— ¿Papá? , papá, no, no, no es posible no puede ser mi papá, esto es un sueño, ¡esto no es real!. Papá, soy yo Rudy.
— ¡Reacciona Rudy! , no puede ser Paul, el murió, la hidra lo mató, lo cremamos y lo enterramos, esto no puede ser cierto, debe ser magia de ilusión — le dijo Roxy tomándolo de su túnica tratando de hacerlo reaccionar , mientras Eris no sabía que hacer, solo se limitó a proteger a Rúdeus, que no podía mover un musculo de la impresión.
— ¿Tú quién eres?, ¿por qué te pareces a mi hijo? — le gritó Paul al tipo que estaba frente a él.
— Ya te dije papá, ellos no son nuestra familia, son impostores, deben ser apóstoles de Hitogami, seguro están usando anillos cambia forma — le gritó Aisha que se había curado el brazo y volvía a tomar su arma.
— Se los advierto, no quiero hacerles daño — dijo Eris — pero si atacan a mi esposo, los mataré.
— ¡Cállate, y sáquense los anillos mágicos, malditos impostores! Soy el General Paul Greyrat, Rey del norte, uno de los generales del Dios dragón Orsted.
— No somos apóstoles papá, por favor, confía en mí, soy yo, Rúdeus, tu hijo, por favor, Eris, papá bajen las armas.
— ¡Cállate!, yo ya tengo un hijo, y no está aquí, le dijo Paul tomando postura de combate.
— Papá, por favor perdóname, perdóname por lo que pasó en Lapam, fue mi culpa, te extrañamos papá, Norm te extraña, por favor baja tu arma, no soy tu enemigo — le dijo Rúdeus mientras derramada lagrimas , algo que descolocó a Paul haciéndolo salir de su postura de combate .
— ¿De qué hablas? ¿Estas bien? ¿Rudy?
—¡ No lo escuches! , te está engañando papá — le dijo Aisha—. Cuñada, toma el arma rango rey entra a la casa y protege a los niños.
— Sí — dijo Nana entrando a casa.
— Oye, ¿por qué le dices cuñada? — le dijo Silphy con los ojos inyectado a en sangre y unas venas qué ya le explotaban en la frente.
— ¡Cállate!, debiste averiguar bien antes de disfrazarte de Silphy, impostora, quítense los anillos y enfrentémonos con sus verdaderos rostros, malditos cobardes, les grito Aisha.
— ¿Acaso ves un anillo en mis dedos, estúpida? — le dijo Eris.
— Papá, ten cuidado, ella es casi tan poderosa como Eris, debemos atacarla entre los dos — dijo Aisha.
— Bien, quedate a mis espalda hija — dijo Paul.
— ¡No, papá, espera! Por favor no hagas esto. — gritó Rúdeus.
— ¡Los mataré! — gritó Eris lanzandose al ataque.
— Eris, no mates a mi padre y a mi hermana, por favor — le dijo Rúdeus.
Momento en que Eris se lanzó con una espada de luz que Paul rechazó con el estilo del Dios del cauce sorprendiendo a Eris mientras Aisha le lanzaba unas dagas con gravedad artificial.
— Maldita sea, no recordaba que el estúpido de tu padre fuera tan fuerte — le dijo Eris a Rúdeus.
— Papá, Aisha, basta, por favor, paren con esto — les gritaba Rúdeus, pero Paul empezó a dispararle a Eris con su pistola mientras lanzaba ataques en eso estilo del dios del norte que Eris rechazaba con facilidad.
— Jejeje, nada mal anciano, pero soy una reina del filo — dijo lanzando una feroz espada de luz que Paul solo pudo esquivar gracias a la armadura, sin embargo, el ataque corto esta a a la altura del pecho.
— Maldita sea, otro ataque como ese y me mata — pensó Paul. — No podemos con ella Aisha, rápido, ve por los niños y huye a la cabaña, ahora — ordenó Paul, quien se lanzaba sobre Eris y ejecutaba la cruz brumosa, lo que sorprendió a Eris, que rechazó el ataque, de pronto algo le había sujetado la mano.
— ¡GET OVER HERE! — gritó Aisha quien atrajo a Eris violentamente y le dio un puñetazo en el rostro enviándola a volar cerca de Rúdeus.
— ¡AAAGH, son unos malditos los mataré! — gritó Eris llena de furia.
— Espera Eris, no — gritó Rúdeus, mientras Eris se lanzaba contra Aisha, sin embargo, Paul se cruzó recibiendo el ataque que le cercenó un brazo a la altura del codo.
— ¡Papá! — gritó Aisha corriendo hacia su padre, solo para recibir una patada de Eris que la dejó inconsciente.
— Eris, te dije que no les hicieras nada — dijo Rúdeus.
— No los maté, solo los dejé fuera de combate.
— ¡CUIDADO ERIS! — gritó Silphy y Eris apenas salió de un furioso ataque que cortó donde estaba parada. Cuando el humo se disipó, ahí parado estaba un hombre idéntico al Rúdeus que conocían, salvo por dos mechones blancos, y una mirada de asesino aterradora, sostenía una espada de mango dorado parecida a la de Luke, tres dagas y una espada corta idéntica a la que tiene Eris en su cinto.
— ¿Quién eres tú? — le dijo Eris impresionada al ver a un tipo idéntico a su esposo frente a ella.
— ¿Que demonios te esta pasando Eris amor ?, porque atacas a papá y a Aisha? ¿Te volviste loca? Chicas vengan acá, yo soy Rúdeus y alejense de ese tipo, debe ser un apóstol, les grité a mis esposas.
—Rudy, esas no son las chicas, me gritó papá quien tenía un brazo menos.
— ¡Ya Cállense , te cortaré en dos! — dijo Eris lanzando su espada de luz más poderosa.
— Eris, espera — gritó Rúdeus japones , pero ya era tarde, Eris entró en el rango de la espada de la previsión y le cortaron un brazo a la altura del codo, y Rúdeus le dio una patada en el culo que la sacó volando a los pies de Rúdeus Japones.
— Mientras dejé fuera de combate a esa tipa parecida a Eris, llegué con papá y Aisha.
— ¿Están bien?
— Esa maldita me cortó el brazo, hijo.
— Ya tranquilo — dije curándolo y pegándole el brazo mientras curaba a Aisha que aún estaba inconsciente.
— Cuida a mi hermana, yo me encargaré de estos imbéciles — dije.
Cuando miré hacia donde estaban los tipos, vi cómo curaban a la falsa Eris.
— Última advertencia, o me dicen quiénes son o los mato a todos aquí mismo — les dije.
— ¡Cállate, te asesinaré! — me dijo Eris que me lanzó otra espada de luz que paré. Cuando ella me miró, vio que electricidad recorría mi cuerpo.
— ¿Quién eres? — me dijo Eris mientras le electrocutaba el brazo y dejaba caer su arma.
— Soy Rúdeus Greyrat,Comandante en jefe de los ejércitos del Dios Dragón Orsted. cuando los mande al infierno díganle a Hitogami qué sus días están contados y que me la puede agarrar a dos manos.
La dejé inconsciente de un choque eléctrico.
— ¡Maldito! — me gritó el otro Rúdeus que se lanzó sobre mí usando las artes marciales del Dios Urupen, mientras Silphy y Roxy tras él me lanzaban magia avanzada, las que rechacé con distorsión mágica.
—El tipo me lanzó cañones de piedra que rechacé con el estilo Dios del cauce.
—No podrás dañarme con eso, ¡rindete ahora y dime quién eres! —le grité, pero de pronto el desgraciado empezó a elevarme y me lanzó contra el árbol. Alcancé a parar el ataque con distorsión mágica.
—Papá, ¡cuidado! Ese tipo usa gravedad y lanza hechizos en silencio,es peligroso, rápido ¡retrocede! —le grité.
—Momento, en que el otro Rúdeus se me abalanzaba lanzándome lanzas de tierra que esquive dando un salto mientras mi dopelganger me atrapaba con magia de gravedad aumentada.
—Te aplastaré, maldito — me dijo mientras yo caía arrodillado.
De pronto algo golpeó al otro Rudeus por la espalda, lanzándolo de cabeza al suelo, mientras yo salía de la trampa de gravedad.
