Mientras nos movíamos por el gran bosque, iba en el carruaje con Ars, Lucy, Lara, Edward, además de Ghislaine, Ariel, Eris, Roxy, y la bestia sagrada, los demás niños Mi Nana y mi Silphy iban en otro carruaje con mis padres y hermanas.
—Estoy ancioso por llegar a las tierras feráles, debe estar lleno de chicas lindas—dijo Ars.
—¿Por qué te preocupa eso? , eres muy niño aun —le preguntó Ghislaine.
—Para conocer niñas lindas como tú, Ghislaine. Tú debiste ser muy linda cuando niña, le dijo mi hijo furro.
—Era una salvaje en ese , te habría golpeado hasta matarte —le dijo Ghislaine.
—No lo creo, sé lanzar magia en silencio y usar una espada, te habría derrotado cuando eras niña, le dijo Ars con la misma altiveza de Eris cuando era niña.
—Oh, ya cállate, fanfarrón. Te derrotó fácil, hasta Lara te derrota fácil —le dijo Lucy.
—Es porque eres mayor, yo seré el más fuerte de todos, seré más fuerte que papá y mamá, tomaré su lugar entre las grandes potencias —dijo Ars con orgullo.
—Más humildad, hijo. Un guerrero no se anda pavoneando de sus poderes, un gran poder conlleva una gran responsabilidad, le dije .
—Vaya, papá, eso fue muy profundo —me dijo Edward.
—Pfff, eso lo sacó de Spiderman —dijo Lara, que miraba por la ventana.
—Sí, como sea, a lo que voy, Ars, es que no debes ser un fanfarrón, siempre hay gente más poderosa, ¿entiendes?, le advertí .
—¿Y como el tío Alek?
—Pues pregúntale qué le pasó a tu tío Alek cuando fanfarroneó con Orsted —le dije.
—Creo que entiendo, papá. Entonces un guerrero debe ser humilde y proteger a los débiles.
—Así es, Ars. Siempre debemos proteger a los inocentes y quienes no pueden defenderse —le dije.
—Entiendo, papá… oye, papá, si encuentro una chica ferál bonita, ¿me puedo casar con ella?
—Ufff, creo que debimos llamarlo Sauros Boreas II, dije mirando a Eris quien me sonrió . —Eso también provocó una sonrisa nostálgica de Ghislaine.
—Por cierto, Ars, iremos a las tierras hobbits primero, a hablar con su líder Tims, después iremos con los Doldia. Por favor, no hagas tonterías como las que haces con Rinia y Purcena o Anne aunque ella no es una ferál de verdad , ¿está claro niño ?
—Lo sé, papá. Tía Rinia y Purcena ya me lo advirtieron (…) oye, papá, ¿qué se siente tener un hijo tan guapo? —me preguntó Ars, inflando el pecho.
—No lo sé, pregúntale a tu abuelo Paul —le dije.
—¿A quién iba a salir el niño en lo fanfarrón? —me dijo Roxy mirándome con reproche, mientras yo le guiña a un ojo .
—¿Qué podemos esperar de los hobbits, maestra? —le pregunté a Ghislaine.
—No lo sé, apenas me soportaban en la aldea Doldia y no me dejaban salir de ahí para evitar que atacara a elfos o hobbits, ellos me habrían asesinado —dijo la gata.
—Ya, tranquilo. Los hobbits son personas tranquilas, se parecen mucho a los migurd, es decir, se ven jóvenes, y no se ven de más de 16 o 17 años. La única diferencia es que tienen un modo de vida más como los elfos, viven sobre los árboles y algunos en aldeas en el suelo, me dijo Roxy .
—Orsted me contó que los migurd originalmente eran de esta zona —le dije.
—No lo sé, amor, fuimos expulsados de este lugar en la primera guerra humano demonio.
—Bueno, eso explica por qué los migurd se ven tan humanos —le dije.
—Se ven muchos aventureros por el camino, papá —me dijo Lucy mirando por la ventana.
—Así es, no es temporada de lluvias, así que abundan los aventureros que entran a cazar monstruos o van a los laberintos en la montañas enanas .
—¿Tú estuviste aquí con mamá roja y tío Ruidjerd , papá? —me preguntó Lara.
—No, hija. Solo caminamos por la carretera de la espada sagrada rumbo a Milis y estuvimos unos meses con los Doldia, pero nunca fuimos a una aventura o a hacer misiones aquí. No hay muchos monstruos cerca del camino de la Espada Sagrada, el mana que emite los ahuyenta.
—Leo esta, emocionado, el dice que tú lo rescataste en una ciudad al norte.
—Si, fue hace muchos años. Habíamos llegado desde Windport al puerto de Zant, y tu tío Ruidjerd sintió que habían niñas feráles secuestradas cerca. Así que esa noche, luego de dejar a Eris en una posada porque estaba enferma por el viaje en barco, partimos a su rescate. Ruidjerd acabó con los secuestradores, y lamentablemente, había una niña ferál muerta; no pudimos salvarla, llegamos tarde.
