Experiencia

Braydon Neal aún no había llegado al Valle de Vida y Muerte.

El aroma de la sangre impregnaba el aire.

Su figura pasó apresuradamente por las Llanuras Rojas, donde la hierba parecía casi antinaturalmente roja. Braydon se preguntó: «¿Nació de este color o había sido teñida por la sangre?».

Un valle imponente se alzaba adelante. Su tamaño era evidente, aunque su final estaba oculto a la vista.

—Hay innumerables tesoros naturales dentro… Tienes que quedarte cinco días para entrar… ¿Por qué parece que tiene su propia conciencia?

Una mirada confusa cruzó el rostro de Braydon. La naturaleza extraña del valle le recordó el acto de criar insectos venenosos. Si realmente poseía conciencia, no permitiría que nadie se marchara.

Sin detenerse en el pensamiento, Braydon se movió rápidamente. Detrás de él, cuervos dispersos lo seguían en silencio, seguidos por un ejército masivo que oscurecía los cielos.