¡Vamos de Aventuras!

—¿Así que ha pasado algo? —Julián tosió—. Quiero decir que no tienes que decir nada, pero escuché que estabas llorando y…

—Estoy bien —respondió rápidamente Rowena—. Ella se aclaró la garganta y sonrió incómodamente—. Estoy… estoy bien ahora, Julián. Así que no tienes que preocuparte por mí en absoluto. Solo estoy contenta de que me hayas encontrado o de lo contrario me hubiera perdido.

—¿Perdida? —Julián levantó una ceja y soltó una risita—. Lo dudo.

Ella levantó una ceja hacia él. —¿Qué?

—Tú eres la persona que solita lograste que me escapara de la persona más peligrosa de toda la tierra. Me liberaste de la prisión del Rey Draco y dices que te perderías? Tengo confianza en que estás más que lista para explorar el mundo.

—Me alabas demasiado —dijo Rowena con timidez.