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La densa niebla que envolvía la isla parecía rodear a Mira en cuanto puso pie en su terreno. Cada dirección parecía igual y no había un camino discernible por delante. Pero en lugar de sentirse desorientada, había una inusual sensación de nostalgia que la embargaba.
Mira comenzó a caminar, dejando que sus instintos la guiaran a través del velo. Con cada paso, la niebla parecía abrirse ligeramente, revelando fragmentos de recuerdos.
Comenzó con el nacimiento de un ser… un zorro. El cielo se iluminó, una cantidad masiva de Qi había rodeado a la criatura, y eventualmente, se convirtió en lo que hoy se conoce comúnmente como un zorro.
El crecimiento del zorro fue lento. Solo podía depender de sí mismo, pero con la abundancia de Qi, tesoros y libertad, la mayor parte del tiempo la pasó probando los límites de su cuerpo.