—Eso es horrible —dijo Ariel.
—Así es. En ese grupo estaban las princesas Militona y Tercena , hermanas de Rinia y Purcena respectivamente, y tu sobrina menor, Ghislaine. De hecho, Militona es morena como tú, pero se parece a Rinia, le dije.
—Ella debe ser muy linda —dijo Ars, que escuchaba con atención.
—Sí, como sea. Después de sacar a las niñas, Militona dijo que la bestia sagrada también había sido secuestrada y estaba cerca de donde estaban ellas , así que regresé a sacar a Leo —dije mientras el perro me lamía la cara.
—JEJE, basta muchacho. Cuando ya salíamos, me topé con tu padre y tu hermano, maestra. Me confundieron con un secuestrador y me paralizaron con magia vocal, le dije .
—Gua gua.
—Leo dice que les dijo que tú no eras malo, pero el hermano de tía Ghislaine no le creyó y te tiró a la cárcel —dijo Lara.
—Así es —dije.
—Ghis siempre fue un estúpido —dijo Ghislaine.
—Vaya, si tú lo dices, maestra, sí que lo debió ser, le dije .
—¿Qué quieres decir con eso, Rúdeus?
—Nada, maestra. Siguiendo con la historia, estuve en la cárcel cerca de dos semanas, donde me arrojaron desnudo y me tiraban agua todos los días. Era una chica feral que tenía nariz como un gato.
—Gua gua.
—Leo dice que te gustaba esa chica, papá —dijo Lara.
—JEJE, Leo debe estar equivocado, amor —dije mirando a Roxy y Ariel, quienes me miraban con las mejillas infladas.
—Como sea, ahí conocí a Geese. Pocos días después, los secuestradores regresaron y escapamos de la cárcel . Derroté a varios mientras apagaba el fuego, ya que trataron de quemar la aldea , y ahí llegó Gallus, un santo del norte, el líder secuestrador al cual derroté, y ahí me convertí en un santo del norte. Poco después llegaron Eris y Ruidjerd, el cual mató al secuestrador cuando quiso atacarme por la espalda mientras mamá roja me Abrazaba . Ahí fuimos invitados de honor en la aldea Dedoldia por unos meses mientras pasaban las lluvias, les dije .
—¿Por qué llegaste tan tarde, mamá roja? —preguntó Lara.
—Tuvimos problemas; los feráles casi atacaron a Ruidjerd, y Militona y Tercena les dijeron que las habíamos rescatado . Después hubo problemas con las autoridades de Milis, ahí llegaron los caballeros sagrados y descubrieron a los secuestradores en el puerto de Zant , liberaron al resto de los niños feráles y condenaron a muerte a muchos malos. Por eso demoramos en llegar con Rúdeus.
—Vaya, eso suena como una gran aventura —dijo Edward, que escuchaba con atención.
—Sí que lo fue, le dijo Eris acariciando el cabello del príncipe .
—Así es, y ahí patee a tu hermano y a esa maldita gata que mojaba a Rúdeus —dijo Eris. Ghislaine solo le sonrió.
—Sí, ese imbécil de Ghis se lo merecía —dijo la gata.
Seguimos nuestro camino y en unos días llegamos a una posada en tierras hobbits, en un pueblo fronterizo donde dejamos los carruajes. Sin embargo, el líder vivía en la aldea principal , a un día de camino a pie. Así que la mayoría se quedó en la posada y se dedicó a recorrer la aldea hobbit en la frontera con los territorios ferales y elfos. Debo decir que los hobbits de este mundo no se parecen en nada a los del Señor de los Anillos; de hecho, son parecidos a los migurd, tal vez un poco más bajos, ya que Roxy se ve alta al lado de algunos, aunque también hay algunos altos, aunque no tanto como Cliff, que es mestizo humano. De hecho, el padre de Cliff conoció a su madre en esta aldea cuando viajó en misión evangelizadora, ya que muchos hobbits son milis y hay varias iglesias; ahí conoció a la madre de Cliff, quienes después fueron cruelmente asesinados cuando Cliff era un bebé, por los enemigos del Papa. Cliff estuvo en un orfanato por años hasta que el Papa Harry lo encontró.
Podía ver a varios mestizos con elfos, humanos, enanos e incluso feráles en la aldea donde nos quedamos, pero a medida que nos adentramos se veían más hobbits de raza pura. Por lo que averigüé, su líder, Tims, es un buen sujeto y no pone problemas con los mestizos, ya que los hobbits son más abiertos al amor interracial; de hecho, dicen que una de las esposas de Tims es una mujer ferál.
La comitiva era toda mi familia: mis esposas (incluida Ariel), mis hijos y Ghislaine. Papá decidió quedarse con mis madres, mis hermanas y Alek, recorriendo la triple frontera y reuniendo información, lo mismo que Elinalise y Clive, quienes decidieron no venir, aunque sospecho que es porque Elinalise, en sus tiempos de putita , debió acostarse con varios hobbits y no quiere que la reconozcan. Por el camino vimos varios aventureros: humanos, enanos, elfos, ferales e incluso algunos demonios (aunque no muchos), los cuales se dedicaban a limpiar el lugar de goblins o monstruos, o simplemente se dirigían a las tierras y mazmorras de las montañas enanas.
