— Bien, eso querías saber, Silphiette? Le dije.
— Sí, creo que ya puedo entender algo de lo que pasa en este lugar.
— No me digas — dije bebiendo mi trago.
— Siempre tienes que ser tan sarcástico? — me dijo inflando sus mejillas.
— Sí, a mis chicas les encanta mi sentido del humor, le dije .
— Mentira — dijo. — Seguro les molesta tu sarcasmo y tu sentido del humor, hoy Eris te golpeó por eso.
— Si, pero aún así me aman, así como tú amas a Sonrisa Degenerada — le dije.
— No le digas así a mi Rudy. (....) Oye, Rudy, ¿mi esposo es reencarnado también, cierto?
— No lo sé, pregúntale y sal de tu duda, Silphy, le dije evitando ese tema .
— Lo hice, pero lo niega.
— Te daré un consejo, Silphiette, le dije .
— Sí, ¿cuál?
— No seas entrometida, si él no quiere contártelo es o porque no quiere o porque simplemente no lo recuerda. Todos somos reencarnados, simplemente yo conservo mis recuerdos, tal vez el no recuerda nada .
— No me trates tan rudo, me haces sentir mal, me dijo con carita de pena.
— No eres mi esposa y me da lo mismo — le dije.
— ¿Por qué eres tan antipático conmigo?
— Porque tratas a Nanahoshi mal, y cuando estuve en tu mundo te comportaste como una maldita perra con ella, le dije .
— Lo siento, es que te veo, y eres Rudy, sé que no son el mismo, pero no puedo evitarlo.
— Ufff, Dios, compadezco al pobre de japo — dije en español bebiendo mi trago.
— ¿Qué dijiste? — me dijo Silphy sonriendo.
— Nada.
— Sabes, no soy estúpida. Mi Rudy habla con Nanahoshi en la lengua de ella, eso no fue lengua dracónica, y tú no la hablas tan fluidamente como Rudy y Nanahoshi. Esa es la lengua de ella.
Tragué saliva sonoramente.
— No sé por qué mi Rudy lo oculta. Él no era un asesino o un criminal en su otra vida, ¿cierto? — me preguntó .
— No lo sé, él no me dijo nada, y él ayudó por años a Nanahoshi. Y si es que yo, que tengo facilidad para los idiomas el debe ser igual , es solo eso, le dije .
— Ya veo, bien, será mejor volver con mi Rudy.
— Oye, Silphy, cuando regreses podrías darle algo a Nanahoshi de tu mundo de mi parte, le dije .
Ella se volteó y me sonrió.
— Claro que no, — me dijo, y siguió caminando.
— Maldita perra — dije.
— ¿Qué dijiste, Rudy?
— Nada, — dije Adiós, bella.
— Oh, gracias — me dijo con una falsa sonrisa.
— Aagh, maldita amargada — dije entre dientes.
—¿ Todo bien, Rúdeus? — me dijo Ruidjerd, que se sentó a mi lado con Lucelia.
— Sí, esa Silphy del otro Rúdeus es una psicópata, me asusta, le dije .
— Sí, bueno, son raros, pero son buenas personas, me dijo mi cuñado .
— Si tú lo dices — dije tomando a Lucelia en brazos.
— Vaya, te pareces mucho a Norm, Lucelia, salvo por el cabello y la piedra en tu frente. Oye, ¿por qué aún no abre los ojos? ¿Está bien?
— No te preocupes, es normal en los bebés Superd, me dijo Ruidjerd .
— Ya veo. Oye, ya tiene dientes.
— Sí, les salen antes que a los humanos.
— Ya veo, dije .
— Te noto preocupado, ¿está bien, Rúdeus?
— Sí, es que esta noche me toca con Eris y Roxy, me van a hacer de todo y me dejar seco!(…) Oh, lo siento, Ruidjerd, no debí decirte eso.
— No te preocupes, — me dijo Ruidjerd sonrojado.
Esa noche todos siguieron hablando hasta que finalmente papá, mis madres, Norm y Ruidjerd se fueron a sus casas. Rúdeus alterno se fue a dormir con sus esposas a las habitaciones que les habíamos asignado, y Aisha esa noche no fue a ver a Alek qué estaba en una misión y decidió quedarse con Lara, Lucy, además de Chris y Lily.
Mientras yo me quedé solo en la sala frente a la chimenea.
—¿ Todo bien, Rudy? — me dijo de pronto Silphy a la que ni escuche bajar .
— Sí, orejitas. ¿Pensé que estabas durmiendo con Nana? .
— Sí, pero quería leche y vine por un vaso. tú tampoco as ido a dormir .
— Solo estaba pensando, le dije .
— ¿En qué? ¿En la gente del otro mundo?
— No, en lo último que quiero pensar es en esa loca de tu alterna malvada. Jajajaja.
— Ummm, ya veo.
— Pensaba en Lucy y en Lara. El próximo año Lara entra a la universidad, espero que no estén discutiendo entre ellas y se comporten.
— Tranquilo, ellas lo harán bien, me dijo .
— Uuff, Ars cumplirá 5 años, papá ya tiene lista la espada que le va a regalar. Jajaja, el viejo siempre regala lo mismo, como cuando cumplí 5 años. ¿Recuerdas, Silphy? Aunque te pusiste a llorar porque Roxy dijo que se iría al otro día, ¿recuerdas?
— Eeeh, sí claro .
— Aunque después ocupaste su habitación y te colabas en la mía las noches de tormenta elfa cochinota. Jajajaja — le dije agarrándole el culo mientras ella dio un saltito y se puso muy roja .
— No hagas eso, Rudy.
— ¿Por qué? Ese hermoso culito es mio .
— ¿Nos pueden ver los alternos? Me dijo.
— ¿Y que? no dirán nada, salvo si nos ve la psicópata de su Silphy. Jejejeje.
— Uum.
— Como sea, Ariel vendrá con los niños , ademas invitaré a Luke con Tris, junto con Armand y Valentina, y obviamente a toda la familia. Espero que venga Ghislaine. Y después de eso, July cumplirá 15 años. ¡Puedes creerlo! Es toda una mujer.
— Sí, creció rápido.
— Esa chica ama a Zanoba y Ginger también. Le ofrecí hacerle un dispositivo como un collar parecido al dispositivo que usa Elinalise para su maldición, así podría disminuir su fuerza y acostarse con ellas, dije .
— Dios, Rudy, July es una niña.
— Lo sé, pero los enanos se desarrollan antes. Ellos alcanzan la adultez a los 12 años. Lo digo por ellas, se nota que aman al flaco, le dije .
— Ya veo.
— En fin, pensaré en ello luego de enviar a los chicos a su mundo. Perugius debería tener todo listo pasado mañana.
— ¿Qué piensas de ellos, Rudy?
— El otro Rúdeus es un buen tipo, o al menos fue buena persona conmigo. Su Roxy es muy parecida a la nuestra, y su Eris es igual de agresiva. Solo tú cambias. Debe ser porque ese idiota le lavó el cerebro cuando era niña. ¿Puedes creer que la moldeó para ser su esposa ideal?
