La oveja negra de cabello azul

— ¿Qué lees, amor? — le preguntó la pelirroja a Roxy, que estaba sentada en el corredor de la mansión Latreia, leyendo un texto sobre magia de resurrección (magia negra) y magia divina que había sacado de la gran biblioteca personal de los Latreia al cual Carlise le había autorizado leer lo que quisiera .

— Este libro sobre magia divina. Y como fue creada para detener a la magia negra, pero como la magia negra está prohibida, incluso por el mismísimo Laplace, la magia divina está en declive, le explicó Roxy .

— Eres una ratona de biblioteca, Rúdeus tiene razón contigo, le dijo Eris .

— ¡Cállate! ¿Por cierto, Dónde está Rudy?

— Fue con Elinalise a entregarle una muñeca a Cliff.

— ¡Dios! ¿Trajeron esa cosa? Cliff va a estar furioso, dijo Roxy .

— Quién sabe. Elinalise dijo que la entrenó para que se comporte como ella. La muñeca es idéntica a Elinalise, salvo porque tiene orejas humanas. ¿Qué crees que le habrá enseñado?

— No quiero ni pensarlo — dijo Roxy — además, aún estoy enojada con Rudy, me hizo mirar desnuda a Elinalise para replicar de forma exacta sus partes en la muñeca, y Elinalise me hizo mirarla entera, dijo mientras le daba un escalofrío.

— ¿Hubieras preferido que la mirara Rúdeus en persona ? Le dijo Eris.

— ¡Claro que no! Ufff, Elinalise es una pervertidas, dijo Roxy .

— Sí, pero sabes, Roxy, tienes suerte de que dejara a Rúdeus con esa enfermedad mental cuando lo abandoné, porque si hubiera estado sano, Elinalise sería la primera esposa de Rúdeus o se habrían acostado durante mucho tiempo antes d llegar a la universidad .

— ¡Claro que no! Elinalise me juró que nunca hubiera hecho nada con Rudy y me lo juro cuando partió en su búsqueda — le dijo Roxy.

— ¿Estás segura? Rúdeus me dijo que no hizo nada con Elinalise solo porque cada vez que trataba de estar con una chica yo me le venía a su cabeza y él se quedaba ahí como un fantasma. Realmente lo dañé, se dijo para si misma Eris .

— Bueno, si Rúdeus no hubiera estado enfermo, estoy seguro que habría terminado con Sara y no con Liz, le Dijo Roxy .

— ¡Aagh! — mejor cambiemos de tema no quiero hablar de esa gata rompe hogares . Por cierto Roxy ¿Qué te pareció el conde Carlise Latreia ? — le preguntó Eris.

— Me pareció un señor muy amable. Pensé que me diría algo por ser una demonio, pero de hecho es alguien muy instruido y tiene temas de conversación.

— Te recordó a Rúdeus, ¿cierto?

— Jejejeje, sí. Rudy tiene algo de él. Siempre pensé que Rudy es un clon de Paul, pero me he dado cuenta que tiene muchas cosas de los Latreia; la manera de conversar con esa seriedad, se parece mucho a su abuelo y su tio.

— Sí, yo pensé lo mismo cuando vi al conde, y Rúdeus también es testarudo como la condesa, dijo Roxy.

— De hecho, en eso se parece a Zenith. Tú no la conociste cuando estaba sana, ella era así, pero a la vez también era muy dulce, — dijo Roxy recordando a la Zenith de la aldea buena.

— ¿Y qué te parecieron Anise y Edgar? — le preguntó Eris.

— Estaban más interesados en Rúdeus. Edgar Latreia se parece mucho a su padre, se notaban orgullosos de Rudy sobre todo al saber que es el dios del cauce .

— Sí, me parecieron personas amables. Pensé que nos diría algo por ser cinco esposas, dijo Eris.

— Eso es gracias a Ariel, ella se robó los corazones de esa gente, ella tiene una facilidad para hacer eso, es increíble como se hecha al bolsillo hasta la persona más estoica del mundo, dijo Roxy .

— Sí, ella y Nanahoshi también . Le preguntaron muchas cosas, Therese era la que más hablaba con Nana, dijo Eris .

— por cierto Eris ¿Por qué Rudy no mira a su tía Therese? Preguntó Roxy.

— Ella fue quien le hizo una emboscada por órdenes del cardenal. Rúdeus derrotó a todos y le tiene prohibido a Therese hablarle, el la considera una traidora. Pobre mujer, además, su matrimonio con Cabeza de Basurero no prosperó y sigue soltera, dijo Eris .

— ¿Por qué?

— Dijo que no estaba enamorada.

— Ya veo. Por cierto, ¿dónde están Silphy, Ariel y Nana? Pregunto Roxy.

— Salieron a dar un paseo por la ciudad con algunos de los niños, junto con Paul, Aisha y Alek.

— Ya veo.

— Bien, iré a entrenar, enanita.

— Sí, claro — le dijo Roxy mientras seguía leyendo. En eso, el mayordomo Claude llegó a su lado.

— Mi señora Roxy Greyrat, la condesa Latreia pide verla y hablar con usted .

— ¿Qué? ¿Lara hizo algo malo? — preguntó Roxy con pánico.

— No, mi señora, solo quiere hablar con usted.

— ¿Se enojó porque saqué este libro de la biblioteca?

— Jajaja, mi señora, no se asuste, usted puede leer lo que quiera. La condesa solo quiere hablar con usted, venga, no sea tímida — le dijo el mayordomo.

