Odio No Deseado-II

Saliendo de la pequeña cabaña en silencio, Esther tomó asiento en el deteriorado banco. Con las manos cubriéndose la cara, Esther intentaba comprender y envolver su cabeza alrededor de lo que había ocurrido.

Hace unas horas atrás, cuando estaban en la cueva, Esther tuvo que verter toda su magia demoníaca para curar a Belcebú pero las heridas eran demasiado profundas para que sus curaciones cerrasen las heridas adecuadamente. Esther decidió sanar su herida crítica, poniéndolo como su máxima prioridad antes de intentar curar sus heridas completamente.

Una vez que logró detener la hemorragia y sanar sus heridas internas, se empujó a sí misma desde el suelo. Para curar el resto de sus heridas, se dio cuenta de que necesitaba algunos objetos para cerrar su herida manualmente. Pero la antigua cueva no era el mejor lugar para tratar la herida de Belcebú considerando el entorno sucio y la falta de agua limpia y otros objetos que ella necesitaba.