Esta cámara está insonorizada **

Clara se retorció en éxtasis cuando Edgar alternó amasando sus pechos con una mano y mimó sus pezones con sus labios y lengua. Cada toque suyo le brindaba tanto placer a la joven y curiosa mujer.

¡Así se siente esto!

El cerebro de Clara quería gritar su alegría, pero se sentía avergonzada porque ahora estaban en la casa de sus padres políticos y acababan de llegar aquí.

No debería hacerles pensar que era una mujer tan lasciva porque oyeran sus actividades en la habitación tan tarde en la noche como esta. Aún necesitaba mantener las apariencias.

Al ver cuánto disfrutaba Clara del trato a sus pechos, Edgar sonrió levemente y continuó lo que estaba haciendo. Estaba feliz de encontrar un punto sensual de su mujer y darle placer para oírla gemir su nombre suavemente una y otra vez.

Luego, continuó su exploración hacia su abdomen, sus brazos por dentro, sus caderas, sus muslos por dentro hasta sus pies. Ella era cosquillosa en algunas áreas y extremadamente sensible en otras.