Roxy fue hacia donde la guió el mayordomo, una sala con vista a los jardines de la familia Latreia. Al entrar, Roxy se encontró a Lilia, Norn y Zenith sentadas. Claude hizo sentar a Roxy cerca de Lilia, justo frente a Claire Latreia, quien bebía té mientras Claude le servía una taza a Roxy.

— Muchísimas gracias, Claude. Puede retirarse — dijo la condesa Latreia.

Roxy estaba nerviosa. Le echó una mirada a Lilia, quien le devolvió una mirada que parecía decirle que estuviera tranquila. Norn, sin embargo, no tenía buena cara; ella y Aisha odiaban a Claire. De hecho, Aisha solo estuvo el primer día en casa y al siguiente se fue con Paul; Rúdeus casi tuvo que llevarlos a la fuerza cuando Carlise los invitó a cenar. Curiosamente, Alek se comportó muy bien, y Aisha no se despegó de su brazo en toda la noche.

Mientras Roxy pensaba en eso, vio la mesa llena de deliciosos pastelitos de Milis. Se le hacía agua la boca, pero se contuvo; no quería que Claire la regañara. Había oído tantas cosas sobre ella, que la mujer la intimidaba, aunque hasta ahora había sido muy amable con Roxy.

— ¿Sabes por qué te cité, Roxy? — dijo Claire, rompiendo el silencio.

— ¿Me vas a regañar?

— ¿Por qué piensas eso? Le dijo Claire confundida.

— Eeeh, no sé, soy una demonio y Rudy me dijo que los Latreia son expulsionistas.

— Sí, es bueno, a decir verdad, cuando mi nieto me dijo que se había casado con una demonio, me imaginé una chica con cuernos, una cola o cara de lagarto, peor no debes preocuparte, soy de la facción integradora.

— Sí, bueno, parecemos humanos pequeños — dijo Roxy casi escondiéndose en su asiento.

— ¿Quieres relajarte? Te comportas como si te fuera a castigar — le dijo Claire.

— Lo siento, pero ¿Me vas a regañar por el comportamiento de Lara? Ella es algo traviesa, he tratado de corregirla, pero la niña es una rebelde, le dijo Roxy.

— Sí, se comporta muy mal; sus modales son pésimos, está sucia todo el día… sin embargo, algo de ella me recuerda a Zenith — dijo Claire, pensativa. — Ya sé lo que te pasando aquí ; de seguro escuchaste historias mías, de Aisha y de ti también — dijo mirando a Norn. — Si tiempo atrás era más estoica y disciplinaria — dijo Claire, bebiendo su té como si recordara algo.

Pero prometí a mi Nieto guardarme mis opiniones, y eso me lleva a lo siguiente.

— Lilia, gracias por cuidar de Zenith — dijo Claire de pronto. — Sé que fui dura contigo y con Aisha cuando estuvieron aquí hace tantos años y me arrepiento; Aisha nunca me va a perdonar, y puedo entenderla; fui muy cruel con ustedes dos cuando estuvieron en Milis.

Sabes, El otro día Lara llegó cuando estaba con Zenith y ella me tradujo todo lo que me decía mi hija; ella está muy agradecida contigo por ayudarla a criar a sus hijos el tiempo en que ella no estuvo.

— Yo… no tiene nada que agradecerme, condesa, solo hice mi trabajo, dijo Lilia .

— Sí, tengo. Me alegro de que Aisha se convirtiera en una jovencita tan talentosa, aunque eso de vivir en concubinato con el Dios del Norte no es bueno, dijo Claire.

— Le he dicho lo mismo, lady Claire, pero Aisha no quiere casarse aún.

— No la obligues, sé que te acabo de decir que vivir en concubinato no es bueno, pero tratar de obligar a alguien a hacer algo que no quiere a veces puede resultar en que pierdas el contacto con los que más quieres — dijo Claire mirando a Zenith, la cual le tomó una mano. Mientras Claire sacaba un pañuelo para limpiarse las lágrimas.

— ¿Estás bien, condesa? — le preguntó Lilia.

— Sí, tranquila, me alegro de saber que Zenith esté bien, y aún estoy algo sentimental desde que la llevamos con la niña bendita ayer para ver sus recuerdos desde la última vez que la vi, estoy feliz de saber que Zenith se sienta feliz con sus nietos.

— ¿Niña bendita? — pensó Norn para sí misma. — ¡Ja! Ya la debe tener peludita, jejeje.

— ¿De qué te ríes, Norn? — le preguntó Claire con el ceño fruncido.

— Lo siento, abuela, es que recordé algo que me dijo Rudy.

En ese momento Zenith le dio un coscorrón a Norn.

— ¿Y tú, Norn? ¿Así que ahora eres Norn Superdia?, le dijo Claire.

— Sí, así es — dijo Norn con altivez.

— Ya veo, ¿y fuiste madre?

— Así es, mi hija se llama Lucelia Superdia y es una mestiza.

— ¿Y eres feliz Norn? Le dijo Claire.

— Lo soy, estoy muy feliz con mi familia y mi empleo.

— Recuerda servir bien a tu esposo y criar bien a tu hija, Norn. Es tu deber como esposa y seguidora de Milis, ¿aún conservas tu fe cierto?

— Siempre rezo y voy a la iglesia , abuela.

— Me alegro de escuchar eso, querida. Sé que nunca me vas a perdonar, Norn, pero quisiera que sepas que me arrepiento de lo que pasaste aquí cuando eras una niña, le dijo.

