El camino recorrido

— ¿Qué estaba pasando?, dijo Orsted. — ¿Por qué usaste esa técnica?, ¿por qué estás con la reina?, ¿y por qué hay un tipo igual a ti? ¿Qué estás tramando, Rúdeus Greyrat?

— Nada, no tramo nada. Pensé que ibas a llegar mañana. Santo dios cuando llegues Dilo. Una Hola chicos, ni estaría mal , no aparezcas como un fantasma, casi nos matas de un susto .

— Perugius envío a Almanfi a buscarme y me dijo que debería volver que me tenias una sorpresa, pues estoy sorprendido, ¿que esta pasando? .

—Ese Perugius, Maldito viejo chismoso — pensé .

— Bien, explícate ahora, Rúdeus. ¿Qué está pasando? — dijo Orsted mirando a los alternos.

— Bien, es una historia larga, pero antes de que los mates dejame (…).

— ¡¿Cómo que nos va a matar?! — dijo Roxy alterna, muerta del susto.

— No mataré a nadie, a menos que sea necesario — dijo Orsted bajo el casco, algo que asustó al japonés.

— Bien, déjame explicarte. Hace 3 días, llegué con Ariel desde Millishion. Por cierto, Cliff manda saludos; sabes, el desgraciado me sermoneó porque yo (...)

— Ve al grano, Rúdeus Greyrat, me dijo Orsted algo molesto

— Ah, cierto. Bueno, lo que pasó al llegar fue que ellos aparecieron, tuvimos una batalla, donde les pateé el trasero y bueno, verán, ellos (...)

Y así le conté la historia con lujo de detalles al Dios Dragón, el cual escuchó en silencio.

— Y bueno, Su Eris me pidió mostrarle la quinta técnica y por eso estábamos aquí. ¿Tú cómo supiste que estaba acá, por cierto?

— Aleksander y Aisha me dijeron que estabas aquí, y Lara me dijo que me sorprendería, aunque no pensé que me sorprendería tanto. Veo que tienes la misma muñe quera que Rúdeus, eso quiere decir que también estas en guerra con Hitogami, — le dijo Orsted al japonés.

— Así es, señor — dijo Rúdeus otaku haciéndole una profunda reverencia, y le explicó la situación y lo que había dicho Perugius.

— Uuum, ya veo, esto es interesante, dijo Orsted con esa pose que hace cuando se pierde en sus pensamientos. .

— ¿Y no vas a decir nada, Orsted? Le dije.

— Rúdeus, me contaste hace años sobre un sueño cuando casi te matas, cuando jugabas a ser Luke Skywalker(…) entonces tú estuviste en esa realidad, de manera presencial .

— Sí, ¿me vas a regañar? —Le pregunté con una tonta sonrisa.

— No, Perugius ya te regañó bastante, y yo te regañé hace años. Lo que me preocupa es cómo ellos llegaron ellos acá, Perugius no me me dijo nada para variar .

— ¿Tendrá que ver con los reyes dragones Szillar o Maxwell de ese mundo? pregunté.

— Cabe la posibilidad, o tal vez, tu presencia en ese mundo pudo haber provocado una alteración al momento de que regresaste.

— Sí, pero de eso pasaron años y ellos vienen de esta mismo lapso de tiempo .

— Bueno, como sea, ellos deben regresar pronto. Si Perugius dijo que reparará la alteración, confío en él, pero ustedes deberán hablar con el Orsted de su mundo y Perugius y tratar de reparar esa perturbación cuando regresen — les dijo Orsted.

— Claro, señor — dijo el japonés, dándole una reverencia.

— Agachate un poco más, tal vez así puedas lamerle las botas — le dije.

— Callate, me dijo enojado, tu ¿Cómo puedes ser tan informal con el Dios Dragón? Ten más respeto — me dijo el japonés.

— Vete al demonio Nobita . Orsted casi me mata dos veces. Lo respeto, pero no soy un lame culos como tú.

— Pero, ¿cómo? Si él es tu jefe, tu superior, eres un irrespetuoso, no sabes el concepto de superior, de Sempai .

— Vete al carajo Happosai. Orsted No es mi jefe. Somos aliados, y bueno, él me manda a misiones, pero eso es porque no puede usar su maná. Aunque ahora que lo pienso, nuestra segunda batalla fue culpa de Orsted. Bueno, como sea, me salvó el trasero cuando el demente de Alek se puso la armadura, le dije.

— No me llames Happosai (...) ¿Tú no lo atacaste por sorpresa? Me preguntó el otro Rúdeus.

— ¡Claro que no, crees que soy un pusilanime cobarde ! Lo llamé para dialogar cuando el Rúdeus del(…) eeeh ¿Ellas saben sobre el Rúdeus del futuro ? — le dije al otro Rúdeus en japonés.

— No, no lo saben.

— Ya veo. Bueno, digamos que Nana me dijo que dialogáramos, pero Orsted me atacó de manera irracional y no me escucho lo que tenia que decirle.

— Eso no me extraña de este monstruo — dijo Eris alterna.

— Uuum, ya veo que ella es igual de agresiva que tu esposa, Rúdeus — me dijo Orsted.

— Sí, este Rúdeus y esta Sylphy son muy diferentes, eso sí. Eris y Roxy sí se comportan más parecido a mis esposas — dije.

— Ya veo — dijo mirando con curiosidad.

— Después te explico esto mejor — le dije en lengua del Dios de la Lucha.

— Está bien, pero algo me perturba dijo Orsted .

— ¿Qué cosa?

— ¿Qué demonios hace Ariel Anemoi Asúra aquí?

— Ooh, yo pedí venir, Lord Orsted, le dijo Ariel .

— Es muy peligroso, Ariel Anemoi Asúra . Te estás arriesgando demasiado. Ya te dije lo importante que eres.

— Con todo respeto, Dios Dragón, nada me pasó y en la. Misión tampoco , y mis políticas no han cambiado. Además, solo vengo cada cierto tiempo, dijo Ariel .

— No me inmiscuyo en tu vida privada, Reina Ariel. Me da lo mismo lo que hagas con ese idiota en la cama, dijo mirándome, sin embargo si te pasa algo, sería una tremenda pérdida para ganar las futura guerra .

— Oye, ¿cómo que idiota? — le dije.

— Fue muy irresponsable venir a curiosear con esta gente en este mundo, sin saber si son enemigos, le dijo Orsted .

— No lo son, Orsted. Ellos se portaron muy bien conmigo. Te aseguro que no son malvados. Además, Leo los lame, si fueran enemigos los habría matado, le dije .

— Aún así, Ariel Anemoi Asúra, es muy importante para el futuro, no lo olvides, le dijo Orsted .

