Cuarenta y ocho horas-II

Ian, quien escuchó esto, rodó los ojos y miró a Hallow una vez más—. Mira, debido a que estás influenciado por la ira, puedes ver cómo esa criatura allí te ha engañado. ¿Realmente piensas que un alma como esa que ha matado y no ve su pecado y el pecado sería alguna vez reencarnada? Aquellos que desean la reencarnación necesitan arrepentimiento, largos años o siglos de arrepentimiento

La mandíbula de Hallow se aflojó y miró a la criatura que lo miraba como si no hubiera hecho nada

Aún confundido, Hallow preguntó—. Entonces esas almas...?

—Estas dos serán enviadas al Mar Negro, para siempre por la eternidad para nunca salir ni al Cielo ni al Infierno. Es su castigo —respondió la criatura

—¡Me engañaste! —Hallow corrió enojado hacia la criatura, pero Ian había cogido el cuello de su camisa, ignorando su gritos y su rabieta de querer matar a la criatura por haberlo engañado