— Si tú no me veías así, Rudy, como tu esposa Ideal .
— Lo siento, orejitas. Eras mi hermanita en esa época, pero sabes que te amo más que a mi vida ahora, y tú sabes lo importante que eres. Sin ti, amor, esta familia no habría podido funcionar, le dije .
— ¿Hay algo que te preocupe, Rudy? Te noto raro.
— Jeje, tú sabes leerme como un libro, amor. Me preocupa la Nanahoshi de ese mundo. Desearía poder decirle que todo va a estar bien y que va a regresar . Ella está bajo el cuidado de Perugius, y este Rúdeus me dijo que siempre la visita con Zanoba y le prepara comida de su mundo. Uuff, jajaja. Sabes, cuando morí en Japón hace tantos años, lo último que vi fue la mirada de Nanahoshi mientras yo estiraba mi mano para tratar de sacarla de ese camino mientras ella abrazaba a Akito. Lo último que recuerdo es que nos miramos a los ojos y… pam, todo negro, y a los minutos esa luz y el rostro de mis padres. No volví a pensar en Nana por años hasta que la vi nuevamente en la universidad. Pensé que ella había muerto con ese chico.
Será mejor no pensar en eso, lo que pase con la Nanahoshi de ese mundo lamentablemente está fuera de mis manos, solo espero que esta gente no le haga la vida imposible, — dije.
— No lo harán, — me dijo Silphy algo enfadada.
— ¿Estás enojada, Orejitas?¿ Quieres un rapidin antes de irte a dormir?
— Eeeeeh No gracias , y no estoy enojada es que solo no creo que sean tan malos.
— No lo son, son buena personas, es solo que ellas están acostumbradas a ese Rúdeus y ustedes a mí — dije sonriéndole.
— No te preocupes, esa Nanahoshi va a regresar a su mundo, me dijo Silphy .
— Lo sé, por eso debemos regresarlos pronto; ellos deben matar a Hitogami. Quiero a ese hijo de puta qué trato de lastimarla muerto en todos los multiversos — dije. — Lo único que lamento es que no estaré en este mundo cuando Orsted acabe con el bastardo.
Silphy me acarició el cabello como cuando éramos niños, cuando le dije eso .
— Bueno, vas a subir o no hasta que hora te espero — dijo de pronto Eris, que bajó en lencería negra.
— Sí amor, ya voy, lo siento me quedé hablando con Orejitas.
— Vamos, Roxy nos está esperando, ¿y tú Silphy qué haces aquí? ¿No estabas con Nana? Le preguntó Eris.
— Bajé a beber leche.
— ¿Por qué no subes con nosotros, te nos unes y bebes leche ahí arriba? — le dijo Eris con una sonrisa.
— Eeeh, Jejejejeje(…) mañana — le dijo Silphy.
— Bien, ya sube Rúdeus, — me dijo Eris.
— Bien, bien, subiré(…) dije subiendo al segundo piso.
— ¿Vas a subir? — le dijo Eris a Silphy.
— Voy por la leche y subo.
— Bien, buenas noches amor — dijo Eris tomando a Silphy y dándole un furioso beso, que Silphy respondió de manera furiosa también.
— Oooh, qué rico, hace tiempo no me besabas así, Silphy, le dijo Eris .
Silphy solo sonrió y fue a la cocina.
Al otro día desperté como zombie, fue tan fuerte la acción de anoche que no fui a trotar.
Cuando llegué a la cocina después de ducharme, mis esposas y los alternos me quedaron mirando.
—Santo cielo, pareces un zombie, Rudy. Si Milla Jovovich te viera, te metería un tiro en la cabeza —me dijo Nana, provocando la risa del Rudeus japonés, quien fue mirado de manera extraña por sus esposas.
—¿Entendiste esa referencia? —le dije en japonés, y el tipo asintió con una sonrisa.
—¿Dónde está Eris? —pregunté.
—Salió a trotar con Eris del otro mundo y fueron con Lara y Ars arriba de Leo —me dijo Silphy.
—Uuf, ya veo —dije lanzándome una curación y tirándome en una silla .
—¿Dónde está Roxy? —preguntó Silphy.
—Está allá arriba durmiendo, de lo satisfecha que quedó —dije con una sonrisa.
—Comió mucho, papi —le dijo Lucy, a quien no había visto y estaba sentada con Clive bebiendo leche.
—Eeeeh, sí, amor, eeeeh… tú sabes que a mami azul le gustan los dulces y comió… eeeh… chocolate blanco.
—¿Existe el chocolate blanco, papá?
—Eeeeh, sí, amor. Tu mamá Nana invocó unas barras y se las dio.
Lucy se levantó furiosa y fue con Nana.
—Mami, ¿por qué no me diste?
—Eeeh, lo siento, amor. Eran pocas barras y… eeeh… tu mami Roxy me las robó.
—Mmm, egoístas —dijo Lucy enfurruñada y volvió a su asiento, mientras Nana llegaba a mi lado.
—¿Cómo se te ocurre inventar esa tontería, estúpido? Ten cuidado cuando hablas.
—Lo siento, no se me ocurrió otra cosa —le dije.
—Ahora Lucy le dirá a Lara y querrán que invoque eso, además, ¡ni siquiera es chocolate de verdad! Dijo Nana.
—Sí que lo es, se hace con manteca de cacao y leche. ¡Ya deja de fastidiarme! Le dije.
En ese momento, Roxy venía bajando, toda ojerosa, y los alternos empezaron a aplaudir cuando la vieron, poniéndola muy sonrojada.
—Ven a tomar desayuno, campeona —le dijo la otra Roxy con una sonrisa, poniendo aún más roja a mi Roxy.
Cuando llegaron las Eris tomamos desayuno, con Roxy sonrojada aún por las burlas por la cara con la que llegó.
— Mmm, estos bollos de crema están deliciosos —dijo el japonés—. ¿Los hiciste tú, Nanahoshi?
— Sí, los extrañaba de Japón y experimentando con Aisha y Rudy logramos hacerlos más o menos parecido —respondío.
— Ya veo, el te apoya mucho por lo que veo, le dijo el alterno .
— Claro, él me ama —dijo Nana mirándome con una sonrisa.
— Tú, ¿por qué nunca nos cocinas? —le cuestionaron las alternas a Nobita.
— Porque yo ni sé cocinar, chicas. Este tipo era un soltero en su otra vida; sabía cocinar, ya dejenme disfrutar esto en paz.
— Sí, por cierto, ¿a qué te dedicabas en tu otra vida? —me preguntó la Roxy alterna.
— Era un actor porno, me llamaba Jordi.
— ¿Qué es eso? Preguntó curiosa.
— No le hagas caso, Roxy; mi marido en su otra vida era un pobre idiota —dijo Nana mirándome con reproche.
— Él era un alquimista —le dijo el otro Rúdeus.
— ¿Y tú cómo sabes eso, Rúdeus? —le preguntó Eris.
— Él me lo dijo.