— No lo olvido, Dios Dragón. No se preocupe, bajo la protección del Dios de la Cauce nada me pasará, le dijo Ariel con esa sonrisa tan bella que tiene.

Orsted dio un largo suspiro bajo el casco.

— Eee, disculpa, señor, ¿pero por qué este tipo te trata tan informalmente? —preguntó el otro Rúdeus, siguiendo con el maldito asunto, maldito chuoaver(...)

— Siempre ha sido así, desde que nos conocimos. Lo primero que hizo después de asegurarse que no lo mataría, fue cobrarme las armaduras que había destruido, dijo Orsted

— Claro, porque se suponía que no la iba a ocupar,y me costaron casi todo el dinero que tenia le dije.

— Bueno, yo también hice lo mismo, pero no de inmediato, me dijo el japo.

— ¿Y cómo transcurren los hechos en tu mundo paralelo?, le preguntó Orsted.

— Muy parecido, aunque con grandes diferencias, — dijo mirándome a mi como caminaba de la Mano con Nana y Ariel, aunque esta última se separó de mi para chismear con los alternos.

—¿Cómo sabes que estamos en un mundo paralelo, señor? Dijo el Japonés.

— Bueno, Nanahoshi está aquí, Rúdeus está aquí, y ahora tú y tus esposas están aquí. Obviamente, el multiverso existe, pero es peligroso interferir en otras realidades. No está bien, por lo mismo debemos cerrar la entrada de tu mundo al nuestro.

—¿Hitogami podría escapar del mundo vacío? , dije.

— No está sellado, sin embargo, es peligroso, dijo Orsted .

— ¿Y qué hay del mundo de Nanahoshi?, dijo el japo.

— Eso es diferente. Al parecer, esa es otra dimensión del mismo universo, o eso decía el libro que me regalaste, Rúdeus, de ese tal Hawkings . Por cierto, Nanahoshi, trata de invocar más libros de ese mundo, dijo Orsted .

— Oye, yo no voy a pasar todo el día traduciendo eso, le dijo Nana.

— entre los dos y sus hijos pueden hacerlo, ¿no les enseñaron sus idiomas? Nos dijo Orsted, andemas los Drafonfolk ansiamos el conocimiento, nos dijo .

— ¡Explotador infantil!, le dije, mientras el otro Rúdeus me miraba sorprendido por cómo yo hablaba con Orsted.

— Rudy, amor, ¿no crees que este Rudy es demasiado irrespetuoso con el dios dragón y si se enoja y nos ataca ?, dijo Silphy al Rúdeus alterno .

— Lo sé, y eso ya me tiene nervioso. Le habla como si fuera su amigo, dijo Nobita , digo el Rúdeus alterno .

— De hecho, son amigos, les dijo Ariel, que venía pendiente de la conversación de los alternos.

— ¿En serio?

— Así es.

— ¿Y tú cómo sabes eso, alteza?, preguntó Silphy.

— Bueno, jejeje, yo lo sé. Lord Orsted se preocupa por él, dijo Ariel, recordando cuando Orsted estaba preocupado por la paternidad de Rúdeus, y cuando este lloraba cuando se dio cuenta de que había dormido con Ariel.

— Majestad, ¿podría hablar contigo en privado cuando lleguemos a la Sharia?, dijo Silphy.

— ¿Sobre qué?

— Sobre Rudy.

— Pues, dime. Me gusta comparar nuestros mundos, dijo Ariel sonriendo .

— No, alteza, quisiera preguntarte por este Rudy, tu Rudy, y cómo te enamoraste de él.

— ¿Acaso no te lo dijo?

— Sí, pero necesito saberlo de ti, Le dijo Silphy

— Silphy, yo con Ariel(…) de nuestro mundo jamás he hecho algo, te lo juro, le dijo el japonés interrumpiendo la conversación .

— Lo sé, pero he visto en este mundo mis dos más grandes temores hechos realidad, y ya sé lo de Nanahoshi. Ahora necesito saber lo de Su Majestad.

— Si me haces algo, Orsted te matará, le dijo Ariel.

— Eres mi amiga, no te haría daño jamás. No le hice nada a esa otra vagabunda que va de la mano con tu Rudy, menos a ti, alteza.

— Oh, gracias(…) espera, ¿me dijiste vagabunda?

— No, alteza, hablo de la otra vagabunda.

— Oh, ya veo… ¿qué dijiste como que la otra ?

—Nada, lo siento alteza .

— Y no le digas vagabunda a Nanahoshi, si Rudy te escucha o Silphy, tendrás problemas — dijo Ariel.

— Ya la estoy escuchando — dijo Nana.

— Si, yo también — dijo Rúdeus.

— Lo siento, no fue intencional — dijo Silphy alterna.

— Dios, lo vuelvo a decir, me da pena la Nana de ese mundo — dije.

— Oye Rudy, por cierto, recuerdo que en ese sueño dijiste que besaste a esa Nanahoshi — me dijo Nana.

— Si, la besé antes de regresar y una noche que se quedo hablando conmigo , lo siento Nana, pero cuando la vi, te vi a ti, y vi a la Nanahoshi encerrada en su laboratorio que no hablaba con nadie, esa Nana arisca que conocí cuando te sacaste esa máscara, y al poco de hablar me di cuenta que eran la misma persona, pero se sentía sola, triste y nunca reía hasta que empecé a hablarle.

Allá solo que ese tipo es su amigo y creo que también Zanoba, ella se sentía muy sola, solo quería volver, y me recordaba tanto a ti cuando te encerrabas en tu laboratorio amor , le dije acariciando la mejilla de Nana.

— No se lo metiste, ¿cierto? — me dijo Nana.

— Dios mio , te acabo de decir algo tan profundo y me sales con eso? Creo que hablar con Elinalise te está haciendo mal — le dije.

— Lo siento Rudy, te amo me dijo abrazándome .

—Yo te amo con todo mi corazón, mi chinita, le dije besando su cabello.

— Pero se lo metiste o no — me preguntó Ariel.

— No, no lo hicimos, solo la besé, y la abracé antes de regresar, me gusta pensar que le di un pequeño momento de felicidad — dije.

— ¡Aagh, qué ególatra eres! — me dijo Silphy alterna con las mejillas infladas.

—¿Y a la Ariel de ese mundo, si se la metiste? Rudy y si el Edward de ese mundo es tu hijo, me dijo Ariel.

—No me acosté con la Ariel de ese mundo, aunque recuerdo que me llevo a una habitación y me beso a la fuerza y me garro el muñeco, dije recordando.

— Siento interrumpir su… eeeh… fina conversación — dijo Orsted — pero me gustaría que vinieran a la cabaña.

— ¿Se refiere a la oficina, señor? Dijo el Rúdeus Otaku.

