomizar a un esclavo… ¡¡¡AAAAAAHH~!!! También le van los hombres… ¡¡¡AAAAAAAAAAHHHHH~!!!

Acaba cayendo sobre la cama agotada. Satisfecha. Con una enorme sonrisa en la boca. Mira a Hong suplicante.

–Puedo… Aaahh… Aaaaah… Verlo…– pide.

Hong sonríe y le da el cristal de memoria. Se lo queda mirando embobada.

–¿¡Esa cara hago!? ¿¡Me van a ver así!? ¡Se me ve todo!– va diciendo, escandalizada.

Claro que, mientras lo hace, tiene su otra mano en la entrepierna. Masturbándose. Excitada de nuevo. A pesar de estar agotada. ¿Debería follarla analmente? No, da igual. Que disfrute del espectáculo. Solo espero que a su madre no le importe demasiado.

—————

Tan Huo va mejorando día a día. Ya han pasado casi dos semanas desde que la trajimos. Desde que ha aprendido la técnica de yin, podemos ir más rápido en su curación. Un centímetro para cada extremidad. Y sobra un poco. Por ahora, he priorizado la lengua y sus cuerdas vocales. Falta algunos días para completar su lengua, aunque ya ha crecido unos centímetros.

En cuanto a sus meridianos, tiene cinco abiertos. El equivalente a estar entre la etapa dos y la tres. Cada vez puede circular más qi. Y su dantian se va curando poco a poco. Muy poco a poco.

Algo más rápido va su mar de qi. En unos días, estará completamente reparado. Podrá empezar a acumular qi.

Por su pelo, no tengo que hacer nada. En cuanto se han ido curando las heridas, ha empezado a asomar. Gracias en parte a que va circulando su qi también por la cabeza. Le llevará tiempo, pero no es lo más importante.

También estimulo el crecimiento de los dientes. Es un proceso lento, y no requiere mucho de su yin y mi yang.

–Gaziaz mi zeñog, pog… todo– me agradece.

Ya puede hablar. Aunque, con la lengua a mitad, no acaba de pronunciar bien. Lloró bastante la primera vez que pudo pronunciar unas palabras, comunicarse.

–Puedes llamarme Kong– reitero. No es la primera vez.

–Zi, mi zeñog Kong– repite.

Le sonrío. La beso suavemente en los labios. Me sonríe tímidamente. Está totalmente entregada a mí. Se entiende. La he sacado del infierno. Y la estoy curando poco a poco.

Hoy incluso me ha pedido que fuera un poco más fuerte. Que la hiciera correrse con más fuerza.

Sus heridas están prácticamente curadas. Tiene muchas cicatrices, pero eso lo dejamos para más adelante.

Después de la lengua, vendrá su ojo. Y después su pecho izquierdo. Pidió al principio que fuera su pecho primero. Argumentaba que así era más atractiva para mí. Pero al final, la convencimos.

Al menos, ahora puede mirar al futuro con esperanza. Aunque sus cicatrices mentales no serán tan fáciles de curar como las físicas. Todo lo que podemos hacer es arroparla. Y ayudarla con su venganza.