—Qué demonios es eso —dijo el otro Rudeus, cuando miro hacia atrás vio al Mjolnir levitando y apuntándole.
Atraje el martillo hacia mí y se lo lancé, sin embargo, el otro Rudeus logró esquivarlo. Cuando lo miré bien, el tipo estaba usando la Mark II.
El Mjolnir cayó a sus pies y mi doble lo logró levantar.
—Imposible, el Mjolnir solo Me obedece a mi porque reconoce mis huellas digitales, los anillos cambia forma no pueden hacer eso, ¿eso quiere decir que?, Imposible—dije impresionado mientras el otro Rudeus, de alguna manera, cargaba el Mjolnir y me lo lanzaba.
—Tuve que lanzar distorsión mágica para recuperarlo y decidí no usarlo con este tipo, mientras desde atrás Silphy y Roxy me seguían atacando.
—En eso Rudeus me volvió a atacar con magia de gravedad, pero rechacé ese ataque con distorsión mágica, le lance ataques de cañones de piedra hasta quedar lo suficientemente cerca de él.
—GET OVER HERE —le agarré una mano y le di un puñetazo en el rostro que lo lanzó cerca de sus esposas.
—Rudy, ¿estás bien? —dijo Silphy a su esposo.
—Sí, ese tipo es como yo, no puedo derrotarlo con gravedad y puede usar aura de batalla , no sé qué hacer.
—Ataquémoslo juntos —dijo Eris poniéndose de pie.
—Déjame reponerte el abrazo —dijo Rudeus sacando un pergamino y curando a Eris.
—Rudy, ese tipo curó al señor Paul sin pergaminos, ¡y cortó a Eris! Además de mago es espadachín, y considerando que Eris es casi nivel divino, ese tipo es, es, es, no puede ser, estamos en graves problemas, le dijo Roxy.
—Esa fue la espada de la previsión —dijo Eris mirando con odio hacia el otro Rúdeus.
—¿Estás diciendo que ese Rúdeus es el Dios del Cauce? —le dijo su Rudeus (eso sonó raro, pero saben a lo que le refiero) .
—No lo sé, Rudeus, no sé qué está pasando, es como ese sueño, tal vez quedamos inconscientes y estamos soñando —dijo Eris.
—No lo creo, los sueños no duelen, amor.
Pero ahí de pronto , la impresión fue superior cuando, junto al otro Rúdeus, llegó una mujer idéntica a Eris.
—Rudy, mira —dijo Silphy apuntando al Rúdeus que usaba espadas—. ¡No puede ser!
Eris tampoco podía creerlo; al lado del Rúdeus espadachín, estaba otra Eris usando sus mismas ropas y mismas armas .
—No puede ser…¿será posible? ¿la teoría del multiverso de Hawking? … —dijo para sí mismo Rudeus en japonés— . Es imposible… no, sí puede ser posible… viajé en el tiempo… de hecho, esto suena menos loco —pensó el Rudeus nipón—. Pero ¿qué hago? Ese tipo podría matarme, además de mago, es espadachín y ahora llegó su Eris, además está papá y Aisha qué son rey y santo respectivamente .
—¡Aaagh estoy harta, Los mataré! —gritó Eris.
—¡Eris, no! —gritó Rudeus, pero solo vieron un destello y Eris salió volando hacia ellos con una pierna menos, mientras una bola de fuego se dirigía hacia él, que Silphy debió distorsionar. Cuando se dieron cuenta, ese había sido un ataque de la Eris de este mundo, y además ella lanzó esa magia de forma silenciosa. —¡Esto no puede ser! —se dijo el Rudeus nipón a sí mismo.
—Mientras Silphy curaba el sangrado de Eris, Rudeus japonés vio cómo la otra Eris venía hacia él con la espada en la mano caminando lentamente, y reconoció su mirada, ella lo iba a asesinar . Cuando Eris estuvo cerca , rápidamente creó un campo de gravedad aumentada que atrapó a Eris. Pero eso solo logró que el otro Rúdeus saltara sobre él y se batieran en combate a golpes debiendo liberar a la Eris de este mundo .
—Eris, amor, resguarda a papá y Aisha —le dije.
—Pero Rúdeus …
—¡OBEDECE, ERIS! Este tipo es peligroso, le dije mientras lo pateaba en el estómago .
—Está bien —dijo Eris retrocediendo.
—Qué demonios, ¿ella lo obedeció? … —pensó el Rudeus japonés, quien golpeó al otro Rúdeus en el estómago y lo electrocutó, mandándolo al piso.
—Gané —pensó el Rudeus nipón. Sin embargo, el otro Rúdeus rápidamente se puso de pie y le lanzó un raro hechizo.
—¡Excalibur! —gritó y lanzó un ataque que apenas pudo esquivar, cortándole la armadura Mark II a la mitad.
—Imposible —dijo la otra Eris herida en el piso—. Esa fue la espada de luz… solo con la mano.
En ese momento en que el Rudeus impostor trató de lanzarme un cañón de piedra de rango emperador qué rechace con el estilo del Dios del cauce, lo golpee en el rostro y lo lance cerca de su Eris . Con gravedad, coloqué una daga en su cuello, en el de Eris y en el de Silphy y Roxy que lo acompañaban.
—Si no me dices quién eres ahora mismo , te mato a ti y a estas mujeres —le dije.
De pronto, él me habló en japonés.
—Por favor, no me mates. Ellas son mis esposas. Llegamos aquí sin saber cómo… ¿Has oído hablar de Hawking, el científico inglés, ese de lentes, el tipo paralítico?
—Sí —le dije en mi mal japonés—. ¿Quién eres tú?
—Me llamo Rudeus Greyrat. Creo que somos la misma persona.
De pronto, él se puso de rodillas y se postró ante mí.
—Por favor, toma mi vida, pero por favor, te lo ruego, no mates a mis esposas. Yo nunca fui tan feliz, y ellas y mis hijos son lo más importante para mi . Te lo ruego, mátame, pero perdona a mis esposas y ayúdalas a regresar con mis hijos.
—Espera, no te entendí bien, mi japonés no es tan bueno, le dije .
—¿No eres japonés? —me preguntó .
—No soy americano, no de EEUU, del continente americano, de Sudamérica , espera un segundo, dije recordando algo … ¡No puede ser! Eres el gordo que estaba esa noche en el accidente —dije recordando mi accidente con el sable de luz.
—¿Tú… cómo sabes eso? —me dijo pálido.
—¿Qué pasó con Nanahoshi en tu mundo? Le pregunté.
—Está congelada en el Chaos Breaker —me dijo.
—Eris, ve por Nanahoshi, rápido, le dije a mi esposo.
—Pero Rúdeus, esos son impostores, son… apóstoles, y Nana no tiene aura ni maná.
—No lo son, vamos, ve por ella, por favor mi amor.
—¿Y si te atacan?
—Si lo hacen, los mataré, pero no creo que hagan nada —dije.
En eso, Paul llegó a mi lado, y Aisha que había recuperado la conciencia, y venía con toda la intención de asesinarlos, y de hecho tuve que detenerla .
—Basta, Aisha.
—Pero hermano, ¡esa maldita perra trató de matarnos! —dijo apuntando a la otra Eris.
—¿Cómo me llamaste? —le dijo la otra Eris llena de ira.
—¡Calma a tu mujer o la calmo yo! —le dije al Rudeus alterno.
—Eris, amor, relájate, no son enemigos, somos nosotros los que estamos fuera de lugar —le dijo Rudeus nipon.
—Pero Rudeus, ¿qué está pasando? —dijo Eris.
—Creo que estamos en otro mundo, aunque no estoy seguro —le explicó.
En ese momento, Silphy, Roxy y Ariel llegaban. Ariel estaba aún vestida de aventurera y entró a casa a ver a los niños, así que solo les dieron miradas confundidas, pero fue aún más confusión cuando llegaron Silphy y Roxy a mi lado.
—¿Rudy , qué demonios, hiciste androide de nosotros ? —dijo Silphy con los ojos muy abiertos mirando a su contraparte, mientras Roxy miraba confundida.
—Chicas, ¿recuerdan cuando casi me mato con el sable de luz?, les dije.
—¿Cómo olvidarlo, idiota? —me dijo Nanahoshi de pronto tras de mí, que venía con Eris.