— Está bien, abuela — dijo Norn, sorprendida por las palabras de su abuela; ella estaba lista para la confrontación.

— ¿Roxy? Le dijo Claire a la Migurd.

— ¿Qué hice? — preguntó Roxy sobresaltada.

— Come un pastel, ¿por qué los miras? No te diré nada, de hecho están en la mesita para que los comas, Rúdeus me contó que te encanta lo dulce — le dijo Claire.

— Gracias — dijo Roxy, sacando un pastelito, pero sin comérselo.

— Rúdeus me contó que tienes mi edad, ¿es eso cierto?

— Sí, tengo 66 años — dijo Roxy.

— Sí, y me he dado cuenta de que eres la más madura de las cinco, Silphy es como una niña, Eris es una soldado, Ariel, bueno, ella es un caso aparte, sé que me muestra la cara que yo quiero que vea, ella es muy inteligente y es la elegancia hecha persona, sin embargo es una reina, de seguro con ustedes se comporta de otra manera, y Nanahoshi, bueno, ella es fascinante, sin embargo también es algo infantil, en cambio tú eres la más seria y quien controla a mi nieto cuando se pone algo loco.

— Eeeh, bueno, no sé qué decirle, condesa, yo no me veo así, le dijo Roxy.

— Tal vez tú no, pero yo sí, Rúdeus te hace caso, él te escucha y toma en cuenta tu opinión, le dijo Claire .

— ¿En serio usted lo cree?

— Claro que sí, soy muy buena para fijarme en esas cosas. Y eso me lleva a Lara(…) dijo Claire bebiendo de su té.

— ¿Qué hizo Lara? — preguntó Roxy asustada.

— Lucy es una dama Milis, Ars es un niño disciplinado, Sieg es muy educado, lo mismo que Edward, las bebés, bueno, solo tienen poco más de dos años, pero Lara, ella es diferente, se hurga la nariz, se rasca el trasero , eructa, no es para nada una dama. Pero sin embargo esa niña tiene algo especial , el otro día la vi montando a ese gran perro, y entró gritando a mi despacho, bisabuelita tengo algo para ti ¿y sabes lo que saco de su bolsillo ?

— ¿Qué? — dijo Roxy pálida, pensando que Lara le había puesto tachuelas en el asiento a Claire, o rábanos picantes en sus galletas o sal en su té. Roxy estaba pálida. No hace mucho Lara le había puesto tachuelas en el asiento de Rúdeus en su despacho y la misma Roxy tuvo que sacarle las tachuelas del culo cuando Rúdeus dio un grito cuando se sentó , también le había cortado las cuerdas a su guitarra, o se había escabullido en silencio en el despacho de Rúdeus y había atado los cordones de ambos zapatos de Rúdeus y este al pararse este se fue de cabeza al suelo, o cuando le lanzó una bola de agua en la cabeza a Eris y culpó a Ars, o cuando usó la gravedad para darle un pelotazo en la nariz a Clive que jugaba al arco, o cuando le metió insectos a los bolsillos de Orsted o cuando le dio un dulce a Aisha que le dejó los dientes negros, o cuando le dijo a Alek que Aisha lo esperaba a las afueras de la Sharia y Alek estuvo un día completo esperándola. Roxy pensó en todo eso y estaba asustada.

— ¿Por qué estás tan pálida? — le preguntó Claire a Roxy.

— Me disculpo por lo que hizo mi hija, le dijo Roxy haciendo una reverencia como Nanahoshi .

— Tranquila, ella solo se metió la mano al bolsillo y me pasó una rana, dijo Claire .

— ¡Una rana!

— Sí, una rana, dijo que quería comerla, así que ordené que se la hicieran a la parrilla y ella se la comió.

— ¿Te vengaste de las travesuras de mi hija haciéndola comerse un anfibios? Dijo Roxy.

— ¿Qué? ¡Claro que no! La rana es una comida común en Milis así como la carne de reptil, creo que Rúdeus me contó que ustedes comían tortugas también — le dijo Claire.

— Sí, lo siento, es que Lara nunca había comido algo así dijo Roxy .

— Tranquila, la rana fue bien cocinada.

Solo digo que Lara es una chica normal, supongo qué es su personalidad, aunque si quieres un consejo, deberías hacerla comprender que cuando sea adulta debe aprender a comportarse en ciertos lugares, la gente a veces puede juzgar, ¿sabes? Le dijo Claire.

— Lo sé — dijo Roxy.

— No te estoy criticando, solo lo digo para cuando se tope con gente como yo — dijo Claire. — Sin embargo, esa chica es especial, cuando la miré jugar en el jardín y correr y ensuciarse explorando, me recordó mucho a Zenith cuando era una niña — dijo Claire limpiándose una lágrima.

Roxy respiró aliviada y tomó su pastelito para comérselo, pero volvió a dejarlo en su plato cuando vio entrar a Lara montada en Leo, cubierta de barro, Roxy casi le da un ataque al verla así .

— ¡Lara, no entres montando a Leo! ¡Cuántas veces te lo he dicho! —dijo Roxy al borde de una crisis de pánico .

— No te preocupes, mami —dijo Lara, desmontando a la bestia sagrada y corriendo hacia Claire—. Bisabuelita, tengo algo para ti.

— ¿Quieres comer otra rana, querida? Le dijo la condesa.

— No, encontré algo tuyo. Toma —dijo Lara, sacando un relicario de oro de su bolsillo y dándoselo a Claire—. Esto es lo que estabas buscando hace tiempo, ¿verdad, bisabuelita?