— Eeeh… si, tengo una oficina y un lugar para dormir ahí — dijo Orsted.

— ¿Oficina?, jajajaja … ¡pero qué payaso! ¿Qué te crees, un empresario corporativo? ¡jajajaja! — me burlé.

— De hecho, nuestra organización se llama Corporación Orsted, y Orsted es el presidente y yo soy el vicepresidente — dijo el japonés inflando el pecho.

— ¡Wuajajajaja! ¡Pero qué estúpido nombre! ¡jajaja! Eso no causa miedo en el enemigo, da la impresión que se visten de traje e invierten en wall street .

— Ah, sí, ¿y tú cómo lo llamas idiota ?

— Ejército del Dios Dragón Orsted, y yo soy el comandante en jefe, además soy el general Asurano a cargo de la protección de Su Majestad Ariel y padrino de los príncipes.

— Debo admitirlo, ese título suena mejor y más amenazante — dijo Eris.

Rúdeus japonés le dio una fea mirada.

— ¿Qué me miras así, Rúdeus? Es verdad, Comandante en Jefe del Ejército del Dios Dragón suena mucho mejor que vicepresidente y representante legal. General suena más intimidante que vicepresidente .

— No entiendo, yo le pedí a Orsted hacerme llamar Rey Dragón y me regañó — dijo el japonés.

— ¡Porque no eres un dragón, idiota!, le dije. General del Dios Dragón, no Rey Dragón ni General Dragón, General del Ejército del Dios Dragón, para eso se usan las preposiciones, imbécil.

— En japonés no se usan preposiciones, Rudy — me dijo Nana al oído.

— Oooh, ya veo, lo siento — le dije al japonés.

— Llamarse Rey Dragón es una estupidez, ellos se ven inmersos en sus estúpidas rencillas — dijo Orsted algo molesto.

— Ya lo sé, señor, el Orsted de mi mundo ya le dijo eso.

— ¿Por qué lo nombraste General? — le preguntó Silphy alterna a Ariel.

— Porque comandó la batalla, la emboscada en los bigotes del Wyrm Rojo, además derrotó a varios enemigos en los atentados en mi contra, y le di ese título ya que le juré a Luke no nombrarlo un noble, sin embargo, un grado militar le dio más respaldo y autoridad a Rudy en su misión (...) y se siente genial cuando se lo digo en la cama, le dijo Ariel en un susurro, provocando la ira de Silphy alterna .

— ¿Eras militar en el otro mundo? — me preguntó Roxy alterna.

— No, aunque estuve un año en el ejército, y estudié historia de mi mundo anterior, de hecho, ganamos en Shirone usando una estrategia que usó una rey griego llamado Alejandro Magno en mi mundo anterior, bueno, además de magia, ya saben.

— Sí, además de cómo mataste a ese Emperador del Filo y esos Reyes del Norte y del Cauce durante mi proclamación, y esos magos santos también, ¿recuerdas, Lady Nanahoshi? Fue durante esa semana en que te hiciste mujer — le dijo Ariel.

— Oye, no digas esas cosas delante de ella, Silphy ya me tiene asustada, ademas es vergonzoso — le dijo Nana.

— Así que sí fuiste militar — me dijo Eris.

— No, y no lo llamaría así, fue solo un año y en ese mundo no hay mana, así que usábamos otras armas.

— ¿Como esa que lleva Nanahoshi en su muslo? — preguntó Eris.

— Así es, dispara cañones de rango avanzado y santos — dije.

— ¿Puedo verla? — dijo Eris.

— Bien, pero no la rompas como la anterior — dijo Nana.

— Vaya, es ligera, pero no funciona — dijo Eris apuntando a un árbol.

— Porque solo yo puedo usarla — dijo Nana disparando a un árbol Que destruyó .

— Oye, Rudy, a mí nunca me haces cosas así — me dijo Ariel.

— ¿Para qué? Eres maga intermedia, además es peligroso.

— ¿Y por qué Nana tiene una?

— Porque está entrenada en usarla y ella no tiene maná.

— ¡Yo quiero una! — dijo Ariel inflando las mejillas.

— Ya, chica traviesa, otro día — dije agarrándole el culito, provocando risitas de Ariel y la ira de Silphy alterna.

— ¡Vez, Eris! Él también le gusta agarrar culos — le dijo el japonés.

— Sí, en eso se parece a ti.

— Es por genética — les dije — si bien yo recuerdo otra vida, sigo siendo el hijo de Paul, su ADN afecta mi comportamiento, aunque esto lo hago con mujeres adultas, cuando eran niñas jamás las toqué, no como ciertos degenerados — dije, provocando que el Rúdeus japonés agachara la cabeza.

Cuando llegábamos cerca de casa, me topé con la horrible sorpresa de que Cliff y Elinalise estaban ahí.

— ¡Ay, no! ¡Mierda! Lo que me faltaba — dije.

— Ellos estaban en el jardín trasero mientras Clive practicaba esgrima con Lara y Lucy; cuando nos vieron, rápidamente llegaron con nosotros.

— Gusto en verlo, Lord Orsted — dijo Cliff con su traje de cura y parche en el ojo.

— Gusto en verlo, General Grimoire, le dijo Orsted .

— ¿Podríamos acompañarlos a la cabaña, señor?

— Sí — dijo Orsted.

— Espera, Rudy, ¿no van a almorzar? — me dijo mi Silphy que salía de casa.

— Eeee, eh, no, amor, almuercen ustedes, debemos hablar con Orsted en su oficina.

— Uuuf, lo siento, olvidé que los humanos y los elfos deben comer todos los días. Vayan a comer, nos reuniremos en la tarde — nos dijo Orsted.

— ¿Tú no comes siempre?Le pregunté.

— No, puedo estar hasta 3 meses sin comer — dijo Orsted.

— Vaya, eso no lo sabía, dije.

— Sí, de hecho, los dragonfolk pueden estar hasta 1 año sin comer, yo, al ser mestizo humano, debo comer con mas frecuencia.

— Vaya, eres como las culebras — le dije, una comparación que no le gustó mucho a Orsted.

—Bien, iremos pronto, le dije. Mientras Orsted caminaba rumbo a la cabaña, mis hijos le gritaban y lo saludaban; entre ellos estaba Edward, quien también sonreía. Miré a Ariel, la cual se hizo la tonta mientras seguía hablando con la Silphy alterna.

—Bien, no nos vas a explicar qué está pasando, nos dijo Cliff mirando a los alternos.

—¿Para qué+, estoy seguro de que Silphy y Eris ya te lo dijeron, y solo viniste a chismear, ¿cierto?

—No, no vine por eso, vengo de visita por unos días, a ver a Clive y a Liz, de hecho veníamos a dejar a Clive esta noche con ustedes .