—Creo que no era un sueño después de todo.
—Espera, Rudy, ¿te estás refiriendo a ese sueño del que me contaste?
—Eso creo, Nana… este tipo es japo…
—Por favor, no lo digas —me dijo el otro Rudeus.
Así que cambié a japonés.
—Nana, creo que este tipo es el gordo que estaba esa noche, y creo que es la misma familia que vi cuando tuve ese accidente .
— Creí que era un sueño; eso es imposible, Rudy — me dijo Nana.
— Deja de llamarlo Rudy — le dijo la otra Silphy.
— No le grites a Nana, maldita o te mato — le dijo mi Silphy, muy seria.
— Silphy, amor, por favor no digas nada; no es el momento para tus celos — le dijo el Rúdeus japonés.
— ¿Me recuerdas? — le dije al nipon.
— No sé quién eres.
— Yo estuve en tu realidad hace unos años; llegué ahí por accidente, o eso creo. Pensé que era un sueño.
Escucha, Por casualidad, la Nanahoshi de tu mundo tiene una sortija negra y la figura de un hombre con una guitarra.
— ¿Sí? ¿Cómo sabes eso?
— Sí, son ellos, Nana, pero… ¿cómo demonios llegaron acá? — pensé en voz alta.
— ¿De qué hablas, amor? — me dijo Roxy.
— ¿Recuerdas cuándo te hablé de los universos paralelos? Bueno, creo que ellos son nosotros, pero de otro universo, amor.
— Rudy, eso suena a una locura, algo que solo un demente qué escribe fanfics de obras que no son suyas podría imaginar, para mantener la atención de sus lectores.
— ¿Locura como viajar en el tiempo? De hecho, esto es más posible que viajar al pasado, amor.
— ¡Aagh! Ya deja de hablar estupideces, Rúdeus; voy a matar a esa maldita — dijo mi marido apuntando a la otra Eris.
— Atrévete si tienes agallas, perra — le contestó su otra versión.
— ¡YA BASTA, ERIS! Ella no es una enemiga, le dije.
— Ya lo sé; la derroté de un solo tajo — dijo mi Eris, inflando el pecho.
— ¡Aagh! Maldita, inténtalo de nuevo, aver que pasa, le dijo la otra Eris .
— No me tientes, porque podría convertirte en cenizas, maldita — dijo mi Eris, invocando una llama en silencio en la punta de su dedo.
— ¿Ella es maga silenciosa? — preguntó la otra Roxy, asustada.
— Así es — le dijo mi Roxy —; es una maga avanzada en fuego y puede lanzar esos hechizos en silencio, pero solo de fuego.
— Jejeje, ¿cómo lo ves, maldita falsa? — le dijo mi Eris, con orgullo.
— ¿Qué haces hijo? — me dijo papá. Cuando miro al otro Rúdeus, este último empezó a derramar lágrimas.
— ¿Papá, realmente eres tú?
— No me llames papá — dijo Paul.
Lo que provocó que el rostro del otro Rúdeus se ensombreciera.
— ¿Cómo sabemos que no son apóstoles? — dijo Aisha.
— ¡Leo, muchacho, ven aquí! — grité mientras escuchaba cómo Leo ladraba.
— Si son apóstoles, Leo los matará; si son quienes dicen ser, él no hará nada.
Cuando Leo llegó, les movió la cola a los cuatro y los lamió.
— Ya basta, muchacho — le dijo el otro Rúdeus, mientras la otra Eris lo abrazaba y hundía su cabeza en su pelaje.
— Bien… supongo que no son enemigos — dije. — Bien, chicas, curen a sus contrapartes; tú cúrate solo — le dije al Rúdeus japonés.
— Espera, déjame reponerle la pierna a Eris — me dijo.
— No es necesario — dije, acercándome a la otra Eris. — Escucha, pelirroja, te voy a curar, pero si me atacas te voy a noquear.
— Ja, no puedes; Rúdeus nunca me ha derrotado.
— Eso es porque eres su esposa, pero no eres mi Eris; y si me atacas te voy a golpear — le dije.
— Jaja, no podrías.
— Ya déjate de estupideces, Eris — la regañó su Silphy.
— Bien.
— Pero antes requisare tus espadas por ahora ; no quiero ataques en mi casa, y tú eres la más peligrosa de las cuatro.
— Oye, ¿crees que soy peligrosa? — me dijo mi Eris.
— Claro que sí; por cierto, no quiero que pelees con esta mujer, ¿entiendes, Eris?
— ¿Por qué? ¿Acaso te gusta más ella?
— No empieces Eris, no es momento para bromas , ¿quieres?. — Tú(…) si te repongo la pierna, ¿te quedarás quieta?, le dije.
Ella miró a Silphy, quien le hizo un gesto con sus ojos.
— Está bien, lo juro.
— Bien — dije mientras le ponía su pierna — No creo que me recuerden, pero yo estuve unos días con ustedes en su mundo; creí que era un sueño, pero ustedes son muy reales.
— Yo sí recuerdo haber tenido un sueño así — dijo su Silphy — pero tengo una pregunta para usted Rudy.
— ¿Cuál?
— ¿Por qué tienes mechones blancos?
— Ooh, eso me quedaron así después de mi batalla con el Dios de la Lucha y el imbécil, gaste todo mi mana incluso gaste más allá de lo que debía, tuve el cabello blanco casi un año, y solo me quedan esos mechones qué recuperar mi color .
— Oye, deja de llamar así a Alek — me dijo Aisha.
— Solo le digo así de cariño, hermana. Por cierto, espéralo y explicale bien lo que paso cuando llegue; no vaya a ser que ese demente ataque a estas personas, ademas solo a ti te entiende bien las cosas cuando le Explicas .
— Bien — dijo Aisha, que entró a casa.
— Bien, ¿y qué hacemos con ellos, Rúdeus? — dijo mi Eris.
— Ellos fueron hospitalarios conmigo y me ayudaron a regresar; será mejor que entren y nos expliquen cómo llegaron aquí para ayudarlos; les debo esto, aunque ellos no me recuerden — les dije.
— Bien — dijo mi Silphy, con una sonrisa.
— Pero… ¿qué les decimos a los niños? — me dijo Roxy.
— Eeeh… les diremos que son androides como Anne.
— ¿Crees que Lara y Lucy se tragarán esa mentira? — me dijo Nana.
— No lo sé, mi amor, pero ¿qué más podemos decirles? Por cierto, ustedes tómense el pelo en una cola para poder diferenciarlas de mis esposas, porque si sorprendo a este pervertido tocándole el culo a una de ellas, lo mato — les dije.
— Yo no quiero hacer eso — dijo su Eris.
— Ya hazlo, Eris; no estamos en posición para tus berrinches — la regañó su Silphy.
— Puedo preguntar algo — dijo la otra Silphy.
— Sí.
— ¿Por qué Nanahoshi te dice "mi amor"? — me dijo con una falsa sonrisa.
— Porque ella es mi hermosa esposa — dije, abrazando a Nana y dándole un beso.
Pude ver a la otra Silphy roja de ira.
— ¿Qué te pasa? ¿Por qué te pones así? — le dijo mi Silphy.
— ¿Y tú permites a Rudy que esté con esa mujer?
— Sí, ¿cuál es el problema? Ella es hermosa y una bestia en la cama.
— Dios mio, No te das cuenta de que ella y Rudy tienen una relación especial.
— Sí, ya lo sé; es porque vienen del mismo mundo.
— Cof, cof, cof — tosió Rúdeus nipon.
— Rudy, ¿qué quiso decir esta Silphy con que son del mismo mundo?
— No lo sé, amor, no tengo idea — dijo el japonés.
— Oh, ya veo; tal vez tu Rúdeus no recuerda su otra vida — le dijo Silphy, dejando totalmente confundida a la Silphy, la Roxy y la Eris alternas.
— ¿Tienen hambre? Les dije.
— Sí, un poco. Pero podemos ir a una posada, dijo el Rúdeus nipon.
— No te preocupes, tenemos suficientes habitaciones, dije, haciéndolos pasar a casa.
Anne, por favor, puedes preparar dos habitaciones, por favor, dales cambios de ropa y que se den un baño.
— Sí, amo Rúdeus, dijo la androide.