Cuando llegamos a la aldea hobbit —más que aldea, era una ciudad en los árboles—, era hermosa, mucho más elaborada que la aldea de los feráles; con hermosas molduras de madera talladas de los mismos árboles y grandes puentes qué conectaban una árbol de los otros , era hermosa aunque algo incómoda para un humano o un ferál, ya que me di tremendo cabezazo cuando entraba a la residencia de Tims.
—Lo siento por eso, Dios del Cauce. Mi esposa ferªl y mis hijos mestizos siempre se golpean ahí, creo que mandare a hacer más alto el techo —me dijo el líder hobbit con una sonrisa, en la lengua del Dios Bestia.
—Gusto en conocerlo, majestad —dije haciendo un saludo noble.
—No me diga así, Dios del Cause. No soy un rey. Recibí su carta y me alegra que visite nuestra aldea. Mi esposa me ha dicho que usted ya ha establecido una alianza con las tribus feráles.
—Así es. El Dios dragón Orsted le envía saludos, y queremos a los hobbits en la alianza contra Laplace, le dije .
—Ya veo —dijo mirando a Roxy, Lara y Lily—. Pero veo que está casado con una mujer demonio y tiene hijas mestizas.
—Así es. De hecho, hay demonios en la alianza; no todos son aliados de Laplace. De hecho, los Superd y los ogros están aliados con nosotros, le dije .
—¿Los Superd? —dijo algo asustado.
—Así es. No se preocupe —dije explicándole la situación.
—Bien, en ese caso, déjeme decirle que los hobbits no tenemos problemas en entrar en la alianza si es solo de ayuda y no interviene en nuestro gobierno.
—Me alegro de escuchar eso, señor —dije mientras le daba los presentes que enviaba Orsted: cosas como relojes, libros escritos en Dios Bestia especialmente para la gente del Gran Bosque y cosas que he inventado, además de cosas que me dijo que los hobbits aprecian, como pieles y dulces, tal como los migurd.
Después de presentar a mi familia, Tims nos invitó a un banquete donde conocimos a su familia. El que era bastante extensa: tenía diez hijos y se veía de 16 años (eso era raro), tenía varias esposas hobbits y una ferál de Dedoldia, pero al parecer la esposa ferál era la esposa alfa, como decía Rinia.
Mi familia quedó maravillada con la ciudad hobbit: sus escaleras y cómo cruzaban los árboles era espléndido. Pasamos la noche ahí y al día siguiente nos despedimos de Tims. Próxima parada: la aldea Doldia, donde Ghislaine no había estado en 30 años.
—¡Me encantó la ciudad de los hobbits! Es hermosa —dijo Silphy.
—Sí, fue muy bonito —dijo Roxy, aunque me miraban curiosos—. ¿Qué te dijo de mí, Rudy?
—Dijo que le causaba curiosidad que, si hacía alianza contra Laplace, estuviera casado con una demonio —le dijo Ghislaine.
—Oooh, ¡pero sé que me habían confundido con una hobbit!
—Eres muy alta para ser una hobbit, amor, y tienes el pelo azul. Jaja, Orsted dice que tu raza y la de ellos están emparentadas —le dije.
—No eran tan bajos. Tims era del porte de Roxy, dijo Ariel.
—Sí, tal vez por eso es el líder. Me fijé que entre más altos, más rango tenían —dije.
—Cliff sería el emperador aquí —dijo Eris.
—El emperador de los venados. Cliff parece un humano de bajo tamaño; solo se nota que es medio hobbit porque envejece lento. Aunque se ve de 20 años, ya tiene 30 —dije.
¿Emocionada por ir a la aldea Doldia, Ghislaine? preguntó a Eris:
—Eeeh, veremos qué pasa —dijo con una sonrisa algo nerviosa.
Unos días después estábamos todos en las afueras de la aldea Doldia. Mientras llegábamos, varios guerreros empezaron a correr a al lado de nuestro carruaje . Leo pidió que le abrieran la puerta y empezó a correr por la aldea y a ladrar, causando expectación al verlo.
—¡Es la bestia sagrada! ¡Rinia y Purcena están aquí También¡… ooh, la elegida está aquí! —oí decir varios a que corrían a lado del carruaje mientras miraban a Lara sorprendidos.
Cuando se detuvieron los carruajes y bajamos, los feráles rodearon a Lara, que estaba junto a Leo, y muchos le acariciaban el cabello con mucho respeto. Lara los miraba sin inmutarse y se arreglaba el cabello cada vez que la tocaban.
—Ya déjenla, miau. La elegida viene con nosotras dijo Rinia.
—¡Cállate, Rinia! ¡Tú no nos das órdenes! —dijeron de pronto dos hermosas mujeres feráles que salieron de entre la multitud. Una era idéntica a Purcena, y la otra se parecía a Rinia pero con piel morena como Ghislaine: eran Militona y Tercena.