— Increíble, ¿descubriste la piedra filosofal o a transmutar metales en oro? —me preguntó Roxy alterna impresionada.
— No, era químico, y qué curioso que en este mundo también exista esa leyenda —dije.
— ¿Cómo la piedra filosofal es una leyenda? Dijo Roxy.
— Me temo que sí —le dije—. En mi mundo jamás lo lograron y ahí éramos 3000 años más avanzados que acá, aunque descubrimos muchas cosas, y eventualmente la alquimia se volvió química, una ciencia.
— No entiendo —dijo Silphy alterna—. ¿Y qué descubrieron?
— Pues pólvora, aleaciones metálicas, medicinas, armas, venenos, tintas y muchas cosas así —dije.
— ¿Armas como las que le fabricaste a Nanahoshi? —preguntó Eris.
— Esas son armas de mano, no es nada comparado con las cosas de ese mundo: barcos de guerra, submarinos, satélites, tanques, aviones de guerra, bombas atómicas. Ja, ahora que lo pienso, mi antiguo mundo era aterrador —dije—. Solo basta que un chiflado se haga con el poder en Rusia, China o Estados Unidos y la mierda nos va a llegar al cuello —dije recordando ese mundo.
— A mí no me pareció tan malo —dijo Eris—. A mí me gustó.
— Oye, papi, ¿cuándo vamos a entrar a tu mente? —me dijo Lucy.
— Cuando estés más grande, hija. La mente de papi se vuelve inestable cuando entran a mis recuerdos y me puedo asustar si te veo al principio .
— Sí, el "Me llamó duende" pierde la conciencia unos segundos; de seguro te va a ver, hija, y no te va a reconocer —le dijo Silphy.
— Vaya, me gustaría ver —dijo Eris alterna.
— Claro que no —les dije—. Además, mañana deben regresar chicos .
— Oye, papi, ¿qué es actor porno? —preguntó Lara.
— Eeee, eh… bueno, hija, verás… —en eso Nana se acercó a mí y me dio un coscorrón—. No le hagas caso a tu papi, hija; eso era… eeeh… ¿cómo explicarlo? Una persona que actuaba de pobre.
— Ooh, ya veo, ¿pero papi era actor?
— No, hija, era… científico; tú ya lo sabes, mi niña —dijo sonriendo para luego mirarme con reproche—. Deja de hablar estupideces delante de mis hijas, idiota.
— Lo siento, amor —le dije mientras mis otras esposas me miraban feo.
— Eso te lo mereces por idiota —me dijo el otro Rúdeus en dios bestia para que nadie nos entendiera.
— Este sándwich está rico, ¿qué es? —dijo Eris alterna.
— Es carne con cebolla caramelizada y un huevo frito —le dije.
— Vaya, es muy bueno.
— Sí, aunque habían mejores —dije recordando mi otro mundo y cuando salía con Lucho, Sergio y mi hermano a una fuente de soda cuando éramos adolescentes.
Después de desayunar, decidí ir a practicar espada mientras Eris les enseñaba a los niños. —Cuando llegué, Eris alterna apareció a mi lado.
— ¿Puedo practicar contigo, pelos blancos? —preguntó.
—Claro.
— ¿Por qué te quedaron los mechones así? —preguntó ella.
—Ya les dije, gasté todo mi mana en la batalla. Usé mana más allá de mis límites; usé tres veces la quinta técnica de Reidar para separar la armadura de ese bastardo de Badigadi.
—Ya veo —dijo, lanzando una feroz espada de luz que apenas rechacé.
—Jaja, eres tramposa, igual que mi Eris, le dije.
—Ya cállate —dijo, volviéndome a lanzar la espada de luz. La rechacé con fluir y le di un contraataque con mi espada de luz.
—Jaja, maldita. Así que también eres un Santo del Filo. Así qee así sería mi Rúdeus si hubiera despertado su aura de batalla; él nunca pudo.
—Lo sé. Traté de enseñarle cuando estuve en tu mundo, pero no pudo hacerlo —dije, lanzándole la Cruz Brumosa, que ella rechazó.
— ¿Tendrá que ver con su reencarnación? Él dice que no le gusta recordar esa vida.
—Él debe haber sufrido mucho en ese mundo. Déjalo ser feliz —le dije.
—Ya veo —dijo, lanzándome una espada de luz junto con otra espada, usando la misma táctica que usó contra Orsted.
—¡Espada de la Previsión! —dije, desarmando a Eris y rechazando su ataque. Ella cayó de culo.
— ¿Estás bien, Eris? —le pregunté, ofreciéndole mi mano.
—Sí, pero podrías ponerte una camiseta al menos exhibición isa, me dijo mirándome el six pack .
—No, me gusta entrenar así. Además, ¿de que te preocupas? Tengo el mismo cuerpo que tu esposo; somos la misma persona, bueno, salvo por el alma, ya sabes, le dije .
—Sí, supongo… —dijo—. Tu Eris me dijo que cuando niños le regalabas figuras para que estudiara y le contabas historias de tu mundo.
—Sí, así es. ¿Por qué preguntas? ¿quieres que te cuente una historia?
—Bueno, pero hazlo mientras entrenamos —me dijo.
—Bien, déjame recordar… —dije mientras nos trabábamos en esgrima cercana—. Pues, hace muchos años hubo un lugar llamado Troya, entonces… —y así le conté la historia—. Finalmente, Aquiles murió con una flecha en su único punto débil, su talón; sin embargo, los griegos terminaron ganando la guerra y quemaron Troya hasta las cenizas.
—Vaya, qué buena historia. Con razón tu Eris dice que eres bueno contando esas cosas.
—Sí, lo hacía para que estudiara y no me golpeara. Ella era violenta, a pesar de que siempre fui amable con ella, le dije .
—Es porque te amaba, idiota.
— ¿Y cómo demonios iba a saberlo si me golpeaba ? —le dije.
—Sí, bueno, era una niña estúpida.
—Eso no es cierto, siempre has sido lista, Eris. El problema es que eras muy caprichosa y orgullosa para darte cuenta de que podías aprender de otras personas.
—Ya cállate —dijo, atacándome con la espada de luz.
—Vaya, tú aún te comportas así. Jejeje, me recuerdas a Eris cuando recién regresó del Santuario de la Espada —le dije.
— ¿Qué hiciste cuando la viste nuevamente?
—Orsted estaba dudando si matarme o no, aunque hace poco me dijo que estaba por perdonarme la vida. —Cuando mi Eris lo atacó, cuando la vi, le di una sonrisa—. Después de la batalla, ella me evitó por unas semanas, y cuando me la topé frente a frente, le di un beso y ella me golpeó.
— ¿No le tocaste las tetas?
—No, no la veía hace cinco años. ¿Por qué haría eso? Le dije.
—Pero la besaste.
—Sí, porque ella me salvó la vida y te veías tan hermosa, no pude evitarlo.
—Mmm, mi Rúdeus me tocó las tetas.
—Jajaja ha veo. Después de eso, organizamos la boda y nos casamos en una ceremonia. Ella se vistió de blanco; se veía hermosa.