— ¿Por qué es Ferál y por qué se parece a Sara? Me preguntó el Nipon.
— fue petición de Eris, le dije.
— Ella es muy linda, dijo la Eris alterna, abrazando a Anne, lo que casi provoca una pelea con mi Eris.
— Papá, todo está bien. ¿Por qué hay otro como tú y mis mamás ? Me dijo Lucy.
— Oh, son androide como Anne , amor. Los traje para una prueba de comportamiento.
— Pero, papá, ¿tenías que hacerlo con una risa tan perturbadora al que se parece a ti? Miralo, ¡ríe como esos viejos degenerados de Asúra! Me dijo Lucy.
— Lo siento, así es mi sonrisa, dijo el Rúdeus nipon.
— Rudy, ¿qué pasó? Casi me muero del susto, dijo de pronto Ariel, que salió con Sariel en brazos, mientras Edward corría a mis brazos.
— Papá , eres tú? ¿Quién es papá feo? Dijo apuntando al otro Rúdeus.
— No le digas así, Edward. Él es un automata como Anne, pero lo hice como yo.
— Mmm, no entendí, papi.
— No te preocupes, mi niño, dije.
Cuando miré a los alternos, estaban con los ojos muy abiertos y por como se miraban entre ellos, estaban muy confundidos.
Ya veo este Rúdeus no debe haberle tocado un pelo a Ariel, o al menos no se a dado cuenta aun, pensé.
— Majestad, dijo la Silphy alterna, cayendo de rodilla, seguida por Eris y Roxy.
— Vaya, amor, son muy parecidos a ustedes. ¿No hiciste uno de mí, cierto?
— Ellos son reales, Ariel. Les dije lo de los androides para no asustar a los niños, —Les dije al oído: Vienen de otro mundo, como Nana, o algo parecido, necesitan ayuda para regresar.
— ¿Son peligrosos Rudy ?, dijo mirándolos con miedo y apretando su agarre de Sariel.
— No, son básicamente nosotros, pero tal vez sus vidas hayan pasado de diferente forma, les expliqué.
— Perdonen mis modales. Soy Ariel Anemoi Asúra, reina de Asúra, dijo Ariel.
— ¿Qué haces aquí, Majestad? ¿Y qué haces vestida de aventurera? Le preguntó la otra Silphy.
— Oh, estaba con Rudy en una misión en Millishion. Lo acompañé para distenderme unos días del palacio de plata, pero debo regresar. Rúdeus, amor, si necesitas algo, te ayudaré en lo que sea.
— Bien, ve a casa, amor. Y debes estar tranquila. Nada pasará, confía en mí, dije, cerrandole un ojo, mientras Ariel me daba un beso en la boca, provocando que las chicas alternas se pusieran rojas de ira .
— Me voy, papi. ¿Vas a venir a verme?
— Pronto, mi niño, dije, despidiéndome de Edward, mientras Sariel me abrazaba y no quería despegarse de mi cuello.
— Vamos, mi princesa, debes regresar con mamá, le dije. Y los acompañé al sótano, dejando a los alternos muy confundidos.
— ¿Qué está pasando? ¿Por qué la reina besa a Rudy? ¿Por qué ese niño rubio lo llamó "papá"? ¿Quién es Sariel? Dijo Silphy alterna, muy confundida y muy enojada.
— Uuf, es bastante obvio, no crees Silphy, les dijo Paul. La reina y Rudy están juntos.
— ¿Juntos como? Le exigió Silphy alterna.
— Fueron a una misión juntos por cinco días, y el príncipe Edward le dice "papá", y la princesa Sariel pasa en sus brazos. ¿Tú qué crees? Le dijo Paul, fastidiado.
— Rudy, dime una cosa, y dímelo ahora. El príncipe Edward en nuestra realidad es tu hijo?
— ¿Qué? No, jamás me he acostado con Ariel, y el niño no es rubio. Tiene el pelo como Luke, y es solo un bebé. Y no existe una princesa Sariel. Bueno, aún no. Te lo juro por mi vida, Silphy. Eris, Roxy, yo. Jamás, jamás, jamás, jamás de los jamases me he acostado con Ariel. ¡Lo juro por mi padre!
— Uuf que bueno,Eso me tranquiliza, dijo Silphy.
— No se tranquilicen tanto, les dijo Paul. Rudy no recuerda haberlos concebido, sin embargo, los niños se parecen a él. Si bien la reina niega que sean de Rudy, es muy probable que lo drogar a le diera algún afrodisíaco y se acostara con él y Rudy jamás recordaría lo que hizo.
— Entonces, ¿cómo sabe que son hijos de Rudy? Preguntó Roxy, eso me suena difícil de creer, que su majestad le hiciera algo asi.
— Sí, bueno ella es la reina de Asúra, tiene los métodos, además , los príncipes no le temen a Orsted.
Además, Silphy, quien te dice que la reina de su mundo no drogó a este otro bobo y concibió a Edward también en su mundo y ustedes ni siquiera se dieron cuenta , dijo Paul, con una burlesca sonrisa, mientras se retiraba a la cocina, dejando al Rúdeus japonés pálido, mientras sus esposas lo atacaban.
— ¿Embarazaste a la reina, Rudy? Dime la verdad, le dijo Roxy.
— No, no, no. Cuando se embarazó, no estaba en Ars. ¡Por Dios santo! Nunca voy a Ars. El niño tiene el cabello de Luke, y ni se parece a esos bebés que vimos. ¿Cómo podría ser mío?
— Rúdeus, sé sincero conmigo. ¿Te acuestas con Su Majestad y Nanahoshi? Dijo Silphy con una falsa sonrisa y un ojo titilando .
— ¿¡Qué!? no! ¡Claro que no! Te lo juro por todos los dioses, ¡Silphy¡ jamás he mirado a Nanahoshi de esa manera, y jamás he hecho nada con la reina! Ustedes tres son las únicas para mí, las veces que vamos a Ars jamás nos quedamos en el palacio de plata, y siempre voy con ustedes, jamás e estado solo con Ariel y tampoco tengo un círculo de trasporte en sótano . ¡Que me parta un rayo si estoy mintiendo!
— ¡PAM!⚡⚡⚡⚡ Escucharon un fuerte ruido . Cuando miraron, era Lara, que le había dado una patada una puerta y los miraba con una burlesca sonrisa.
— Santo Dios, hija, casi me matas del susto, le dijo Rúdeus que se agarraba el pecho y respiraba agitado.
— Tú no eres mi papi. Y sé que tampoco eres un androide. Sabía que vendrías. Pero no te preocupes, vas a regresar pronto.
— Lara, deja tranquilos a los invitados, le dijo Roxy que tenía a Chris en brazos .
— Sí, mamá azul. Jejeje, tú hablas la lengua de mami Nana, ¿cierto? Le dijo Lara en japonés a Rúdeus.
— Sí.
— Papá me habló de un sueño, hace mucho tiempo. Decía que tenías una risa fea. ¿Puedes reírte?
— Claro, dijo Rúdeus, tratando de reírse lo más neutral posible.
— ¡Qué fea sonrisa! Sé que eres un reencarnado como papi, pero papi era de otro país diferente al de mamá Nana .
— ¿Cómo es que sabes hablar tan bien japonés, Lara ?
— Mami Nana me enseñó, y papi me enseñó su lengua también. Y mami azul nos enseña lengua demoníaca, así que hablamos cuatro idiomas.
— Eso es increíble, Lara, le dijo Rúdeus, acariciando su cabello.
— Tú, ¿por qué miras a mami Nana tan feo? Le preguntó a Silphy.
— No por nada, querida, dijo Silphy, que miraba a Nana cocinar junto con Aisha y Silphy con los ojos inyectado en sangre.
— Hija, deja a esa gente tranquila, le dijo Eris, que pasaba por ahí con Lily en brazos.
— Sí, mami roja, dijo Lara, quien les dio una sonrisa y corrió a la cocina.
— Más les vale no hacerle daño a mis hijos, o los mató, les advirtió Eris.
— ¿Cómo podríamos hacer eso? Nuestros hijos son los mismos, incluidos a Lily y Chris, le dijo Silphy.
— Aun así, dijo Eris, que se sentó con Roxy en la sala de al lado, y le daban teta a Lily y Christina.
