Un pequeño suspiro escapó de sus labios mientras una lágrima caía sobre su mejilla.
Lila miró el lava debajo de ella y luego giró su cabeza para ver al licántropo blanco, enfrentando solo a cientos de criaturas del infierno no muy lejos de ella.
No había manera de que Jedrek pudiera repelerlas solo en su situación actual sin sufrir heridas graves y eso era lo último que Lila quería que sucediera en sus últimos momentos.
A pesar de todo lo que había sucedido, Lila no quería ver a Jedrek lastimado. Lo amaba a pesar de lo profundamente desconsolada que estaba, pero siempre había este sentimiento que la atormentaba, gritándole que lo que tenían ahora no era real.
Todo eso era resultado del lazo de pareja entre ellos y Lila ya no quería caminar por el delicado camino hecho de cáscara de huevo, que se rompería en cualquier momento.
Ya no quería sentirse insegura ni preocuparse por sus sentimientos hacia ella. Esto era muy agotador y Lila no quería pasar por todo eso nunca más.