—¿Qué demonios están diciendo? ¿Que la Hera que he sido todo este tiempo era alguien más? ¿Y que Heaven Liu en realidad es... Hera? —pensó, diciéndose a sí mismo que no saltara a una conclusión ridícula—. Pero de nuevo, por muy ridícula que fuera, tenía mucho más sentido que cualquier razonamiento lógico.
Puede sonar ridículo, pero de alguna manera, tiene sentido.
Dragón mantuvo los ojos cerrados, recordando su primer encuentro con Heaven Liu y la primera vez que Hera despertó de su coma. En aquel entonces, sintió que algo era extraño. Cuando Hera despertó, estaba murmurando algo y mencionó el nombre de Cielo.
Eso había sido un misterio para Dragón.
Inicialmente, se preguntó por qué diría el nombre de Cielo en un estado tan confuso. Sin embargo, ese pensamiento fue relegado al fondo de su mente debido a todo lo que había sucedido. Pero ahora que lo pensaba, todo resurgía bajo una luz diferente.
Si esta era la ridícula verdad, entonces todo tenía sentido.