— Es como ver nuestras vidas en una obra de teatro, dijo la Roxy alterna.
— Lo sé, es raro, aún no proceso que este Rúdeus sea espadachín, dijo Eris .
—¿Eso te perturba, Eris ? ¿Que hay de que tenga hijos con la reina Ariel y se coja a Nanahoshi?, le dijo Silphy con una vena por explotar.
—Oye Silphy, ese tipo no es nuestro Rudy deja de comportarte como una celopata enfermiza, mira a la Silphy de este mundo con Nanahoshi , están riendo como buenas amigas . Espera un segundo, ¿le agarro el trasero y Nanahoshi le sonrió?, ¿que demonios? Eso no es de amigas, dijo Roxy.
En ese momento Aisha pasaba por el lado de ellos rumbo a su habitación.
— Oye, Aisha, le dijo Rúdeus . ¿Podrías lavarnos la ropa?
— ¿Quién te crees que soy yo , imbécil? ¿Tu empleada? Dile a Anne, o pon la ropa en la lavadora tu mismo, en esta casa no hay empleados ni esclavos, le dijo y siguió su camino.
— Creo que esta Aisha no es la Maid de esta familia Rudy, le dijo Roxy.
— Sí, ya me di cuenta.
— Perdone mi tardanza, jóvenes invitados. Estaba cambiando sábanas en los cuartos asignados. Por favor, tomen estas toallas. Los guiaré al baño, le dijo Anne. Cuando entraron, se dieron cuenta de que no estaba la fuente japonesa, y había un jacuzzi.
— Será mejor bañarnos, dijo Silphy.
Mientras, Rúdeus y su familia estaban en la cocina.
— ¿Ariel ya se fue, Rudy?
— Sí, Nana, estaba algo preocupada por los visitantes, pero le aseguré que estaríamos bien.
— ¿Cómo les fue en Millishion? Preguntó papá.
— Uuf, me topé con mi abuelo y Cliff, y nos invitaron a la mansión Latreia. Quedaron encantados con Ariel, pero ella les dijo que se llamaba Kleene Purplehorse e invento una extraña historia para que no sospechabaran que somos pareja, pero de seguro a estas alturas el desgraciado de Cliff ya me delató .
— Jajaja, la vieja bruja va a estar muy molesta cuando se entere de la verdad, Rudy .
— Abuelito, no le digas así a la bisabuela Claire, te acusaré con la abuela Zenith, le dijo Lucy con las manos en la cintura.
— Bien. Dios, mi niña, ya no se pueden hacer bromas ahora aquí.
—Lucy cariño, podrías ir con Lara, Siegh y Ars a jugar en en la sala principal, los adultos debemos hablar aquí, le dije.
—Si, papá, me dijo Lucy quien se llevó a Lara casi arrastrando la quien quería quedarse a escuchar.
—Como sea iré a buscar a tu madre, ella verá los recuerdos de esa gente y podrá ver si tienen Malas intensiones, ademas ese Rúdeus me perturba cuando me mira y se pone a llorar .
—El te perdió papá, tu moriste en su realidad, y el se siente culpable, yo estaría igual si tu hubieras muerto.
—Uuum ya veo, aun así iré por tus madres, dijo papá saliendo de casa por la puerta de la cocina.
— Podemos estar aquí — dijo de pronto Rúdeus, quien venía con sus esposas.
— Claro — le dije —. Tomen asiento, por favor. Estábamos cocinando; Nana está haciendo nigiris, y con Silphy y Aisha estamos haciendo pizzas, papas fritas, carne y helado.
— ¿En serio? — dijo Rúdeus con una horrible sonrisa.
— Sí, siéntense, por favor.
— Debo preguntarte algo delicado , algo que me trajo muchos problemas y así calmar a mis esposas qué están algo tensas — me dijo Rúdeus.
— Pues habla — le dije.
— De donde vengo, Ariel dio a luz a Edward hace un año. Tiene el pelo castaño oscuro y ojos azules, y creo que es de Luke.
— ¿Y cuál es el problema? — dije, algo molesto por saber esto.
— Bueno, su majestad se despidió de ti con un beso en la boca delante de todos y Edward acá tiene más de tres años y no se parece al Edward que yo conozco, y además la reina tiene una segunda hija, que, bueno, tiene el color de tu… nuestro cabello, y el niño te dijo "papá".
El punto es que las chicas están muy molestas, porque creen que el Edward de mi mundo también es mi hijo, y no me creen cuando les digo que jamás he hecho nada con ella, y bueno, yo quería saber(…) eeh(…) ¿cómo decirlo con sutileza?
— Uuf, Rúdeus quiere saber hace cuánto tiempo te estás cogiendo a la reina, y por qué ustedes no le dicen nada — nos dijo la otra Eris.
— ¡A ti qué mierda te importa lo hagamos nosotras en la cama! — dijo mi Eris, poniéndose de pie.
— ¡Ya basta! Siéntense las dos — dijo mi Silphy, mirándolas enojada. Curiosamente, ambas Eris se sentaron.
— Bien, te seré sincero . Existe una gran probabilidad de que los príncipes sean mis hijos — dije.
— ¡Desgraciado! ¿Cómo pudiste? — dijo la otra Silphy, acercándose a mí y dándome una bofetada qué nos dejo a todos paralizado de la impresión.
— ¡Auch! ¿Qué demonios te pasa a ti? Yo no soy tu marido.
— Lo siento, perdón, perdón . Es que son idénticos, lo olvidé — dijo Silphy, sentándose al lado de su Rúdeus, que le dio una mirada de molestia.
— Papá dijo que tú no recuerdas haberlos concebido — me dijo Rúdeus.
— ¡Maldito viejo chismoso! ¿Eso te dijo?
— Sí.
— Voy a tener una seria conversación con anciano— dije.
— Bien, si quieren saberlo, yo les diré lo que paso : Ariel drogó a este soquete y se metió en su cama cada vez que debía ir a Ars y ella lo convoca a cada poco tiempo, porque según ella había focos de resistencia, puras mentiras, ¡la muy puta!
— ¡Nana! , amor, cuida tu lenguaje, los niños pueden escuchar, y la Reina es la madre de los príncipes — la regañó mi Silphy.
— Lo siento, linda. Quiero decir, ¡la muy desgraciada! Los drogó y se metió en su cama, y lo más probable es que se embarazara así de Edward. Y de Sariel fue cuando estuvo en la aldea Superd. Norm dijo que una mañana la cabaña de Rudy tenía el aroma de flores como el perfume de Ariel y justo nueve meses después nació Sariel , y después de nacer Sariel, Ariel confesó que siempre estuvo enamorada de este tonto, ademas la descarada lo nombró padrino de los príncipes— les dijo Nana.
— Creí que habías aceptado a Ariel, Nana.
— Sí, la acepté y la tolero , pero eso no quiere decir que no me moleste cómo llegó a ti con mentiras y violándote, ¡maldito mequetrefe! —me dijo Nana, roja de furia.
— ¡No te atrevas a decirle así a Rudy! — dijo la otra Silphy, poniéndose de pie, y todos la miramos sorprendidos.
— Eeh… lo siento, perdón, esto me confunde mucho.
— ¿Qué tienes contra Nana? — le preguntó mi Silphy.
— Lo siento, es que la Nanahoshi de mi mundo es entrometida y… no sé… no me agrada.
— ¿Por qué? Si ella es tan hermosa — dijo mi Silphy, dándole un beso a Nana, dejando a la otra Silphy con la boca abierta y los ojos como huevo frito.
— Vaya, Silphy , ¡esta versión tuya sí que se parece a tu abuela! — le dijo Roxy.
— No es momento para bromas Roxy. Ya dejen de hacer eso, me incomoda — dijo la Silphy alterna. Cuando miré al otro Rúdeus, miraba con cara de pervertido y babeaba al mirar a mis esposas besarse.
— ¡Cambia la cara o te la cambio de un puñetazo idiota! — le dije.
— Lo siento, perdón. Es que es una imagen rara para mí — dijo.
— Oye, Silphy, no seas mentirosa, tú me odiabas al principio, ¿recuerdas? — le dijo Nana.
— Jeje, fueron solo unos meses. Después fuimos buenas amigas, y ahora somos muy, pero muy amigas — dijo Silphy, agarrándole el culo.