—Yo no hice eso.
—Sí, bueno, mi Eris dijo que no lo hiciéramos, pero yo insistí. Habíamos tenido una hermosa ceremonia con Roxy y Silphy y no quería dejarla fuera. De hecho, la única que no quiso una ceremonia fue Nana, aunque sí hicimos una fiesta —dije, mientras la volvía a desarmar.
—Uuf, maldición, eres poderoso. Creo que podrías derrotar a Jino Britts —me dijo.
—Él me agrada; no quiero combatir con él, le dije .
— ¿Lo conoces?
—Sí, durante la proclamación lo conocí junto con mi padre, un tal Timothy.
—Ya veo, dijo Eris alterna, pero en ese momento mi Eris llegó a mi lado.
—¿Qué te está diciendo esta, Rúdeus? Me dijo mi Eris abrazándome.
—Nada, Eris.
—Él es mío, no lo mires.
—Nadie lo está mirando, no es la gran cosa. Mi Rúdeus es igual y no tiene cabellos blancos, míralo, parece un Dragonfolk, dijo la alterna alejándose.
—¿Qué te decía esa fea? Me dijo Eris.
—Es idéntica a ti Eris.
—Sí, pero carece de mi encanto.
—¿Cuál encanto? ¡Auch! No me pellizques el trasero, ¡auch! Duele, Eris.
—Ummm, abrázame.
—Oh, chica traviesa —dije, abrazándola mientras Eris me toqueteaba la espalda y yo le agarraba el culote.
—Suelta a mi papi —escuché de Proto y Christina estaban cerca nuestro, inflando las mejillas.
—Jaja, mi niña celosa —dije tomándola en brazos.
— ¡Aléjate, papá es mío! —dijo Chris inflando sus mejillas.
—Yo lo conozco primero que tú —le dijo Eris.
—Oye, qué te pasa, Chris solo tiene dos años, relájate Eris —le dije.
—Bien, pero Rúdeus es mío —le dijo Eris.
—Vete de aquí, papi es mío, le dijo Chris .
Eris solo la miró, le sonrió y le hizo cosquillas, pero Christina estaba muy enojada.
—¿Dónde está Lily? —pregunté.
—Ella está desarmando juguetes. Lily, tonta, se perdió en casa.
—No le digas así a tu hermana.
—Ella es mala, me tiró el pelo dijo Chris .
—Ya dejen de pelear, y tampoco te pelees con Sariel cuando venga, le dije besándola en las mejillas y levantando la en mis brazos mientras ella dabas risas de felicidad .
Esa tarde devolví sus espadas y armas a los alternos al ver que ya no serían una amenaza. Incluso le reparamos la Mark II a Rúdeus; Zanoba y July la habían reparado rápido, aprovechando que Cliff estaba de visita.
Esa tarde, mientras las chicas cocinaban y los niños jugaban bajo la supervisión de las Eris, yo leía un libro que Nana había invocado de nuestro mundo, sentado en el corredor trasero de mi casa.
—¿Qué lees? me preguntó Roxy.
—Hola, mi amor —le dije.
—No soy tu Roxy.
—Por favor, tómate el cabello, no quiero confundirte, besarte y agarrar tu culito.
—No digas eso —dijo, sonrojada mientras se tomaba el cabello —. ¿Siempre haces eso?
—Sí, me gusta leer, le dije .
—Me refiero a tocarle el trasero a tu Roxy.
—Sí, ella me lo niega , pero sé que le encanta —le dije.
—Ya veo, ¿qué lees?
—Un libro del mundo de Nana, se llama Una breve historia del tiempo, de Stephen Hawking.
—¿De qué se trata?
—Pues, de cómo se creó el universo y los agujeros negros.
—¿Qué es un agujero negro?
—Pues, es difícil explicarlo, mi Roxy aún no lo entiende bien —le dije.
—Papi, ¿qué lees? —me dijo de pronto Lily qué llego a mi lado .
—Este libro, amor.
—Oh, el señor de lentes parapléjico, ¿ese no es el más inteligente de tu mundo, papá?
—Sí, Lily, al menos según recuerdo mientras vivía ahí —dije.
—¿Puedo leerlo contigo?
—Claro, amor —dije, subiéndola en mis brazos.
—No entiendo estas letras, papá.
—Está en castellano, amor. Déjame leerlo para ti. Bien, aquí dice: “Vivimos en un universo extraño y maravilloso…”y así les leí el primer capítulo.
—Vaya interesante papá, enseñame a leer para poder leer tus libros.
—Claro amor, eres un ratón de biblioteca como tu mamá azul, le dije.
—No le digas así a mami azul, voy a jugar papi, me dijo Lily.
—Si juega en el salón Lily si vas a salir a algún lado avisanos.
Esa niña tiene un pésimo sentido de orientación, pero es una genia como tu Roxy.
—Bueno no es mi lily ni soy tu Roxy pero gracias Rudy.
Puedes seguir leyendome ese libro?.
—Claro, dije leyendo dos capítulos más.
—Uuf no entendí mucho, pero el mundo no tenía solo 10 mil años, ahí dice 14mil millones de años, eso es mucho Rudy .
—Bueno el colapso de los mundo fue hace 10 mil años, pero Orsted dice que antes de eso había civilizaciones por muchísimo tiempo antes del colapso , ademas esta historia es del mundo donde vengo donde no hubo ese cataclismo , le dije.
—Es interesante, lastima que no pueda llevarme eso libros conmigo, dijo Roxy alterna .
—Lo siento, Orsted dijo que no podían llevarse el conocimiento de acá, le dije .
—Ya lo se. (....) oye es cierto que tu Roxy fue tu primer amor? Me preguntó .
—Jaja si, y tu fuiste el primer amor de tu Rúdeus, le dije .
—No lo creo el solo era un niño pervertido.
—Pero te ama, le dije .
—Lo se tuve suerte, pensé que me quedaría sola el resto de mi vida.
—Lo se, mi Roxy me dice lo mismo.
Cúando recién la conocí me pareció la mujer más hermosa que había visto en mi vida, su pelo azul, sus ojos dormilones y su postura de que todos éramos unos idiotas menos ella, jajajajaja.
—Si lo siento por eso, me dijo Roxy .
—Ella Me gustó desde el primer día, y fue muy doloroso cuando te fuiste, llore mucho, y la verdad pensé en el fondo de mi corazón que jamás te volveria a ver, y si lo hacía, te habrías casado, pensé que con el tiempo dejaría de sentir eso, pero jamás te pude sacarte de mi corazón Roxy.
Por eso cuando te volví a ver en Wind port no pude evitar besarte y pedirte matrimonio, jajaja pero esa maldita elfa de Elinalise arruinó el momento, dije .
—Qué bello, lastima que yo jamás viví eso con mi Rudy, dijo Roxy.
—Lo se, me lo dijiste cuando estuve en tu mundo, pero ten por seguro que el siempre te amo, le dije .