Oye Rúdeus , veo que estás entrenando en esgrima a Clive.

—Claro que sí. Cuando crezca, pateará culos en nombre de Milis y tal vez sea un sacerdote guerrero , dije .

—Muy gracioso, pero te lo agradezco. No sabes el orgullo que sentí al verlo entrenar con Lara, lanzando hechizos en silencio y usando esgrima.

—Sí, bueno, Cliff, tú nunca entrenaste esgrima, pero eres medio hobbit; de seguro vivirá mucho, amigo, tienes tiempo para entrenar.

—Jajaja, claro que no, pero ¿cuéntame, bien que esta pasando?, dijo mirando nuevamente a los alternos.

—Vamos a comer algo y les digo, les dije.

—Por cierto, ¿qué fue ese estruendo de hace un rato?, preguntó Elinalise.

—Nada, ellos querían ver la quinta técnica de Reidar, le dije .

—Ya veo, eso fue aterrador cuando la usaste con el dios de la lucha, dijo Elinalise.

—Perdón, mucho gusto, soy el padre Cliff Grimoire, y ella es mi esposa Elinalise, dijo Cliff haciendo un saludo Milis a los alternos .

—Ya lo sabemos, enano. También tenemos un Cliff en nuestro mundo, dijo Eris alterna.

—Ya veo.

—Perdónala, Cliff, ella siempre es así, dijo el Rudeus japonés.

—¿Tú cuántas esposas tienes?, dijo Cliff.

—Eeeh, solo tres, ¿por qué?

—Eres un pecador, pero no tanto como este Rúdeus . Solo tres esposas, eso ya es malo, pero tu cada día me sorprendes más, ¿te das cuenta? Tú eres la versión más pecadora de todas Rúdeus, me dijo Cliff .

—Ya deja de fastidiar, Cliff, dijo Elinalise.

—Por cierto, el otro día fueron ustedes a quienes vi, ¿cierto?, dijo Elinalise.

—Creo que sí, abuelita, dijo Silphy alterna.

—Ya veo, con razón los encontraba algo raros ese día , jejejeje, y en su mundo ¿también estoy casada con Cliff? .

—Así es, abuela, dijo Silphy.

—Ves, Liz, amor, estamos destinados a estar juntos en todas las realidades, dijo Cliff besando a su esposa.

—¿Y Cliff, allá, por casualidad, también enamoró a Isolte? pregunté.

—¿Qué en serio?, dijo el Rudeus japonés.

—No la enamoré, ella hablaba de Milis conmigo.

—Oh, amor, esa chica sí estaba enamorada de ti, estaba muy decepcionada cuando supo que eras casado, jejeje, pero ahora es feliz con Dóga, dijo Elinalise.

—Vaya, eso no pasó en nuestro mundo, pero qué interesante, dijo el Rudeus japonés, cagado de risa mientras a Cliff le salía espuma de la boca.

—Jajaja, ya vamos a comer antes de que a Cliff le dé un ataque, dije.

—Por cierto, Rúdeus, tus abuelos dicen que cuándo llevarás a los niños a verlos.

—Pronto, dije.

—Sí, y no estaban contentos cuando supieron que estabas con la reina en Millishion y les mentiste sobre su identidad .

—¿Se lo dijiste?, le dijo Ariel.

—Claro, no puedo mentir, soy un sacerdote.

—¡Muchas malditas gracias, imbécil! Se suponía que fuimos en secreto.

—Tranquilo, tu abuelo dijo que no diría nada.

—¿Y por qué lo dijiste, idiota? ¿Donde esta el secreto de confesión?

—Porque no era un secreto de confesión, tarado .

—¡Confesión te voy a hacer pateándote las nalgas , imbécil!, dije mientras entre la Eris alterna y el otro Rúdeus me sujetaban.

—No lo tomes así, además, Su Majestad impresionó a tus abuelos, solo están molestos contigo, a su alteza la tienen en buena estima, sobre todo tu abuela, dice que es una dama .

—Oh, ¿en serio? Bueno, en ese caso les mandaré un vino de regalo, dijo Ariel.

—Amor, no me compliques más. No sabes los problemas que tendré con mis abuelos cuando vaya a Milis , le dije.

— Y hay otra cosa que quiero discutir contigo, Rúdeus — me dijo Cliff.

— ¿Es grave?

— Lo es.

— No me preocupes, ¿qué pasó? — le dije.

— Fuiste tú, el infeliz desgraciado bastardo , que mandaste a hacer un cuadro de 3x3 donde salgo yo durmiendo con mi cabeza apoyada en el hombro de Atofe, ¡y lo colgaste tras el escritorio de Faria!

— Oh, ¿lo viste? Sí, July lo pintó. Le quedó bueno, ¿no crees?

— ¡Te voy a matar! — dijo Cliff, lanzándose sobre mí mientras el otro Rúdeus y Elinalise trataban de calmarlo.

— Hey, cálmate, te va a dar un infarto, abuelito .

— Desgraciado, ¡tú me dibujaste mientras dormía ese día el la carreta , cierto?!

— Jajaja, ya cálmate, Cliff, sales muy bonito en ese cuadro. Y si fui yo, le dije con una burlesca sonrisa.

— ¡Casi me muero del susto cuando esa mujer se puso a reír y la vi frente a frente, a menos de 20 centímetros a los ojos !

— Sí, por un momento pensé que te iba a besar, amigo — le dije.

— Ya cállate, maldito loco, ¡ni siquiera sé por qué soy tu amigo!, me dijo Cliff

— Porque yo soy de las pocas personas que se toma con humor tu carácter de mierda sin querer patearte el culo , Cliff. Además, hemos pasado por muchas batallas juntos, le dije .

— Dios, ¿qué le haces a Cliff que reacciona tan mal? — me dijo Rúdeus japonés.

— Jajaja, nada, él es demasiado exagerado — le dije—. Como esa vez en que mató a un apóstol por primera vez y pensó que se estaba muriendo por un golpe que lo alcanzó, jajaja era solo un moretón .

— Es que me dolió mucho — dijo Cliff.

— ¿Has matado gente? — le preguntó el Rúdeus japonés, sorprendido.

— Eeh, sí, bueno, a dos personas… ¿por qué? Dijo Cliff

— Por nada, el Cliff de nuestro mundo jamás mató a nadie, dijo Nobita .

— Es que Cliff me acompañó a misiones — le dije—. Él es un general de Orsted, al igual que Zanoba.

— Ummm, ya veo. Yo no llevaría a Cliff, ni a Zanoba, ni menos a mis hijos a misiones. Me asusta, por eso lo hago solo — me dijo .

— Te entiendo, sin embargo, Cliff me pidió ir — le dije.

— Bueno, el Cliff de mi mundo también, pero no se lo permití — me dijo.