— ¡Santo dios! ¿Qué les pasa a estas mujeres? — dijo la Eris alterna.
— ¿Entonces son tus hijos o no? dijo La otra Roxy.
— Claro que lo son —dijo Nana—. Ella lo niega pero es evidente que lo son. Confesó que se acostó con Rudy estando inconsciente. Edward, si bien se parece a Ariel, tiene gestos de Rúdeus y facilidad para la magia; además, no le teme a Orsted, lo mismo que Sariel qué basicamente es Ariel con el pelo de Rudy.
— Y aun así, después de todo lo que hizo, ustedes permitieron que ella esté con Rudy, ¿que tienen en la cabeza? —dijo Silphy molesta.
— No sé qué habrá pasado en tu realidad, pero acá, ella siempre estuvo para Rudy —dijo mi Silphy.
— ¿Cómo?
— Pues en sus misiones siempre venía a preguntar por él, y en la guerra nos apoyó con todo lo que necesitábamos.
— En nuestro mundo hizo lo mismo —dijo Silphy—. ¡RUDY! ¿CÓMO SÉ QUE EL EDWARD DE NUESTRO MUNDO NO ES TU HIJO? —le dijo Silphy con una falsa sonrisa.
— Te lo juro, amor, por favor créeme.
— No creo que sea de él —dijo mi Eris—. ¿Quién en su sano juicio se acostaría con un tipo con esa risa tan horripilante? ¡Puaj! Si te ríes como el ministro Daríus .
Esa frase casi arma otra pelea entre las Eris.
— Ya calmense —dijo Silphy.
— Hay algo que No entiendo. Nosotras tenemos los mismos gestos, salvo Rudy y Nanahoshi. La Nanahoshi de acá es sonriente y se comporta de manera diferente.
— Soy solo yo —dije—. Cuando estuve en su mundo, Nana de esa realidad, cuando hablábamos, se comportaba de la misma forma que mi esposa; que, por cierto, cuando recién la conocí también era arisca. La Nanahoshi de su mundo se comporta así porque se siente sola, sin amigos, y tú le hacías la vida miserable —dije apuntando a la otra Silphy, que agachó la cabeza, —y ahora está sola congelada en el Caos Breaker.
Ellos no dijeron nada salvo Rúdeus.
— Nanahoshi es como mi hermana, yo la aprecio y la visito cada un mes con Zanoba, y fue ella quien eligió congelarse.
— Claro que sí, porque tu mujer la odia —le dije
— Ya calmate Rudy, yo estoy aquí —me dijo Nana— No soy la misma persona.
— Si lo son, maldición. Somos nosotros quienes somos diferentes —dije mirando al otro Rúdeus.
— Por favor, no digas lo de mi reencarnación —dijo en japonés.
— ¿A qué le temes? —le dijo Nana.
— Si saben que era un maldito gordo, encerrado y otaku, ellas podrían abandonarme.
— No lo harán —le dijo Nana—. Ellas te aman.
— Escucha, mis esposas, incluida Ariel, mis hijos, mis padres ya saben que soy un reencarnado, incluso Cliff, Ruidjerd, Zanoba y Elinalise. Será mejor que les digamos la diferencia antes de que se forme un mal entendido, pero tranquilo, solo diremos que yo recuerdo mi otra vida.
— ¿En qué idioma hablan? —nos dijo Silphy alterna.
— En la lengua del Dios dragón —dije mintiendo, algo que mis esposas se dieron cuenta pero callaron.
— Bien, mejor les explico algo —dije, diciéndoles quién soy, algo que dejó con aún más dudas a sus mujeres.
— Entonces, Rudy, ¿tú también eres como él?
— Eeeh… no, Silphy, yo no recuerdo vidas pasadas.
— Ooh, qué lástima. Hubiera sido muy entretenido que hicieras cosas de ese mundo como este tipo —dijo Eris.
— Yo ya he hecho cosas, pero fue Nanahoshi la que me dijo que debía hacer —dijo el Rúdeus japonés.
— Uuum, prefiero en ese caso que no hagas nada —dijo su Silphy.
— Dios, ella es terriblemente celosa —dijo mi Roxy.
En ese momento entró Papá con mis madres. Lilia estaba sorprendida, pero luego de saludar empezó a ayudar en la cocina.
— Zenith, amor, podrías decirnos si ellos son peligrosos —dijo Papá, que aún desconfiaba.
— Mamá miró a las chicas a los ojos y les acariciaba el cabello, luego miró al otro Rúdeus a los ojos y le dio una suave bofetada; luego llegó a mi lado y me dio con el zapato nuevamente.
— ¡Auch! ¿Y ahora qué hice? Yo soy tu hijo, ese tipo ni siquiera es de aquí, mamá.
— Señora Zenith, podría ver si mi Rudy se acuesta con Nanahoshi y la reina —dijo la otra Silphy.
— De pronto llegó Lara y le habló a la otra Silphy.
— Abuelita Zenith dice que no te preocupes, tu esposo no ha hecho nada malo. Bien, me voy —dijo Lara, que volvió corriendo con los demás niños.
— Uuuf, es un alivio —dijo Silphy alterna.
— ¿Por qué Zenith te golpea tanto? Me preguntó la otra Roxy.
— No lo sé. Yo me porto muy bien. ¡Aucht! Dije, luego de que me tirara con el otro zapato.
— Ella aún está molesta por lo de la reina, dijo Paul. ¿Y Tú qué me miras tanto? Le dijo papá al otro Rúdeus, que agachó la cabeza.
Cuando lo miré, se estaba secando las lágrimas. Mamá le acarició el rostro a Paul y lo hizo sentarse al lado del otro Rúdeus.
— Uuf, está bien, chico. ¿Qué te pasa, estas bien? Le dijo papá.
— Perdóname, papá. Fue mi culpa. Creí que habíamos ganado, y me desconcentré. Entonces, la Hidra me atacó, y tú sacaste el camino. Yo no pude hacer nada. Yo lo siento tanto —dijo, abrazando a mi papá. Algo que descolocó a Paul y la verdad, nos hizo sentirnos incómodos. Aun así, papá abrazó al otro Rúdeus.
— No llores. Si yo morí ahí, no fue tu culpa. Si ese Paul era como yo, estaba dispuesto a dar la vida por su familia, y no lo dudaría en ningún minuto. Eres su hijo. Rudy es la Séptima Potencia Mundial, y aun así daría mi vida por él, Aisha o Norm, si estuvieran en peligro.
— Fui un estúpido, papá. Yo lo siento tanto. Aún me duele el alma recordar a Norm llorando cuando se enteró que habías muerto.
De pronto, llegó Lucy a nuestro lado.
— ¿Qué pasó, abuelito? ¿Por qué él está llorando?
— Por nada, mi niña. Él solo está triste, dijo papá, acariciando el cabello de Lucy.
— Abuelita Zenith, abuelito Paul, ¡Llamo bruja! A Abuelita Claire, dijo Lucy, con las mejillas infladas. Zenith se puso de pie y empezó a darle con el zapato a Paul.
— ¡Aucht, Zenith! Fue una broma, dijo Paul, que sonreía mientras Zenith le daba bofetadas.
Después de eso, Paul tomó a Lucy en brazos y se dejó caer en el piso de la sala de al lado, mientras mis hijos saltaban sobre él y empezaban a jugar mientras los alternos lo Miraban .
— Perdónenme, debo salir un segundo, dijo el otro Rúdeus.
— Creo que mejor iré a hablar con él, dijo de pronto Silphy alterna, que encontró a Rúdeus sentado en la banca fuera de casa.
— ¿Estás bien, Rudy?
— Antes de partir a Lapam, y cuando estábamos en el Laberinto, me imaginé así mi vida.
— ¿Estás diciendo que quieres acostarte con Nana y Ariel?
— ¡Maldita sea, Silphy! Habló de mi papá. Me imagino a Paul jugando así con nuestros hijos, bromeando con nosotros en casa, que mamá lo regañara, que me tratara como trata a ese sujeto que se parece a mí. Soñaba con eso. Además, ellos se tratan casi como amigos. Yo no alcancé a tener esa relación con papá, dijo Rúdeus, rompiendo en llanto.
— Ya, amor, tranquilo. Todo está bien. Paul debe estar feliz donde quiera que esté, viendo lo felices que somos y todo lo que haz hecho por la familia.