— ¿Tú cómo supiste eso, Lara? Le dijo Claire.

— La Abuelita Zenith me lo dijo —respondió Lara—. Dijo que por eso te lastimaste la espalda y las rodillas; lo buscaste por meses.

— Así es —dijo Claire, abriendo el relicario donde había un pequeño retrato de Carlise cuando era joven—. Muchas gracias, querida.

— Claro… eeeh, bisabuelita, ¿puedo comer estos dulces? Le dijo Lara.

— Claro, come los que quieras querida, le dijo Claire quien miraba el relicario .

Lara se comió todos los dulces que pudo y guardó el resto en sus bolsillos, incluido el de Roxy. Luego, montó a Leo y salió cabalgando hacia el jardín. Roxy la miró sin decir nada; en todo lo que podía pensar era que la niña le había robado su pastelito y ni siquiera pudo probarlo. Pero cuando miró a Claire, esta tenía los ojos llorosos, mirando el relicario de oro con una sonrisa, y Zenith también miraba el retrato que había en él.

— Cuando Carlise se casó conmigo, solo tenía 15 años; yo ya tenía 19. Él parecía un niño y yo ya era una mujer, algo así como tú y Rudeus —le dijo Claire a Roxy. Roxy se sonrojó mientras Norn la miraba con una sonrisa burlona. Roxy siempre odia que le recuerden que se acostó con su alumno, aunque eso pasó muchos años después. Sin embargo, Claire no se lo decía con malicia; de hecho, por lo mismo se sentía más cómoda hablando con Roxy, sentía que su historia con Rúdeus era algo similar a la de ella con Carlise.

— Carlise me regaló esto antes de casarnos —continuó Claire—. Dijo que sería lo último que podría regalarme como un simple soldado antes de casarse conmigo y pasar a ser un Latreia. Él era hijo de granjeros sin apellido; era inteligente y talentoso. Unos misioneros le enseñaron a leer y ganó una beca en la escuela de oficiales. Al no tener apellido, le dieron el nombre de Granz. Y cuando se casó conmigo, tomó el apellido Latreia. Cuando lo conocí, yo me iba a hacer monja, ya que nadie me soportaba, ningún pretendiente me acepto debido a mi carácter … hasta que conocí a Carlise. De alguna manera, ese chico podía controlar mi carácter, y mi padre lo notó y empezó a invitarlo a la mansión —dijo Claire, volviendo a limpiarse las lágrimas, recordando su juventud—. Me alegro tanto de haber conocido a mis bisnietos antes de que esta vieja deje este mundo —dijo Claire, bebiendo su té—. Todos son tan diferentes en su comportamiento, pero a la vez puedo notar que todos son de buen corazón, incluidos los príncipes; por lo general, la nobleza no se comporta así, y sin unos despidas, pero ellos son diferentes.

— Eso se debe a que el joven amo los ha estado criando, le dijo Lilia .

— ¿Y la reina acepta eso? Dijo Claire.

— De hecho, fue Su Majestad quien le pidió a Rúdeus hacerlo, le dijo Roxy.

— Ya veo… No puedo creer que soy bisabuela del futuro rey de Asúra dijo Claire con una sonrísa.

— Eeeh, Lady Claire, con todo respeto, eso debe ser un secreto… (…).

— Lo sé, Lilia, no te preocupes, no diré nada. Por cierto, Lily es una pequeña genio; ayer la vi desarmar un juguete. Pensé que lo había roto, pero después solo lo observó y empezó a armarlo y lo dejó como nuevo. Aunque después la encontré llorando porque se había perdido y no encontraba a los otros niños, así que la tomé de la mano y la traje al jardín —dijo Claire sonriendo. Así estuvieron sentadas esa tarde hablando entre ellas, aunque la conversación se volvió demasiado interesante para Claire, quien olvidó pedir más dulces para la decepción de Roxy.

A esa misma hora, Rúdeus estaba reunido con Cliff y la Niña Bendita, con Therese Latreia, quien estaba un poco más allá, pero Rúdeus ni la miraba.

— Qué bueno volver a verte, General —me dijo la Niña Bendita .

— El gusto es mío. ¿Cómo se ha portado Darth Vader? Le dije.

— ¡Oh, maravilloso! Él es mi amigo; me ayuda con mis entrenamientos; vuela a mi alrededor mientras troto y se para en una rama a observarme cuando practico con la espada . Mira qué delgada estoy, me parezco a Lady Eris, me dijo la bendita .

— Me alegro mucho, Bendita, le dije .

— Entre nosotros… —dijo la Niña Bendita susurrando— muchos guardianes están enamorados de mí, jejeje.

— Pues si te gusta alguno, deberías casarte, Bendita, le dije .

— Jeje, no lo sé… Hay un oficial joven… Quién sabe —dijo la chica con una enorme sonrisa y muy sonrojada .

Cliff me miró con severidad y me dio un codazo.

— No le contamines la mente a la Bendita, tarado, me dijo Cliff.

— ¡Oh, no lo hace, Lord Cliff! ¡Guarde cuidado! —le dijo la bendita .

— Gracias nuevamente por ver los recuerdos de mamá ayer; dejo dejó bastante emocionados a mis abuelos, le dije.

— Lo sé, pero tu hija de pelo azul puede hablar con ella; estoy segura de que ella le dice a los Condes lo que piensa tu madre, general.

— Lo hace, pero no es lo mismo ver la perspectiva desde el punto de vista de mamá, le dije.