— Creo que este Rúdeus de otro mundo me respeta más — dijo Cliff.

— Él no puede usar la espada ni aura de batalla , por eso no te llevaba. Yo sí puedo usarla, además íbamos con papá y Eris, nada te iba a pasar, Cliff. ¡Y sí me preocupo por ti, idiota! — le dije.

— Ya déjense de discutir, vamos a comer — nos dijo Nana.

— ¿Cómo estás, majestad? — le dijo Elinalise a Ariel.

— Oh, muy bien, lady Elinalise. Por cierto, gracias por tus consejos.

— Jejejeje, le daré más en la próxima noche de chicas — le dijo la elfa, mientras Silphy, alterna, estaba algo molesta por esta conversación.

— ¡abuelita, no puedo creer que le enseñes a la reina y a Nanahoshi trucos para la cama!

— Oh, tranquila, nietita de otro mundo, no seas celosa. A mi nieta le encanta que le enseñe cosas nuevas, jejeje.

Después de almorzar un rico guiso de pescado, nos dispusimos para ir a la cabaña.

— Papi, ¿podemos ir? — me dijeron los niños, a lo que asentí. Solo Chris y Lily se quedaron con Silphy, que no quiso ir.

— Papá ¿yo también puedo ir? — me dijo Edward.

— Claro, mi niño, vamos — le dije tomándolo en brazos.

— Lo siento, Edward, será mejor que te quedes aquí — le dijo Ariel.

— ¿Por qué no lo dejas?

— Porque no quiero que nos reconozcan, le dijo Ariel .

— Vas disfrazada de Kleene ¿Quién te va a reconocer?

— Pueees… eeeh… alguien de la universidad.

— Vamos, déjame llevar a Edward, Ariel .

— No, Rúdeus Greyrat, dije que no — dijo Ariel molesta.

— ¿Por qué no?

— Porque es mi hijo y yo decido que se quede.

Me acerqué a ella, y le dije al oído que debíamos hablar a solas y la llevé a mi despacho para que nadie nos escuchara.

— ¿Bien? ¿Qué te pasa? Le dije.

— Nada, no quiero que vaya, le va a tener miedo a Orsted.

— Él usa el casco.

— No quiero, creo que mejor regreso al palacio de plata.

— Tú no quieres que lo lleve para que no se den cuenta de que él le teme a Orsted, ¿cierto?

Ariel no dijo nada.

— No entiendo por qué me lo sigues negando, y a Sariel también. ¿Qué va a pasar si tenemos otro hijo? ¿Me vas a drogar nuevamente y me lo vas a negar?

— Tú no sabes por lo que yo paso como reina, Rudy. Por eso, mis únicos escapes para olvidarme de todo eres tú y tu familia. No me presiones más , por favor, ya tengo suficiente con las intrigas de los opositores.

— No sé qué temes. Si alguien trata de dañar a nuestros hijos, tú sabes que voy a matar a cualquiera que trate de hacerles algo.

— Lo se mi amor. Pero Soy su madre y Edward se queda acá.

— ¡Y yo soy su padre, maldita sea! Deja de tomarme como un tonto. Y si no quieres admitirlo, pues bien, de todos modos es mi hijo desde que lo bautizamos… Si no quieres llevarlo, bien, pero tú le vas a explicar el por qué no puede ir.

— ¿Me vas a dejar como la mala del cuento ? Me dijo Ariel.

— No, simplemente debes ser sincera y explicarle por qué no quieres que vaya.

— Bien, salgamos, me dijo Ariel enojada .

Cuando llegamos, Edward estaba llorando en los brazos de Rúdeus alterno, ya que quería ir con papá.

— Hijo, debes quedarte aquí, ¿entiendes? — le dijo Ariel.

— Pero papá, yo quiero ir — me dijo Edward pasado a mis brazos y dándome una abrazo.

— Uff, mi niño… es que si mamá no quiere, yo no puedo imponerme a su decisión. Dije mientras Edward hacia pucheros y estaba por estallar en llanto.

— Uuuuf, está bien, vamos — dijo Ariel — pero no debes ver al Dios dragón, ¿está claro? Él es aterrador, no quiero que te pongas a llorar si lo ves.

— No, mami — dijo Edward sonriendo, saltando a los brazos de Ariel.

En eso despertaron Sariel y Christina y se pusieron a llorar al verme que me iba. El punto es que al final todos fuimos a la cabaña, incluida Anne.

Como la comitiva era grande, decidimos ir por un camino lateral poco transitado, y los alternos llevaron máscaras por si nos tropezábamos con alguien.

Como sea, cuando llegamos, Alek entrenaba solo a las afueras.

— Vaya, vinieron todos — dijo el Dios del Norte.

— ¿Y papá y mi hermana? Pregunté.

— En la sede mercenaria.

— Vaya, pensé que ya no iba, pasaba todo el día contigo, le dije .

— No es tan así, Reidar Aisha es muy profesional, solo que no nos vemos siempre, aunque anoche estuvimos toda la noche (...)

—No quiero saberlo.

— El dios Dragón los está esperando, nos dijo .

— Bien, vamos — Así que fuimos yo, el alterno y Cliff, y obviamente nos acompañaron nuestras Eris, ya que al parecer a ellas no les gusta que me vean a solas con Orsted.

— Una vez entramos quedamos frente a frente a Orsted.

— Y bien, ¿qué quieres saber, Orsted?, le dije.

— Tú, el Rúdeus de la sonrisa perturbadora, quiero que me cuentes desde el más mínimo detalle lo que ha pasado en tu realidad desde la primera vez que nos vimos y las veces que viste al hombre dios, con lujo de detalles .

—¿ De nuevo? , eso ya lo hice con Orsted de mi realidad.

— Es importante saberlo, dijo Orsted.

— Pero eeeh, ¿está bien que lo diga delante de Cliff?

— Sí, ya Cliff sabe todo, incluso de mi reencarnación. Habla con confianza, le dije.

— Bien, bueno, supongo que no hay problema, dijo.

— Bueno, todo empezó el día que cruzábamos por el paso inferior del Wyrm rojo cuando entonces… (...)

Mientras tanto afuera, los niños jugaban con Leo y entre ellos, bajo la supervisión de Silphy, Ariel, Nanahoshi, Elinalise y Anne, además de las alternas.

— Por cierto, ¿y Roxy?, preguntó Ariel.

— Está en la universidad, dijo Silphy, momento en que llegó la Silphy alterna.

— Disculpen, majestad, me gustaría hablar con usted a solas, por favor.

— Si le haces algo lo vas a pagar caro, le dijo Silphy.

— Ya, tranquila, nada pasará, le dijo Ariel.

Mientras se iban más allá.

