Page observó el atuendo de Violeta. —Te ves deslumbrante. Estoy seguro de que a tu compañero le encantará.
El estómago de Violeta se tensó. —¿Podemos no hablar de eso?
—¿De qué QUISIERAS hablar? —preguntó Robin—. ¿No quieres encontrar a tu otra mitad?
—Quiero pero… —también era aterrador. ¿Y si él no es bueno? ¿Y si no le gusta ella?
—¿Pero? —preguntó Escarlata.
Violeta sacudió la cabeza. —La multitud allá abajo parece mucha gente, pero es solo una fracción comparada con el mundo. Mi compañero podría ser de otra manada, o un humano, o tal vez en un reino diferente. Quiero concentrarme en la carrera. Encontraré a mi compañero cuando llegue el momento. Eso es todo. Ayúdame a prepararme —se giró de espaldas a Page—. Este cordón está un poco suelto. Arréglalo…
La puerta se abrió y Lavanda asomó la cabeza.