— Por cierto, Lady Zenith bloquea recuerdos de ti. ¿Qué cosas malas hiciste ? Me pregunto la bendita.

— Jaja nada malo, pero no soy de la religión de Milis; creo que por eso ella no quiere que veas eso, pero básicamente es algunas cosas que pasaron después de la guerra, le dije .

— Ya me imagino —dijo la niña bendita con una mirada severa, pero cambió rápidamente a una sonrisa—. Jeje, como sea, me alegro de volver a verte y a Lady Eris, y a toda tu familia. Tu hija Lucy es una verdadera dama de la fe de Milis, me dijo .

— Sí, bueno, ella desde pequeña fue a la iglesia con mamá y Norn —le dije.

— Ya veo. Ella, si bien es una Milis, te ama mucho y a todas sus madres, como las llama, me dijo la bendita.

— ¿Estuviste viendo los recuerdos de mi hija?, le dije levantando una ceja .

— Sí, ella es una buena niña. Te quiere mucho, y le tiene un cariño especial a Eris y a tu esposa de cabello negro, la de nombre complicado.

— Solo dile Nana, le dije .

— Claro, Nana. Es como si el vínculo de tu hija mayor con ellas viniera desde antes de su nacimiento, me dijo .

— Qué raro, ella es hija biológica de Silphy —le dije .

— Lo sé, ella las ama a todas; no diría que ama a una más que a otra, las ama a todas por igual, incluso a tu esposa rubia, la que no quiso mirarme a los ojos, me dijo .

— Sí, ya me imagino por qué —pensé para mi mismo .

— A lo que me refiero es que Lucy tiene un vínculo muy fuerte con ellas dos; es como si… no sé… las conociera desde antes de nacer —dijo la Niña Bendita.

— Lo sé, desde pequeña fue apegada a Eris y Nana; cuando era bebé, pedía estar en brazos de ellas, le dije .

Y así estuvimos hablando con la Niña Bendita un rato más hasta que, con Cliff, nos dijeron que la bendita debían regresar a sus obligaciones.

Mientras nos retiraba mis de la catedral, Cliff me habló.

— ¿Puedes creerlo, Rúdeus ?.

— Sí, aún no puedo creer que la llamen niña Bendita; tiene como 25 años, ya la debe tener peludita hace rato —le dije a Cliff.

— No hablo de eso, imbécil, y no digas eso de la Bendita niña de Milis, soquete, me dijo con una cena de la frente hinchada.

— Bueno, pero no te enojes.

— bueno pero no digas estupideces. ¿Por qué vamos a mi casa? ¿Y dónde están las chicas? Me preguntó.

— Fueron a pasear por Milis con los niños, le dije .

— ¿Ya veo, no deberíamos unirnos a ellas?

— No, te traje algo de La Sharia y debes ayudar a ensamblar la, le dije .

— ¿Qué es? Preguntó Cliff emocionado.

— Nada grave, un dispositivo de limpieza, le dije.

— ¿De limpieza?, ¿como esa aspiradora que hiciste? Me dijo Cliff.

— Eeeh, bueno, es una máquina experta en polvos, le dije.

— Ooh, genial, hay lugares donde Wendy no puede llegar.

— Sí, imagino que sí. Cambiando de tema, ¿así que te nombraron obispo?Le pregunté.

— Aún no, me van a enviar a un pueblo fronterizo con el gran bosque, donde el actual obispo es un acérrimo expulsor de demonios, pero es más extremista, también odia a la gente bestia y no tiene buenas relaciones con los creyentes elfos, hobbits y enanos.

—¿ Crei que su facción estaba en el suelo? , le dije .

— Así es, por lo mismo iré a hacerme cargo de ese lugar.

— Ya veo, ¿y si te tratan de hacer algo Cliff ?

— Deja de temer por mí, soy un mago avanzado en todas las escuelas, me dijo mi amigo .

— Hablaré con mi amigo el cardenal antes de partir al norte, le dije .

— Por cierto, iré con ustedes, cuando llegue tendré varios días hasta que saquen jubilado al obispo, así que planeaba ir con ustedes a los alrededores del gran bosque y a las termas con Liz y Clive .

— Será genial, Cliff, como en los viejos tiempos, le dije .

— por cierto ¿Por qué no vino Zanoba? Me preguntó.

— No quiso, lo invité, pero está más preocupado de la fábrica de autómatas, además, siempre va a ver todos los meses a su cuñada y su sobrino pax Jr .

— Tal vez Zanoba debería pedir la mano de esa mujer y llevársela a la Sharia, dijo Cliff.

— No lo hará, le di un dispositivo para que se acostara con July y Ginger y por la cara de las chicas, aún no lo usa, menos lo haría con Benedict, le dije .

— Ya veo, debería usarla , o por lo menos para tener una familia, dijo Cliff.

— Lo mismo le digo, pero no me hace caso. Bien, llegamos, dije mientras habríamos la puerta de la entrada al jardín delantero de la casa de Cliff .

— ¿Dónde está el dispositivo? Preguntó mi amigo.

— Está dentro, Elinalise lo trajo mientras estábamos en Catedral, quería sorprenderte, por eso vinimos acá, le dije .

— Oh, mi Liz, ella es tan tierna cuando quiere ser linda conmigo, dijo Cliff con una gran sonrisa .

— Sí, claro, linda, dije, pensando en lo que le había traído.

— Una vez entramos, Elinalise estaba ahí en la cocina picando verduras .

