Una aura escalofriante estalló desde él, haciendo que la expresión del hombre cambiara.
—¿También estás en la cima? —exclamó el hombre, con incredulidad en su tono. La idea de que un joven pudiera igualar su fuerza era impensable.
—¡Lárgate!
—Él es un adulador —respondió Braydon con desdén—. No es de extrañar que esté atrapado en el nivel de pico ordinario. ¡Qué vergonzoso! Sus ojos negros parecían brillar con un toque de rojo.
—¡Gawk!
Desde el cielo, lo que parecía ser una nube negra descendió rápidamente. Pero al acercarse, los espectadores se dieron cuenta de que no era una nube en absoluto: era un enorme grupo de cuervos completamente negros.
—El cazador principal del Bosque Oscuro, cuervo nocturno —susurró alguien con miedo. Aquellos que reconocieron a los cuervos nocturnos los miraban con inquietud.
Los cuervos revoloteaban de manera amenazante pero no atacaban. Su presencia ominosa sugería una sola cosa: pertenecían al apuesto joven que estaba frente a ellos.