—¿Su discurso tuvo algún sentido para ti? —susurró el Santo de la Espada.
—El Demonio Divino está loco —comentó Noah—. No intentes aprender cómo mejorar tus artes de espada de alguien que tiene que olvidar la misma fundación de su existencia para lanzar ataques.
—Olvidar no suena mal si esos son los resultados —anunció el Santo de la Espada mientras estudiaba el corte horizontal en la cintura de la criatura.
El corte blanco había dañado un cuerpo que había absorbido cada ataque que había volado en su dirección. El simple hecho de que el monstruo pudiera sufrir lesiones dejó tanto al Santo de la Espada como a Noah sorprendidos.
—Quizás esa es la última pieza —exclamó el Santo de la Espada—. ¡El último de los artes es la forma que no tiene sentido!
Noah se masajeó las sienes cuando escuchó esas palabras. El Demonio Divino no solo estaba hablando sin sentido con su desafío. Incluso estaba poniendo la ley del Santo de la Espada en riesgo con sus acciones.