—desearía que papá me visitará así en nuestra casa y no tener que ir a dejarle flores a su tumba.
—Lo se Rudy, no sabes cuanto te entiendo , yo también extraño a mi papá y mi mamá, pero no podemos traerlos de vuelta, le dijo Silphy abrazándolo .
Lo siento Silphy , verlo vivo nuevamente, me afecto mucho amor, me dan ganas de abrazarlo y decirle tanta cosas, traer a Norm para que lo vea y lo abrace, maldita sea. Será mejor entrar, dijo Rúdeus besando a Silphy y limpiando sus lágrimas .
— ¡Hola, Reidar! ¿Qué demonios pasó? Me vine corriendo lo más rápido que pude cuando vi mi anillo. ¿Todo está bien?
— ¡Hola, Alek! Sí, todo está bien.
— Ya veo. Qué susto. Pensé que le había pasado algo a Aisha.
— ¿Aisha? ¿Por qué Aisha?
— Vaya, veo que recuperaste el color de tu pelo. Ya no te van a confundir con un Dragonfolk. Lástima, cuando íbamos a misiones, los idiotas se sentían intimidados por eso. ¿Dónde está Aisha?
— Eeeh, creo que estaba dentro. ¿Por qué quieres verla?
— Bueno, estuve una semana fuera, y ella no pudo venir conmigo. Jeje, además, le traje unas cosas de cristal que encargó de Begarit. Con tu permiso, dijo, entrando en casa.
— ¿Por qué querrá ver a Aisha? Aleksander y Aisha apenas hablan, y creo que a Aisha no le agrada mucho cuando Alek está cerca de Siegh y Ars, dijo Rúdeus.
— No lo sé. Tal vez aquí son amigos. Aisha es una Santa del Norte en esta realidad. Además, te llamó Reidar. ¿Será posible que? … sabes, Rudy, será mejor entrar.
— ¡¿QUÉ DEMONIOS?! Se escuchó que decía Aleksander, desde la cocina.
Cuando Rúdeus y Silphy entraron, se encontraron con Alek alterado.
— ¡Qué demonios, Reidar! ¿Con quién estaba hablando allá afuera? ¿Es magia de ilusión?
— No, ya cálmate, loco de mierda. Estás asustando a todos.
— ¿Quién demonios son ellos? ¿Por qué tienes dobles? Por esto me llamaron. ¿Hay que matarlos?
— Nadie matará a nadie, dijo Paul. Ya relajate.
— ¿Y quiénes son ellos?
— ¡Alek, llegaste! Dijo Aisha, de pronto.
— Sí, ¿cómo estás? Te extrañé, dijo Alek, abrazando y besando a Aisha, algo que dejó con los ojos nuevamente como huevo frito a los Greyrat alternos, mirando esta escena.
— Te traje lo que me pediste de Begarit mi amor.
— Gracias, mi amor. Ven, vamos a mi habitación. Te explicaré qué está pasando.
— Claro, dijo Alek con una boba sonrisa.
— ¡Oigan, tórtolos, sin hacer nada! La cena estará en veinte minutos, les dije.
— Solo necesito cinco, me dijo Aisha con una sonrisa.
— Puaaj, deja de decir eso, hermana. No me agrada cuando bromeas así.
— ¿Y quién te dijo que estoy bromeando?
— ¡Maldita sea, papá! Dile algo.
— ¿Y qué quieres que le diga? Ya es adulta, me dijo Paul.
— ¿Qué está pasando? Preguntó el Rúdeus japonés.
— ¿De qué hablas?
— De eso. De Aisha y el Dios del Norte. ¿Por qué están juntos? ¿Por qué te llama Reidar? ¿Por qué lo tratas como si fuera un tonto? Ese tipo es peligroso.
— ¿No me digas que Le tienes miedo?
— No, pero no lo trato tan irrespetuosamente.
— ¿Y qué quieres? Alek es un idiota y es mi cuñado . Además, si intenta algo, le patearé su semi-inmortal culo.
— ¿Y por qué te llama Reidar? Preguntó la otra Eris con los brazos cruzados.
— Porque Rúdeus es el Dios del Cauce, Reidar Reí, pero no le gusta decirlo, dijo mi Eris, que se sentó en mi regazo con una sonrisa de triunfo mientras miraba a la otra Eris.
— Ya veo, con razón no pude entrar en tu defensa dijo la otra Eris.
— Así es. Rúdeus se enfrentó él solo contra Gal Farion y Aleksander, y casi mata a Gal Farion. Después, en la batalla, hizo papilla a Aleksander con la quinta técnica del Dios del Agua.
— Eris, deja de decir eso, le dije .
— Ja, mi Rúdeus también derrotó a Aleksander, dijo la otra Eris, que también se sentó en el regazo del otro Rúdeus, y eso fue más increíble porque mi Rúdeus no puede usar aura de batalla. Lo derrotó con magia.
— Aah, sí. Pues, él mio mató al anterior Dios del Filo, derrotó a puñetazos a Gal Farion, también se fue a puñetazos con Aleksander, y sin contar a los emperadores en esgrima que ha matado.
— Sí, pero mi Rúdeus es mejor. Él es increíble. Me cuidó por años, y me enseñó muchas cosas cuando era niña.
— Aaah, sí. ¿El tuyo te contó sobre Darth Vader, el Señor de los Anillos y Drácula?
— Eeeh, no.
— Mi Rúdeus sí. Además, es un dios en la cama, dijo Eris, dándome un beso.
— Eso no es nada, el mío también, dijo la otra Eris, besando al suyo. — Mi Rúdeus no puede usar aura de batalla y ha hecho lo mismo que el tuyo, le dijo la otra Eris.
— Ah, sí. ¿Y por qué tu Rúdeus se le posteo a los pies hoy en la batalla, y mi hombre les pateó el culo él solo a ustedes cuatro?
— Ya cállate, le dijo la otra Eris.
—¿¡Quieres pelear!?
— Ya basta, Eris. Deja de pelear con esa otra mujer, le dije .
— Pero te está insultando, Rúdeus.
— Es igual que tú. Escucha, tú, Rúdeus de otro mundo, controla a tu Eris. No quiero peleas aquí en mi casa.
— Lo siento, ella siempre ha sido así. Me defiende.
— ¿También te abandonó en Roa?, le pregunté.
— Sí.
— Yo no te abandoné, —dijeron las dos al unísono.
Ya déjense de pelear y veamos una forma en que puedan regresar a su mundo —dijo Nana.
—Claro, y así estar para que puedas hacer lo que quieras con Rúdeus —le dijo la otra Silphy.
—Qué rayos te pasa a ti, deja de celar a mi esposo —le dijo mi Silphy, ya de mal humor.
—Lo siento, perdón, no puedo acostumbrarme a ver a Nanahoshi besando a Rúdeus.
—Qué lástima —dijo Nana, pasando a mi lado mientras me agarraba del pelo y me daba un sensual beso, mirando a la otra Silphy, que ya tenía una cara desfigurada de ira.
—Quieres calmarte, Silphy, pareces una loca —le dijo la Roxy alterna.
—La cena está lista —dijo Lilia—. Joven amo, vaya por Aisha, Alek y los niños.
—Iré por los niños. Lilia ¿podrías ir tú por Aisha? ; no quiero interrumpir… ya sabes —dije.
—Claro, joven amo —me dijo Lilia.
—Me sorprende que dejes que Aisha invite a Alek a tu casa —me dijo Rúdeus.
—Es mi hermana y es adulta, por eso amplíe la casa y le hice una habitación más grande a Aisha ; además, la maldita me lo ocultaba porque pensaba que trataría de matar a Alek si me enteraba, le explique .
—Ya veo, ¿y qué hiciste cuando te enteraste?
—Lo perseguí para matarlo.
—Jajaja, ya veo, qué raro, es esto. Mi hermana en mi mundo no muestra interés por Alek.
—Bueno, si la tienes como una empleada doméstica y nunca le enseñaste esgrima o la enviaste a la universidad, además nunca la detuviste cuando era niña en sus actitudes…raras, le dije.
—¿Tú cómo sabes eso?
—Porque estuve en tu mundo.