—Lo se pero me hubiera gustado que mi historia con el hubiera sido más parecida a la tuya con tu Roxy.
—Te diré algo, Roxy, pase lo que pase, el destino de todos los Rúdeus Greyrat del universo es estar contigo. Nuestros destinos siempre están entrelazados, le dije .
—Estás mintiendo. Tu destino siempre está de la mano con Silphy, dijo la alterna.
—No debería decirte esto porque mis esposas se pueden enojar, pero mi destino, fuerte como es, siempre me une a ti. De hecho, Hitogami siempre ha intentado impedir nuestra unión, y por eso trató de matarte y de separarnos. Así que no te sientas así, pero no le digas a nadie, le dije .
—¿Eso es cierto, Rudy?
Le cerré un ojo, y ella se puso roja y me dio una sonrisa.
—Háblame de tu mundo, me dijo .
—Es que es mucho que hablar, Roxy.
—Dime quién eras y qué te gustaba hacer, y las cosas que te sorprendían de ese mundo.
—Pues, bien, cuando era niño en ese mundo, yo… —Y así le conté, tratando de resumir, casi la misma historia que le contaba a Roxy cuando éramos niños y hablábamos mirando las estrellas en la aldea Buena. Ella me escuchaba con mucha atención.
—Eso es fascinante, Rudy.
—Sí, lo sé, pero amo más este mundo —le dije.
—¿Y por qué lo amas tanto? —me dijo de Proto mi Roxy, que apareció en la puerta.
—No es obvio, por ti, mi hermosa maestra —le dije a Roxy, tomándola de la mano y sentándola en mi regazo mientras nos dábamos un beso ante la mirada sonrojada de la alterna.
—Ya tienes 26 años, Rudy, qué masculino te ves, me dijo mi roxy acariciando me el rostro .
—Y eso que aún no llego a los 40. ¡Ahí te volveré loca por mí! —le dije, agarrándole el culito.
—Jejejeje, tonto.
—¿Oh te gustaba más a los 11 años cuando me besaste en Windport? Le dije.
—Deja de decir eso, ¡tú me besaste! Elinalise se burla de mí hasta el día de hoy por eso, dijo mi Roxy con sus mejillas infladas.
—No le hagas caso a esa elfa degenerada —le dije, volviéndola a besar.
—Creo que mejor me voy —dijo la Roxy alterna incomoda al vernos besarnos.
—No lo siento —dijo Roxy—. ¿De qué hablaban?
—Pues, de este libro, amor, y de mi otra vida.
—Oh, eso es interesante. Sabes, cuando estuvimos en su mente, Rudy… —Y así Roxy habló con su alterna mientras estaba en mis brazos, y así nos llegó el anochecer.
Esa noche cenamos nuevamente en familia todos, al otro día deberíamos llevarlos al Caos Braker. Durante la cena hablamos nuevamente entre todos. Ya en un ambiente más alegre desde que habían llegado, la Silphy del otro Rúdeus no se veía tan demente como los otros días, estaba en esa charla con Ruidjerd y Alek cuando llegó el otro Rúdeus.
—Oye, podemos hablar —me dijo.
—Claro —dije separándome de los demás, y fuimos a la otra sala.
—¿Pasa algo? Pregunté.
—No, solo quería agradecerte por tu hospitalidad y por ayudarnos, me dijo Nobita .
—Dame las gracias cuando regreses a tu mundo —le dije.
—Es que no lo voy a recordar, por eso quería decírtelo ahora.
—No hay problema —le dije.
—Oye, quería pedirte disculpas por cómo se comportaron Eris y Silphy cuando recién llegamos.
—Tranquilo, era una reacción normal, le dije .
—Pensé que nos ibas a matar —me dijo.
—Jamás mataría a las chicas, sean del mundo que sea —le dije—, solo quise asustarlo sin poco .
—Verte aquí me hizo pensar en mi otra vida, ¡sabes? .
—¿Vas a decírselos? Le dije.
—Eris solo sabe que soy reencarnado, no tiene idea de quién era, me dijo.
—Solo dilo, no debes decirle las cosas feas que hiciste , pero deberías ser sincero con ellas. Perdiste a tu Nanahoshi por no ser sincero desde el principio y no te quedaste con Ariel.
—Muy gracioso, pero Nanahoshi es como mi hermana, lo juro, y Ariel… ufff… ella es una tentación, pero ya es tarde, ella me lo propuso y me negué, le dijo el japo .
—Yo también me negué, pero aún así lo hizo conmigo, le dije.
—Es diferente, ella te ama. La Ariel de mi mundo no me mira cómo esta Ariel te mira a ti, y se comporta diferente, incluso sumisa contigo.
—Jajaja, ¿sumisa? Ella es lista, solo está actuando para hacerme caer en sus garras .
—No lo está, mi Silphy dijo que jamás la vio así… (….) ¿Y tal es ella en la cama? —me preguntó de pronto con una sonrisa perversa.
—Ufff… es la única que me suelta el pspspsp… fufufuf.
—En serio, genial —dijo babeando.
—Y está depilada entera, viejo. No es que no me gusten las pelucas de colores de las chicas, sobre todo ese rebaje que se hacen, se les ve muy lindo, pero Ariel es suave como… no sé cómo describirlo, no hay un indicio de pelo que te raspe, nada, es suave, y eso que estuvimos una semana en una misión y seguía siendo suave. No sé si tiene un instrumento mágico que la depila, pero diablos, es genial, besa increíble, y huele tan bien, y también dice obscenidades en el sexo eso me prende, uff la vieras cuando estamos con Silphy y Ariel, eso es veneno dle bueno amigo .
—Genial —dijo babeando.
—Y Nanahoshi, ella me encanta, tiene un culito y unas tetas qué… (…)
—No quiero saberlo —me dijo serio.
—¿Por qué?
—Porque a ella la respeto mucho, es japonesa como yo, nunca pude verla con esos ojos, me dijo el japo .
—Vaya, viniendo de un pervertido como tú, eso es sorprendente, le dije .
—Ya cállate —dijo mirando a mi padre, con Ruidjerd y Kalman quienes hablaban con Aisha y Norm a su lado.
—Me alegra ver a Aisha feliz, sabes, ella se la pasa con Ars en sus brazos, incluso permite que el niño le toque los senos.
—Ufff, tu Aisha era rara, trató de seducirme cuando estuve ahí, le dije .
—Lo siento por eso, también me decía cosas que rayaban el incesto , siempre odié eso y le decía que no lo hiciera, pero ella no cambia.
—Preséntale a un chico, o a Kalman, le dije .
—Ufff, voy a intentarlo. Creo que Aisha quiere ser madre y tomó a Ars como si fuera su hijo. El chico es muy apegado a Aisha, a diferencia del tuyo que es más independiente y se la lleva con Lucy y Lara, aunque el otro día lo sorprendí a tu Ars tocándole las tetas a tu autómata.
—Sí, lo sé, le gustan las ferales, es un furro de tomo y lomo, Saúrus estaría orgulloso de él, ni hablar de Phillip, dije sonriendo.