— Hola Liz, ¿qué haces, amor? Dijo Cliff

— Elinalise lo miró con una sonrisa, se acercó a Cliff, se puso de rodilla frente a él y empezó a desabrocharle el pantalón.

— Oye, ¿qué demonios haces? Rúdeus está aquí, le dijo Cliff al borde de un ataque de vergüenza.

— No, no, no, no, te dije que aun no, dijeron de pronto de la sala de al lado y Elinalise salió de ahí.

— Aaaaaah, ¿qué está pasando?, ¿quién es ella ? dijo Cliff mirando a la mujer que estaba de rodillas.

— Lo siento, Cliff, se suponía que debía darte un beso, pasó demasiado rápido a la fase 4, dijo Elinalise. — Eliz, ponte de pie y ve a preparar el almuerzo, ordenó Elinalise.

— Sí, ama Elinalise, dijo la mujer .

— ¿Qué demonios es esto? dijo Cliff rojo de una mezcla de vergüenza e ira.

— Tranquilo, amor, encargué una autómata idéntica a mí, para que no te sientas tan solo. Solo vas a verme cada dos meses y pensé que en ese tiempo necesitas compañía, y como eres tan fiel, jamás pensarías en otra mujer, por eso mandé a hacer a Eliz, es idéntica a mí, hasta los lunares — le dijo guiñandole un ojo.

— ¡Tú desgraciado!, dijo tomándome de la solapa, ¿viste a mi esposa desnuda para construir esa robot ?

— Jejeje, claro que no, Cliff. Fue Roxy quien la construyó con mis especificaciones y modelé con ella, ni Zanoba ni Rúdeus me vieron desnuda dijo Elinalise .

— Te dije que esto sería una pésima idea, Elinalise, le dije mientras Cliff aun me miraba rojo de ira .

— No lo es, me daba pena que mi Cliff estuviera aquí solito, y por las noches estuviera como como un piano embrujado, dijo la elfa .

— ¿Piano embrujado?, preguntó Cliff con curiosidad.

— Sí, te tocas solo, por las noches, le dije.

— ¿Y cómo rayos se supone que ella me va a ayudar? dijo Cliff.

— Oh, tranquilo, amor, Eliz, ven aquí, ordenó la elfa.

— Sí, ama Elinalise.

— Tu misión es proteger a Cliff y ayudar a Wendy en esta casa, hacer el aseo y acompañar a Cliff cuando sea obispo, serás como su guardaespaldas y harás todo lo que él te diga, incluso las cosas más sucias, ¿entendiste? le dijo Elinalise .

— Está bien, ama Elinalise, compraré miel para usarla en las noches como usted me enseñó , dijo la automata.

— ¿Qué demonios le enseñaste a esta autómata, Liz? le dijo Cliff.

— Oh, tranquilo, amor, ella es como yo y cuando venga a vivir contigo, pues nos servirá de sirvienta, ¿te gusta, cierto?, además, la hice con orejas humanas, nadie pensará que soy yo, sabes que tengo mala reputación, pero de eso ya ha pasado muchos años, quienes me conocieron en esa época ya son ancianos o ya murieron, jejeje, pronto no quedará nadie que me recuerde, excepto los elfos y demonios dijo la elfa .

— ¡Ay, por el amor de Dios, Liz!, ¿un segundo? , ¿por eso te ocultabas las orejas con tu cabello?

— Así es.

— ¡Tú desgraciado!, viniste aquí solo para reírte de mí, ¿cierto? Dijo volviendo a agarrarme de la solapa

— Vine a ver que funcionara bien, y sí, también para reírme ti jajajaja.

— ¡Eres un desgraciado! dijo saltando sobre mí y agarrándome de mi camiseta mientras me zamarreaba y me regañaba, después de eso dejamos a Eliz en la casa de Cliff y fuimos a unirnos con las chicas que paseaban por Milis las encontramos cerca de la costanera .

— Oye Cliff, ¿me vas a conseguir una audiencia con el rey de Milis? Le pregunté.

— Mi abuelo te la va a conseguir, el rey no tiene tanto poder como el papa, me dijo Cliff .

— ¿En serio?

— Así es, la mayoría de las órdenes militares obedecen a la iglesia de Milis, salvo por los caballeros sagrados que obedecen al rey; sin embargo, en caso de guerra el rey asume el mando del ejército, me explico mi amigo .

— Vaya, se parece la Japón feudal, — dijo Nana que escuchaba nuestra conversación.

— Más bien se parece a la época del Sacro Imperio Romano Germánico en Europa; aún finalmente, la pugna entre el emperador y el papa llevó a la separación de los estados pontificios del Sacro Imperio Romano, — dije.

— Oye Rúdeus, ¿cuándo podemos entrar en tu mente? — me dijo Cliff.

— No lo sé, no creo que a mis lectores les guste otro viaje a mi vida pasada, le dije.

— ¿De qué demonios está hablando Rúdeus?

— De nada, no me hagas caso, Cliff.

— Pues me gustaría ver eso, ya estoy con muchas dudas respecto a eso tambiéne dijo Elinalise.

— Si, háblame después; ahí viene Aisha con Kalman, les dije .

— ¿Aún no le cuentas a tu cuñado? Me dijo Elinalise.

— No, el hecho de que se acueste con mi hermana aún no me hace tenerle confianza; el tipo trató de matarme, tres veces.

— Tú sabes mucho de historia de ese mundo, — me dijo Elinalise.

— Si Básicamente historia occidental; de hecho, me iba mejor en historia que en ciencias cuando estaba en la escuela, le expliqué .

