La amplia escalera, construida de cristal etéreo, se espiralaba hacia arriba. Estaba rodeada por un masivo pilar de luz, indicándole que había llegado al centro de la isla.
Mira miró los escalones, las facetas relucientes reflejando su expresión disgustada. No estaba solo mirando un conjunto de escalones; veía una subida interminable, otra prueba.
Observó a su alrededor, tratando de localizar a otros participantes, pero por primera vez, no vio a nadie.
Infierno, ni siquiera vio rastros de alguien más.
—Parece que soy la primera en llegar —dijo Mira en voz alta, no muy sorprendida. No pensó que muchas personas elegirían entrar a un lugar donde solo había oscuridad.
A menos que fueras un tipo específico de bestia, tuvieras una afinidad única, o estuvieras loco, no vendrías a esta isla. Incluso entonces, esas voces y monstruos eran bastante inquietantes.