—Jajajajaja, lo sé, el viejo Saúrus, en el fondo era un buen tipo —dijo el japonés.
—Papá me contó que Saúrus, cuando tenía 13 años, embarazó a una esclava ferál y trató de huir con ella a Ranoa, fue capturado en el paso superior y separado a la fuerza de esa chica.
—¿Quién te contó eso? Pregunto el japones con curiosidad.
—Papá, cuando me casé con Eris, por eso Saúrus liberaba a las esclavas feráles y después les ofrecía trabajo. Papá me contó que la abuela Valentina le dijo que esa chica ferál fue el gran amor de Saúrus, nunca más supo qué pasó con ella.
—Dios, qué horrible.
—Lo sé, por eso si Ars se enamora de una ferál, no le diré nada —le dije.
—¿Y si es de Rinia o Purcena? Me dijo el japones con cara de preocupación.
—Eso sería horrible jajajaja, pero me da más miedo que se enamore de Lucelia.
—Oooh, ¡sí que sería un problema! —dijo el japonés riendo.
—Lo sé.
—Oye, Rúdeus —le dije al japonés.
—Dime.
—¿Puedes darle algo a Nanahoshi de tu mundo?
—¿Qué cosa?
—Toma —le dije pasándole una cajita envuelta en papel.
—¿Qué es esto?
—Una carta y algo para ella. Yo, cuando estuve allá, ella me ayudó, y creo que la hice feliz esos días, o al menos se veía sonriente, le dije .
—Olvidaré todo esto cuando me vaya, Rúdeus —me dijo.
—Lo sé, pero ahí dice que es para Nanahoshi, por favor, dáselo —le dije.
—¿Tanto la amas? Me preguntó.
—Creo que sí.
—Está bien —dijo guardando la caja en su abrigo.
—Así que Ariel te propuso tener un hijo con ella? Le pregunté al japonés.
—Sí, pero pensé que me estaba poniendo a prueba y me acusaria con Silphy.
—Jajaja, te perdiste de ella, amigo, y las chicas no te hubiesen abandonado.
—Jaja, sí, pero es diferente, yo no la amo y ella a mí tampoco, no como ustedes que se aman, me dijo .
—Ya veo.
—Así que (…) la armadura de Géminis y la armadura de Libra, el martillo de Thor, fusiles, pistolas, técnicas de Mortal Kombat… jajaja, me gustó esa técnica, de hecho, Norm la usaba.
—Yo se la enseñé —le dije.
—Ya veo, así que fuiste tú. Ella dijo que papá se la enseñaron en un sueño .
—Lamento que tengas que olvidarnos, le dije .
—Lo sé —me dijo.
—¿De qué país eras, Rúdeus?
—Era de (…).
—Oooh, ya veo, (…) la verdad solo lo conozco de nombre, jajaja.
—Lo sé, pensaste que vivía en el Amazonas de Brasil, maldito idiota, le dije .
— Jajaja, creo que será mejor no decir nada sobre mí aún, me dijo.
— Piénsalo, no vaya a ser cosa que por ocultarlo algo pase y debas revelarlo en una situación que no esperas o sea demasiado tarde, le dije .
— ¿A qué te refieres?, ¿dices que las chicas me pueden abandonar? Me preguntó.
— No, ellas jamás lo harán. Me refiero a que si no eres sincero, el destino se encargará de golpearte de otra manera. Si eres sincero, ellas lo entenderán y tu familia igual; de hecho, tu Zenith debe saberlo. Como sea, no esperes a que algo grave pase con tu familia para decirles la verdad, le dije.
— Uuuf, aún me cuesta, aún me cuesta aceptarme como Rudeus aún. A veces tengo pesadillas donde despierto con mi antiguo cuerpo y las chicas me rechazan y me miran con asco, me dijo .
— Quien fuiste en tu otra vida no importa, ya no eres la misma persona. Yo dejé mi pasado atrás apenas morí, no sé por qué tú no puedes hacer lo mismo, le dije .
— No es lo mismo, tú tuviste una buena vida, me dijo el japones .
— Por lo mismo, y aún así abracé esta nueva vida. No te miento, extraño algunas cosas, pero me desprendí de ello. Y para ti, cuya vida fue una mierda y miserable, debería ser más fácil aún desprenderte de ello, le dije.
— Lo sé, pero arrastro culpas y arrepentimientos que tú no, me dijo.
— No dejes que ello te frene . Esto ya te lo dije hace años, pero debes aceptarte quien eres ahora, y lo que pasó en la Tierra ya ni siquiera es tu pasado, es de otra persona, un muerto . Tómalo como experiencia de tu alma y eso te ha hecho crecer, a ti e incluso a mí, le dije .
— Trataré de recordar lo que me dices, gracias — le dijo dándome una palmada en mi hombro.
— Somos afortunados, ¿no crees? — dijo mirando a las chicas hablando.
— Claro que sí — le dije.
— Aunque envidio que tengas a Paul en tu vida, hubiese deseado tanto tenerlo conmigo compartiendo con mis hijos y mis hermanas.
— Lo siento — le dije.
— Le daré esto a Nanahoshi, lo juro — me dijo poniéndose de pie.
— Te lo agradezco — le dije.
Esa noche hablamos hasta que todos se fueron a sus casas y nos fuimos a dormir. Mientras el Rúdeus. Alterno pensaba en su cama .
— Todo bien, Rudy — le preguntó la Silphy alterna a su marido.
— Sí, todo bien.
— ¿Qué te dijo tu contraparte?
— Nada, solo hablamos de la vida y la familia, le dijo.
— ¿Y ese paquete?
— Jejejeje, es que me excitabas tanto, Silphy.
— ¡Hablo de ese paquete de allá ! — dijo apuntando al paquete que le dio Rudeus.
— Oh, se lo manda a Nanahoshi; me pidió que se lo diera.
— Uuum, ella ni siquiera sabrá que él existe.
— No lo sé. A veces Nana mira el anillo que él le dio antes de regresar a este mundo y sonríe, lo mismo cuando mira la estatuilla ; tal vez en el fondo de su corazón lo recuerda — dijo Rúdeus alterno.
— Ya veo. Vamos a dormir, mañana volveré a ver a los niños al fin — dijo Silphy, y así se durmieron.
A la mañana siguiente despertamos muy temprano; Almanfi, como si lo hubiera sabido, llegó a decir que todo estaba listo.
— Luego de un desayuno, todos se despidieron de mis hijos.
— Adiós, espero que tengan un buen viaje — dijo Lucy, y Lara solo les levantó la mano. Ars les dio un cálido abrazo, y Christina fue la más efusiva, abrazando al Rúdeus alterno, quien le devolvió el abrazo.
— Los veo del otro lado, hijos — les dijo Rúdeus japones con una sonrisa. También se despidió de Zenith, Lilia, Norm y Aisha.
— Adiós, papá — dijo Rúdeus , tratando de abrazarlo, pero Paul lo apartó.
— Aún no, los acompañaré al Caos Breaker — le dijo.