— Oye Silphy, ¿por qué tan agresiva con tu gemela?, le dijo Elinalise.

— Ella se comporta raro, abuelita. Es muy celosa, odia a Nana, y me da miedo que le haga algo.

— Jajaja, querida, tú eras igual, ¿lo olvidaste?

— Claro que no.

— ¿Quieres que te lo recuerde?

— ¿Qué cosa?, preguntó Nana.

— Cuando estabas enferma y Rúdeus te llevó a casa, Silphy me pidió que fuera a vigilarlos para que no hicieran nada, o cuando Rúdeus te abrazaba, Silphy se ponía roja de ira.

Recuerdas Silphy cuando le dijiste "mujerzuela de cuarta", o "pelinegra degenerada", o "gata rompe hogares", o "yegua pelinegra", o "enmascarada come hombres".

— Eso decías de mí, Silphy, le dijo Nana sorprendida.

— No, cariño, no, la abuelita lo saca de contexto.

— Claro que no, tengo buena memoria, bueno, al menos desde que Kalman y Perugius me sacaron de ese cristal(…) dijo Elinalise.

— No puedo creer que dijeras eso de mí, le dijo Nana algo molesta.

— No, amor, lo siento. Era en el tiempo en que no sabía de tu conexión con Rudy, amor, lo siento, era una niña tonta en esa época, dijo Silphy abrazando a Nana.

— Mmm, eres igual que esa loca, le dijo Nana.

— Sí, sabes que estoy loquita, le dijo Silphy besándole el cuello.

— Ya no empiecen aquí, las regaño Elinalise.

— Oye Silphy, siempre me ha gustado lo suave de tu cabello, se siente como acariciar un cachorro, dijo Nana.

— Sí, es su parte Ferál, dijo Elinalise, los elfos tenemos el cabello igual que los humanos.

— Con razón Eris se la pasa acariciándote el cabello mientras tienes tu cabeza entre sus senos , le dijo Nana.

— ¿Me perdonas?, le dijo Silphy.

— Sabes que sí, tontita.

— Jejeje, me recuerdan a mí con Ghislaine cuando ella estaba en celo y entrábamos desnudas a la tienda de Paul y entonces… (...)

— Abuelita, no quiero saber de eso, le dijo Silphy.

(...)

Mientras Silphy alterna se sentaba junto a Ariel.

— Vaya, la Roxy de tu mundo es igual que la nuestra, ahí está enseñándole a los niños.

— Bueno, sí, también es profesora, dijo Silphy alterna.

— Y bien, ¿qué quieres saber?

— ¿Tus hijos son de tu Rudy?

— ¿Se lo vas a decir a Silphy o a Rudy?

— No, te lo juro.

— No sé si confiar en ti, sabes, aún tengo enemigos internos que, si bien ya no tienen poder, podrían tratar de atacarme, ¿lo sabes cierto?

— La Ariel de mi mundo también tiene un hijo y nunca ha dicho quién es el padre. Sospechamos que es de Luke por su parecido, sin embargo, Su Majestad nunca lleva al niño con Luke, a menos que no sea de él. Como sea tú viajas para ver a este Rudy y tus hijos estén con el .

— Ya veo, ¿y tu Ariel ama a Luke?

— No, ella no ama a nadie, solo busca su conveniencia.

— Ella es lista.

— ¿Entonces? …

— Si le preguntas a Rudy te dirá que no recuerda haberlos concebido y es verdad, dijo Ariel.

— Entonces no son de él.

— ¿Cómo conocí a tu Rudy en tu mundo? Le preguntó Ariel.

— Umm… la primera vez que hablaste con él fue cuando Rudy fue a pedir mi mano.

— Ya veo, él nunca hizo eso aquí, y nos conocimos de otra forma. Lo había visto dar vueltas un par de veces , pero no me llamaba la atención al principio. Fue cuando derrotó a Nina Farion y después a Badigadi que me empezó a interesar , pero no hice nada porque Silphy estaba enamorada de él. Entonces, un día, mientras iba a mi tienda favorita por unos callejones, me lo topé frente a frente. Venía tocando ese instrumento de su mundo y cantando, con su horrible voz cuando canta jajaja, venía con esa túnica desaliñada y sentí algo en el estómago cuando él me miró. No sé si te diste cuenta, pero tu Rudy y el mío miran diferente.

— Sí, ya me di cuenta, pero mi Rudy es más tierno.

— Claro, le dijo Ariel, bueno, como sea, de ahí empecé a mirarlo con más atención. De hecho, cuando lo veía con Nanahoshi me sentía molesta, pero no por Silphy… bueno, sí, también por ella, pero me molestaba verlo con ella, y además él odiaba a los nobles, y de hecho creo que aún los odia un poco, dijo Ariel.

— Pero ¿cómo te enamoraste de él?

— Sabes, ya tuve esta conversación con Silphy.

— Pero no conmigo, le dijo la alterna .

— Pero, ¿por que te preocupa? no es tu Rudy, el tuyo no tiene nada que ver con el mío, ¿o acaso te gusta él?, le dijo Ariel.

—¿ Él? , jaja, ¿cómo podría gustarme?

— Porque eres Silphy, de otra realidad, pero sigues siendo Silphy. De hecho, cuando entraron en sus recuerdos, Silphy pidió acostarse con él en su antiguo cuerpo, después me confesó que lo hizo porque quería que Rudy fuera suyo en todas las realidades.

— Entonces esa Silphy quiere estar con el mío.

— No, dijo que tu esposo le recuerda a Daríus Silva Ganius, y de hecho a mí también, cuando sonríe. Eso no es muy excitante, o tal vez es que nos acostumbramos a este Rudy. A lo que voy es que sé que este Rudy, el nuestro, te atrae, Silphy, y lo ocultas bajo tu velo de hostilidad.

— ¡Mentira! , no soy infiel.

— Claro que no, lo que te pasa es que viste otro Rúdeus y como amas a Rudy más que a nada, te pone celosa verlo conmigo y Nanahoshi, por el simple hecho de que es Rudy, y no importa que sea otra persona, otra alma o lo que sea, a ti te gusta este Rudy, ¿no es así? Jejejejeje.

— ¡Claro que no, y no estamos hablando de mi! (...) lo siento majestad, entonces tus hijos son de Rudy o no?