—¡Cállate, miau! ¡Somos las guardianas de la bestia sagrada , junto con Purcena! Entrometida.
—¿Y Dónde está esa gorda? —dijo Tercena.
—¡¿A quién llamas gorda, estúpida?! —dijo Purcena—. Somos quienes protegen a la bestia sagrada y a la elegida —dijo la perra bastante molesta.
—Veamos qué puedes hacer, gorda —dijo Terceba. Sin embargo, no hubo pelea porque Eris saltó sobre ellas como mosca a la miel.
—¡Hay que lindas están! ¡Las extrañé mucho! —les dijo Eris, que abrazó a las hermanas de las furras con fuerza—. ¿Me recuerdan? Soy Eris. Recuerdan que estuve aquí cuando era niña. ¡Qué lindas son! Rúdeus, llevémoslas con nosotros, por favor —me dijo Eris.
—Sí, papá. Llevémoslas con nosotros las cuidare —me dijo Ars, babeando al ver a Militona.
—Claro que no, par de furros. Princesas, perdonen el comportamiento de mi esposa y mi hijo —les dije.
—Oh, señor Rúdeus, ¿cómo estás, miau? No se preocupe, también queríamos ver a Eris —dijeron Militona y Terceba abrazando a Eris.
—La extrañé mucho, mucho. Quería venir a verlas, pero cuando Rúdeus vino estaba embarazada —les decía Eris.
Podía ver a Rinia y Purcena molestas porque Eris abrazaba a sus hermanas; podía oler los celos, especialmente en Purcena, igual que cuando tienes un perro y de pronto acaricias a otro, y el perro que siempre acaricias empieza a gruñir; era exactamente lo mismo.
Mientras los feráles estaban ahí rodeándonos, riendo y mirando a Lara, de pronto bajó Ariel y tras ella Ghislaine. Cuando los feráles la vieron, se alejaron inmediatente de ella, y cuando reconocieron su olor, los mayores salieron huyendo como si hubieran visto al mismísimo demonio.
—¿Qué demonios? —dije.
—Te dije que no tengo buena reputación aquí —me dijo Ghislaine.
Si pero no me imaginé que salieran huyendo y tomaran a sus hijos y corrieran —dije mientras entre los arbustos los doldia nos miraban, incluso podía ver sus ojos brillar entre los arbustos, tal como los perros o gatos de noche—.
—Quien es ella, miau?— dijo Militona poniéndose en postura defensiva y engrifando su cola como un gato asustado al ver a su tía, lo mismo que Tercena.
—Ya basta, miau. Ella es la tía Ghislaine, no tengan miedo. Ella es una caballero dorada del reino de Asúra, miau— les dijo Rinia .
—La tía Ghislaine, ¿dijiste?— dijo Militona, que trataba de escapar del abrazo de Eris.
—Ya cálmate, miau. Ella viene con nosotras y es la maestra del jefe y de la señora Eris, miau—.
—Qué cobardes, Nano, y así quieren ser matriarcas —les dijo Purcena.
—Princesas, quiero ver al líder Ghis —les dije.
—Claro, miau. Papá llegará pronto, pasen por favor —dijo Militona haciéndonos pasar a un gran salón sobre los árboles .
—Qué demonios hiciste aquí que todos se ponen así, gatita?— le preguntó Paul a la gata.
—Ya te lo dije rata , era una salvaje—.
—Ufff, claro que eres una salvaje, sobre todo en la cama —le dijo Paul con un susurro y una sonrisa, lo que le valió un zapatazo de Zenith.
—Jajaja, eso te lo mereces, maldita rata, pero aún así me sorprende la actitud de tu pueblo gaita —le dijo Elinalise.
—Yo era un animal sin control, solo me calmé con el entrenamiento de Gal Farion y cuando empecé a trabajar con ustedes —les dijo la gata.
—En serio, en esa época eras salvaje, matabas todos los monstruos— le dijo Elinalise .
—De hecho, estaba calmada en ese tiempo.
Paul y Elinalise se dieron una mirada complicada.
Militona y Tercena nos hicieron pasar a un gran salón donde nos hicieron pasar la primera vez que estuvimos aquí hace tantos años. Obviamente, comparado con las casas hobbit, son mucho más rústicas, pero siempre me sentí cómodo aquí, tal vez debe ser porque viví aquí 3 meses cuando era niño, y estoy acostumbrado a convivir con feráles . Sin ir más lejos, mi esposa tiene sangre feral, y me besé y le toque el culo y las tetas a dos princesas feráles en la universidad. ¡Santo Dios! Rinia, Purcena y Ariel; con dos me besé y con la otra tengo dos hijos. Mujeres de la realeza… ¿Qué demonios? ¿En serio estoy haciendo esto? Yo, un simple chico sudamericano que cuando era niño lo único que quería era ir al monte a andar en bicicleta después de clases… ¿Cómo demonios pasé de eso a pasar por estas situaciones? Es como que en mi otra vida hubiese sido novio de las princesas de Bélgica y Holanda y me estuviera tirando a Diana de Gales. ¿Cómo demonios pasé de andar en una vieja bicicleta oxidada cuando era niño, jugando a los vaqueros e indios con Sergio y Lucho (donde Lucho era el indio obviamente ), a estar hablando con monarcas de todo el mundo y tirándome a la más poderosa de ellas, sin contar a Eris, que es una noble, casi una princesa en Fitoa? A veces todo esto me parece casi ridículo, pero aquí estoy, frente a frente a unas chicas con orejas de gato y princesas de su pueblo.