El japonés le dio una genuina sonrisa. También se despidieron de Elinalise y Cliff, que debían regresar a Milis; también de Roxy, que, bueno, ella no podía ir al Caos Breaker, y de hecho, tener ya una Roxy era un problema para Perugius.
Y así partimos rumbo al castillo del Rey Dragón. Podía ver a las alternas felices hablando mientras llegábamos a las ruinas; de ahí al Caos Breaker, donde también estaba Orsted con el demente, que parece el perro faldero de Orsted.
— Bien, todo está listo. Apenas regresen a su mundo, el portal se va a cerrar; sin embargo, Perugius de su mundo sentirá la perturbación y la cerrará también. Orsted está aquí con Aleksander y el pergamino, el cual deberás activar apenas ellos se vayan, Rúdeus — me dijo Perugius.
— Lo haré, señor — le dije.
— Bien, ¿qué esperan? ¡Deben regresar! — dijo Perugius, poniéndose de pie y guiándolos al círculo de teletransportación.
— No sé cómo agradecerles por todo esto — dijo el japonés.
— Tú solo ve y encárgate de que el Hombre Dios muera — le dije.
— Lo haré. Gracias, Dios Dragón, y a usted, Perugius, por hacer esto, les dijo haciendo una reverencia japonesa .
— Si, es que ya con un Rúdeus es más suficiente aquí — dijo Perugius sonriendo, mientras las chicas se despedían de nosotros. Mientras El Rudeus japonés se despidió de papá.
— Fue bueno verte, padre. Lástima que te olvidaré después de esto.
— Cuida a Zenith y Lilia con tu vida, hijo — le dijo Paul.
— Lo haré, papá — dijo Rúdeus alterno, dándole un fuerte abrazo a Paul.
— Toma, esto es para Norm — dijo papá, sacándose un arete de su oreja. — Dáselo y dile que las amo a ambas a ella y Aisha , y cuida a tus hermanas.
— Lo haré, padre — dijo Rúdeus japonés, al borde de las lágrimas.
— Adiós, Rudy — me dijo la Silphy alterna.
— Adiós, Silphy. Cuídate mucho y trata de ser más amable con la Nana de tu mundo — le dije.
— Lo haré — dijo, dándome un abrazo que me tomó por sorpresa, como también el agarre de culo que me dio.
— Bien, nos vemos. Gracias por todo — dijo el japonés y su familia, entrando al círculo.
— ¡Ja ne! — le gritó Nanahoshi al japonés, quien le devolvió una sonrisa.
— ¡Bien, aquí voy! Cuídate mucho, Nobita — le grité al japonés.
—¡Hijo de…!...— y así desaparecieron mientras activaba ambos círculos.
— ¿Funcionó? — pregunté.
— Sí, deberían aparecer en las Ruinas Scotts en su mundo — dijo Perugius.
— Bien, supongo que están bien — dije.
— Será mejor regresar — dijo Eris .
Y así volvimos a casa.
En el camino, hablé con Orsted de las siguientes misiones. Debería ir a Milis pronto, pero Ars cumpliría años y Lara debería ingresar pronto a la universidad, así que no sería tan pronto. Además, July cumpliría quince años y tenía pensado darle un regalo a Zanoba, pero creo que ustedes ya saben qué le daré.
— Puedo ir contigo a Milis, Reidar — me dijo Kalman.
— Sí, ¿por qué no? No sería malo visitar el Gran Bosque y los territorios de los elfos, hobbits y al Dios Metal ademas tu eres más conocido que to le dije .
— Sí, y ver a ese elfo oscuro dijo Alek .
— Uuuf, qué fastidioso eres. Deja a ese tipo tranquilo. Si anda deambulando en los laberintos, debe estar buscando algo, le dije .
— Él no es un apóstol; además, nunca lo he visto — nos dijo Orsted.
— ¿En serio? ¿En todos tus bucles, jamás? Le dije.
— No, solo he escuchado hablar de él, y lo investigué, pero no es un apóstol. Siempre busca algo en los laberintos y nunca lo encuentra, dijo Orsted .
— El bastardo trató de robarme un objeto con una gran gema roja — dijo Alek.
— Ya déjalo en paz(…)... Oye Alek Aisha preguntaba por ti — le dije.
— Sí, estuve en una misión y le traje unos dulces. Iré esta noche a verla.
— Bien — le dije sonriendo.
— Todo bien, papá, le pregunté .
— Sí, solo espero que ese chico haya llegado bien — dijo sonriendo.
— Vamos a casa, viejo — le dije, abrazando a mi padre.
Esa noche era la noche de Silphy y cuando estábamos por hacer el amor, irrumpió Eris en la habitación en sexy lencería .
— ¿Qué haces aquí, Eris? Le preguntó Silphy
— Anoche te pregunté si querías un trío y me dijiste que otro día, así que hoy es otro día, dijo Eris.
—¿De que hablas? Anoche yo no te vi; estaba con Nana, dijo Silphy .
— Claro que no estabas hablando con Rúdeus; dijiste que habías bajado a beber leche y estabas hablando con él.
— Yo nunca bajé.
— Claro, entonces, la que estaba con(…) ¡Maldita sea! ¿La que me besó fue la Silphy alterna?
— ¿Estás bromeando, cierto, Silphy? — le dije, asustado.
— No, pregúntenle a Nana; estuve con ella toda la noche.
— ¡Maldita elfa degenerada! — dijo Eris.
— ¡Oh, mierda! Yo le agarré el culo — dije, pálido.
— No hiciste nada con ella, ¿cierto, Rudy? — me preguntó Silphy.
— No, claro que no. Solo se acercó para hablar de la familia; pensé que eras tú tenía el cabello suelto . Uff, pensé en besarla; ¡qué bueno que no lo hice! — dije.
— ¡Pero yo sí la besé, y esa desgraciada metió su lengua hasta mi garganta! — dijo Eris, muy enojada.
— Ya cálmate — dijo Silphy. — Ven, olvida eso — dijo, cerrando la puerta e invitando a Eris a la cama.
Mientras, en un universo paralelo, Rúdeus se reencuentra con su familia en las Ruinas Scotts.
— ¡Qué demonios fue eso, Rúdeus! ¿Por qué aparecimos aquí? — preguntó Eris .
— No lo sé, creo que quedé inconsciente.
— ¡Yo igual! Tuve una horrenda pesadilla: tú tenías hijos con Su Majestad y te besabas con Nanahoshi — dijo Silphy.
— ¡Dios, siempre con eso, Silphy! Ya relájate — dijo Roxy.
— Aunque tuve un sueño raro: tú, Rúdeus, me pateabas el trasero en esgrima — añadió Eris.
— Qué raro, no debimos aparecer aquí. Será mejor regresar — dijo Rúdeus.
Cuando llegaron a casa, fueron recibidos por Lilia con su amabilidad de siempre y los niños, que fueron a recibirlos. Como siempre, Lucy fue algo distante con Rúdeus, y Christina, la más cálida.