— Sabes Silphy, Rudy se fue a Lapam sin avisarle a nadie, y dejó a Silphy sola. Yo estaba molesta con él, sin embargo Silphy siempre supo que él regresaría con su familia y con Roxy. Recuerdo que aún tenía rostro juvenil cuando se fue y cuando regresó su piel estaba bronceada por el sol de Begarit y había crecido, era más alto que Luke, y su cara era la de un hombre, la de un guerrero que había visto la muerte a los ojos. Poco después él se casó con Silphy, que ya tenía una gran barriga, y con Roxy. Ese día le pedí a Luke que lo desafiara a un duelo y Rudy lo derrotó con suma facilidad. Sabes, te diré un secreto, esa noche me masturbé toda la noche pensando en él, en Rudy, un hombre, jajaja. Nunca me gustaron los hombres hasta que lo conocí, siempre me acostaba con Kleene o con Elmore para satisfacerme, pero ese día algo cambió en mí, empecé a enamorarme de Rudy, sin embargo era tarde, me di cuenta de mis sentimientos demasiado tarde.

— ¿Dices que la Ariel de mi mundo no ama a Luke?

— No, seguramente tiene varios amantes o se acostó con varios tipos nobles para tener descendencia, y estoy segura que se lo propuso a tu esposo, y él debe haberse negado.

— Rudy jamás me dijo algo así.

— Porque te ama, además yo me conozco.

— ¿Y tú, por qué lo amas tanto entonces?

— Uuuf, Nanahoshi se enfermó, y Rudy la amaba. Él arriesgó su vida y se batió en duelo con Atofe para salvarla, el príncipe Zanoba dice que Rudy derrotó a toda la guardia de Atofe y estaba dispuesto a todo para salvarla, y yo quería eso para mí, alguien que me amara, pero no por ser la reina, sino porque me amara como soy, y desde ese día lo había decidido, rompí mi promesa con Silphy y decidí que Rudy sería mío, así fuera su amante en las sombras.

— Uuuum, pff.

— ¿Te enojaste?

— No sé cómo Silphy te perdonó.

— Porque sabe que mi amor por Rudy es real h verdadero . Tú aún piensas que yo soy la Ariel de tu mundo que solo quiere hijos por conveniencia, a diferencia de ella yo daría mi vida por Rudy, por eso Silphy y las chicas me perdonaron, excepto Nanahoshi, que si bien me acepta, no le agrado mucho.

— Ya me di cuenta.

— Traté de seducir a Rudy muchas veces, lo besé por sorpresa durante todo el camino a Ars, le mostraba las piernas, las tetas, mi ropa interior, pero el desgraciado no caía.

— ¿Y cómo cayó?

— No me siento muy orgullosa, pero me disfracé de Silphy y aproveché que estaba ebrio, además le di un afrodisíaco.

— ¿Lo violaste? No puedo creerlo, Nanahoshi me lo dijo, pero no le creí que hicieras algo así .

— Perdí mi virginidad con él y así pasó varias veces hasta que un día se dio cuenta, estaba tan asustado, pensó que lo iban a abandonar, de hecho Lord Orsted estaba preocupado por él y fue a verme, y desde ahí fui sincera con él, excepto esa noche en la cabaña.

— Mi Rudy jamás hizo algo así, bueno eso espero, dijo la alterna .

— Lo sé, es porque tu Ariel no lo ama, si lo hubiera amado, habría hecho lo mismo que yo.

— ¿Entonces son sus hijos o no?

— No confío en ti, lo siento Silphy del otro mundo.

— Te lo juro por la memoria de mi madre, y por mis hijos.

— En ese caso te lo diré.

— Espera, ¿vas a confiar en mí? ¿y si miento?

— Si eres como Silphy, y lo eres, sé que si juraste por tus padres e hijos no dirías nada (...).

Uuuuf Sí, ambos son hijos de Rudy. A Edward lo concebí en mi coronación. Debí drogar a Rudy ya que se la pasaba con las chicas, y a Sariel la concibió consciente, sin embargo no lo recuerda. Esa noche hicimos el amor, pero antes de venirme le di una droga que borra la memoria de las últimas 8 horas. De hecho le confesé que mis hijos son de él esa noche, pero él no lo recuerda.

— Lo que hiciste fue muy vil, horrible, desleal y canalla, ¿porque haces algo así? no sé cómo él te perdonó.

— Lo sé, sin embargo el destino de Rudy y mío es muy fuerte, como lo es con sus esposas.

— Espera, ¿estás diciendo que el destino de Rudy y Ariel es fuerte, pero por qué mi Rudy no se quedó con ella?

— Tal vez sean las almas, el alma de tu Rudy solo era compatible con ustedes tres y la de Rudy con nosotras cinco, o tal vez tú no dejaste a tu Rudy completar su destino con Nanahoshi y tu Ariel y ya es demasiado tarde para ello, dijo Ariel .

— Tú no respetas a tu Silphy, ¿cierto?

— Claro que la respeto y la amo, pero lamentablemente nuestro destino era así, te guste o no, inevitablemente esto iba a pasar porque Rudy también me ama.

Además, mi hijo tiene talento, míralo como practica con Roxy magia, es como su padre, él será un gran Rey, porque es el hijo de Rudy. Tú sabes que yo soy vil en mis acciones y solo busco el provecho, salvo por Rudy y su familia, y he visto cómo es Edward, no se parece en nada a mi familia, le gusta leer, la esgrima, la magia, es respetuoso, no pasa por encima de nadie, y míralo cómo ríe, ríe como su padre y tiene esa linda mirada, —dijo Ariel sonriendo mientras miraba a su hijo que la saludaba.

—Y Sariel, ella ama a Rudy, se parece mucho a mí, salvo por su cabello, pero también es una niña muy tierna, tan diferente a como nos criaron cuando era una niña. Si yo tal vez hubiese sido criada como una maldita persona normal, tal vez no sería tan, tan vil como soy a veces, en especial cómo llegué a la cama de Rudy.

— ¿Y él aún así te ama? No puedo creerlo.

— Cuando estaba embarazada de Sariel, Rudy se dio cuenta que espiaba en sus recuerdos y que me había acostado con él inconsciente.

Llego una mañana furioso, y fue muy duro conmigo, me regañó y me gritó como nunca antes me había gritado en mi vida, y yo solo me puse a llorar, y al final me perdonaron y me dejaron entrar a su familia.

— No sé si él es imbécil o tiene buen corazón.

— Creo que un poco de ambos, dijo Ariel. Rudy sabe que es el padre y su familia también, pero sigo negándolo a pesar de que me encantaría decirle, ¡si es tu niño! , pero voy a esperar un poco más. Grabel aún tiene partidarios de su lado, si bien sin poder, no quiero que ataquen a mis hijos y puedan ver una brecha política en la sucesión, a pesar de que Lord Orsted me dijo que si hacen eso él personalmente los matará, pero ya no quiero otro derramamiento de sangre.

— Tu Rudy me tocó el culo, dijo Silphy alterna .

— ¿Qué? ¿A que viene eso?

— Fue mi culpa, olvidé atarme el cabello, estaba en la cocina y él me besó en la mejilla y me dijo que era una bestia en la cama y me agarró el culo, casi me muero de vergüenza.

