—¿Vas a ir a casa a cambiarte? —le preguntó Mindy a Gideon.
—Solo si es necesario —respondió Gideon—. Preguntaré a las enfermeras si tienen algo que pueda usar. Si no, volveré lo más rápido que pueda.
—No te preocupes, no la dejaremos sola —le aseguró Tatiana.
Gideon salió de la habitación llena de gente y se detuvo en el pasillo para respirar hondo. Las últimas horas habían sido estresantes, y ahora que la habitación estaba llena, necesitaba un respiro para asimilar la realidad: ¡era padre!
Gideon había pasado mucho tiempo solo, luego Mindy entró en su vida y, unos meses después, se convirtió en padre. Era surrealista.
Su niña era perfecta y no podía esperar para pasar más tiempo con ella. Pero primero, un cambio de ropa. ¿Dónde se habían ido todas las enfermeras?
En la habitación VIP, Mindy sostenía a Lavender y mujeres rodeaban su cama de hospital.
—¿Cuándo es seguro que me levante? —preguntó Mindy a Travis. No quería quedarse en cama y parecer una persona enferma.