— ¿Estás bien, mamá? — preguntó Rúdeus, mirando a Zenith, la cual lo miró a los ojos y lo abrazó.
— Jaja, yo también estoy feliz de verte, mamá. Niños, les traje dulces de Asúra. Doga e Isolte se casaron, y Su Majestad les manda saludos — dijo Rúdeus, abriendo su equipaje y entregando dulces a los niños. Cuando de pronto vio un paquete que tenía escrito "Nanahoshi" en letras latinas, algo muy raro para él. Si bien había estudiado esas letras, no las recordaba mucho, pero claramente decía "Nanahoshi".
—¿Qué es esto? — pensó, pero decidió guardarlo. Cuando registró su bolsillo, encontró un arete como los que usaba Paul en sus orejas.
—Y esto — pensó.
Esa noche, Norm llegó de visita con Rujierd y Lecelia. Después de la cena, Rúdeus le habló:
— Oye, Norm, sabes… soñé con papá el otro día. Fue un sueño raro: él vivía con nosotros y creo que estaba muy feliz. Lo veía sostener a Lecelia en brazos.
— Me hubiera gustado que eso pasara, hermano, dijo Norm .
— Toma — le dijo, pasándole el arete.
— ¿Y esto?
— No lo sé, estaba en mi bolsillo, pero es idéntica a los que usaba papá en sus orejas. Ten, es para ti, le dijo Rúdeus .
Norm lo miró y sonrió.
— Gracias, hermano — dijo, abrazándolo.
— Sé que papá, donde quiera que esté, está orgulloso de ti, hermana — le dijo.
— Gracias, hermano. En serio, gracias — dijo Norm, limpiándose una lágrima.
Después de la cena y mientras los niños se iban a dormir , vio a Aisha con Ars en sus brazos.
— ¿Qué haces, hermana?
— Voy a hacer dormir a Ars.
— Déjalo que vaya solo. Ven, quiero hablar contigo.
— Ars, ve a la cama — le dijo Aisha.
— ¿Qué pasa, hermano?
— Oye, te he visto muy sola, y bueno, ya no es necesario que te vistas de empleada; eres mi hermana, le dijo Rúdeus .
— Me gustan mis labores, hermano. Soy feliz así.
— Preferiría que estudiaras, Aisha. Eres lista. Oye, sabes… Alek está soltero, y bueno, tú estás soltera, y ambos tienen carácter parecido. Creo que se llevarían bien. ¿Te gustaría tener una cita con él?
— ¡Claro que no! Es un idiota, un niño estúpido. No necesito que me busques pareja, hermano, le dijo Aisha enojada .
— Lo siento, no te enojes.
— Iré a hacer dormir a Ars. Buenas noches, hermano — dijo, mientras Rúdeus la quedaba mirando.
— Qué lástima, hubieran sido una linda pareja — pensó Rudeus.
— Al otro día, Almanfi le dijo a Rúdeus que debía presentarse de manera urgente en el Caos Breaker.
Así que ahí estaba, en compañía de Zanoba.
— ¿Saben por qué los llamé, Rúdeus, Zanoba ? — preguntó Perugius.
— Me lo imagino, señor. Me teletransporté desde las afueras de Ars y aparecí en las Ruinas Scotts, señor. Además, el círculo brillaba de amarillo, dijo Rúdeus .
— Sí, percibí una perturbación y, de hecho, se abrió un portal que fue cerrado; sin embargo, yo no fui. ¿Tú no percibiste nada mientras te teletraspotabas?
— Bueno… llegué inconsciente con mis esposas, señor.
— ¿Y no recuerdas nada?
— Eeeh… un sueño raro — dijo Rudeus.
— Explícate.
Así que le explicó lo que había soñado.
— Ya veo. Bien, ese error ya fue reparado; no debería haber más problemas con los círculos de transporte, pero fue parecido a como se fusionaron los antiguos mundos colapsado, pero de una manera mucho más pequeña, dijo el rey Dragón .
— ¿Puedo ver a Nanahoshi, señor? Dijo Rúdeus.
— Sí, ella, de hecho, despertó hace una hora de su hibernación. Estará dos días despierta de su letargo .
— Gracias, señor. Señor, ¿puedo hablar con ella en su idioma, por favor?
— ¿Qué ocultas Rúdeus Greyrat ?
— Nada, solo que debo contarle de un raro sueño que tuve.
— Ya veo, te lo permito — dijo Perugius.
Los chicos, Llegaron a la habitación de Nanahoshi, y Rúdeus le pidió a Zanoba que esperara afuera. Encontró a Nanahoshi sentada en una cama.
— Hola, Nanahoshi.
— Rúdeus , ¿cómo estás? ¡Vaya, te ves mayor!
— Sí, ha pasado casi un año desde que te vi.
— No hables japonés, Perugius se enojará.
— No lo hará, le pedí permiso.
— Oye Nanahoshi , tuve un sueño raro, soñé con ese Rúdeus con el que sueñas siempre.
— Jajaja, ¿en serio? El de la mirada linda.
— Sí, pero no era yo era como mi hermano gemelo y estaba casado contigo y Silphy la amaba . Es raro lo que pasó, porque, sabes, tengo la sensación de que él es real.
— Jaja, estás loco Rúdeus .
De pronto, Rúdeus sacó un paquete y se lo pasó.
— No sé que es esto , pero tenía esto en mi equipaje, y yo no recuerdo habértelo traído, y menos escrito con letras romanas.
— ¿Qué es?
— No lo sé, pero no es malo. Será mejor que lo veas a solas. Bien, Nanahoshi, ve a casa; podemos preparar comida japonesa cuando vayas, le dijo Rúdeus despidiéndose de ella .
— Te lo agradezco — le dijo Nanahoshi, esperando que Rúdeus saliera. Y abrió el paquete. Se sorprendió al ver 10 barras de chocolate, algo que no existe en ese mundo, y justamente, chocolates de Japón. Eso la dejo casi en shock y lo probó, mientras la felicidad la invadía. De pronto, de entre las barras, cayó una carta escrita en inglés.
—¿Qué es esto? — se preguntó Nanahoshi, al verla, y empezó a leerla.
Hola Nana, no te asustes, pero tú no me recuerdas. Espero que te gusten los chocolates; sé que no son tus favoritos, pero son de Japón y te gustan. Sé que te congelas esperando a Akito, y sé que volverás a casa eventualmente. Sé que no sabes quién soy yo, pero quiero que sepas que tú, en cualquier mundo o en cualquier realidad, siempre serás importante para mí. No te aisles del mundo, y confía en Rúdeus "Nobita"; él te estima y te cuidará. Quisiera poder darte un gran abrazo, pero estamos muy lejos el uno del otro. Cuídate mucho, Nana; seas de la realidad que seas, siempre tendrás un lugar en mi corazón.
Pd. Me alegro que te guste la sortija y la estatuilla que te regalé cuando estuve ahí.
Nanahoshi estaba confundida después de leer la carta; sin embargo, miró la estatuilla y su anillo y sonrió, mientras sentía algo cálido en su corazón.