Entremos a la UAN, todos se quedaron expectantes al ver nuestro auto con impactos por todas partes, aún que ninguna logro entrar gracias a el blindaje.
- Que pasaría?!!, se preguntaban unos a otros en voz bajá.
Entramos a el estacionamiento, dejamos el auto y nos fuimos directamente a la oficina de Acebo.
- Quién dará la noticia?, preguntó Júnior nervioso.
- Yo, dijo Maniaco.
- No, está ves me toca notificar las bajas a mi, dije muy serió.
Llegamos a la oficina de Acebo, se encontraba abierta de par en par, los nervios me quería atacar de nuevo, pero los vencí fácilmente.
- Bienvenidos!!
- Las misión fue realizada con éxito, pero lamentablemente, perdimos a dos valientes hombres, sus nombres jamás se olvidarán, Rene y Manuel fuerón nuestras bajas, informé muy serió.
- Maldición!!!, gritó Acebo muy triste, como le podré explicar a su padre.
Todos guardamos silenció unos minutos e inclinamos nuestra cabeza.
- Miguel, ve y preparen un lugar para hacer una pequeña tumba, ordeno Acebo.
- Buen trabajó muchachos, lamentó la pérdida de su compañero y la de su amigó, pero esto sigue, los necesitó atentos, ustedes son los mejores hombres que tenemos, así que adelanté.
- Si señor!!!!.
- Pueden retirarse nos vemos en el discurso que daré en 30 minutos.
Todos salimos de la oficina, entendimos que esta batalla por la sobre vivencia no era solo contra los Come Hombres, también contra las personas que intentaban matarnos.
Mire a Nicol que venía corriendo directo a mi, se veía un poco impactada, salto y se abrasó de mi.
- No te preocupes todo saldrá bien, yo estoy contigo, me dijo al oído.
No pude contestar nada, sólo la apreté en mis brazos y las lágrimas corrían por mis mejillas, en ese momento recordé como Rene me empujó para salvar mi vida, me asuste, si el no me hubiese empujado sería yo el que estaría muerto en este momento, unos cuantos suspiros salieron de mi, trataba de aguantarme para no mostrarme débil delante de Nicol pero me era imposible.
- Esta bien, no te hagas el fuerte desahógate, me dijo.
- Si ya estoy mejor, le contesté resoplando más tranquilo.
- Ven, vamos a que comas algo, te bañes y te quites esta ropa manchada de sangré.
Que feliz me hacia pensar, que tenía a Nicol a mi lado, siempre ampollando me, estaba con migo en las buenas y en las malas, siempre me hacía sentir mejor.
- Te adoró Nicol, no se qué aria sin ti, le dije sonriendo.
- No te preocupes, yo siempre estaré a tu lado, me contestó con una sonrisa muy cálida y tierna.
Llegamos a mi habitación, Nicol fue a la cocina a traerme algo de cómida, yo me desvestí, entre a la regadera me bañe y me cambié, cundo salí de el baño Nicol tenía preparado una pequeña mesita con algunos sándwich de jamón.
- Lo siento, fue todo lo que encontré, me dijo encogiendo los hombros.
- No te preocupes, con esto será suficiente, conteste.
Me senté junto a ella, nos dimos unos cuantos besos, terminamos.
- Vamos come, que llegaremos tarde a la homenaje de tu amigó.
- Tienes razón, dije mientras tomaba un sándwich, lo devore a toda prisa y con el vaso de jugo me lo bajé.
- Allá nos vemos, dijo.
- No vámonos juntos la tomé de la manó y salimos de mi habitación.
Llegamos a el patio ya se encontraban dos tumbas más, Acebo hablaba de la valentía de eso dos hombres las lágrimas salía de sus ojos, pues Rene avía sido su alumno durante dos años, después de 40 minutos, se dispararon los rifles a el cielo, todos volvimos a entrar a la UAN.