De pronto, unos codazos de Ghislaine me devolvieron a la realidad.
—Qué pasa?, le dije.
—Rinia morena, te está hablando, Rudeus— me dijo Ghislaine .
—Me llamo Militona, tía Ghislaine, miau, pero puedes decirme Tona.
—Claro, Tona —dijo la gata, que estaba ahí sentada tranquila pero aún así intimida a Tona y Tercena, a las cuales Eris aún abrazaba.
—Qué me decían?— pregunté.
—Le preguntábamos si esa niña de pelo azul es la elegida, miau. La bestia sagrada dice que es ella—dijo Tona .
—Eeh, sí, bueno, eso dice la bestia —dije.
—Ya veo —dijo Tona, que se escapó del agarre de Eris y se agachó para acariciar el cabello de Lara.
—Tía Rinia, ¿por qué tu hermana me toca el cabello?— preguntó Lara.
—No te asustes, miau. Es de buena suerte —le dijo la gatita.
En eso, Ars se puso de pie, se acercó a Militona y se puso una rodilla en el suelo mientras le tomaba una mano a Militona, la que lo quedó mirando confundida.
—Mi señora, eres tan hermosa, quisiera pedir su mano en matrimonio —dijo mi hijo el furro ante las miradas sorprendidas de todos.
—Rinia, ¿qué me dijo este niño, miau?
—Él es el hijo del jefe y Eris, acaba de pedir tu mano, miau, le dijo Rinia .
—Oooh, ya veo, pero es muy pequeño para mi aún, miau. Dile que debe esperar a que cumpla quince años y hablar con papá, miau.
—Nadie pedirá nada —dije hablando en idioma del Dios bestia—. No le hagas caso a mi hijo, siempre hace eso con Rinia y Purcena. Le gustan las chicas bestias, Militona, jejeje.
Tú, ¿qué demonios crees que estás haciendo, niño?— le dije a Ars cambiando a idioma humano .
—Pero papá, mírala, es hermosa. Yo la cuidaré toda mi vida y le daré carne. Mirala Es más hermosa que Rinia.
—Oye, miau, te estoy escuchando. No más abrazos para ti —le dijo Rinia.
—Ya siéntate ahí y no hagas más estupideces, Ars. Esto es serio, y cuando llegue Ghis, cierra la maldita boca, ¿entiendes?— le dije enojado.
—Lo siento, papá —me dijo Ars al cual senté al lado de sus hermanas.
—Jaja, él quería casarse con una princesa ferál, ¡pero qué idiota! —le dijo Lara.
—Cállate, eso no es tu problema, hermana.
—¡Idiota! ¡Jajajaa!.
—Ya compórtense los dos —los regañó Lucy—. ¿Por qué no pueden ser como Siegh, Edward o Clive ?— les dijo Lucy.
—Ooh, por favor, esos tres no dicen nada, pero no le han quitado la vista de encima a Tercena —dijo Ars, y efectivamente los tres niños miraban las generosas tetas de Tercena, quien usaba un vestido revelador, Lucy al ver a Clive mirando a la chica perro infló sus mejillas.
Todo esto provocó la molestia de las furras oficiales de la familia Greyrat, a quienes no les causó ninguna gracia que las miradas que siempre iban dirigidas a ellas, ahora se dirigieran a sus hermanas.
Así que, mientras mi hijo y Eris estaban embobados con Tona y Tercena, yo presenté a mi familia y extensa comitiva. Las chicas feráles se sorprendieron de que el Dios del Norte viniera con nosotros, mientras Norn, Aisha y Lilia miraban todo con curiosidad.
Estábamos en eso cuando, finalmente, llegó Ghis. Al entrar, tuve la impresión de que se había hecho caca en los pantalones al ver a Ghislaine sentada ahí con nosotros. Su piel se volvió literalmente blanca como el papel, y pude ver cómo sudaba de los nervios, además de cómo agitaba la cola, como los gatos cuando presienten el peligro. Así que hice lo que me dijo Orsted qué hiciera ante estas situaciones: había que bajar el perfil a la tensión, así que rápidamente me puse de pie.
— Gustó en verte, majestad.
— Oooh, Rúdeus , gracias a Dios estás aquí. — dijo aún mirando a Ghislaine. — Gustó en verte, chico, y solo llámame Ghis.
— Lo siento, Ghis. El Dios Dragón te manda saludos y unos obsequios. — dije, entregándole lo de siempre: libros, gemas y una gran cantidad de salames y carne encurtida.
