Liberado del Rey de los Tritones

Rowena miró lentamente a Rafael y no sabía qué sentir. Tenía que estar agradecida ya que él logró salvar su vida.

Pero, ¿valía realmente la pena que él pasara por todo este problema solo porque vio un rostro bonito? Por la forma en que la miraba, ella podía decir que este hombre estaba enamorado de su belleza, al igual que todos los demás hombres que encontró en sus viajes.

Rowena contuvo un escalofrío y esperaba que el hombre no esperara nada. Si lo hacía, le diría que en un principio no le prometió nada por ayudarla. Veamos si insistiría en que ella le pagara con algo.

—¡Estamos libres! —se rió Erille.

Los tres ex criminales fueron liberados de la prisión acuática y nadaron hacia Rowena.

—Eres increíble, pensábamos que estábamos acabados —exclamó Úrsula.

—La escapada no salió demasiado bien, aunque —dijo Rowena, ligeramente avergonzada.