Corazones Agradecidos

~ ELIA ~

Yacían en silencio de lado, la espalda de Elia enroscada en su pecho, su piel vibrando con la intensidad de sus orgasmos. El brazo de Reth estaba envuelto firmemente alrededor de ella, su antebrazo acunado entre sus muslos y estómago, su mano curvada sosteniendo algo del peso de su vientre—él sabía cuánto le dolía la espalda. Sus labios descansaban, llenos y suaves en su cuello, su aliento revoloteando en su cabello.

Elia se sentía más feliz de lo que se había sentido en meses.

Con una sonrisa suave, se dejó llevar por Reth hacia el sueño.

No sabía cuánto tiempo habían descansado, pero al despertar pudo decir por la respiración de Reth que él ya estaba despierto. La cueva estaba oscura, porque nunca habían encendido las lámparas. No que importara. Con su vista de Anima ahora, no necesitaba el cálido resplandor para distinguir los muebles en la habitación, o el grueso brazo de Reth, aún colgado sobre su lado y acunando su vientre.