Ella confió las tareas más desafiantes a los más fuertes entre ellos, una elección que nació de su entendimiento de sus habilidades.
El grupo se quedó atónito. Esta marcó la primera ocasión en que ella había dado órdenes tan directas, su comportamiento irradiando la presencia autoritaria de una líder. La forma en que abordaba la organización y elaboraba estrategias era poco menos que notable. En el pasado, solía crear planes que ofrecían las soluciones más fáciles para que ellos siguieran, permitiéndoles la libertad de elegir sus acciones. Sin embargo, hoy, tomó el mando, guiándolos con una confianza inquebrantable.
—Todos, necesito vuestra fuerza y apoyo —anunció con un tono serio, ajena a la mirada sorprendida en los ojos de Bing Xue.
—Somos todos tus camaradas, maestra. Tus palabras son nuestro deber y lo cumpliremos —declararon las bestias orgullosamente, sus pechos hinchados en expresiones de admiración y lealtad.