—Oh, cierto. Tal vez cuando regrese debería hacerlos salir. Aisha se lleva todo el día mimando a Ars.
—Ya veo, tal vez suple su instinto materno, qué está empezando a aflorar —dije.
—Tal vez. Tu Aisha es más independiente y más agresiva, me dijo .
—Sí, bueno, la he entrenado desde que llegó, y papá, y Eris después , y ahora con Kalman y los niños, lo mismo que Norm.
—Por cierto, ¿y Norm?
—Casada con Ruidjerd, están en la aldea Superd.
—Ya veo, en mi realidad también ,¿ destinos fuertes?.
—Así es.
En la cena, Nana hablaba en japonés con el otro Rúdeus sobre Japón, comida y cosas que extrañaban. Lara, de intrusa, se metió en la conversación, pero la Silphy de él estaba furiosa; podía verlo en su cara.
Después hablamos un rato de cómo podían volver y llegamos a la conclusión de que lo mejor sería usar el círculo con el que casi me mato; sin embargo, para enviarlos de regreso a todos deberíamos consultarlo con Orsted y Perugius. Como Nana ya tiene muy investigado los círculos, ella se comprometió a enviarlos de regreso. Silphy alterna odiaba la idea, así que la Roxy alterna y mi Roxy decidieron ayudarla.
Después de la cena hablamos un rato, pero ellos se veían algo agobiados por nuestra vida; sus ojos se iban a Alek con Aisha, que estaban abrazados hablando entre ellos, a Paul que jugaba con Siegh y Ars, o a Nana hablando con Lucy y enseñándole de círculos mágicos, incluso a lo que hacía Eris, que ayudaba a Silphy a guardar los platos.
—¿Están bien?, les dije.
—Sí, solo que es raro, es como ver una versión de nosotros, son iguales y distintos al mismo tiempo —dijo Silphy.
—Y eso que no han visto cuando viene Su Majestad aquí, jajaja. Aunque cuando viene Nana, se parece a ti cuando miras a Ariel —le dijo Roxy riendo.
—¿Cómo es que la reina se enamoró de ti?, me preguntó Eris alterna.
—Uuf, Lucy hija puedes llevar a Lara y los niños a jugar en la otra habitación, debemos hablar cosas de adultos.
—Si mami Nana, vamos Lara, —No quiero decía Lara qué debieron sacarla casi arrastrandola.
—Bien, — dijo Nana mirando que los niños no escuchaban. —De hecho, a Rúdeus le gustaba Ariel en la universidad, pero no le hablaba porque odiaba a los nobles; además, había tenido un problema cuando amenazó con golpear a Luke en su primer día de clases —dijo Nana—.
—Por favor, cuenta la historia suena divertido —dijo la otra Eris con una sonrisa .
—Bueno, Rúdeus estaba con una profunda depresión por un malentendido con Eris.
—Sí, ya me imagino —dijo el otro Rúdeus.
—Además, Silphy se disfraza de Fitz, y Rúdeus no la tomaba mucho en cuenta. Rúdeus, para curar su depresión, se besuqueó con Rinia y Purcena.
—¿Qué?, ¿también con ellas? —dijo Silphy alterna, mirándome con ganas de golpearme.
—Eeeh, amor, yo estoy aquí —le dijo el otro Rúdeus. Ya algo molesto con ella.
—Lo siento, perdón —dijo sentándose.
—En fin, cuando me conoció se dio cuenta de que Fitz era una chica, y sospechó que era Silphy. Cuando Rúdeus la confrontó, Silphy lo golpeó y estuvieron peleados; ahí fue cuando nos hicimos novios Rúdeus y yo, y hablando esos días, él me confesó que le gustaba Ariel en un principio.
—¿A ti también te gustaba la reina? —le dijo Silphy al otro Rúdeus poniéndose de pie.
—No, claro que no, le dijo el tipo.
—Conocí a Ariel en una calle de la Sharia . Ella me confesó que se enamoró de mí cuando llegué de pelear con Atofe… bueno, Orsted dice que era inevitable, tengo un destino fuerte con ella, les expliqué .
—Mmm, ya veo —dijo la otra Eris.
—Como sea, yo siempre he creído que esto es una estrategia de Orsted para que el futuro rey y la familia real no le teman, y sospecho que el está involucrado, con que Ariel este con este bobo —dijo Nana.
—Por favor, amor, Orsted no es tan turbio —le dije.
—Quién sabe qué podría hacer ese monstruo —dijo la otra Eris.
Hablamos otro ratomas sobre los niños, las guerra y la familia.
Alek se fue a la cabaña y mis padres a su casa, y finalmente nuestros invitados se fueron a dormir.
Esa noche tenía turno nocturno con Nana y Silphy, así que ellas se fueron a dar un baño; luego de eso me bañé yo y subí al segundo piso.
Mientras, Rúdeus de otro mundo decidió quedarse con Roxy, ya que Eris y Silphy están algo molestas.
—Creo que iré a beber un poco de leche, no puedo dormir, esto fue demasiadas cosas en un día —dijo Silphy.
—Sí, como sea —dijo la otra Eris, que dormía en la cama de al lado.
Cuando Silphy salía se topó con su contraparte que estaba solo vestida con unas corta bata, conversando con Nana.
—Ella sí que te odia, amor.
—Sí, ella me asusta, me mira como si quieres cortarme la cabeza, es raro porque eres tu Silphy .
— No te preocupes, no te pasara nada ¿Y bien, en tu habitación?
—Sí.
—¿Por qué te gusta hacerlo ahí Nana ?
—No sé, me siento cómoda.
—Mira la lencería que me trajo Ariel, ¿cómo me veo, Nana?
—Hermosa como siempre, ¿y yo?
—Me encanta, amor, sobre todo tu culito —le dijo Silphy besando apasionadamente a Nanahoshi mientras subían. La otra Silphy que espiaba desde la puerta, tenía una mueca de asco en su cara.
De pronto, desde el baño salió el otro Rúdeus, solo tapado con una toalla, cantando muy desafiando en una rara lengua. Mientras llevaba una botella de vino y unas flores que arrancó del jardín.
🎶Desesperadamente enamorado!
Loco por tu amor🎶
pendiente de tu mirada
🎶y tu voz en el contestador...🎶
Silphy lo vio subir a donde había ido Nana con la otra Silphy.
—Uum, qué bien olía —pensó Silphy.
—Qué rayos haces aquí, ¿los estabas espiando? —le dijo de pronto Eris.
—Iba por la leche y los vi como subían a sus habitaciones, esta Silphy se besa con Nanahoshi como si fueran amantes, que asco .
—¿Y qué?, tú haces lo mismo con Roxy o conmigo cuando hacemos tríos.
—Sí, pero no frente a todos, ni cuando estamos solas, solo cuando está Rúdeus. Y porque el nos lo pide. Pero Ellas se besaban sin él, solo por placer.
—Silphy, pareces una loca, él no es Rúdeus, no nuestro Rúdeus, ya regresa a la cama, ¿qué diablos pasa contigo, tu nunca te comportas así ?
—Rudy siempre será Rudy —pensó Silphy mientras iba por la leche.
Al otro día Silphy y Nana despertaron temprano. Silphy fue a hacer el desayuno y Nana partió a la universidad a buscar sus apuntes del accidente del sable de luz que le pedí anotar hace años atrás. Cuando bajé, Silphy estaba cocinando, así que la abracé por detrás y la besé en la mejilla.
—Anoche estuviste como una bestia salvaje, amor, jeje. Tú y Nanahoshi juntas son increíbles, las amo a las dos.
Te amo orejitas , iré a hacer ejercicio, dile a Eris que me alcance, te veo después —dije dándole una suave palmada en el culo.
Silphy se quedó ahí parada cuando de pronto la otra Silphy subió del sótano.
—Oh, disculpa por tardar tanto, fui por queso, salami y ¡chocolate! Esto lo invocó Nana de su mundo, te va a encantar. ¿Estás bien, Silphy de otro mundo? Estás pálida.
—Sí, estoy bien —dijo la otra Silphy.
—Oye, no olvides atarte el cabello para que nuestros esposos nos diferencien, sería incómodo que mi Rúdeus te bese, jejejeje.
—Sí, lo había olvidado —dijo la Silphy alterna tomando su pelo en una cola, roja de vergüenza.