capítulo 15

Las llamas consumían los restos de la base enemiga, una satisfacción intentó apoderarse de mi, pero recordé la muerte de uno de mis compañeros, esa sensación desapareció de mi menté, sólo podía recordar ese momento en el que disparaban a mi compañero.

- Es hora de irnos, comentó Erick.

- Esperen unos minutos, contesté.

El sol poco a poco se asomaba frente a nosotros, era quizás la primera ves que observaba la salida de sol, con una vista tan maravillosa, parecía que nuestras esperanzas de salir de ese lugar florecieran, con la salida de el resplandeciente sol.

- Ya es hora de irnos, insistió Erick.

- Esta bien, contesté-ya para retirarnos quisiera hacer un agujero y depositar a este valiente hombre, sugerí.

- Si, me ampollaron los dos.

Cavamos un agujeró en el cual apenas cabía el cuerpo de Manuel, lo depositamos en el y colocamos su arma juntó a su sepulcro.

- Miren, allí vienen los demás informo Júnior.

- Hay que retirarnos, ordené.

Todos nos levantamos, encontramos a Maniaco, le contamos lo sucedido, sólo agachó la cabeza un poco, Negró y Miguel se sorprendieron, Rene se veía normal, pareciese que no era humanó.

Caminábamos de regresó a nuestros vehículo, cuando se Rene gritó.

- CUIDADO!!!.

Rene me empujó, caí unos dos metros retirado de el, volteé hacía atrás.

"CABUUUUUUUUM".

Detono una exploción a escasos centímetros de Rene, salió volando unos tres metros en el airé para caer unos 50 centímetros de mí, si vida con la mitad de su cuerpo destrozada, sus pies ya no existían, sólo de su cintura para arriba se reconocía.

- Maldición!!!!!!, grité con todas mis fuerzas.

- No puede ser verdad!!!, esto es un sueño, dijo Júnior que se veía muy mal emocionalmente.

- Rayos!!!, gritó Maniaco.

Me levanté, tome mi arma y comencé a disparar a todas partes, me encontraba emocionalmente muy afectado.

- Joab, tenemos que retirarnos esto se esta complicando, sugirió Maniaco.

Todos corrimos lo más rápido posible, no aceptaba mi menté que Rene avía muerto, el sonido de los disparos, me dejaba sordo mis fuerza intentaban abandonarme, sólo recordaba a mi amigó y las bromas que hacía todo el tiempo.

- Con un demonio, Joab corre más rápido, concéntrate, me gritaba Maniaco frustrado.

Me sentía impotente, no pude hacer nada por mi amigó, que además avía salvado mi vida, por que tenía más derecho yo de vivir que el, me preguntaba una y otra ves.

- Sus muertes no serán en vano, me tranquilizaba Negró.

- Por qué, por qué me pasa esto a mi decía en vos baja.

- Suban!!, tenemos que largarnos de éste lugar, dijo Maniaco.

Todos abordamos el vehículo.

- A dónde iremos?, preguntó Júnior que tomó el volante.

- Pues a la UAN, dijo Negró.

- No!!, no podemos ir hacía allá sería llevarlos a nuestro refugio, comenté.

- Entonces que aremos?, preguntó Erick muy nervioso.

- Los perdemos en la ciudad, ya que estemos seguros de que no están siguiéndonos, iremos a la UAN, expliqué.

- De acuerdo.

- Todos alisten sus armas, tenemos que tronar sus neumáticos, para que no puedan seguirnos, dije.

Me asome por la ventana trasera, apunté con mi rifle por unos segundos, era muy difícil tener el blanco en la mira por los constantes movimientos.

- Maldita sea Júnior, conduce bien no puedo concentrarme, dije molesto.

- Perdón solo estoy esquivando las balas, para que no te peguen el trasero, contestó enojado.

Después de varios minutos dispare, la bala entro por el parabrisas de el conductor y se incrustó en su cabeza, la camioneta se salió de control y término volcada.

- Bien!!!, grité satisfecho.

- Despejado!!.

Júnior cambio el rumbo para UAN, todos nos quedamos callados, que le diré a Acebo, que le diré a su padre, como explicare que su hijo murió por salvar mi vida, me hacía tantas preguntas, mi mente era un completó caos, sin duda el día más difícil y triste que avía vívido.

- Ya estamos cerca, informó Júnior con una voz muy débil.

Nos paramos en frente del portón, se abrió la ventana de vigilancia, poco a poco se despejaba la entrada, muchos sentimientos se apoderaban de mi.