El decreto del Rey se divulgó por todo el reino. Además de las copias oficiales de los decretos enviadas por mensajeros reales, se liberaron cientos de palomas mensajeras desde el palacio para acelerar la difusión de la información.
Según el contenido del decreto real, los súbditos de Abetha habían perdido el favor de la diosa que supervisa la tierra. Esta diosa, desatendida y decepcionada, retiró la bendición de abundancia que había concedido a la gente. Para recuperar su favor, los hijos que disfrutaron de su gracia deben demostrar su fe a la Deidad de la Tierra una vez más.