— ¿A qué debo tu visita, muchacho?
— De hecho, no pensaba visitarte hasta que Lara cumpliera quince años, pero Rinia y Purcena insistieron en venir le dije .
— Ah, claro, Lineana y Purcena… ¡Oh! Y la Bestia Sagrada está aquí. — dijo recién entrando en razón de la presencia de su hija y la Bestia Sagrada.
— Ya veo. — dijo mirando a mi familia. — Veo caras conocidas y otras que nunca he visto. Es un gusto volver a verte, Eris. — le dijo a mi esposo.
— Oh, sí, el gusto es mío. — dijo Eris, que aún abrazaba a Tersena y le acariciaba tras la oreja mientras la perrita movía la cola.
Así que presenté al resto de mi familia, incluidos Elinalise, Clive y Kalman y "Kleene" . Ghis quedó mirando a Elinalise por alguna razón… ¡Ufff! Seguramente se la sirvió años atrás, pensé.
— Bien, Lineana, Purcena, ¿ya decidieron quién regresará? Preguntó el gato.
— Así es, yo lo haré. — dijo Purcena. — Volveré con la elegida para el ritual cuando cumpla quince años y tomaré el puesto de matriarca de la tribu.
— Ya veo. ¿Tú, Lineana, estás de acuerdo con eso?, le preguntó el gato.
— Así es, padre. Purcena es más fuerte que yo, y entrena con la Reina Espada Eris. No puedo derrotarla; ella es la mejor opción miau.
— Veo que has madurado, hija. ¿Te casaste?
— No, padre, aún no. Y estoy bien. Soy ejecutiva en la empresa de mercenarios y trabajo para el Jefe y el Dios Dragón. Además, me siento más cómoda entre humanos… miau… así como la tía Ghislaine.
— Ya veo. — dijo mirando de reojo a Ghislaine, a quien no le dirigía la palabra aún. — En ese caso, me alegro por ti, hija. Si eres feliz, yo soy feliz. Y en cuanto a ti, Te estaremos esperando, Purcena, pero debes saber que Militona y Tersena serán rivales fuertes.
— Las derrotaré. Entreno con el Jefe, que es el Dios del Cause , y con Eris algunas veces por semana. Soy más rápida y fuerte que antes.
— ¿Dios del Cause? — dijo Ghis impresionado. Así que tuve que explicarle lo que había pasado en la guerra con Geese.
— Vaya Ya veo, así que lo mataste .
De pronto se fijó en Lara y se acercó a ella, agachándose hasta quedar a su altura.
— Hola, niña. Así que tú eres la elegida, le dijo el gato .
— ¿Qué demonios es eso, y quien rayos eres tu ?, le dijo Lara.
— Guau, guau. — ladró Leo.
— Jaja, ya veo. Así que ella es… ¡Quién lo diría!, una humana con sangre demoníaca. — dijo acariciando el cabello de Lara. — Debes venir cuando tengas quince años. Debemos hacer una gran ceremonia donde todas las tribus feráles vendrán.
— ¿Debo hacer algo? ¿Comprar algo?, dije.
— Oh, no te preocupes. Nosotros nos encargaremos de eso. — dijo Ghis. — Siéntanse como en casa. Lleven a los invitados a las cabañas para que descansen. Tendremos cena en la noche. — les dijo a unos chicos feráles tras él.
— Te lo agradezco. Y así todos siguieron a los feráles qué los llevaban a la cabañas , salvo Eris y yo, que nos quedamos sentados con Ghislaine, quien no se movió.
— Vamos a descanzar un rato , maestra, le dije.
— Tienes muchas agallas de venir aquí después de todo lo que hiciste. Pensé que habías muerto en alguna sanja y los monstruos habían devorado tu cadáver. — dijo de pronto Ghis, quien, por alguna razón, estaba pálido y temblaba cuando dijo eso.
Eris se puso de pie y estaba empezando a desenfundar su espada, pero Ghislaine la detuvo con una sonrisa. Eris, de mala gana, se sentó a mi lado.
— Ha pasado mucho tiempo, alteza. — dijo Ghislaine arrodillándose ante su hermano, algo que sorprendió a Ghis.
— Escuché rumores sobre ti, pero jamás pensé ni en mis peores pesadilla que serían verdad, una reina espada ferál, la loba negra te dicen , le dijo Ghis.
¿A que has venido? a vengarte de nosotros por abandonarte a tu suerte en medio de la nada, y dejar que ese espadachín errante te llevara amarrada como a un animal.
— No, ¿por qué haría eso? — dijo Ghislaine.
— Porque te abandonamos para que murieras , nosotros tu propia familia, tu propia gente.
— Bueno, era salvaje no servía en la tribu , era lo más lógico que hacer conmigo, y es lo que se hace con los salvaje, era la tradición. — le dijo Ghislaine.
— ¿No nos guardas rencor? Le preguntó Ghis.
— No, de hecho creo que son ustedes quienes aún me guardan rencor por el pasado . — le dijo la gata.