— ¿Y por qué estudiaste química si eras mejor en historia , amor? — me dijo Nana.

— Porque en mi Antiguo país a un químico le pagaban mejor que a un profesor de historia, amor, le dije dándole un beso .

— ¡Oooh, ya veo! ¿Y sabías de historia de Asia? Me preguntó Nana que aun me abrazaba.

— Pues no mucho; sabía algo del shogunato de Japón, del Imperio de China, el imperio jemer, de los mongoles y la India, pero no tanto como la historia occidental, le dije .

— Entonces, ¿allá también hay un papa? Me preguntó Cliff.

— Sí, el primero fue San Pedro, y cuando morí estaba Benedicto XVI, peroe acuerdoas de Juan Pablo II, les dije .

— ¿Y el cardenal no lo derrocaba ? Preguntó Cliff.

— No, cuando el papa moría los cardenales elegían un sucesor; hay cientos de cardenales en nuestro mundo, pero quiero hablar de religión, Cliff.

— Si vamos a tu mundo, ¿puedes llevarme a una iglesia? Me dijo Cliff.

— En la ciudad donde vivía solo había iglesias pequeñas, ni comparadas con esto, y no conocía Europa como para mostrarte eso, pero podría hacerte ver por TV, — le dije.

— ¡Ya cierren la boca! Aisha con Alek están aquí nos dijo Elinalise.

— ¡Hola, hermana! ¿Por qué la cara larga? — le dije.

— No me gusta mucho Milis, dijo Aisha.

— Por favor, Lady Aisha, mire, este lugar es hermoso, — le dijo Ariel.

— No es por eso, majestad; la ciudad es hermosa, pero no la pasé bien las veces que estuve aquí, dijo Aisha .

— No dejes que eso te arruine el viaje, hermana; disfruta este lugar, — le dije.

Por cierto, papá, nunca me imaginé que te llevarías tan bien con tus yernos, — le dije.

— ¿A qué te refieres Rudy ?

— Siempre decías que les patearías el culo a los esposos o novios de Norn y Aisha; ¿por qué no lo has hecho? Siempre te veo sonriente y bromeando con Alek y Ruidjerd, ¿porque no les pateas el culo como dijiste? .

— ¡Cierra la maldita boca, Rudy!

— Jajaja Uuf, espero que Roxy esté bien; se quedó en la mansión Latreia leyendo, y Eris entrenando. ¡Dios, espero que Lara no haga nada malo! — dije.

— Ayer se estaba comiendo una rana, — dijo Nana.

— Sí, mi abuela me contó que Lara la cazó y quería comérselo, le dije .

— Creo que exageran con la condesa; ella se ha portado muy bien con los niños, y de hecho siempre mira a Lara cómo juega y no le dice nada; de hecho, creo que la vi sonriendo mientras la miraba, dijo Ariel .

— Con todo respeto, alteza, esa vieja bruja no cambiará nunca, — dijo Paul.

— No le digas así, papá, le dije .

— Tú cállate; sé que insultaste a esa vieja y amenazaste con destruir la mansión hace años atrás; de hecho, Aisha te lo impidió, y sé que le diste una paliza a los templarios y a tu tía Therese incluida, me dijo Paul .

— ¡La perra se lo merecía! Dije.

— No comprendo; perdonaste a Claire y a Therese, ¿no? — me dijo Silphy.

— Es simple orejitas : Claire no me trató mal porque me odiara; trataba de protegerme en el fondo . Therese, por otro lado, derechamente me traicionó le dije .

— Sí, sí, como sea; yo venía a decirte otra cosa: contacté a Tallhand; tiene una pequeña tienda de herrería en una ciudad en la frontera con el Gran Bosque, me dijo Paul.

— ¿En serio? Es donde fui nombrado obispo, — dijo Cliff sonriendo .

— Así es; le envié una carta, y como es cerca me dijo que nos esperaría cuando fuéramos; nos llevaría a las termas en las montañas de los enanos , así que él será nuestro guía, nos dijo Paul .

— ¿Se habrá casado? — pregunté.

— Lo dudo; Tallhand vive la vida loca, — dijo Paul.

Eso provocó las risas de Elinalise.

— Oye Paul, — le dijo Elinalise—, ¿le contaste lo de Geese cierto ?

— No, se lo contaré cuando lo vea, le dijo papá .

— Ellos eran muy amigos, le dijo Elinalise .

— Lo sé, pero el desgraciado de Geese era un traidor; no me arrepiento de haberle cortado la cabeza dijo Paul .

— ¿Usted lo mató? Pensé que habías sido tú, Reidar, — me dijo Kalman.

— Shhh… llámame Rúdeus, Alek; no necesitan saber que somos el dios del Cauce y el Dios del Norte, ¿entiendes? — le dije.

— Oh, claro; lo olvidé dijo Alek el cual iba abrazado con Aisha .

— ¡Papi, llévame en brazos! — me dijo de pronto Christina, y rápidamente Sariel también saltó en mis brazos y se pusieron a pelear.

— ¡Ya basta, ustedes dos! Dejen de pelearse las regañe .

—por cierto ¿Dónde están Ars, Lara y Lily? — preguntó papá.

— Se quedaron en la mansión Latreia; a Lara le encanta jugar en los jardines, y Lily estaba jugando a desarmar y armar juguetes; y Ars… no sé, porque desde que salió el otro día no ha querido salir tanto; de seguro los hiciste caminar mucho, Aisha, — le dije.

