Saliendo de los confines del Campo de Dahlia, donde Yao la había arrastrado por la fuerza, Shenlian Yingyue inicialmente descartó su encuentro con él como una simple aberración. Después de todo, ella era humana y él un demonio. Aprovechando el momento en que todos estaban distraídos por Yao, hizo su rápida huida.
Orquídea de Jade y los demás intentaron perseguirla, pero sus esfuerzos fueron inútiles. La velocidad de Shenlian Yingyue era incomparable; su poder desafiaba los límites del entendimiento común.
Yao no hizo ningún movimiento para intervenir. Era muy consciente de que sus intentos serían en vano, y aunque de alguna manera tuvieran éxito, no tenía ningún interés personal en el resultado. Su única preocupación era asegurarse de que ella no perturbara el ritual del príncipe.