—No es rencor, es miedo. Hice estragos cuando era una niña, de hecho aún creo que me vas a atacar en cualquier momento, le dijo el gato .
— Veonque aun ere sin niño cobarde. Y Ya no soy así hermano , mi maestro me enseñó a controlar mi ira, me he calmado y ahora soy una de los caballeros dorados de Asúra estoy al cuidado de su majestad y los príncipes herederos.
— Rúdeus y Eris me hablaron de ti hace muchos años pero no les creí, pensé que hablaba de una mujer con tu mismo nombre, no podías ser una reina espada, maga y saber leer y matemáticas .
— Sí, entiendo que no les creyeras, pero todo esto se debe a que me abandonaron y tube suerte , debieron asesinarme cuando era niña como era la tradición , si no me hubieran entregado al Dios del Filo jamás sería quien soy ahora, le dijo la gata .
— Ya veo, él debe ser un gran hombre.
— Lo era. Eris lo asesinó. — dijo mirando a mi esposo, lo que puso más pálido a Ghis.
— Ya veo. ¿Pero que haces aquí? Si eres la que cuida a la reina de Asúra y a los príncipes .
—Oh, es que ella y lso príncipes están aq(....).
—ella le dio un permiso, especial interrumpí a Ghislaine antes de que delatara Ariel y mis hijos.
—Si eso, Rúdeus me consiguió un permiso. Por cierto, ¿Papá está vivo? Preguntó La gata.
— Sí,el ya está anciano, vive en una aldea vecina en retiro con los demás ancianos feráles .
— Quisiera verlo, dijo Ghislaine .
— Está bien, te llevaré, pero quisiera que Rúdeus nos acompañará, dijo mirándome con súplica .
— Tranquilo, no haré nada. Pregúntale a Rinia, hasta hemos combatido juntas durante la proclamación . — le dijo Ghislaine.
—¿ Lineana? ¿Encerio? Vaya creo que en verdad ella a madurado si es una guerrera , — dijo Ghis impresionado por esto último.
— Aunque ella es una cabeza hueca, es mucho más inteligente que tu y yo , — dijo Ghislaine — y últimamente ha hecho un gran trabajo como jefa mercenaria.
Ghis, por primera vez, le sonrió.
— Ya veo, qué bueno verte nuevamente, hermana. Eres bienvenida a la aldea, aunque no te sientas mal si los que te conocieron huyen de ti cuando te vean, aun causas temor entre los Doldia .
— Lo entiendo. — le dijo la gata, quien se puso de pie frente a su hermano.
— ¿Tienes hijos, hermana?
— No, nunca me casé y no me interesa casarme, estoy bien como estoy, ademas ya estoy vieja para ponerme a parir , le dijo Ghislaine .
— Así que eres una virgen guerrera. — le dijo Ghis.
— No soy virgen, estuve tres años apareándome con el padre de Rúdeus cuando era joven, lo hacíamos como salvajes en mi periodo de celo, dijo Ghislaine sin ningún filtro .
— Ya veo, ¿y nunca quedaste embarazada hermana?
— No, mi entrenamiento es muy duro, seguramente no pude concebir por eso, el embrión no se pego en mi útero .
— Oye Ghislaine, no quiero saber de eso que hacías con mi padre, con un demonio . — le dije.
— Es algo natural, no sé por qué a los humanos les da vergüenza hablar de eso. — dijo Ghis.
— Sí, todos son así, les da vergüenza hablar de apareamiento pero siempre están en celo, ¡quién los entiende! — dijo Ghislaine.
— Así que te gustan los humanos, creo que Lineana es igual que tu . — dijo Ghis.
— No es que me gusten, es que prefiero a un Paul, que a un cara de mono o un enano homosexual . — dijo Ghislaine , — y el humano me pareció más atractivo cuando estaba en celo .
— Aaagh Maldita sea, ¡yo me voy! — dije saliendo del lugar.
— Así que Paul Greyrat… veo que a esos hombres Greyrat les gustan las mujeres peligrosas de familia. — dijo mirando a Eris.
— Supongo que sí, dijo Ghislaine .
— ¿Qué estás diciendo, maestra? — dijo Eris, que no sabía hablar el idioma de las bestias.
— Nada, vengan, vamos a sus cabañas, les dijo Ghis . Así que esa mañana se acomodaron en la aldea.
En eso en que estaban acomodándose, Ghis se cruzó con Paul que miraba la aldea desde lo alto .
— Tú eres un demente , le dijo Ghis.
— ¿Perdón? Le dijo Paul confundido.
— ¿Cómo fue que mi hermana no te mató cuando te apareaste con ella?
— Bueno, porque no la obligué. — dijo Paul — y habla más despacio, vengo con mis esposas. Ghislaine no me mato, pero Zenith sí puede hacerlo.
— Ya veo, por cierto ¿esa elfa de ahí quién es?
— Es Silphy, la esposa de mi hijo.
— No hablo de ella, hablo de la elfa rubia.