— Jajajajaja, eso explica la vergüenza que sientes cuando lo miras jajajajajaja.

— Mi Rudy jamás me ha dicho que soy una bestia en la cama, eso me tomó por sorpresa.

— Bueno, Silphy sí es una bestia en la cama, pero Eris está a otro nivel.

— ¿Qué?, ¿en serio?, ¿también te acuestas con ellas?

— Sí, es para afianzar el matrimonio o eso nos Dijo Elinalise.

— Sabes, se lo he propuesto a Eris y Roxy, pero rara vez acceden y solo con Rudy, solo Roxy un par de veces, pero no hay como convencer a Eris.

— Jajajaja, definitivamente son la misma Silphy, dijo Ariel.

—¿ Así que viste su vida anterior?

— Así es, y eso me hizo amarlo aún más, era un tipo común y corriente, aunque tenía cosas geniales como su camioneta, la televisión o la radio, y la comida ¡qué rica es la comida en ese mundo!

— Sí, nos dieron chocolates, son ricos, dijo Silphy.

— Jajajaja.

— De pronto llegó Edward y se tiró en los brazos de Ariel.

— ¿Qué te pasó, hijo?

— Nada, me cansé, entrené toda la mañana con tía Eris y ahora tía Roxy nos entrenó en magia, gasté casi todo mi mana, pero lancé un hechizo de tierra en silencio, se lo diré a papá cuando salga.

— Él estará orgulloso, mi niño, le dijo Ariel .

— Voy a dormir, mamá.

— Claro, hazlo mi amor, le dijo Ariel acariciando su cabello mientras Edward caía profundamente dormido .

— ¿Qué lo miras tanto, Silphy? le dijo Ariel.

— Nada, que me recordó a Rudy cuando éramos niños y él se dormía en ese árbol en la aldea Buena.

— He hecho cosas muy malas, Silphy, y tú lo sabes, sin embargo hay cosas malas que hice de las cuales jamás me voy a arrepentir, dijo Ariel acariciando el cabello de Edward. Cuando él sea Rey, sé que seguirá las enseñanzas de su padre. No pude elegir mejor padre para mis hijos que Rudy, y por lo mismo que no quería traerlo acá, Edward no le teme a Orsted. Una vez vine a hablar y este niño saltó en los brazos del Dios dragón cuando era un bebé, y con Sariel pasa lo mismo. Además, será conveniente que la familia real no le tenga miedo a su más poderoso aliado.

— Así que también lo hiciste por eso, le dijo Silphy.

— Sí, pero sobre todo, porque Rudy coge increíble, le dijo Ariel susurrando le al oído.

— Jajajaja, lo sé, él coge bien, digo mi marido, no tu Rudy.

— Jaja, tranquila, sé a qué te refieres, le dijo Ariel, mientras miraba la puesta de sol, mientras un poco más allá Silphy estaba abrazada con Nana, y Elinalise tenía a Clive en sus brazos.

— En ese momento llegaron al lado de las chicas.

— Vaya, ¿el príncipe se durmió?, dijo Nana.

— Sí, agotó su mana, le dijo Ariel.

— Para tener poco más de tres años es increíble que lance hechizos en silencio, dijo Elinalise.

— Salió a su padre, dijo Nanahoshi, pero Ariel se hizo la tonta.

— Uuf, la reunión ha durado mucho, ¿no creen?, dijo Roxy Alterna, que llegaba a su lado.

— Orsted debe estar preguntando hasta el más mínimo detalle, dijo Silphy.

— ¡Vaya, aquí estaban todos!, dijo de pronto Paul, que llegaba cerca de ellas.

— ¿Y tú qué haces aquí, rata inmunda?, le dijo Elinalise.

— ¿Y a ti qué te importa cucaracha bionica ? Vine a ver a mis nietos. Oh, majestad, no la había visto, dijo Paul haciendo una reverencia.

— Oh, no se moleste, Lord Paul, solo vine de chismosa a ver a esta gente del otro mundo.

— Sí, ya me lo imagino.

— ¿Perdón?

— Quiero decir, ya me imagino que estaría preocupada, alteza.

— Sí, ya veo.

— ¡Abuelito!, dijeron de pronto Lucy, Lara, Ars y Siegh, quienes corrieron sobre Paul y cayeron con él por la pequeña pendiente hacia abajo, mientras se ponían a jugar.

— Al menos ahora sé que Paul habría sido un buen abuelo en nuestro mundo, dijo Roxy Alterna.

— Sí, lo sé, dijo su Silphy.

— ¿Cómo murió Paul en su mundo?, preguntó Elinalise.

— Lo mató la Hidra mientras salvaba a Rudy. Él estuvo muy afligido por ello.

— Vaya, lo siento, dijo Elinalise, pero me cuesta imaginar a los niños sin ese idiota consentiéndolos!, dijo la elfa.

Jajaja, imbécil, era un demente cuando era un niño y míralo ahora, ¡es abuelo! Eso es lo que odio de los humanos, duran tan poco. De hecho, una vez una elfa me dijo que solo una vez había amado a un humano, fue feliz pero lo recuerda como un tiempo corto, sin embargo el dolor de su pérdida dura para siempre, dijo Elinalise.

— ¿Hablas de ti misma abuela?

— No, yo pocas veces sentí eso, sin embargo mi maldición no me dejaba pensar mucho en ellos, pero sé que veré a Cliff partir algún día.

— Al menos me alegra saber que yo no viviré tanto como tú, abuelita, y así no pasará tanto tiempo hasta que vuelva a ver a Rudy en el más allá, dijo Silphy.

— Tú amaste a Paul, ¿cierto?, le dijo Roxy Alterna a Elinalise.

— Jajaja, claro que no, solo era bueno para calmar mi maldición, solo eso, dijo Elinalise sonriendo mientras miraba a Paul.

— Pero sabes, a veces siento nostalgia por alguien que jamás conocí.

— ¿Que jamás conociste? ¿Como es eso?, preguntó Silphy.

— Sí, a veces sueño con un hombre de sonrisa amable, pero no recuerdo su rostro ni su cabello, solo sueño que me habla, y cuando despierto ya no recuerdo su cara, pero tengo una sensación de gran pérdida, como si él ya no estuviera.

— Tal vez es tu primer marido, abuela, ese elfo con el que te casaste.

— No, es alguien más, no es un elfo. En fin, tal vez son secuelas de mi encierro en ese maldito cristal, o tal vez es un recuerdo de Kalman o Perugius cuando me sacaron del cristal y me despertaron, dijo Elinalise.

— O tal vez es un recuerdo de la vida antes de quedar atrapada ahí.

— No lo sé y nunca lo sabremos, dijo Elinalise con una sonrisa.