— Sí, claro, — dijo Aisha mirando de reojo a Siegh, que agachó la mirada.

— Oye Rúdeus, nuestros hijos hablan mucho, — me dijo Cliff mirando a Clive y Lucy qué iban delante de nosotros conversando entre ellos.

— Sí, me recuerda a ti con Elinalise le dije .

— ¿Dicen que están enamorados? Preguntó Cliff con una sonrisa.

— No, por el tamaño; mira, Clive parece el llavero de Lucy, igual que tú y Elinalise.

— ¡Vete al diablo, imbécil! — me dijo Cliff disgustado por la broma.

Esa tarde disfrutamos del té mirando la costanera de Milis mientras atardecería.

Esos días me dediqué a pasear en familia, y con los niños por cada rincón de la ciudad; el único problema es que no había muchos momentos románticos, si saben a lo que me refiero. Cada uno dormía en una habitación en la Mansión Latreia y siempre andaban mayordomos merodeando, pero eso no detuvo a Eris y Ariel, quienes llegaban a mi habitación, o a veces íbamos a mi habitación en la sede de mercenarios, donde le daba "como campeón" a Nana, Silphy y Roxy.

— Como sea, esos días Claire trató de que hiciera las paces con Therese, pero me negué para la decepción de Claire ; Lo siento por mi abuela, pero no es problema mío los dramas de esa mujer. Supe que no quiso casarse con "cabeza de basurero"; y supongo que se va a quedar solterona, aunque no creo que sea un problema para los Latreia; Edgar tiene cuatro hijos varones y de hecho ya es abuelo. Por cierto, solo conocí a dos primos; para variar todos son caballeros, bastante simpáticos los tipos; la verdad, Edgar, Anise y sus familias son muy agradables.

Al parecer, mi madre quería mucho a su hermano, porque cuando vio a Edgar, mamá se puso de pie y le acarició el rostro, haciendo que Edgar llorara mientras la abrazaba. Paul iba de vez en cuando a las cenas y cruzaba una que otra palabra con Claire, y siempre mamá lo tomaba del brazo para que esos dos no empezaran a pelearse.

Esa semana también el Santo Padre me consiguió audiencia con el rey de Milis, un señor de unos sesenta años, y el príncipe heredero de unos treinta y cinco años.

También estaba la hermosa princesa, hija mayor del príncipe heredero. A esa reunión me acompañó Silphy, como mi esposa; eso no evitó que la princesa, hija del príncipe heredero de unos veinte años, me guiñara un ojo; eso no le gustó nada a Silphy.

La conversación fue cordial; de hecho, tal como me contó Cliff, la familia real de Milis no tiene tanto poder como la iglesia, aunque sí cuenta con poder como vetar obispos o algunos nombramientos, y nombrar embajadores. Si gobiernan, peor el poder militar y la lealtad la tiene la iglesia del país; es algo raro, como dijo Nana, se parece al Japón feudal o al Sacro Imperio.

De hecho, la familia real estaba tan aislada con respecto a la política internacional que no tenía idea de míx ni de los rumores que circulan por ahí; supongo que el papa consideró que no era necesario decirles eso sobre mí, a Su Majestad.

Sea como sea, les llevé los saludos del Dios Dragón y los regalos de cortesía que siempre les llevo a los soberanos del mundo.

Antes de irnos, me despedí de Sus Altezas, y cuando salía un soldado me dio una carta sin que Silphy lo notará ; era de la princesa, la cual decía que me esperaba esa noche en sus aposentos y un mapa de cómo llegar ahí.

Si que Silphy se diera cuenta, arrugué la carta y la tiré al lago; después de eso, llevé a Silphy a una posada y le di "como campeón" antes de irnos a casa de mis abuelos nuevamente, maldita princesa loca y eso que es una Milis pensé, jaja pero con Ariel ya tengo más que suficiente con realeza .

Finalmente llegó el día en que debíamos partir al Gran Bosque, y ahí estábamos fuera de la Mansión Latreia listo para subirnos a los carruajes.

— "Fue un gusto conocerlos", — dijo Claire—. "Antes de que regresen a Asúra , me gustaría que vinieran a vernos antes de que se vayan".

— "Lo haré, abuela", — le dije.

— "Gracias por traer a Zenith y a los niños; disfruté mucho estos días".

— "Yo también, abuela", le dije.

— "Cuídense, chicos, y como dijo Claire, pasen a vernos antes de regresar a casa", — nos dijo Carlise.

— "Lo haremos, abuelos, se lo juro. Niños, digan adiós a los bisabuelos", — les dije.

— Todos los niños les hicieron un saludo noble, salvo Lara, la cual, en vez de darles un saludo protocolar, se acercó a Claire y le dio un abrazo.

— "¡Te veré pronto, bisabuelita!"

Eso sorprendió a Claire, quien abrazó a Lara la cual hizo lo mismo con Carlise quien le sonreía .

Una vez nos despedimos, nos subimos a los carruajes, donde ahora nos acompañaban Cliff y Elinalise, y nos despedimos de los Latreia, que se quedaron mirando los carruajes mientras se perdían en el horizonte.

— "¿Estás bien, Claire?"

— "Sí", — dijo la condesa mirando su relicario.

— "creí que lo habías perdido, cariño".

— "Lara lo encontró; esa niña me recuerda en algo a Zenith, le dijo Claire ".

— "Lo sé", — dijo Carlise, que abrazó a su esposa mientras miraban el atardecer en Milishion.