— Elinalise… ¡ah!, ya veo, ya la conocías. — dijo Paul sonriendo.
— No, solo me recuerda a alguien a quien conocí hace años.
— Pues ella es amiga de Ghislaine, están en la cabaña ahora con Silphy y mis nietos.
— Debo hablar con ella. — dijo Ghis, quien partió rumbo a la cabaña.
—Uuuf, pobre hombre, de seguro escuchó de Elinalise y quiere en amarse con ella, ¡uuf!, está jodido. Desde que Cliff desarrolló ese collar que anula su maldición se le quitó lo puta, pensó Paul.
Mientras en la en la cabaña, Ghislaine estaba hablando con Silphy y Elinalise en compañía de Lucy, Clive y Siegh, cuando les hablaron desde la puerta .
— ¿Puedo entrar? — dijo de pronto Ghis.
— Claro. — dijo Ghislaine — ¿Vamos a ver a papá ya?
— No, en la tarde. Quiero hablar con la elfa.
— ¿Con cuál de nosotras, querido? — le dijo Elinalise.
— Contigo.
— Eeeh, niños, vayan afuera. — dijo Elinalise pensando que tal vez en el pasado se sirvió al hermano de Ghislaine.
— No es necesario, no es nada malo. — dijo el ferál.
— Bueno, ¿qué necesitas?, le dijo Elinalise
— Puedo estar equivocado, pero tú te pareces a un viejo amigo mío. — dijo Ghis — Tal vez seas su hermana.
— ¿Amigo? ¿Hablas de un elfo?, pregunto Elinalise.
— Así es, hace treinta años cuando yo aún era un niño, ayudé a un elfo a escapar con una humana con sangre Adoldia, y nunca más vi a ese elfo. Él era mi amigo, dijo el gato .
— ¿Cómo se llamaba? ¿Tu amigo? — preguntó Elinalise.
— Se llamaba Laws, vivía en la frontera entre los territorios elfos y feráles. Los elfos lo habían expulsado de la aldea de los elfos y ahí lo conocí y nos hicimos amigos. A veces cazábamos juntos.
— Ya veo. — dijo Elinalise, limpiándose una lágrima. — Laws es mi hijo, es el padre de Silphy. — dijo mirando a su nieta.
— Tú eres la hija de Laws y esa chica humana Adoldia… ya veo, pareces elfa pero tu cabello tiene la textura de una Adoldia. — le dijo Ghis — Me alegro saber que ellos escaparon y tuvieron una familia. ¿Dónde está Laws ahora? — preguntó Ghis con una sonrisa .
Pero esa pregunta ensombreció las caras de Elinalise y Silphy.
— Papá y mamá murieron en el accidente de teletransportación hace ya dieciocho años. — dijo Silphy.
— ¿Qué? Ya veo… lo siento, no lo sabía. Rezaré por su descanso. — dijo Ghis, que se puso de pie para marcharse.
— Espere, señor. — dijo Silphy — Usted lo conoció, ¿cómo era papá en esa época?
— Bueno, era mucho mayor que yo pero se veía joven, era un elfo. Conoció a tu madre mientras recogía frutas, él la salvó de un jabalí. Ellos se enamoraron, pero no los dejaron estar juntos ya que tu madre era esclava de los adoldia . Un día tu madre iba a ser vendida como esclava a unos contrabandisgas del puerro de Zant , así que le avisé a Laws. Esa noche sacamos a tu madre de la aldea Adoldia, los hice huir hacia Millishion , mientras yo llevaba un señuelo en la dirección contraria. Nunca supe si lo habían logrado… me alegro saber que sí fueron felices. — dijo Ghis acariciando el cabello de Lucy y Siegh. — por cierto ¿Estos son tus hijos con Rúdeus ?
— Sí señor, dijo Silphy.
— Sí, su abuelo fue un gran amigo mío niños. — les dijo Ghis — Era una buena persona, él estaría feliz si estuviera con vida.
— Gracias por contarnos eso, señor. Ahora sé un poco más de mis padres. — le dijo Silphy — Tal vez podría hablarme más sobre ellos.
— Claro, pero ahora iré con Ghislaine a ver a papá. — dijo Ghis, que se fijó en Elinalise y Clive.
— Lamento lo de tu hijo. — le dijo Ghis.
— Yo también, le dijo la elfa .
— ¿Y él quién es? Dijo mirando a Clive.
— Él es el hermano de Laws, se llama Clive. Laws era hijo de un humano, y él es hijo de un humano hobbit. Ya sabes, las elfas vivimos mucho.
— Sí, lo sé. Laws tendría ochenta y cinco años si estuviera vivo. —dijo Ghis acarició el cabello de Clive.
— Tu hermano mayor era un buen amigo. Si necesitas algo alguna vez o tiene problemas con los feráles , no dudes en buscarme. — le dijo Ghis al pequeño medio elfo.
— Lo haré, señor. —le dijo Clive.
— Vamos, Ghislaine, debemos volver al anochecer.
— Claro. — dijo la gata, quien salió con su hermano corriendo como gatos a toda velocidad.